El bosque estaba iluminado por hermosos faroles de velas, en el suelo se encontraba una manta con una cena para dos y una pequeña carpa totalmente iluminada; la atmosfera daba ese toque de romanticismo; pero las letras con la petición de matrimonio y encontrarse a su amado arrodillado con un gran ramo de flores era la fresa del pastel.

De las mejillas de la rubia las lágrimas no se detenían. Correr a los brazos de su amado era poco para poder demostrar lo emocionada que estaba, fue un beso totalmente apasionado a la luz de la luna que dijo muchas de las palabras que no salían de su boca; eran ellos dos, la luna y el canto natural del bosque que los acompañaba.

—Te amo... Te amo como nunca he amado a nadie.

—Shh, no digas nada muñeca, solo disfruta este momento.

Comenta antes de juntar sus narices frotándola levemente. Ahora sí puede confirmar que tiene la prometida más hermosa del mundo. Sus manos abrazaron su pequeño vientre y se agachó antes de poder dejar un beso en su vientre, sintiendo una pequeña patadita de parte de este, al parecer su hijo está igual de emocionado que ellos.

—Dae se ha emocionado con esta propuesta... Está feliz de tener a un padre tan maravilloso como tú. —sonríe y le acaricia su mejilla—. Estoy demasiado feliz en verdad Klu, Klu.

—Esto a mí me hace igual de feliz... Nunca pensé en casarme, pero sé que eres la indicada, la única mujer que deseo y quiero para toda la vida.

—Y tú el hombre indicado.

Sus labios nuevamente se juntaron en un sonoro beso, eran los dos dispuestos a seguir juntos por toda la vida, donde un siempre "sí" vale mucho más que mil palabras. La noticia no demoró en ser esparcida, dos personas que llegaron siendo nada y ahora lo eran todo, una pareja en la que muchos creían, una pareja que puede demostrar que el amor si existe. La planeación y arreglo de la boda se efectuó por parte de las amistades más cercanas de ambos jóvenes. Era una verdadera felicidad que contrajeran matrimonio, así que el mes siguiente fue de arduo movimiento, puesto que ninguno de los dos quería esperar el tiempo a que naciera el bebe; hoy Eliette con las chicas estaban en su prueba de vestido, mientras que por parte de los hombres estaban en búsqueda del traje.

—Aún no puedo creer que ya pasado mañana te vayas a casar, Klaus, yo pensé que serias el último de nosotros en hacerlo, y mira, eres el primero.

—Yo tampoco me lo esperaba, hasta yo me sorprendo, pero fíjate, es que antes no había encontrado el amor como lo encontré con Eli.

—Aunque de todas formas no es que te estés casando tan viejo, tienes veintisiete, y duraste siempre cuatro años de relación con Eliette, estaban demorando en casarse.

—Y más sabroso no pueden estar, que hasta tienen ya un bebé.

Todos sueltan una pequeña carcajada ante el principio del comentario realizado por Tyler. Los cinco amigos salían de tienda en tienda en búsqueda de sus atuendos, ya se hacía la noche, por eso decidieron ir a casa a descansar, obteniendo como sorpresa que aún seguía Yuri al cuidado de Kalley, ¿es posible que las chicas no hayan llegado?

—Y yo pensé que nosotros veníamos tarde, pero las señoritas, como que han adelantado su noche de chicas, por qué mira la hora, son las diez.

—Llamaré a Eliette, ya es muy tarde para que todas estén en la calle.

Sube a la habitación con la pequeña Kalley de la mano mientras llamaba a su pareja, el celular sonó en dos ocasiones cuando pudo escuchar la voz de su amada mientras estaba en la cama con su hija acomodándola para que duerma.

En la llamada.

—Hola, Klu. Cariño, ya vamos en el taxi para ir a casa, se me había pasado llamarte, ¿ya ustedes llegaron?

—Sí, amor. Me tenías preocupado, ya estoy durmiendo a Kalley.

—Lo siento, creo que nos emocionamos de más. —suelta una pequeña risa.

—Está bien, amor, lleguen con cuidado, aquí las estamos esperando.

—Esperen en la puerta, porque llevamos muchas bolsas para la decoración de nuestra boda, recuerda que una boda al aire libre tiene muchas más cosas.

—Lo sé, lo sé, las esperamos entonces, te amo.

Cuelga la llamada antes de cubrir con una manta de dormir a su pequeña leyéndole un cuento como todas las noches, ya era tarde para que estuviese despierta. Minutos más tarde cierra la puerta de la habitación al dormirla, iba a salir cuando observa como su prometida ingresa en la habitación.

—Te extrañé durante toda la tarde.

Se acercó a la joven, quien envolvió sus brazos en el cuello del chico, juntando sus labios en un beso. Ambos habían salido con cuidado para no despertar a la menor.

—Perdóname en serio, es que me emocione tanto con los últimos detalles de la boda, es un momento especial para los dos y...

Simplemente, pudo detener su hablar al juntar sus labios en un beso, durante todo el día no había recibido tales besos a los que estaba acostumbrado por volver cansado del trabajo, al separarse solo sonríe.

—Sé que te has emocionado y no está mal, cariño, pero ya es momento de descansar, este pequeño que traes en tu vientre debe descansar.

La levanta en brazos cargándola, riendo por su cara de sorpresa, a Eli no le gustaba que la cargara por temor a que le pesara, pero realmente para él, no era un peso por así decirlo, igual sus pies ya estaban hinchados de seguro por caminar tanto que así sin esperar algún reproche camine la llevo hasta la habitación que al recostarla empezó a consentirla. Masajes, besos, mimos y caricias, todo lo que necesitaba su esposa se lo daría.