XXI
—¿Hablar de qué? Que yo sepa no tenemos nada pendiente, ¿o sí?
—Quiero que dejes en paz a Harper, tu simple presencia la mortifica, le hiciste la vida añicos, ahora es feliz, por eso debes dejarla en paz.
—¿Quién dice eso? ¿Ella te lo dice? Mira, más bien de consejo de a gratis te digo que cuides tus palabras contra mí, yo jamás buscaría a Harper de nuevo como pareja, estoy con una mujer maravillosa. Segundo, yo no la he lastimado, ella sola arruino en su momento la relación, no le creas mucho lo que te diga de mí, para mentir en mi nombre es bastante buena, simplemente para dar pena y que yo le dé atención.
—Te prohíbo que hables así de mi novia, o te destrozaré todo el rostro, imbécil.
En un movimiento rápido, el invitado termino por tomar del cuello de la camisa a su contrario, el cual era más alto, queriendo impartir terror, pero lo único que obtenía del más joven entre los dos, eran burlillas fastidiosas, esa sonrisa que lograba hacer que su sangre hierba. ¿Cómo podía estar tan tranquilo en una situación como esa? Nadie sabía la gran astucia que significaba para Klaus, notar como sus contrincantes se confundían. Este lo zarandeo un poco queriendo escuchar las súplicas de su contrario, pero no lo logro.
—¿Acaso no temes que te golpee? Créeme que no me tiembla la mano.
—Atrévete.
La furia del hombre se desató y cuando aventó el primer golpe al rostro, Klaus, lo tomo con firmeza del puño dándole un golpe bajo antes de que pudiera siquiera tener contacto con su rostro, una ligera pelea se empezó a efectuar en el baño, por ello, los empleados alertaron a sus amigos; Klaus ya estaba sobre Will, quien ya tenía el labio partido y el ojo colombino. Eliette, separo a su novio dándole masajes en el pecho el cual parecía que se quería salir, nadie entendía lo que había pasado.
—¿Qué cojones paso aquí? Klaus, ¿por qué lo golpeabas?
—Él fue el que lanzo el primer golpe Harper, no sé qué has dicho sobre mí, pero tu novio queriéndose hacer el héroe vino a amenazarme y golpeo primero, simplemente pensó que no le iba a responder, debiste advertirle al menos por qué estuve en prisión.
—Eso es mentira... Yo... Yo solo venía al baño y él solo me atacó por estar contigo...
—Por favor, yo por Harper no peleo, no me interesa y si sigues difamándome juro que te muelo a golpes en verdad.
Hizo el intento de moverse en un ataque, pero su pareja no le dejo terminándolo por sacar del baño. Todos miraban mal a Harper y a Will, a fin de cuentas, se notaba que ella es la que aún no supera el rompimiento, se puede entender que quizás como su exnovio está con su "enemiga", le ha de dar en todo su orgullo. Lamentablemente, parece que ha olvidado de lo que este joven es capaz e involucra a una persona que a lo mejor ni ama y solo le usa de compañía.
—Hermano, ¿estás bien? Al parecer no te llego a golpear tan fuerte.
—No lo hizo, pensó que porque no decía nada ante sus ataques era un cobarde y mira como quedo él, si no llegan no sé qué fuese pasado. —suspira algo pesado acomodando su camisa que se había levemente arrugado.
—Al parecer Harper no ha cambiado en cuanto a lo de decir mentiras, ella, ¿acaso no piensa que puede ocasionar un daño con eso? Simplemente no acepta perder.
—Y Klaus tampoco a cambiando lo fiera, en verdad, sigues dando miedo estando enojado, yo pensé que te habías aprendido a controlar.
—No suelo discutir o llegar a los golpes, he cambiado, aunque no crean, deje la droga y todo gracias al esfuerzo de Eliette y Gwen, por eso no soy tan impulsivo; pero eso no significa que si me tiran un golpe no lo responderé, hasta ahora tengo mis dos manos bien puestas como para no usarlas en defensa.
—¿Creen que Will levante cargos? Seguro que si Harper le ha metido cosas en la cabeza puede reaccionar contra Klaus.
—No creo, no es tan tonto, pero lo mejor es que no se vuelvan a topar de cerca, ni siquiera en la alianza que se pretende hacer, porque no sería sano para ninguna de las dos partes.
—Klaus me comento de la alianza ahora que la mencionas, pero nosotros no vamos a participar con nuestra empresa, viendo el contrato de la propuesta que enviaron por el correo, nosotros no ganaríamos prácticamente nada y tendríamos que hacer la gran mayoría del trabajo, así que por parte laboral esos dos no se juntaran.
—Lo mejor será marcharnos de aquí, Harper y Will, no nos van a dañar la salida, vinimos a disfrutar y a verlos, no debemos dejar que este inconveniente nos distraiga, vamos a otro lugar.
—Será lo mejor, ¿en qué vinieron? En el auto tenemos dos cupos más.
—También en auto, podemos ir al centro, dicen que es un buen lugar para turistear.
—Está bien, vamos entonces en caravana, así ninguno se pierde.
Suspira más aliviado antes de abrazar a su chica y caminar en dirección al estacionamiento. Todos sabían cómo era Harper, la única que le veía como inocente era Luna, por lo que ya se imaginaran que fue la única que no los acompaño. En Harper no vale la pena confiar, ha cambiado tanto y no específicamente para bien.
El día paso bien entre los que quedaron, para la suerte de este joven todos sus amigos se llevaban muy bien con Eliette al irle conociendo cada vez más, de hecho, se alegraban de que su amigo estuviera con una persona tan buena y protectora como ella a su lado.
La tarde se hizo presente, por lo que los residentes llevaron a sus invitados a un gastro-bar que era bastante conocido y con un excelente ambiente; la atención era especial y la comida deliciosa, además, un par de tragos no afectarían la noche, al contrario, la ponían mejor.
—Qué buen lugar, buena música y se ve que vende puro licor de calidad, solo mira estos precios.
—No te preocupes por eso, estamos en la zona VIP de Klaus, la atención es única, y los precios no son tan costosos para él, conocemos a la dueña que es excelentísima amiga, que nos ayudamos mutuamente, por eso venimos siempre aquí, nuestro lugar de confianza.
—Andar con Klaus es tener influencias por todos lados, esos son los amigos que yo más amo.
Este suelta una pequeña carcajada junto a sus amigos mientras tomaban un par de tragos. Klaus no quería tomar en exceso, pero le fue imposible negarse ante sus amistades, había pasado varios meses sin verse y no se sabría cuando volverían a reencontrarse, pero al notar el rostro de seriedad de su pareja le hizo dar a entender que ya se había pasado. Para calmar su enojo y al no poder conducir en ese estado, este la tomo de la mano para escaparse de la reunión de amigos quienes aún departían conduciéndola a un pasillo algo oscuro entrando en una de las puertas de acceso restringido y luego en una habitación al final del pasillo; era una suite interna en el último piso del local, únicamente de la propiedad de Klaus Lovsatt, puesto que solo con su huella se podía ingresar.
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