Capítulo 16
Narra Karime
Mii hermana se desvanece de la impresión cuando me ve. Maximiliano y Jesús reaccionan rápidamente y logran sostenerla antes de que caiga al suelo y se dé un golpe. Maxi sostiene a mi hermana en brazos, pero no deja de mirarme. Siento decepción en sus ojos.
Por lo que me contó Jesús, es Maxi quien ha estado todo este tiempo al lado de Karina y supongo que esa es una de las razones por las que me observa de esa manera. También está a todo a lo que Karina tuvo que enfrentarse sola. Tuvo que hacer una lucha que era mía.
Cuando decidí contarle todo sobre los diamantes lo hice pensando en que algo podría pasarme. La conversación con Leonardo donde no llegamos a nada me dejó muy pensativa aquella tarde luego de aquel beso.
El médico que Jesús mandó a buscar solo dijo que el desmayo se debió a una fuerte impresión y al estrés acumulado que mi hermana puede tener. Estoy consciente de que todo este tiempo desde mi supuesta muerte, no debe de haber sido fácil para ella.
Poco a poco comienza a despertar. Al primero que ve es a Maxi quien cariñosamente le da un beso en la frente. Cuando su mirada se posa en mí, muchas lágrimas comienzan a rodar por su mejilla. Me acerco a la cama y ella niega, con el dolor de mi alma me quedó donde estoy cuando lo que más deseo es abrazarla después de tanto tiempo.
—¿Por qué no volviste? ¿Por qué me has hecho llorar tu muerte y sentirme culpable cuando estás aquí? No tienes una idea lo que sufrí por tu supuesta muerte —Las lágrimas bañan su bello rostro. Hay dolor y rencor en su voz.
—Karina deja que tu hermana te explique —suplica Jesús.
—No quiero saber nada. Por favor, vete —ordena duramente y me voy.
Hago el recorrido al cuarto con tristeza. Nunca creí que nuestro reencuentro fuese así. Pensé que me abrazaría tal y como cuando supimos de la existencia de la otra, pero al parecer, eso no sucedería dos veces. En cuanto entro al cuarto, llega Jesús.
—Dale tiempo. Ella te pedirá perdón cuando sepa que hace muy poco fue que despertaste — Me da un abrazo de esos reconfortantes que tanto necesito ahora.
—No quiere saber de mí, Jesús —digo con pesar—. No le interesa saber qué fue lo que me sucedió para no haberla avisado. Por un lado, la entiendo. Ella no quería mezclarse en el tema de los diamantes. Ha sido la más afectada con esto y cuando se vio sola no tuvo otra opción que terminar el trabajo por el cual estuvo cuatro años presa —Intento explicarle a Jesús.
—Es cierto cariño —acaricia mi mejilla al tiempo que limpia mis lágrimas dulcemente—, pero tu hermana tiene que saber que estuviste en coma por varias semanas y que por eso no la contactaste —me defiende.
—Karina —ella está parada al lado de la puerta. No sé cuánto tiempo lleva ahí detrás escuchando.
—Las dejaré solas, chicas —ambas asentimos. Él me da un tierno beso en los labios antes de irse y Karina me observa con los ojos abiertos.
—¿Tú y él? —Es lo primero que cuestiona al quedarnos a solas.
—Sí hermana. Él me encontró en aquel río donde pensaba que iba a morir desangrada. La corriente me arrastro tanto que logré llegar a una orilla con mucha fuerza. Creí que moriría desangrada ahí. El dolor era insoportable —lo recuerdo y fue tan difícil que aún no sé cómo le hice.
Estaba por perder el sentido y snetí alguien alzó mi cuerpo. Temblé de miedo pensando que sería algún matón de Leonardo, pero era él, el mismo hombre que me ayudó a escapar de la mansión de Leonardo cuando no acepté sus condiciones.
—¿Condiciones de qué?
—Leonardo supo de tu existencia el mismo día que nos reencontramos —Comienzo el relato—. Me llamó y me pidió vernos. Fui pensando en buscar una solución para que no te tocara. Él lo que quería era los diamantes y a mí como su mujer. Me negué por completo e intenté escapar. De no ser por Jesús, hubiera sido encontrado por los hombres de Leonardo y quizá no nos hubiéramos vuelto a ver.
—Por eso me contaste todo lo de los diamantes, ¿verdad?
—Sí, tenía miedo de que algo me pasará y era la única que lo sabía todo.
—¿Qué sucedió cuando Jesús te encontró?
—Yo desperté hace una semana Karina —Abre sus ojos por completo—. Estuve en coma durante todo un mes y la semana que ha pasado, es que logré reponerme bien. Estoy recién recuperada.
—Perdóname por no dejarte hablar. El shock fue demasiado.
—No te preocupes. Entonces, ¿qué onda con Maxi? Lo vi muy preocupado por ti cuando te desmayaste. No soltaba tu mano.
—Pues bueno —Se rasca la cabeza como con vergüenza y me causa mucha risa—, en la isla estuvimos juntos —Abro mis ojos. Su relación ha pasado al siguiente nivel—. Fue tan magnífico, que no sé cómo describirlo.
—Entonces, ¿por qué no están juntos?
—No lo hemos hablado —La miro mal y ella asiente—. No sé qué decirle. ¿Y si le digo que lo quiero en mi vida por siempre y él no quiere eso?
—El que no arriesga no gana, hermana. Pero ahora, quiero hablarte de algo —digo algo temerosa de su respuesta.
—¿Qué sucede? —pregunta ante el cambio que debe de haber dado mi rostro.
—Yo me quedaré aquí con Jesús y lo ayudaré con su emporio de joyas y todo lo que ya sabes —Mi hermana se queda en silencio. No parece sorprendida, quizá se lo esperaba cuando le conté que estoy con Jesús—. Me encantaría que te quedarás aquí conmigo y si Max quiere estar contigo pues mejor aún —ella va a responder, pero la detengo levantando mi mano—. Sé que quieres salir de todo esto, pero piénsalo detenidamente y verás que es imposible. Pronto sabrán que somos hermanas y pueden intentar algo contra ti por joderme a mí —quiere volver hablar y nuevamente se lo impido—. Ya no puedo salirme Karina, estoy metida por completo y tú tampoco, una vez entras, o te quedas o te quedas. Sé que juntas podremos contra todo y tendremos dos hombres que nos protegerán. Además, entrenaste, estás preparada para enfrentar esta nueva vida. Una diferente a la que soñaste, pero nueva vida, al fin y al cabo —Hago silencio por un minuto y suspiro antes de formular la gran pregunta—. ¿Aceptas esta nueva vida a mi lado?
—Sí, hermana. Vivamos juntas nuestro destino. Somos una, con nuestras diferencias, pero una sola, al fin y al cabo.
Ya solo falta el final y el epílogo. Espero que les haya gustado la novela tanto como yo disfruté escribiéndola. Nunca creí que escribiría una historia de está temática, pero me ha gustado el resultado.
Gracias por el apoyo.
Besitos, Kya😘💫
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