Se escuchaba el tranquilo ambiente de la noche. Steve se había preparado un horno para poder cocinar la carne que ha recolectado durante ese día. No tuvo más contratiempos una vez construyó su refugio cerca de la montaña, aun se preguntaba cómo llegó a ese lugar, y exactamente dónde estaba.

Se sentó a reflexionar mientras veía el fuego del horno calentar su comida, eso hasta que empezó a escuchar unos extraños ruidos, no eran los sonidos típicos de los animales que encontró en el bosque, esos ruidos eran perturbadores. Escuchaba gruñidos y absorbidos cerca de su casa. Se dispuso a averiguar lo que causaba esos sonidos, no pensó que debía haber una razón para no hacerlo.

Salió de su casa y cerró la puerta, cargó consigo una antorcha y su espada en caso de que se trate de un animal salvaje. Caminó un poco alejado de su casa hasta llegar a un punto dentro del bosque, pensó en regresar al no ver nada, pero entonces apareció un conejito frente a él asustándolo.

-Solo eres tú conejito, ve a tu casa- le lanzó una zanahoria y el conejito salió corriendo.

Sin embargo detrás de él volvió a escuchar esos gruñidos, y al voltear su piel se erizó y su corazón se impactó de la impresión. Frente suyo había una criatura humanoide como él, pero su piel era verde y sus ropas desgastadas, tenía sus ojos negros y caminaba lentamente pero amenazante. Steve ni siquiera se alistó para pelear, empezó a correr directo hacia su casa, sin embargo frente a él aparecieron más de esas cosas, Steve se vio rodeado de zombies que alzaban sus manos hacia él. Sin más remedio empezó a pelear.

Logró abrirse paso evitando a los zombies con su espada, pero esta era una de mala calidad y pronto se desgastaría, así que trató de perderlos evitando enfrentarlos.

De pronto una flecha cayó en un tronco apunto de atravesarle la cabeza. Vio a lo lejos y lo que veía era un esqueleto andante con un arco preparando otra flecha para disparar, no se quedaría para recibirla así que corrió lo más lejos posible. A este paso ya se había alejado bastante de su refugio.

Vio una colina y fue a su cima para poder ver desde las alturas la posición que estaba y así poder encontrar su refugio. Empezó a trepar los bloques de la empinada colina, los zombies intentaron rodearlo hasta un sendero fácil de subir para ellos, pero Steve lograba colocarse bloques para subir más rápidamente, sin embargo a sus costados unas gigantescas arañas empezaron a escalar, una saltó sobre él y Steve se la quitó rápidamente atravesándola con su espada.

Siguió subiendo hasta llegar a la cima, sin embargo las criaturas empezaron a rodearlo. Una flecha casi le llega pero Steve la esquiva saltando hacia el esqueleto y derribándolo, le quita sus armas y empieza a disparar a la distancia contra las criaturas.

Logra darse paso y colarse sobre los árboles saltando sobre sus copas hasta llegar a su refugio, mientras saltaba vio unas criaturas escamosas con patas pequeñas viéndolo con sus escalofriantes ojos negros.

Decidió ignorarlas enfocándose en llegar a su refugio. Sin embargo una vez llegó las criaturas empezaron a rodearlo. Steve entró y cerró la puerta sellándola con dos bloques de tierra. Selló las ventanas pero al ir a sellar la última, vio a una de esas criaturas escamosas dirigirse hacia él, se apresuró a cerrar la ventana y así estar a salvo.

Estaba muy equivocado.

Una vez se sentó a descansar, escuchó el sonido de un mechero, y enseguida su casa hizo explosión. Steve apenas tuvo tiempo para reaccionar y las criaturas estaban rodeándolo. Logró agarrar algunas de sus herramientas y empezó a correr.

Recibió algunas de sus flechas en su hombro, pero resistió el dolor hasta el otro lado de la montaña. 

Un zombie saltó hacia él y Steve se lo sacó de encima con su espada, pero esta se rompió. Sin tiempo de hacer otra solo siguió corriendo hasta un agujero en la montaña, se topó con otra de esas escamosas y al estar frente a él empezó a brillar, con su puño lo empujó lejos haciendo que caiga contra otros monstruos explotando con ellos.

Steve entonces entró a la cueva y construyó una barrera de bloques de grava y arena que impidió el paso de los monstruos.

Por fin estaba a salvo, sin embargo ahora tiene más preguntas, lamentándose el haber perdido su refugio tan pronto, y la mayoría de sus cosas. Ahora solo tenía unos bloques de madera con un pico y una pala de piedra, también unas cuantas antorchas, que le servirán para explorar la cueva. Solo esperaba que fuera más seguro ahí.