Escuchaba el sonido de las hojas crujiendo, el viento resoplando, los pájaros sobrevolando alrededor, se sentía confundido, abría los ojos lentamente, se encontraba acostado en el césped, con su ropa algo desgastada, pero aún servía. 

Se reincorpora lentamente, estaba rodeado de un montón de árboles, se frotaba la cabeza intentando recordar cómo llegó a esa situación, no tiene recuerdos del pasado, sin embargo se levanta y procede a caminar.

Observaba el paisaje en el que estaba inmerso, habían varios pájaros, unas vacas, ovejas, algunas colmenas, siguió caminando hasta terminar en una playa, al observar el agua pudo ver una variedad de peces nadando, su estómago rugió, así que intentó agarrar unos con sus manos, sin embargo estos eran súper escurridizos, moriría de hambre si seguía haciendo eso, necesitaba pensar en algo más.

No recuerda de nada después de despertarse, sin embargo si recuerda varias cosas, en primer lugar, recuerda varias lecciones de supervivencia, así que fue al árbol más cercano, y empezó a talarlo con sus manos, era sumamente doloroso para sus puños, pero sin las herramientas necesarias debía hacerlo. Pudo conseguir la madera necesaria para construir una mesa para construcción, sumamente útil para construir herramientas básicas, con estas pudo construir un hacha de madera con la cual pudo conseguir más y así hacerse de más herramientas como un pico y una pala.

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Con el pico empezó a picar piedra, si sus recuerdos no le fallaban, tenía el conocimiento para construirse de lo necesario para sobrevivir dentro de ese ambiente hostil. Logró construir un horno, apiló este junto a su mesa en un espacio rocoso que le serviría como base para instalarse. Con la madera que extrajo empezó a carbonizarla para tener un poco de carbón vegetal y así poder alumbrar durante la noche.

Su estómago volvió a rugir, así que se construyó una espada con piedra, y con esta empezó a cazar a algunos cerdos y vacas que pudo encontrar, también algunas gallinas que habían cerca. Las puso a cocinar, sin embargo sus bolsillos se estaban llenando así que construyó un cofre en el cual guardó la comida que había recolectado.

Mientras comía uno de sus filetes observaba como el sol estaba por ponerse, necesitaba construirse un techo y una cama, se adentró al bosque nuevamente para recolectar suficiente madera para construir su hogar, sin embargo necesitaba la lana para hacer su cama.

Conseguir lana directamente de las ovejas era bastante complicado, y le costaba bastante acabar con la vida de los animales, sin embargo era él o ellos, así que con la intención de sobrevivir siguió con la matanza, todo valdría la pena, los animales realmente no eran conscientes de lo que hacía, algunos solo lo rodearon a ver y seguían con su rutina ordinaria.

Una vez conseguido el material necesario empezó a apilar bloques de madera uno por uno hasta poder tener cuatro paredes pegadas al muro de piedra de la montaña en la que estaba, no era complicado fabricar una puerta así que una vez la tenía la instaló en un orificio de una de sus paredes.

El sol estaba a nada de caer para dar paso a la noche. Pero ya no había de que preocuparse, porque dentro de ese bosque, junto a una montaña, había un cubo mucho más grande que los demás, acompañado de palos que encendían luz a sus costados, los animales de la zona se acercaron por la irregularidad del espacio en el que habitaban, sin haber visto nunca algo parecido, de ese cubo, en la cima caminó aquel hombre que en un solo día había puesto en marcha sus conocimientos para poder superar ese día, tenía un pico en su mano, y orgulloso a su obra se paró al borde del techo. No recordaba nada de su vida pasada, pero sí recordaba algo.

Su nombre es Steve, y el sobrevivirá a este mundo.