22. Una larga charla
Caminé por los pasillos, con la esperanza de encontrarla. Revisando puerta a puerta. No tenía ni idea de lo que iba a hacer. ¿Que le diría? ¡Eh, Megan, sé que eres como yo! Por fin podremos contarnos secretos vampíricos, hacer una pijamada y ponernos hasta arriba de sangre. Sí, una idea genial. Empezaba a exasperarme. ¿Debía estar enfadada? No lo estaba... Sólo me sentía frustrada, y montones de preguntas asaltaban mi cabeza a cada paso.
Y ahí estaba... Escondida entre los matorrales del jardín trasero. Caminaba de un lado a otro, el móvil contra su oreja.
- Estoy en ello, tengo que encontrar la manera de que nuestro plan salga de la mejor manera posible - una pausa larga. ¿Plan? ¿Que plan? -. Sí, te avisaré cuando haya acabado con mi parte. Dagon, busca información sobre un tal Benford, Zac Benford. Necesito saber si es una amenaza para nuestros planes.
Acto seguido colgó el teléfono, lo miró durante unos segundos y luego se giró, encontrándose conmigo. Por un instante la sorpresa recorrió su rostro, pero inmediatamente la dureza con la que me había visto el día anterior volvía a ocupar su lugar.
- Brooke - sonrió un segundo para luego añadir: - ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi. ¿Cómo te va?
- ¿Que haces aquí, Megan?
- Bueno, me enteré de que estabas aquí y quise hacerte una pequeña visita - ella sonreía pero sus ojos parecían estar hechos de hielo.
- Esto no parece una visita. ¿Por... por qué has cambiado?
Su cabeza se gira un poco hacia la derecha, como si no entendiera lo que quería decir.
- ¿A que te refieres?
- Eres un vampiro...
- ¡Ah, eso! Es una larga historia, te la contaré en cuanto pueda. Pero ahora está a punto de sonar la campana, y para entonces deberíamos estar en clase ¿no te parece? Será mejor que nos vayamos.
Ella dio un par de pasos para entrar en las instalaciones, pero la detuve tomándola de la muñeca.
- No has contestado a mis preguntas, no te irás hasta que lo hagas - esperaba haber dicho esas palabras con la toda la serenidad posible, pero algo me decía que había sonado algo desesperada y puede que un poco enfadada.
- Vaya, no te recordaba tan agresiva.
Aquella chica frente a mí ya no era Megan Smith. Ya no era la chica tímida que se sonrojaba cada vez que un chico le hablaba. O que tartamudeaba cada vez que hablaba frente a clase. Ya no era aquella chica amable e inocente.
Megan Foster no tenía nada que ver con Megan Smith. Ahora era fría y distante. Parecía que se iba a comer el mundo en cualquier momento, segura de si misma. Pero sobretodo parecía estar llena de odio.
- ¿Quien te convirtió? - pregunté, aún apretando su muñeca con fuerza.
- Eso es algo que a ti no te incumbe.
¡Y ahí estaba! La nueva Megan se estaba mostrando tal y como era. Sin sonrisas o palabras amables por el medio. Se había zafado de mi agarre, y ahora acariciaba su muñeca mientras me miraba con soberbia.
- Lo que si te voy a decir, es que esa persona tuvo más compasión por mi que tú, mi supuesta amiga.
- ¿Pero que estás diciendo? Yo nunca te hice daño.
- ¡Claro que lo hiciste! Me hiciste daño cuando te fuiste sin decir palabra... ¿Sabes lo que pasó después?
No esperaba que yo le respondiera.
- Todo el mundo se fue en contra mía. Decían que yo los había puesto en peligro, "ocultando" vuestro secreto. Nadie me creyó cuando les expliqué que yo no tenía nada que ver, que yo no sabía nada sobre eso. Fueron muy crueles ¿sabes? Mas de una vez me tiraron comida en la cafetería. Me encerraron en el baño para asustarme. Los chicos hicieron apuestas para dejarme en ridículo. ¡Fue un infierno que tú provocaste!
- Y... yo no lo sabía, Megan. No sabes cuanto lo sien...
- ¡Cállate! Tu no sientes nada, solo quieres engañarme... ¿Sabes que pasó después? Me mordieron.
Su rabia se intensificaba con cada palabra.
- Al parecer alguien tuvo más piedad que tú. Estaba harta de soportar que me miraran como si fuera un bicho raro, que me miraran por encima del hombro como si yo no valiera nada. Y tú... tú no me ayudaste a cambiar eso, me tuviste como si yo fuera tu perrito faldero-- se calló un momento, suspiró y el tono de sus siguientes palabras fue más suave -. Todas esas habilidades, toda esa seguridad, ese cambio de personalidad... Todo eso lo quisiste únicamente para ti.
- Te equivocas. Esto sólo te arruinará la vida. No sabes a lo que te enfrentarás a partir de ahora. Tus padres no estarán siempre contigo, y ni hablemos de...
- No te preocupes por mis padres, Brooke. Ellos... digamos que han pasado a mejor vida - una sonrisa despiadada se extendió en su rostro.
- ¿Qué les has hecho?
- Oh, vamos... Tenía hambre, tenía que alimentarme de una forma u otra ¿no?
- Eres un monstruo.
- Ahora no me vengas con esas... Sé muy bien que vosotros os alimentásteis de seres humanos cuando os convertisteis y no intentes negarlo.
- ¿Quién te ha dicho eso? - mi voz se había convertido en un hilo apunto de romperse.
Megan se acercó a mi tan deprisa que no me di cuenta del momento en que me agarraba del cuello y me levantaba en el aire.
- He venido a destruiros, y no estoy sola en esto.
Ahora...
Aquella conversación con Megan me había puesto los pelos de punta, y ahora ella estaba sentada dos asientos mas adelante, escuchando la clase como una alumna más. Bueno no, como una alumna más no. Megan había conseguido atraer la atención de todo el mundo en apenas su primer día. Su seguridad y su manera de vestir, anunciaban a gritos que sería la nueva chica popular de aquella preparatoria.
Pero eso no era lo único que me preocupaba. Después de aquella conversación, Lucas me había buscado para hablar de algo muy importante.
- Te hizo pensar que había venido corriendo, Brooke, pero no es cierto. Una furgoneta con el nombre "Mickey's service" estaba aparcada a dos manzanas de la casa. Eso significa que tuvo que venir en coche, pero eso implicaría el hecho de que no hubiera llegado hasta esta mañana. Él ya estaba aquí cuando Connor lo llamó.
¿Qué probabilidades había de que hubiera otro fontanero llamado Mickey en Mullins? Muchas. Pero fue algo que dijo el fontanero lo que me hizo creer en la teoría de Lucas: "No se preocupe, tengo todo lo que necesito en mi furgoneta y puedo apañármelas yo solo".
- ¿A donde quieres llegar con eso?
- Piénsalo Brooke, dos vampiros en un mismo día. Algo va a pasar, y me da que no será una barbacoa familiar.
Quedaban cinco minutos para que la clase finalizara cuando todos los móviles sonaron a la vez.
Voten y comenten si les gustó.
¡Gracias por leer! <3
-Alejandra-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro