18. Algo a cambio
Estreché a aquella chica entre mis brazos. Pero duró a penas unos segundos porque una mano muy conocida se colocó sobre mi hombro y me apartó inmediatamente de ella.
─ ¿Qué estás haciendo? ¡Es Megan! ─ le recriminé a Lucas, mientras señalaba a la chica frente a mí.
─ Exacto ─ fue la única palabra que pronunció mi hermano, pero fue suficiente para que mis neuronas se reconectaran e hicieran un análisis lógico de la situación.
¿Megan? ¿Qué diablos estaba haciendo ahí? A cientos de quilómetros de su casa. En Mullins. Después de aterrorizarse al ver mis colmillos en una fiesta a la que ella no quería ir. Y diferente.
Megan no parecía ser la misma chica tímida que tenía miedo de que alguna cosa en su vida cambiara, no era ella. Frente a mí tenía a una chica totalmente diferente, de mirada decidida y ropa ajustada. Aquella chica ya no era mi amiga. El odio que sentía se notaba claramente en sus labios fruncidos y su mirada fría.
─ Megan qué... ─ fui interrumpida inmediatamente.
─ ¡Brooke!¡Lucas! ─ gritó a nuestras espaldas.
Ambos nos giramos hacia Zac, mirándolo con el ceño fruncido.
─ ¿Qué pasa contigo, Benford? ¿Acaso no nos dejarás vivir en paz? ─ Lucas lo cogió de la chaqueta amenazadoramente y lo acercó hacia él.
─ Sois inmortales, os queda mucho tiempo. No importa si me dedicáis cinco minutos de vuestra miserable vida.
─ Ahora estamos ocupados ─ me giré hacia Megan, pero ella ya había desaparecido.
─ Bueno, parece que ya no ─ nos dedicó una sonrisa socarrona ─. ¿Podemos hablar ahora? Lo he pensado y sí que quiero algo a cambio.
Miré a Lucas en busca de alguna respuesta pero él solo se encogió de hombros, a lo que yo bufé exasperada.
─ Estoy cansada, Lucas. ¿Puedes ocuparte tú de él?
Mi hermano se cruzó de brazos y observó a Zac de pies a cabeza.
─ No puedo, tengo que hacer un trabajo de literatura y me gusta mucho mi compañera de estudio. ¿Podrás apañártelas tú sola? ¿Sin ocasionar problemas?
Empecé a quejarme pero él ya había empezado a caminar hacia la salida, despidiéndose con la mano derecha y sujetando la mochila con la izquierda. Miré a Zac, quien me sonreía de oreja a oreja.
***
Bajé de mi auto y me paré en la acera a esperar a que Zac aparcara frente a mí. Una vez que lo hubo hecho, cruzó la calle y se posicionó a mi lado.
─ Parece que tienes visita ─ señaló con la barbilla.
Un hombre de mediana edad estaba sentado sobre los escalones del porche. Vestía un mono azul y agarraba fervientemente una caja metálica del mismo color en la que se podía ver escrito claramente en letra roja las palabras "Mickey's service".
Un olor muy conocido inundó mis fosas nasales e hizo que mi ceño se frunciera instintivamente. Caminé los pocos metros que nos separaban con Zac pisándome los talones.
─ ¡Menos mal! Llevo horas esperando y empezaba a creer que me había equivocado de casa ─ su acento era claramente extranjero, pero no sabría decir exactamente de que sitio.
El hombre se puso de pie y me extendió la mano.
─ Mickey Holland de Mickey's Service, me comunicaron que tenía un problema de fontanería y ─ dijo las siguientes palabras en un susurro ─ que necesitaban un servicio especial.
Carraspeé y miré a Zac dudosa.
─ ¿Puedes esperar aquí? ─ no escuché su respuesta porque ya había entrado a la casa junto a Mickey─. No creí que llegaría tan rápido, me dijeron que tardaría por lo menos un día. ¿Es usted un... un...
─ ¿Un vampiro? ─ preguntó a lo que yo asentí y él sonrió ─. Sí, lo soy. Me dijeron que este era un trabajo sumamente importante y que tenía que estar terminado antes de dos días. Así que digamos que tuve cierta ayuda de ciertas habilidades que poseemos ciertas personas. Usted ya me entiende, señorita.
─ Claro, perfectamente.
─ Ahora, dígame donde está su problema de fontanería. Lo arreglaré en un periquete.
Lo guié a través de la casa hasta llegar frente a la puerta del sótano.
─ Hay una fuga de agua ahí abajo, hemos evacuado la mayor parte pero como usted verá sigue saliendo. ¿Necesita alguna ayuda o alguna herramienta?
─ No se preocupe, tengo todo lo que necesito en mi furgoneta y puedo apañármelas yo solo. Solo... No se si debería, pero ¿le ocasionaría algún problema si pudiera beber un poco de su sangre?
Lo miré confundida.
─ No su sangre, señorita. Eso estaría completamente fuera de lugar. Me refiero a la bolsa, que por lo que he podido oler se encuentra en la nevera. Usted entenderá que el viaje me ha dejado cansado.
─ Claro, sea usted libre de beber lo que usted quiera ─ sonreí y volví a salir de la casa.
Zac estaba sentado en el porche jugando con un llavero.
─ Dime qué es lo que quieres y vete a casa.
Él giró el cuello y miró hacia arriba con el ceño fruncido durante unos segundos.
─ Bueno, yo quería invitarte a mi casa ─ se puso de pie ─ pero si prefieres hablar en la tuya no pondré ninguna clase de obstáculo.
Miré mi casa durante un momento, pensando en si era buena idea que habláramos dentro. Corría el riesgo de que Zac descubriera que Mickey era como nosotros. No quería meterlo en alguna clase de problema gracias al estúpido de Zac.
─ Bien, hablaremos en la tuya, pero sé rápido por favor. No quiero perder más tiempo.
Cruzamos la calle hacia la vivienda de mi vecino. Él se adelantó y abrió la puerta con la llave.
─ ¡Estoy en casa! ─ gritó y me tomó de la mano para llevarme escaleras arriba.
Caminamos a lo largo de un pequeño pasillo en la segunda planta. Esperaba entrar en una de las tres habitaciones que estaban distribuidas a lo largo del corredor, pero eso no ocurrió. Zac alzó los brazos hacia el techo y estiró de un cordel que colgaba de una ranura. Una pequeña escalerita se extendió frente a nosotros.
─ Tú primero ─ extendió la palma derecha hacia arriba para formar la ruta que debía tomar.
Miré las escaleras que llevaban a un agujero en la pared y empecé a subir. Una vez que estuve arriba pude observar el sitio en el que me encontraba. Era un diminuto ático con una única ventana redonda en la pared triangular. La habitación constaba con lo básico, una cama individual y una cajonera de madera que tenía pinta de ser muy vieja.
─ ¿Te gusta? La decoré yo mismo ─ Zac se tiró sobre la cama y se revolvió en ella, mientras yo lo miraba irritada.
─ Pues tienes un gusto pésimo.
─ Bueno, es lo único que me permiten tener.
Lo miré confundida ante aquel comentario, pero preferí no decir nada para no alargar el asunto.
─ ¿Y bien? ─ me crucé de brazos y lo miré fijamente.
─ Seré rápido y claro ─ se levantó de la cama y dio un paso hacia mí ─. Quiero que me convirtáis.
Mátenme, pueden hacerlo. Sé que les dije que en vacaciones actualizaría más seguido, pero no tenía ganas de escribir debido a la calor y a las innumerables series en Pordede (me enganché a Teen Wolf). No me odien, intentaré actualizar el resto de mis historias pero no prometo nada. A partir de ahora dejaré de prometer cosas porque nunca las cumplo. Debo poner remedio a eso.
En fin, gracias por leer y votar. Thank you por comentar. ¿Han visto la nueva portada? ¿Les gusta?
¿Alguna de ustedes sabe hacer trailers o conocen a alguien? Quiero uno para "Conviértete en mi infinito" y uno nuevo para "Somos los Thompson". Me harían muy feliz <3
Chaito :*
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