12. Investigaciones
Lucas empezó a reírse ante la escena que estaba frente a nosotros. Y es que no era para menos. Chase tenía los pies enredados entre unos cables. Y me gustaría haber dicho que la cosa se acabo ahí. No, lo más consternante de todo fue que Chase colgaba de los cables de la luz. Sí, mi hermano pequeño estaba colgando del techo.
– ¿Qué haces ahí? – gruñí entre dientes.
– Déjate de palabrería y ayúdame a bajar.
– ¿Qué haremos contigo? ¿eh? Si Andrew y Sara se enteran...
– ¡Bájame!
– ¿Por qué debería?
– Porque... te haré los deberes una semana.
Sí, Lucas y yo le habíamos enseñado algunas cosas. Bueno, lo cierto es que Chase lo pillaba todo mucho más rápido que nosotros. Así que los primeros años, cuando no entendíamos algo, era él el que se encargaba de leerlo, entenderlo y explicárnoslo.
– No me hace falta. Mi capacidad de improvisar sobre la marcha es incomparable. Piensa en otra cosa – me crucé de brazos.
Era cierto. A lo largo de los años había adquirido cierta práctica en improvisar mis deberes.
– Pues... yo...
Chase empezó a hablar pero fue inmediatamente interrumpido por Lucas.
– ¡Ya basta! Hay que pensar en algo para bajarlo.
Empezamos a ver a nuestro alrededor. Cajas y más cajas llenas de Dios sabe que. ¿Cómo subió ahí? El techo era muy alto y ni saltando era suficiente para llegar. No había indicios de que Chase hubiera formado una especie de escalera para llegara ahí arriba.
– Tengo una idea. Lucas, pásame aquellas cajas de ahí – señalé unas cajas de madera que supuse aguantarían nuestro peso.
A medida que mi hermano me iba pasando las cajas, yo las colocaba formando una escalera, suficientemente alta para llegar hasta Chase. Cuando ya estuvo lista, me dispuse a subir los improvisados peldaños que habíamos construido. Cuando llegue junto a Chase, me detuve a observar los cables que lo sujetaban de los pies. No parecía que se hubieran enredado sin mas. Mas bien parecía que se había amarrado expresamente, con vueltas y nudos. Empecé a liberarle los pies, pero al parecer no pensé muy bien las cosas, porque cuando los pies de Chase se liberaron, él calló estrepitosamente hacia el suelo. Un golpe seco sonó en el lugar y segundos después las carcajadas de Lucas estallaron sonoramente. Cuando vi hacia abajo, Chase ya se levantaba del suelo mientras sobaba su espalda. Me apresuré a bajar. Una vez que estuve en tierra, tomé a Chase de la mano y lo saqué rápidamente, con Lucas pisándonos los talones.
– Tenemos que salir de aquí antes de que alguien se de cuenta.
Lucas cogió el carrito en el que ya teníamos todo, y nos dirigímos hacia la caja para pagar. La mujer nos miraba mientras pasaba las cosas por el escáner de la máquina, como intentando averiguar por qué unos adolescentes y un niño necesitarían material de construcción. Cuando hubo acabado saqué la tarjeta de crédito que Andrew me había dado y se la entregué en la mano. La pasó por la ranura del pequeño posnet. Me devolvió la tarjeta y salimos pitando de ahí. Una vez que estuvimos en el coche, volteamos hacia Chase en busca de explicaciones.
– ¿Qué paso? – pregunté mientras encendía a Edward.
– Yo... no lo sé.
– ¿Qué quieres decir con que no lo sabes? – Lucas lo miró confuso desde el asiento que estaba a su izquierda. El asiento delantero estaba roto, así que nadie podía sentarse. Creo que en parte se arrepentía de haber sido el responsable de eso, ya que ahora debía sentarse detrás. Pero ese es otro tema.
– Quiero decir que no lo recuerdo – lo miré por el retrovisor mientras conducía hacia casa –. Simplemente no lo recuerdo, todo es muy confuso. Un segundo estaba buscando las dichosas baldosas y al siguiente estaba colgando del techo. Es muy extraño.
– Sin duda.
– ¿Te había pasado otras veces? – pregunté y él negó con la cabeza –. Bueno, ahora solo podemos esperar y ver si vuelve a pasar.
Llegamos a casa y bajamos todo lo que llevábamos en el auto. Los tres nos paramos frente a la casa, observándola. Intentando averiguar cual debería ser nuestro primer paso.
– El baño, lo primero debe ser el baño – dije recordando que mi última ducha fue en antes de salir del motel. Y eso no se podía llamar ducha, dado que tuve que salir a los dos minutos porque se corto el agua.
– Pues... ¡manos a la obra! – Lucas dio una palmada y empezó a caminar hacia la casa.
***
Cogí el libro de Historia y me dirigí hacia el salón de clases. Aquella mañana todos mis libros habían aparecido en el casillero. Lo más probable es que fuera obra de Connor. No se le escapaba ningún detalle.
Caminé hacia el salón. Y como ya era de esperar, el único sitio libre era el que estaba junto a Zac. Apreté el libro contra mi con más fuerza, y después de un largo suspiro me senté en el pupitre. Y así pasaron las horas, yo intentando no dormirme y él riéndose cada vez que yo cabeceaba. Cuando el primer tiempo hubo acabado, me levanté, cogí mi libro y salí de la clase. Volví a dejarlo en el casillero para luego dirigirme hacia la cafetería.
– Sabes Glasswerf, te he investigado – su voz me sobresaltó.
– Deberías avisar cuando llegas.
– Perdona, aún no tengo tu número. ¿Quieres dármelo?
– Ni en un millón de años.
– Bien, a lo que iba. Estuve investigando sobre ti, Brooke – abrió la puerta de la cafetería y dejó que pasara primero.
– ¿Ah sí? ¿Y que se supone que averiguaste?
– Sobre la familia Glasswerf nada.
Reí burlonamente mientras cogía una bandeja para coger el almuerzo.
– No hay ninguna referencia hacia el apellido Glasswerf, al menos no con vuestros nombres.
– ¿Y que es exactamente lo que sabes de nosotros, Zac?
– Se que vuestro verdadero apellido no es Glasswerf.
La bandeja, que ya llevaba llena de comida, resbaló de mis manos. Y todo el mundo se giró hacia nosotros ante el barullo.
¡¡Hola mis queridas grenlims!! No estoy completamente de vuelta Jaja. Solo estoy aquí de paso, tenía ganas de escribir un poco así que me conecté al ordenador. Aquí está el nuevo capítulo, espero que les haya gustado. Ya saben que hacer, darle a la estrellita y comentar lo que sea que se les pase por la cabeza. Volveré a mediados de julio si todo sale bien, y si no, volveré a mediados de este mes.
Por cierto, gracias a las que me apoyaron y me dieron ánimos en mis estudios. Gracias.
Bueno nos vemos pronto, las quieto. Cuidense y no olviden bañarse para multiplicarse grenlims.
-Alejandra-
P.D.:Perdón si hay faltas ortográficas.
P.D.2: Chase (Thomas Brodie-Sangster) en multimedia.
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