“Todo fue tan espontáneo, tan natural, que a ninguno de los dos nos pareció nada raro que de pronto, mi mano estuviera en su mano y que nos miraramos a los ojos como dos tontos”  / Mario Benedetti

  Narradora Omnisciente

Evans aparca su auto fuera de la casa de Juliett. Rápido baja y a pasos rápidos se dirige a la entrada. Tiene tanta impaciencia por llegar, verla y hablar con ella aunque en el fondo, no sabe como actuar, que decirle y tan solo pensar la idea que Juliett lo rechace, le asusta. Sin embargo, una parte de él quiere hacerlo o al menos intentarlo.

Se ajusta la mochila en su hombro y termina por llegar a la puerta. Toma una profunda respiración y toca dos veces.

Los nervios le invaden al pensar que verá a Juliett.

De pronto, la puerta es abierta por la madre de Juliett. Esta le sonríe al verlo, ella tenía la seguridad que vería al chico en su casa, tan solo fue un plan con Gina para ver feliz a su hija.

—Hola señora Julieta.

—Evans, que gusto verte.

Él la mira nervioso.

—¿Esta Juliett?

Ella asiente y le permite el paso.

—Entra

Evans se adentra a la casa, avanza unos pasos y se da la vuelta.

—Yo...

—Sube, está arriba en su habitación. Espero que mi hija quiera verte. Haz lo correcto.

Evans pestañea varias veces.

—¿Usted lo sabe?

Julieta asiente y se cruza de brazos.

—Vaya, todos se dieron cuenta menos nosotros. —Evans rasca su nuca—. Cree que mi madre...

—Lo sabe. Una como madre se da cuenta de ciertas cosas con nuestros hijos Evans. Ella tenía sus sospechas, yo las mías y un día, mi hija me lo confesó. Incluso, nosotras soñamos en verlos juntos pero no como amigos. —Julieta le sonrie—  No necesite que tú me lo dijeras cuando eres muy obvio al verla, me di cuenta cuando venías a verla. No la ves como tu amiga ¿verdad?

Él da un paso adelante.

—No supe fingir bien.

—Fingiste bien con Juliett o tal vez ese aprecio de amigos que se tienen, los cego al ver esas señales.

Evans asiente.

—Ambos actuamos mal. Julieta, en verdad quiero... amo a su hija y quiero arreglar las cosas con ella.

—Juliett me contó, está muy triste. Gracias a Gina logró estar un poco mejor, después ella se fue y no a querido verme. Quiere estar sola.

Evans gira la cabeza en dirección a las escaleras.

—Todo es mí culpa.

—Tienes que resolverlo Evans. Sube y dile la verdad a mí hija.

Evans regresa la vista al frente y asiente. Enseguida se da la vuelta y se pone en marcha subiendo las escaleras rápidamente.

Está por llegar a la habitación de Juliett. Le sudan las manos, está nervioso y los latidos de su corazón se aceleran con cada paso que da. Se siente extraño, no es la primera vez que está en la habitación con Juliett, no es la primera vez que habla con ella o viene a verla, sin embargo, está vez es distinto.

Finalmente, esa barrera que se creó entre ellos, piensa destruirla. Piensa decirle a su amiga sus sentimientos sin importarle nada.

Evans se detiene frente a la puerta. Suspira y toca la puerta con su puño. Espera segundos y vuelve a tocar.

—Vete mamá. —escucha la voz de Juliett.

Evans hace una mueca al notar el tono triste de ella. Insiste y vuelve a tocar.

—Mamá, quiero estar sola.

Carraspea.

—Soy... soy Evans.

Silencio total.

No obstante, Evans escucha pasos al acercarse a la puerta y pocos segundos, esta es abierta por la chica.

Ambos se ven fijamente.

—Hola Juli, ¿puedo pasar? Debemos hablar.

Juliett lo mira con confusión mezclada con la sorpresa y la molestia. Antes de abrir, la chica limpió sus ojos, mejilla por las lágrimas. Sin embargo, es demasiado tarde porque Evans se dio cuenta. La conoce muy bien para darse cuenta que estuvo llorando y eso solo logra aumentar la culpa en él.

—¿Qué haces aquí Evans?

—Dejame entrar, necesito decirte algo.

Ella lo duda.

—¿No vas a dejar entrar a tu amigo? —agrega él.

—Ya no somos amigos.

Evans agacha la cabeza al escucharla.

Juliett no soporta verlo así y se aparta de la puerta.

—Entra. —le dice bruscamente.

Evans alza la vista y sin mencionar nada, entra.

Juliett espera a que entre y cierra la puerta. Toma una respiración profunda y se dirige a la cama hasta tomar asiento en la orilla.

Evans se mantiene de pie a una cierta distancia de ella.

Ambos se quedan en silencio, se limitan a verse.

—¿Cómo estás? —rompe el silencio Evans.

—Estoy —Juliett se encoge de hombros— estoy triste. —le confiesa.

—Juli...

—¿No deberías estar con Lisa? —lo interrumpe ella— en su fiesta. Deberias estar con tu novia y no aquí.

—Lisa ya no es más mí novia.

Juliett frunce el ceño.

—¿Co–como has dicho?

Evans suspira.

—Terminé con ella. Lo acabo de hacer. Descubrí que me engañó con mi mejor amigo, Ismael. Los encontré hablando sobre mi, lo suyo en su habitación. Cuando abrí la puerta, se estaban besando. Simplemente, terminé con ella.

—Lo siento. —emite Juliett.

Aunque no evite, poco le causa emocion esa noticia. Sin embargo, a la vez le molesta, de nuevo tener que consolar a su amigo y soportar verlo con otra chica.

—Sé que la amabas y...

—No amo a Lisa.—la interrumpe Evans— no lo hice. Se lo dije porque me sentía presionado pero no lo siento. Fui claro con ella y es obvio que ninguno siente eso por el otro. —Evans da un paso adelante— Tu lo sabías ¿verdad? Por eso me dijiste todo eso de ella.

Juliett asiente.

—No me dejaste hablar.

—Lo siento, tú no mentias. Es mí culpa.

—Lisa no debió hacerse eso.

—Lisa lo hizo para darte celos a ti porque no le caes bien. Me lo confesó y muy estúpido, no me dí cuenta.

—Evans yo...

—Juli —la interrumpe él— no estoy afectado por eso. De hecho, dejar a Lisa fue lo mejor. Le di su dibujo y no quiero volver a verla más. No quiero hablar más de Lisa, si estoy aquí es porque quiero recuperar a mi amiga. Te necesito Juli, no puedes terminar con una amistad así.

—No solo es por Lisa. —le responde ella y se acomoda en la cama— es todo. No quiero ser tu amiga Evans, ya no lo soporto.

Evans la mira fijamente.

—Quiero que veas algo.

Juliett niega.

—Vete Evans.

—Juli, solo te pido una oportunidad. Necesito que veas algo.

Rápido Evans se descuelga su mochila. Se acerca a Juliett, saca su libreta de dibujos y se la entrega.

—Mira y lo vas a entender. Tú sabes lo importante que son mis dibujos para mí, pero la verdad, lo más importante es lo que dibujo.

Juliett con confusión toma la libreta.

—No la abras aún. —le dice Evans y retrocede— saldré afuera, te daré tiempo para que lo veas y entiendas muchas cosas.

Dicho esto y Evans se da la vuelta y enseguida, abandona la habitación.

Juliett mira la puerta cerrada, suspira y concentra la vista en la libreta. Empieza a abrirla, al principio solo mira paisajes. Pasa de página, contempla un cielo. Continúa y mira el detalle de unos hermosos ojos. Extrañada continua hasta detenerse en un dibujo que llama su atención, abre los labios un poco al verse dibujada. Contempla cada detalle impactada.

Deja de ver el dibujo y gira a ver a la puerta.

Se arma de valor y regresa la vista en la libreta y pasa de hoja. Otro dibujo suyo a color, lo mira fijamente y continúa. Se encuentra con varios en diferentes ángulos, formas, dibujada. Se detiene en una hoja al ver su nombre escrito, una pequeña nota que distingue como la letra de Evans y una frase que hace que su corazón se acelere.

Juliett queda confundida, atónica mientras mira cada dibujo.

Mientras afuera, Evans camina de un lado a otro muy nervioso. Cuenta hasta diez y apenas llega al ocho cuando se acerca a la puerta y la abre.

Sonríe al ver la cara de confusión de Juliett.

Ella alza la vista y frunce el ceño.

—¿Qué significa esto?

—La verdad Juli. —él se adentra a la habitación y cierra la puerta tras él— la única verdad es que te quiero, corrijo, te amo.

Juliett pestañea varias veces y baja la vista en la libreta.

—Lo escribiste, me amas. —Juliett alza la vista y la posa en él— no entiendo, pero tú...

—Sabes que dibujo lo que más me gusta, amo y en todas esas hojas, estás tú. Eres mi inspiración.

Evans se encoge de hombros.

—Pero, somos amigos.

Evans sonríe.

—Creo que ambos rompimos esa promesa. —Juliett enarca una ceja— lo sé. Ya sé lo que sientes por mí y entiendo que no me hayas querido decir nada. Yo estaba igual. Si esa fue la forma que encontraste de decirme que...

—Espera. Un momento, ¿de qué hablas?—lo interrumpe ella— ¿Qué sabés?

—La verdad, tú secreto.

Juliett abre sus ojos sorprendida.

—Sé que sientes cosas por mi, que estás enamorada de mi. Lo leí todo.

—¿Lo...lo leíste?

—Las notas

—¡¿Qué notas?!

Juliett se pone de pie y deja la libreta sobre la cama.

—Las notas que me mandaste.

—¡Yo no te mandé nada!

Ambos se ven con confusión.

—No, si fuiste tú. —dice Evans aún confundido y descuelga su mochila. Rápido toma asiento en la cama y saca la computadora. La abre y busca rápidamente— mira, aquí están. Tú me la enviaste.

Evans gira la computadora en dirección a Juliett. Ella baja la vista y coloca una mano en su cintura al leer el primer renglón.

—Yo no te envié eso. —murmura.

—No me digas eso Juli. Tú lo escribiste.

Ella desvía la vista y aprieta sus labios.

—Juliett, dime la verdad.

Ella gira a verlo.

—Lo hice. Yo escribí eso pero te juro que no te lo envíe. No me atrevía a que tú lo leyeras. Te lo juro.

—¿Entonces?

Juliett se encoge de hombros.

De pronto, un nombre invade su mente.

—Gina. —susurra—  ¡Fue Gina! ¡Estoy segura que fue ella, Gina lo sabía. Estuvo en mi habitación hoy antes de irse a la fiesta! —Juliett mueve sus manos alterada— fue ella.

—Gina.

Juliett asiente.

Evans deja la computadora sobre la cama.

—No debió hacerlo.

Él gira a verla.

—Me alegra que lo haya hecho. Nos ayudó. Admítelo Juli, ambos fuimos cobardes para decirnos esto.

Ella lo observa fijamente.

—Se suponía que éramos amigos, tenía miedo a que me rechazaras. —ella toma asiento a su lado— rompí nuestra promesa. Creí que si te decía, nuestra amistad terminaría y ni como amigo te tendría cerca. Tenía miedo Evans.

—Lo mismo pensé. Es que no creí que tú... Bueno, nunca sospeché —resopla— ¿Desde cuándo?

Juliett lleva sus manos a su regazo. Ninguno de los dos se atreve a verse. Ambos con la vista puesta en la puerta.

—Guarde el secreto por años. Fingi desde los 13. Al principio creí que era solo atracción, que solo me gustabas por tu forma de ser, incluso te me hacias atractivo. —Juliett no evita ponerse roja— después, pasaron los años y cada vez eso se volvió más fuerte al punto de tener celos cuando te miraba con otras chicas, me dolía verte triste y me daba coraje al ver que ellas no valoraban nada de lo que hacías por ellas. Decía, ya quisiera yo tener tú amor.

Juliett suspira.

—No evite sentir esto por ti Evans. No frené estos sentimientos, este amor por ti.

—Yo también estaba confundido. Incluso me sentía mal por sentir esto por mí mejor amiga y más porque creí que yo solo sentía esto.

Ambos giran a verse.

—Por eso salí con otras chicas, con Lisa para intentar olvidar y sacar de mi cabeza a Juliett Wilde pero no lo logré. Ambos hicimos lo mismo ¿verdad?

Juliett asiente.

—Crei que solo me gustaba estar contigo, que solo me gustas tu pero es verdad que entre más cerca, más difícil fue evitar esto.

—No fue fácil.

—No lo fue.

Ambos se sonríen.

—No puede ser. —Juliett regresa la vista al frente— entonces, ¿tú sientes algo por mí?

—A estas alturas ya deberías saberlo.

Juliett sonríe.

—Todos lo sabían Evans.

—Menos nosotros. Creo que fuimos obvios. Nuestras madres, nuestros amigos, incluso Lisa lo sabían menos nosotros dos.

Juliette suspira y gira su cuerpo.

Evans gira a verla.

—Pero somos amigos, lo somos desde niños.

—Pero ya no quiero ser tu amigo Juliett. No después de esto.  —Evans se gira ambos quedando frente a frente— podemos intentarlo. Puede funcionar.

—Pero ya no verás como tú amiga.

—Te veré como mi novia.

Evans le sonríe.

Juliett se ruboriza.

Él borra su sonrisa, se vuelve serio y suspira.

—¿Lo intentamos amiga? —estira su mano.

Juliett observa su mano y sin dudar, la acepta sin evitar sentir esa electricidad en todo su cuerpo.

—¿Estamos locos por esto?

—Somos dos locos enamorados.

Juliett empieza a reír.

Deja de hacerlo y lo mira fijamente.

—Me sentire rara.

—¿Lo dudas?

—Bromeas, esto lo he soñado desde hace años.

Eso causa una leve risa en Evans.

—Matare a Gina aunque creo debo agradecerle.

Evans asiente, sin soltarla, se acerca un poco a ella.

—Al fin podremos decirles a todos que ya no somos amigos, que somos novios. No creo que seamos los únicos.

Juliett asiente.

Ambos se ven fijamente por largos segundos.

Evans se arma de valor en dar el primer paso y se empieza acercar a ella.

—Siempre he querido besarte. —le murmura cerca de su boca.

—Pues hazlo —emite ella nerviosa.

Evans se detiene de pronto dudando. Juliett no lo soporta y se inclina sellando sus labios. Ambos cierran los ojos,  al principio, solo es un roce, sin ningúno dar el primer paso es iniciarlo. Hasta que torpemente, ambos empiezan a mover sus labios, se acoplan a un ritmo. Evans suelta las manos de Juliett y coloca una mano en su cintura y ladea la cabeza. Un beso tierno hasta que Juliett abre los ojos y es la primera en alejarse. Evans abre sus ojos y lame sus labios.

Ambos se sonríen.

Y sin evitar, Juliett lo abraza.

Evans coloca sus manos en su espalda sin evitar la sonrisa en su rostro.

—Evans

—¿Si?

Juliett muerde su labio inferior y se empieza a alejar de él.

—Te amo mejor amigo.

Ríe

Le contagia su risa a Evans hasta ambos dejar de hacerlo y terminan por darse otro beso.

❤️ F I N ❤️