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🌙Capítulo 26: "Marcas en tu piel"🌙

"Ahora mismo no tengo vergüenza, estoy gritando a todo pulmón por ti. No tengo miedo de enfrentarlo, te necesito más de lo que quiero."
🌙

Los sueños son fantasías creadas por el subconsciente. Cierras los ojos y te sumerges en un mundo de espejismo, lleno de magia, de amor, de aventuras, según el tipo de deseo que anhela tu corazón. Algunos pueden ser recuerdos del pasado, otros llegan a convertirse en pesadillas atormentando la tranquilidad de quien lo porta. Nuestras preocupaciones o problemas influyen directamente en nuestro estado de ánimo y, como no, en nuestro cerebro, que para eliminar dichas tensiones o preocupaciones, se expresa a través de los sueños.

Interesante, ¿no?. A mí me parecía de lo más fascinante y a la vez surrealista.

Por dos años seguidos tuve el mismo sueño, mismo momento, mismo escenario...misma persona. Siempre me pregunté por qué lo tenía, qué significado tendría, hacia dónde me llevaría. Y ahora estaba aquí, muy despierto, abrazado al hombre que me visitaba en ellos cada noche, envuelto en el calor de su cuerpo. Su torso desnudo pegado a mi espalda, su aliento rozando mi nuca, sus manos alrededor de mi cintura con sus palmas abiertas sobre mi estómago, nuestras piernas en un enredo placentero donde no sabía dónde empezaba uno y terminaba el otro. Simplemente maravilloso. Podría ronronear de felicidad por despertar de esta manera. Quería que cada mañana de mi vida comenzara así, conmigo entre sus brazos, después de haber compartido una noche apasionada y de mutua entrega.

Oh, Lunitas bonitas del universo.

Sólo de pensar en lo que hicimos anoche hace que mis labios se alcen en una sonrisa bobalicona y mis mejillas se bañen de rubor. Si estuviera solo y no envuelto en un abrazo de oso, estaría dando patadas al aire de plena alegría. Kook había sido tan paciente, tan atento, tan perfecto. Siempre al pendiente de mí, de mi tranquilidad y confianza. Incluso encendió ese pequeño proyector con luces cósmicas para tranquilizarme, dioses, fue demasiado maravilloso y romántico. Las palabras no me alcanzarían para describir todo lo increíble que me hizo sentir.

Con cuidado me remuevo tratando de no despertarlo, quería tener su apuesto rostro frente a mí y admirarlo mientras reposaba. Jungkook se mueve susurrando frases inentendibles en sueños y lleva sus manos a mi trasero, apretando mis sensibles mejillas. Cierro fuerte los ojos al sentir ese extraño ardor en mi agujero y la sensación de molestia en todos los lugares correctos de mi cuerpo. El calor en mi rostro y cuello se intensifica cuando recuerdo cada detalle de lo que hicimos pocas horas atrás.

Jungkook se encargó de cuidarme, en algún momento de la madrugada nos limpió y cubrió con las mantas manteniéndonos desnudos, pero bien abrigados; y aunque me daba un poco de vergüenza pensar en ello ahora, en ese lapsus de tiempo mi cabeza sólo daba vueltas en torno a Kook y nada más, la pena no había hecho añicos mis nervios todavía y me mantenía flotando en mi propia nebulosa de fascinación. Aún así, él tuvo en cuenta cada cosa que necesitaba sin que yo dijera una palabra. Esas pequeñas muestras eran las que me hacían caer enamorado una y otra vez.

Sus ronquidos me hacen sonreír y acurrucarme más contra su pecho, está profundamente dormido a pesar de que los rayos de sol entran por las rajaduras de las ventanas comenzando a molestar. Sin embargo una parte de su anatomía está bien despierta y presionada entre mis muslos. Muerdo mi labio inferior removiéndome un poco, buscando alguna reacción de su parte. Nada. Sigue dormitando como un tronco incluso cuando su erección mañanera se tensa deliciosamente contra mí, burlándose de la mía con su caliente proximidad. Travieso, miro bajo las mantas, pero cuando veo tal estaca alzada rápidamente vuelvo a bajar las sábanas y trago duro.

Santa Luna.

No me juzguen, Jungkook es muy grande y grueso, intimidaba con sólo verlo, el que me haya asustado anoche cuando lo vi en su completa desnudez es totalmente justificado, más en mi primera vez. Bastó con estar de nuevo en sus brazos para armarme de coraje y seguir adelante, aunque por dentro era un manojo de nervios lleno de temblor, deseaba con todas mis fuerzas llegar hasta el final y no me arrepentía, seguro estaba de que nunca lo haría. Dolió a mares al principio, sí, pero luego Kook convirtió ese dolor en tal placer que todo lo demás quedó en segundo plano, sólo podía sentirlo a él y nada más. En cambio, viéndolo ahora en todo su esplendor, me hace estremecer de pies a cabeza. Me obliga a cuestionar cómo fue posible que estuviera dentro de mí, con él siendo tan robusto y yo tan pequeño. Tal vez es un  tramposo juego mi mente, pero no puedo evitar tener ese tipo de pensamientos. Estoy impresionado e intrigado a la vez.

Aunque bueno, eso no viene al caso ahora, Jungkook me hizo el omega más feliz de la tierra cuando me hizo suyo, eso es lo único que debe importar. No me marcó, eso también me hace discurrir un poco; pero lo entiendo, no era la ocasión correcta todavía y estaba de acuerdo con que fuera de esa manera. Ya llegaría el momento de fundir nuestros lobos y almas en la alianza más grande que cualquier pareja destinada pueda experimentar. Moría de ganas por que pasara, aún así estaba dispuesto a esperar a que ambos estuviéramos listos para dar tan importante avance en nuestra relación. El tiempo nos dictaría cuando, nos dejaba en sus manos con los ojos cerrados.

En este instante prefiero disfrutar de nuestro presente y atesorarlo como un recuerdo latente dentro de mi corazón.

Guiado por mis instintos y deseos, dibujo besos en cada parte de su cuerpo, comenzando por ese bello lunar que reposa bajo sus labios, sin olvidar ese sensorial piercing que tanto amo; beso sus cejas pobladas, sus ojos. Nado en el exquisito aroma que desprende, siendo un descarado al impregnar un poco más del mío sobre él. Voy bajando lentamente dejando besos por su cuello, su amuleto solar y cada lunar que adorna su piel, sus clavículas, sus anchos hombros hasta llegar a su pecho donde me deleito en su dureza y en los fuertes abdominales que marcan su estómago. Jungkook se gira quedando boca arriba, sigue murmurando dormido llevando su antebrazo tatuado a sus párpados cerrados; sonriendo me meto bajo las sábanas y sigo con mi exploración, amando cada descubrimiento que hago en toda su complexión. No puedo evitar dejar cortas lamidas alrededor de su ombligo, en su ingle, y acariciar con mis manos sus musculosos muslos. Esas piernas suyas merecen un pedestal, son increíblemente robustas y maravillosas.

Me detengo al toparme con su erección bien despierta y necesitada de atención.

Es grande, ancha, con las venas marcadas a lo largo de su falo. La corona roja llamando a que la pruebe. Me lamo los labios viendo la cabeza brillante, acercándome tanto a ella que me pongo bizco en el proceso. Sacudo la cabeza saboreándome los labios, mi boca hecha agua. Tengo una idea bastante clara de lo que quiero hacer, Jungkook había hecho lo mismo conmigo anoche y yo quería hacerle sentir igual de bien aunque la inexperiencia no jugara a mi favor. Así y todo, puedo seguir mis instintos, ¿no?. Podía guiarme por lo que me hizo mi Kook y hacerle sentir en las nubes como lo hizo conmigo. Mi omega mueve la cola y saca la lengua en completa aprobación en mi interior, ambos en sintonía con lo que deseamos. Sin pensarlo dos veces tiento besando el prepucio, un besito simple, para luego seguirle una lamida a esa pequeña protuberancia llena de líquido blanquecino.

Nada mal, no es tan complicado y me está gustando. Un tantito raro, pero no tan malo como para no seguir.

Lo tomo en mis manos y continuo pasando la lengua en círculos por todo su alrededor, se tensa en mis labios volviéndose más firme. Ladeando la cabeza chupo el glande, una, dos, tres veces hasta que decido llevarlo por completo a mi boca. Grave error. Casi termino ahogado cuando al llegar la mitad de su pene a mi garganta me quedo sin aire, me atraganto y comienzo a toser desesperado. Mejor voy poco a poco y sigo chupando la punta hasta llevarla despacio a lo profundo de mi boca.

No pasó mucho tiempo antes de que sus ronquidos se convirtieran en graves gemidos. Levanto la mirada encontrándome con sus ojos sorprendidos en llamas y los labios entreabiertos. Su pecho sube y baja en respiraciones desesperadas, el rostro encendido de Jungkook ahora mismo es el mejor cuadro erótico que he visto en mi vida y me fascina. Beso su cabeza roma antes de regalarle una de mis mejores sonrisas coquetas.

–Buenos días, Kook.

–Sí que son buenos–murmura ronco sin alejar la vista de mis labios sonrientes muy cerca de su entrepierna–. ¿Quieres matarme mientras duermo, bebé?

–Nop, todo lo contrario–mi sonrisa crece y bato mis pestañas–. Quiero hacerte sentir bien, ¿puedo?.

Jungkook gruñe y su erección palpita en mis manos.

–Puedes hacer conmigo todo lo que quieras, tesoro.

Ronroneo feliz y procedo a seguir con mi trabajo, esta vez disfrutando de los sensuales sonidos que suelta Kook cada vez que chupo con fuerza. Mi trasero comienza a lubricar, mi propia erección levantándose y buscando algún tipo de alivio, llevo una mano hacia ella para acariciarme mientras la otra masturba desde la base del pene de Kook, hasta donde mi boca no puede llegar. Como había dicho, mi alfa es grande, y por el momento es imposible para mí ir más allá sin tener tanta práctica y experiencia. Hasta que no llegue a ser experto no iba a ir tan lejos, con esto estaba bien y por el rostro complaciente y gemidos extasiados de Jungkook, me hace saber que también lo es para él.

Bueno, hasta que lo muerdo sin querer y grita con la alarma clara en su mirada:

–¡Ah! Bebé, cuidado con los dientes.

Lo saco de mi boca viéndolo completamente apenado y con un puchero en mis húmedos labios.

—Perdón, soy muy torpe.

Jungkook sonríe perezoso y acaricia mi cabello.

–Está bien, lo estabas haciendo estupendo. Si no quieres seguir no tienes que hacerlo...–mi respuesta fue lamerlo desde sus bolas hasta el glande hinchado y goteante, todo sin dejar de verlo a los ojos–¡Ahg joder, Jimin! Me vas a matar...

Si pensaba que me iba a detener un pequeño error, estaba muy equivocado.

Chupo con vehemencia haciendo esa cosa que hizo Kook de ahuecar las mejillas, teniendo cuidado esta vez de no morderlo en el proceso. El sabor de su piel y almizcle picante explota en mi lengua, haciéndome gemir de apreciación. Sus manos siguen acariciándome, tirándome con delicadeza del cabello en lo que mi cabeza sube y baja sobre él. Me duele un poco la mandíbula, pero no me preocupo por eso ahora. Puedo sentir que está a punto de correrse, rozo sus testículos y me acaricio al mismo tiempo con fervor, quiero que los dos disfrutemos de esta primera vez. Jungkook mueve sus caderas al ritmo de mis lamidas, pero no me obliga a ir profundo, me deja disfrutarlo a mi modo y me encanta, me lleva al borde de la locura.

Estamos tan cerca...

–Jimin, para.–pide descolocándome y alejándome de él, mis cejas se fruncen.

–¿Qué pasa? ¿No te gusta?

¿Tan malo soy en esto? Lunas, sí, lo mordí sin querer, pero es mi primera vez haciendo este tipo de cosas y en lugar de hacerlo volar de placer lo estoy haciendo terrible. Si no es eso, no entiendo por qué quiere parar justo cuando ambos estábamos por llegar al final feliz. Jungkook nota mi cuestionamiento silencioso porque se acerca acariciando mi labio inferior con sus dedos.

—Al contrario, me encanta tener tu boquita en mí. Eres las cosita más caliente y hermosa que he visto...pero quiero terminar de otra manera–dice con calma besando mis labios llenos de su sabor, me derrito–. Quiero hacerte el amor de nuevo, ¿me dejas, bebé?.

Embobado asiento repetitivo y me subo a su regazo, besándolo con tanta pasión que me quema por dentro. Moría por sentirlo dentro de mí otra vez, sólo de pensarlo mi entrada lubrica en abundancia y comienza a palpitar con ganas de ser llenada.

–Sí. Hazme tuyo otra vez, Kook.

Mis caderas se mueven sobre él, sintiendo su dureza rozar entre los cachetes de mi trasero. Gimo y Kook gruñe besándome de lleno, lamiendo mis labios y amasando mis glúteos con desenfrenada lujuria. Estoy a punto de perder la razón y estoy dispuesto a dejar mi cordura en la palma de sus manos con tal de que me eleve a los cielos y me deje caer en sus brazos.

–Boca abajo contra el colchón, ahora–la orden sale en un gruñido ronco que me hace estremecer, sin demorar hago lo que me pide, sumiso, a la espera de lo que viene. Kook se levanta, pone una almohada bajo mi rostro y se recuesta con cuidado sobre mí; susurra en mi oído despertando corrientes de placer en todo mi interior:–. Sube las caderas para mí, amor.

Obedezco, poniéndome de rodillas, arqueando la espalda con los brazos extendidos, las piernas abiertas y mi rostro sonrojado enterrado en la almohada. Esta posición es demasiado vergonzosa, literalmente estaba expuesto por completo a Jungkook. Y aunque la exitación no hace más crecer entre nosotros, sigue siendo demasiado para mi pobre alma primeriza. Jungkook no me deja pensar porque enseguida siento uno de sus largos dedos jugar alrededor de mi entrada, no puedo evitar sisear exudando deseo. Lo miro de reojo y me sonríe todo pícaro antes de llevar el dedo con mi lubricante natural a su boca y chuparlo con hambre, gimo extasiado. Este alfa va acabar conmigo y estoy muy de acuerdo en que lo haga, amo lo apasionado que puede llegar a ser por mí.

Sin previo aviso ese mismo dedo invade mi agujero y se mueve en torno a mi interior, burlándose, volviéndome loco, haciendo que me retuerza y pida más y más. Jungkook suma otro dedo y lo pierdo cuando toca ese punto de felicidad que me hace vibrar de pies a cabeza. Añade un tercero y ya me tiene todo necesitado jadeando para él. Pero quiero más, lo quiero a él, lo necesito dentro de mí lo antes posible.

Besa a lo largo del tatuaje de mi espalda, lamiendo, mordiendo, provocando.

–¿He dicho que me encanta tu piel?–murmura entre dientes besando esa zona erógena en mi cuello, justo donde iría su marca, seguido de una nalgada que me hace chillar y temblar, eso va a dejar moretón–Me fascinas, Park Jimin.

A estas alturas mi cuerpo es una jaula de fuego, y lo mejor de todo, es que me quería seguir quemando.

–Oh, Kook–gimo con ganas cuando clava sus colmillos en mi hombro y luego lame la zona lastimada–. Entra en mí ya, por favor.

He perdido la vergüenza, estoy suplicando desesperado, buscando más de su contacto. Jungkook ríe perezoso al escucharme gemir en protesta cuando se aleja. Escucho un paquete ser rajado a mis espaldas y el sonido de sus pasos volviendo a mi lado. Espero impaciente, lo necesitaba tanto como lo deseaba. Kook sube al colchón colocándose detrás de mí, su glorioso pene enfundado en el condón rozando tentativo mi entrada. Jadeo.

–Está vez no iré despacio, tesoro.

Oh sí, por favor.

Con ojos nublados de lascivia me giro y lo miro, su grandiosa presencia destilando lujuria.

–Haz lo que quieras conmigo, soy tuyo. No te contengas.

Esas palabras fueron magia porque su semblante estalla en incontenible pasión y deseo.

Me toma de la caderas entrando en mí de una sola estocada, haciéndome gemir de placer y ardor, tengo que tomar profundas respiraciones y esperar unos segundos, acostumbrarme a su tamaño y grosor. No duele tanto como la primera vez, pero aún así sigue siendo un tin molesto al principio. Mi alfa me deja besitos en el cuello, en mi nuca y hombros, esperando con calma por mi consentimiento.

–Estás tan apretado y me recibes tan bien–su respiración roza caliente cerca mi mejilla–. No aguanto más, bebé. Dime que puedo seguir, te lo suplico.

No lo hago esperar, estaba tan desesperando como él.

–Muévete, por favor.–lloriqueo deslizándome sin pudor contra su duro pene.

Me complace comenzando a moverse y es entonces que todos nuestros sentidos se intensifican, drogándome, erizando cada vello de mi piel. Me hace ver el sol, la luna y las estrellas.

Estoy ahogado en el vaivén de sus caderas, en el sonido de los choques duros de su pelvis contra mis nalgas. En la delirante fragancia de nuestros aromas mezclados. Jungkook le está haciendo el amor a mi cuerpo, mente y corazón. Entregándome todo de él y recibiendo todo de mí. Llegando tan profundo, tocando lugares sensibles en mi interior hasta hacerme chillar de tan delicioso goce, dejando marcas de amor en todo mi ser.

Me siento borracho, borracho de tantas emociones. Mismas emociones que están completamente desnudas ante sus ojos, visibles para que hiciera con ellas lo que quisiera.

Hace movimientos pélvicos en círculos, disminuyendo la velocidad para después arremeter con fuerza, provocando que ruede los ojos y gimotee entrecortado. Sus manos caen en mi cuello empotrándome contra la almohada, siento que de las comisuras de mis labios corren hilos de saliva de tanto jadear y gemir. Me está llevando al cielo, me hace tocar las nubes con cada embestida certera contra mi próstata. No necesito acariciar mi endurecido pene que se balancea en cada estocada entre mi estómago y el colchón para llegar al final, él me hace enloquecer con sólo tenerlo así dentro de mí. Tomándome de sorpresa, Jungkook me levanta chocando sin delicadeza mi espalda contra su pecho, la nueva posición le permite llegar hasta el fondo, clavándose por completo en mi interior, eso hace que los dedos de mis pies se retuerzan y mis jadeos se vuelvan gritos. Pero no se detiene, continua dándome, llenándome con todo lo que posee.

–¿Te gusta, bebé?–resopla, el chapoteo de nuestros cuerpos intensificándose.

–Sí, m-mucho...Ah, ahh...¡Ugh!

Calla mis quejidos girando mi rostro y aplastando nuestras bocas en un beso desordenado, cargado de lenguas y dientes. Esto es demasiado, no aguantaré un segundo más, las cosquillas inconfundibles en mi bajo vientre me lo advertía. Mi alfa aprovecha para morder con ganas mi labio inferior, mirándome con ojos rojos, fervientes y dilatados.

–Oh, lunas...J-Jungkook.

Aúlla ronco y vuelve a nalguearme sacándome un chillido ahogado.

–Grita mi nombre.

Y lo hago, grito con fuerza su nombre al explotar de tanto placer, manchando mi barriga y las sábanas al mismo tiempo. Los planetas y las estrellas estallan en mi interior, convirtiendo la galaxia de mi alma es un lugar lleno de luz apasionada. Eso y mucho más es lo que Jungkook me hace sentir.

Mi cuerpo entero se sacude en ricos temblores cuando sigue moviéndose dentro mí, sobre estimulándome con cada dura penetración. Unos cuantos embistes más y mi novio ruge al llegar al orgasmo, llenando el condón de su caliente liberación. Nos deja caer, desplomándonos sobre el colchón, con él reposando sobre mi exprimido y saciado cuerpo, me baña con su olor y sudor. Sonrío todo bobo y feliz cuando siento besitos ser dejados a un lado de mi cabeza y mejilla húmeda por las lágrimas de placer. Me acaricia con cariño, susurrando palabras bonitas, dejándome saber lo querido y hermoso que soy sin salir de mi interior todavía.

Seguiríamos disfrutando de los mimos después del sexo, sino fuera porque el colchón comienza a desinflarse. Jungkook levanta la cabeza con el ceño fruncido y mira cómo nos caemos al suelo lentamente, yo lo miro igual de extrañado. Sale con cuidado de mí y me quejo haciendo puchero al sentirme vacío, pero al notar la mueca que hace cuando regresa de haberse quitado el condón y detiene la vista en una parte de la cama inflable, me incorporo preocupado.

–¿Qué pasa?

–Mmm...Jimin, tesoro–rasca su nuca mirándome apenado, que esté completamente desnudo no ayuda a la situación. No sé si reír o mantener la seriedad–, creo que rompimos el colchón.

–¿Qué dices?

Me levanto poniéndome a su lado y cuando veo de lo que habla comienzo a reír con ganas. En una de las puntas del colchón hay un hueco gigantesco por donde se escapa el aire. Kook ríe también, negando con la cabeza y me atrae a sus brazos envolviéndome en su calor sin dejar de sonreír.

–Recuérdame no volver a hacer el amor en un colchón de aire–refunfuña sobre mis despeinados cabellos, como si fuera un cachorro estafado–. No son confiables.

Río más fuerte y lo beso en la barbilla. Kook ríe conmigo y me abraza con dulzura balanceándonos de camino al baño. Estoy muy feliz. Esta mañana no podría comenzar de la mejor manera. Así que entre risas y caricias juguetonas le dimos la bienvenida al nuevo día y a la continuación de nuestra historia.

🌙

Marcaban las cuatro de la tarde en Busan en el momento en que Jungkook y yo guardábamos nuestras pertenencias en el auto de Yoongi. Habíamos pasado la hora del almuerzo metidos en la casa, acurrucados en el sofá disfrutando de nuestra intimidad y compañía. Tiempo después decidimos darle una última caminata a la playa antes de partir. Tomados de la mano nos fundimos en la luz del sol de verano, en el olor del mar y en los recuerdos que aquí creamos. Fue en definitiva un fin de semana de ensueño del cual nunca olvidaría y llevaría guardado en mi corazón.

Sin embargo, no podía evitar esa pequeña espinita clavada en mi mente al admirar la casa donde vivió mi pareja parte importante de su vida. Extrañaría este hermoso lugar, sentía que dejaba un pedazo de mí aquí.

Dejo que Jungkook bote en la basura el inservible colchón en lo que observo a detalle la planta baja de la casa, está vacía con las puertas selladas con tablas de madera. Sé que antes de ser deshabitada era una tienda de frutas y me da bastante curiosidad que Kook, siendo un hombre emprendedor, no le haya dado uso para algo más. Este vecindario se llena de turistas la mayor parte del año y es bastante poblado, abrir un negocio aquí sería una maravilla.

–¿Qué tanto miras, tesoro?–su voz me sorprende al llagar a mi lado, le sonrío encogiéndome de hombros.

–Nada. Es sólo que me preguntaba por qué no le dabas uso a la planta baja, tiene muy buen potencial, tal vez otra cafetería, florería...no sé.

Jungkook suspira abrazándome por la espalda, reposa su barbilla en mi hombro.

–La verdad es que no he pensado en eso, aquí es donde Tío Chan y Baek tenían toda su vida y su negocio, no he querido profanar su memoria después de lo que pasó. Hace años no hablaba con nadie sobre esos alfas que prácticamente me criaron, antes dije que éramos sólo mamá y yo, pero ellos de verdad son importantes, Jimin. Aunque ahora nos los tenga cerca y este lugar es tan de ellos como dicen que es mío, por el momento no quiero hacer nada para cambiarlo. No lo siento correcto.

Hago un sonido apreciativo acariciando sus antebrazos. Ahora siento mucha más empatía por esta edificación, las palabras de Jungkook me hacen admirar el gran valor sentimental que había tras de su fachada. Lo entendía perfectamente.

–Comprendo tus razones, sé que este lugar es muy importante para ti.

–Lo es. Me gusta volver siempre que puedo, ¿sabes?. Si la cafeteria me mantiene ocupado vengo una vez al mes y mantengo todo en orden, también estoy al tanto de las facturas y servicios–musita, sin dejar de abrazarme–. Yoongi a veces tiene que visitar la comisaría de Busan, le di una copia de la llave para que chequeara la casa y llenara la despensa cuando no pudiera venir.

–Haces un trabajo estupendo en cuidarla, Kook.

–Hago lo mejor que puedo–deja un beso en mi coronilla y me gira para encontrarme con sus ojos iluminados–. No muchas personas saben de este lugar, tesoro. Ni YooRa llegó a conocerlo, puedes imaginar la razón.

Su confesión me deja estupefacto.

–E-entonces yo...

Sonríe mostrando sus dientes delanteros, tan hermoso que me deja todo tonto y enamorado.

–Te traje aquí porque quería compartir todo contigo, eres mi novio, mi omega–roza nuestras narices, derritiéndome por dentro–. Te quiero y deseo que formes parte de todo lo que me hace feliz.

Mi corazón da un giro violento dentro mi pecho, tocado por este alfa que no hacía más que llenar mi mundo de dicha. Lo abrazo fuerte con los ojos aguados de tanto amor.

–Yo también te quiero, Kook. Gracias por compartir esto conmigo.

Quererlo se queda opaco ante mis sentimientos, porque yo lo amo.

Jamás pensé que podría ser posible amar con tanta intensidad, pero encontré mi hogar en sus brazos, mi felicidad en su sonrisa y mi futuro en sus manos.

Mi corazón latía sólo para él.

Mi alma le pertenecía al igual que los sueños donde lo conocí. Porque Jungkook es mi propia constelación, mi cielo azul lleno de estrellas. Mi universo entero.

No importa a dónde el destino nos llevaría, con tal de que me sostenga en la seguridad de sus brazos como en este mismo instante, iría con él a donde sea sin importar lo que pasara.

Somos felices juntos y eso es suficiente.

🌙
¡Feliz cumpleaños a nuestro pollito bonito! A mi bias wrecker, al IT Boy de mi corazón. Ya son 28 añitos de este hombre maravilloso y hermoso. Lloro :,)
Y pensar que cuando lo conocí tan sólo tenía 20 añitos. 8 años de ser ARMY. ¡Wow! El tiempo pasa volando, pero mi amor por estos chicos no ha cambiado <3
No pude actualizar para el cumple de mi Kookie, pero aquí estoy redimiéndome :)
Espero hayan disfrutado el capítulo, nos leemos pronto en una próxima actualización.
Los quiero
Bye :*

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