🌙Capítulo 20: "Demonios escondidos"🌙
"Nosotros reímos y lloramos juntos, todas estas simples emociones tal vez fueron todo para mí."
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Despierto sobresaltado por los fuertes golpes que dan a la puerta de mi departamento. La espalda me duele y protesta cuando me incorporo en el sofá donde dormí anoche, mientras la bruma del sueño sigue vagando en mi subconsciente. Gruño cuando los golpes se intensifican y me levanto para enfrentar a la persona que decidió estorbar mi descanso a tan tempranas horas en la mañana.
Hubiera matado a quien quiera decidió molestar mi sagrada hora de sueño si no fuera por la gran sorpresa que me llevo cuando al abrir la puerta me encuentro con un alegre Tae y a Yoongi mostrando una ligera sonrisa; pero lo que me deja completamente descolocado no es su inesperada visita, sino el sutil agarre de sus manos unidas.
Sin estar discutiendo ni ignorándose como han estado haciendo desde que Yoon regresó. Parecen...una pareja como antes. Parpadeo sin poder creer lo que veo, pienso que todo esto es un sueño y un juego de mi cabeza mientras sigo dormido. Sí, puede que sea eso.
–¿Acaso estoy alucinando?
–Nop, no lo estás–dice Tae divertido y me pasa de largo entrando al departamento, Min hace lo mismo tras del omega–. Vinimos a ver cómo estaban después de lo que pasó anoche, le traje ropa y algo dulce a Jimin, hablando de él–deja lo que parece ser un pequeño pastel en la meseta de la cocina y una bolsa en el suelo, luego mira todo alrededor– ¿Dónde está mi bombón?
–En mi habitación.
–¡¿Dónde fue que dijiste?!–se gira hacia mí dramáticamente y me mira como si quisiera asesinarme, trato de esconderme tras de Yoongi porque conozco perfectamente esa expresión y sé que estoy metido en un lío sin siquiera darme cuenta. Trago duro–. Tú, alfa degenerado, pervertido, insolente ¡Te aprovéchate de mi bombón!
–No es lo que tú crees, Tae.
–¿Puedes dejar de esconderte tras mi alfa como un perro cobarde y decirme de una vez por qué Jimin está en tu cuarto sin que yo no malinterprete las cosas?
–Cálmate, amor.
–No me pidas eso ahora, Yoon–exclamó hacia mi primo mientras este trataba de zafarse del agarre que tenía en sus hombros–. Jimin es un alma pura e inocente y este alfa calenturiento lo quiere corromper.
Bueno, un alma tan pura e inocente, después de lo que hicimos ayer, ya no es. Pienso, pero ni muerto lo digo si quiero mantener todas mis extremidades intactas hasta el final del día. Menos cuando me doy cuenta que Tae está muy cerca de donde cometimos tal escena subida de tono y no apta para todo público. Río nervioso.
–Esperen, déjenme chance que aún no supero el que ustedes hayan regresado juntos y todavía estoy medio dormido.–me hago el loco tratando de salvarme de la mirada fulminante de Tae–. ¿No era que ayer seguían en malos términos entre ustedes dos?
–Arreglamos las cosas, pero eso no es importante en este momento, Jeon Jungkook.
–Bien, si tanto quieres saber solamente le di mi cama a Jimin para que durmiera cómodo y calentito...–Tae no parece convencido y termino rendido, señalando donde realmente pasé la noche–. Dormí en el sofá, el durmió en mi habitación solo, ¿contento?
–Más te vale, Jeon.
–Tae, cariño, ya déjalo en paz–Yoongi llega hasta él y lo toma de la cintura–. Sabes que Jungkook no se aprovecharía de nadie y menos de esa manera.
–Con Jimin no estoy muy seguro–dice entrecerrado sus ojos hacia mí, me estremezco–, pero te creeré esta vez.
Dejo salir todo el aire que tenía retenido en los pulmones y me tumbo sobre el sofá. Si no conociera al omega desde que era un cachorro, diría que da más miedo que un alfa marcando territorio y eso es mucho que decir.
Tae deja un beso en la mejilla de Yoongi y se aleja caminando hacia la nevera.
–¿Qué buscas?–le pregunto desde mi lugar.
–¿Tienes café y leche, verdad? A Jimin le gusta tomar café con leche todas las mañanas cuando se levanta.
–Oh, creo que sí tengo por ahí.
Eso no lo sabía y hago una nota mental para no olvidarlo, otra cosa nueva que aprendía sobre mi tesoro bonito. Sonrío, todo tonto de momento.
–¿Y esa sonrisa?
Yoongi se sienta a mi lado y lo observo con una mueca divertida.
–Eso es lo que debería preguntarte a ti, hyung.
Sonríe mirando con ojos enamorados a Tae mientras este buscaba entre mis cosas de la alacena sin prestarnos atención.
–Estoy feliz, Kook, él me hace feliz.
–Y yo estoy feliz por ustedes, al fin el sufrimiento terminó–comento, pero luego una duda me llega a la mente–. Me pregunto cómo Tae dio su brazo a torcer.
–No fue muy difícil convencerlo, la verdad.
Sus ojos destellan en rojo, eso es suficiente para entender de qué habla y me provocara una mueca de asco.
–No quiero detalles por favor, gracias.
–Tampoco iba a dártelos.
–Ahora regreso–nos anuncia Tae interrumpiendo nuestra conversación y ambos asentimos–, voy a llevarle esto a Jimin junto con las ropas limpias.
Y sin decir más se va rumbo a mi habitación dejándonos solos, aprovecho también ese momento para ir al baño de invitados y asearme. Mirando mi reflejo, me permito sonreír. Estaba que bailaba de la felicidad por todo lo que había sucedido en pocas horas, el regreso de la terca parejita y el cambio tan grande que tomó mi relación con Jimin. Sin embargo, la alegría se borra de mi sistema cuando imagino las verdaderas intenciones del oficial Min en su visita tan temprana.
Mi semblante cambia y regreso hacia donde está Yoongi, deteniéndome frente a él, sigue sentado en el sofá.
–Me imagino que no viniste aquí solamente para contarme sobre tu regreso con Taehyung, así que mejor habla de una vez si es algo importante.
Yoongi suspira y apoya los codos sobre sus rodillas, imito su posición, tenso.
–Es sobre Kang Seojung.
Y con la simple mención de ese maldito nombre la sangre se calienta dentro de mis venas, llenándome de furia.
. * •☀️. * • *✨• . * 🌙• * .
–Buenos días, bombón.
Siento cortas caricias ser dejadas en mi cabello y me remuevo, acurrucándome más contra las sábanas que mantienen impregnadas el exquisito aroma de Jungkook. Quería quedarme más tiempo aquí, acostado en su cama y seguir soñando con él, con todas las cosas que me hizo sentir desde que lo conocí, por todo lo que hicimos ayer.
–Cinco minutos más.–pido escondiéndome debajo de la sábanas.
Escucho a Tae reír y comienzo a abrir lentamente mis ojos, acostumbrándome a la claridad del nuevo día.
–Vamos, Jiminie–me sacude un poco y termino sonriendo, retiro las mantas de mi rostro.
–Buenos días para ti también, Tae.
–Sí, sí, ahora levántate. Tienes mucho que contarme al igual que yo a ti, ¡Ah! Y te traje café con leche junto con una muda de ropa para que después te cambies.
Me siento en la cama y le regalo una sonrisa llena de agradecimiento y afecto cuando me entrega la taza de café. Doy un pequeño sorbo, sintiéndome feliz.
–Gracias, TaeTae.
–¿TaeTae?–pregunta ladeando la cabeza, divertido.
–Sí, tú me llamas bombón así que yo te llamaré TaeTae.
–Parece justo, me gusta–asiente como si hablara consigo mismo y suelto una risita, luego aplaude al aire sobresaltándome, lo miro curioso–. Ahora quiero que me cuentes todo sobre ti y Jungkook, Hobi los vio anoche en Stigma's y me lo contó todo, así que desembucha.
Sube y baja sus cejas subjetivamente, no puedo evitar sonrojarme. Flashes de la noche anterior llegan a mi memoria haciéndome estremecer. Yo todavía no podía creer nada de lo que estaba pasando, pero me gustaban todas las sensaciones y sentimientos que estaba experimentando. Por primera vez en mucho tiempo me sentía vivo y feliz, no quería que nada arruinara este momento para mí. Mordiendo mis labios encaro a mi amigo, quien me mira con entusiasmo a la espera de que le responda.
–Jungkook y yo somos destinados.
–Eso ya lo veía venir, así que no me sorprende–se encoge de hombros y se acerca más mí, susurrando:–. Entonces...¿De verdad se besaron anoche?
–Sí.–musito apenado y Tae grita emocionado, yo por otro lado estoy tan avergonzado que tapo el sonrojo de mi rostro con las manos.
–Cuando Hobi me lo contó anoche pensé que estaba bromeando, pero que ahora me lo confirmes me emociona muchísimo–habla demasiado rápido y poco a poco voy destapando mi rostro–. Y dime, ¿te gustó? ¿Hicieron algo más? No se propasó contigo, ¿verdad? ¿Qué...
–Cálmate, Tae, una pregunta a la vez–río deteniéndolo y resopla no muy convencido–. Sí me gustó, mucho–confieso–, y no se propasó conmigo, de hecho, él se aseguró de que yo estuviera seguro antes de hacer todo lo que hicimos.
–Con que hicieron más cosas, ¿verdad, pillín?
–B-Bueno...nosotros.–tartamudeo.
–No, ahora me cuentas–me señala amenazante y yo me encojo en mi lugar, un poco divertido–. Si ves la cara de miedo que puso Jungkook cuando malinterpreté las cosas al él decirme que estabas durmiendo en su habitación, te morirías de la risa. Fue bastante divertido hacerle creer que estaba molesto–río con él al imaginarme tal escena–. Pero ahora cuéntame que no voy a matarlo ni tampoco juzgarte.
–Bueno, nos besamos mucho y...terminamos frotándonos con la ropa puesta y...
–¿Sexo con ropa? ¡Que delicia!
–¡Tae!
Vuelvo a cubrirme con las sábanas teniendo cuidado con la taza de café y lo escucho reír más fuerte, jalando las colchas para verme de nuevo.
–Cuenta, cuenta. No me dejes con las gana ni seas tímido conmigo, bombón.
Juego con la taza en mis manos y me muerdo los labios al revivir en mi mente todos esos instantes mágicos que Jungkook me hizo experimentar, las palabras, las caricias, los besos. Todo me enamoraba más y más, y tal parece que Tae se da cuenta por el brillo soñador que de seguro adorna mis ojos.
–Fue muy bueno, me trató muy bien. Él es un buen alfa, Tae.
–Te lo dije. ¿Y? ¿Qué más pasó?
–Después de eso comimos y vimos una serie en la televisión, más nada.–digo bajito, ganándome una mirada de decepción de su parte.
–Aburridos.
Sonrío encogiendo los hombros, porque para mí fue todo menos aburrido, fue perfecto.
–Ahora deja de preguntarme cosas y cuéntame de lo que querías hablarme.
–Oh, eso–dice tímido de repente y me sorprendo cuando noto un ligero sonrojo en sus mejillas, eso es nuevo en él–. Besé a Yoongi.
–¿Besaste a Yoongi?–casi se me salen los ojos de las cuencas y tomo un poco de mi café, con máxima curiosidad esperando a que continúe.
–También me acosté con él.
Por poco escupo el café con leche fuera mi boca.
–¡¿Que tú qué?!
–Lo que escuchaste.–dice como si nada mirando las uñas de sus manos.
Frunzo el ceño, dejo la taza en una de las mesitas de noche y me acerco a él tomándolo de las manos.
–Tae...¿no crees que estás siendo demasiado duro con Yoongi?
–No, no lo soy.
Mi mente hace corto circuito por sus palabras. No entiendo nada.
–Pero...
–Volvimos a estar justos, Jimin–sonríe radiante y yo me quedo sin habla–. Decidí darle otra oportunidad a mi alfa.
Ahora es mi turno de gritar y abalanzarme contra él en un abrazo apretado. Ambos caemos en la cama y reímos a más no ponder. Estaba feliz por Tae, porque sabía lo mucho que había sufrido por Yoongi y lo completamente enamorado que estaba del alfa. Estaba feliz por los dos y por su amor, eran destinados después de todo, y nada impedía que la Luna los uniera una y otra vez hasta que estuvieran juntos. La alegría no cabía dentro de mi pecho.
–Estoy muy feliz por ti, TaeTae.
–Y yo también lo estoy por ti, bombón–despeina mi cabello y me quejo aún sonriendo–. Ahora ve a cambiarte y a asearte. Te estaré esperando afuera con los demás, hay algo que Yoon nos quiere contar a los tres.
Asiento y lo veo salir de la habitación de Jungkook dejándome solo y con mil emociones revoloteando en mi estómago. Tomo la muda de ropa limpia que me trajo y camino hacia el baño. Dudo por largos segundos en quitarme la sudadera del alfa que llevo puesta, no quería dejar de sentir su aroma en mí, pero cuando recuerdo que dormí en sus sábanas y que de seguro su esencia está en todo mi cuerpo, una sonrisa boba se dibuja en mis labios. Doy pequeños saltos emocionado con la idea, estoy perdiendo todos los estribos por Kook y no podía sentirme mejor con eso. Una vez listo, salgo con pasos lentos hacia la sala donde escucho las voces de los demás.
–Buenos días.–saludo en el momento llego donde están, tres pares de ojos se giran hacia mí y sonrío algo tímido.
–Buenos días.–dicen los alfas a la vez, Tae simplemente sonríe.
Me acerco sentándome en una de las sillas altas de meseta, mi mirada cae por un segundo en Jungkook y lo noto también observándome, miro hacia otro lado apenado, lo escucho reír. No sabía cómo actuar con él de ahora en adelante.
–Bueno–el oficial Min carraspea su garganta llamando nuestra atención–. Lamento mucho venir desde muy temprano en la mañana, pero tengo noticias poco agradables que darles y no pueden esperar.
–¿Qué pasa, amor? No me quisiste decir antes, me estás asustando.
Yoongi suspira y se acerca a su omega para atraerlo a sus brazos. Sonrío por la bonita imagen que dan, pero en cuánto el policía vuelve a hablar, nos alarma a todos:
–Es sobre el hombre que los ha estado acosando.
–Kang Seojung–Kook gruñe con la mandíbula apretada, los brazos cruzados contra su pecho–. Así se llama ese tipo. Después de verlo ayer deambulando donde viven, Yoon y yo tomaremos otras medidas.
–No lo puedes arrestar todavía, ¿verdad?–le pregunta Tae a su pareja y este asiente con el ceño fruncido.
–No, no puedo hacerlo–le comenta decaído–. Por eso, además de chequearlos en el trabajo, también pondré vigilancia en tu universidad–el castaño iba protestar, pero Yoongi se le adelantó–. No quiero quejas, sabes que es por tu seguridad.
–Pero...
–No sólo eso–lo interrumpe con una mirada severa–. Te quedarás viviendo en mi casa, al igual que Jimin se quedará aquí con Jungkook. Yo mismo me encargaré de informarle a Yerie y a tus hermanos para que estén al tanto.
–¿Qué?–ahora era mi turno de protestar, con los nervios de punta.
–Lo siento, Jimin–Jungkook suspira llegando hasta mí–; pero me temo que tendrá que ser así.
–Esa es mi casa ahora, Jungkook, ya te lo había dicho.
–Lo sé, pero es la mejor opción hasta el momento.
Miro esos ojos oscuros que gritan a ruegos acepte quedarme con él. Hundo mis hombros rendido y termino asintiendo.
–Está bien, me quedaré contigo.
Las comisuras de sus labios se elevan en una sonrisa complacida y hace el ademán de inclinarse para besarme, pero el carraspeo de Tae se lo impide. Siempre tan inoportuno. Sonrío sin poder evitarlo, Jungkook lame sus labios mirando hacia otro lado.
–Entonces ya saben lo que tienen que hacer, si ven a ese tipo entrar por la cafetería solamente ignórenlo y aléjense lo más que puedan de él.–Yoongi nos pide a Tae y a mí, mirando serio a cada uno de nosotros.
–Está bien, pero ya dejemos de hablar de ese feo alfa. Ten, Jimin–Tae me da una cajita con un dulce dentro, lo miro interrogante por su cambio de tema y ánimos–. Traje un pastel para ti, sé que te gustó mucho ese que hizo mamá hace tiempo de frutos rojos, pero este tiene nata también y pensé que te gustaría.
–¿Tiene nata...y frutos rojos?
–Sí, eso dije...Jimin, ¿te pasa algo? ¿Por qué estás pálido?
No, esto no puede estar pasando de nuevo.
Siento los pulmones cerrarse dentro de mi pecho, mi lobito aullado lastimado con el simple recuerdo que me trae el dulce, el recuerdo que echó a perder toda mi vida e infancia. Me estremezco, el pánico llegando después de tanto tiempo, desequilibrando mis sentidos, volviendo errática mi respiración. Pierdo el control.
Unos brazos fuertes me abrazan y me pego contra su pecho. Tratando malamente de respirar.
–¿Qué tienes, tesoro?–escucho a Jungkook susurrar asustado en mi oído, niego con la cabeza y me aferro más él. Yoongi se mueve sin saber que hacer y mi mejor amigo observa todo asustado.
–El pastel...–digo como puedo.
Tae parece entender porque enseguida se desase del dulce y se acerca a mí con ojos arrepentidos, aún sin saber el verdadero motivo de mi ataque de pánico. Sabía que se sentía culpable, lo notaba en su mirada.
–Minie, lo siento. Yo...no sabía...
–No te culpes–respiro hondo y lo miro a los ojos–. Estoy bien, Tae...es sólo que, no me gusta la nata.
Ninguno parece creer en mi tonta excusa y me escondo en el pecho de Jungkook, quien no deja de mirarme con la alarma plasmada en su semblante preocupado.
Me sentía mal por mentirles, me sentía terrible por no contarles de mi pasado. Porque sabía que si lo hacía, tal vez no volverían a tratarme con tanto cariño y cuidado como ahora lo hacen.
Nadie preguntó más nada al respecto, y yo le daba gracias a la Luna porque así fuera.
🌙
Una semana había pasado después de ese día que tuve el vergonzoso ataque de pánico por un simple pastel de nata y frutos rojos.
El problema es que para mí no fue un simple pastel de nata y frutos rojos.
Es más bien una carga del pasado de la cuál no me he podido liberar.
Un pastel que me prometí más nunca probar y ni siquiera mirar.
Tal vez fue por eso que perdí el control, recordando aquella noche fatal y el resultado de ella.
Ahora aquí, de vuelta en el trabajo a casi la hora de cerrar, mi cabeza no paraba de dar vueltas reprimiéndome por algo de lo que no tengo absoluto control. Me sentía perdido, varado en un barco sin velas en medio de un mar de turbulentas preocupaciones. Me estaba hundiendo de poquito en poquito.
Por otro lado, mi relación con Jungkook iba creciendo cada día. Convivir no ha sido complicado, al contrario, nos besábamos mucho y, a veces, terminábamos haciendo los mismo que hicimos aquella vez sobre la meseta de la cocina cuando los besos se salían de control. Por el momento sólo nos quedamos en eso, él no me obligaba a nada más y yo se lo agradecía. También seguía durmiendo en su cama y Kook continuaba pasando las noches en el sofá, dándome espacio, a pesar de que hacía tiempo quería que comenzara a dormir a mi lado.
Hago un puchero involuntario y juego con los hilos salidos de mi delantal, completamente perdido en mis pensamientos. La buena noticia es que durante todo este tiempo no habíamos vuelto a saber de ese hombre que nos hacía la vida más complicada, no había vuelto a visitar la cafetería y eso calmaba un poco las aguas de preocupación. Al menos era algo que me mantenía tranquilo.
–Jimin, ¿puedes ayudarme con las bolsas de basura?
Oh, y ese es Jackson, el nuevo barista que Jungkook había contratado para no estar tan cargados en la cafetería. Es un buen alfa, bastante servicial y alegre, con sus chistes malos y miradas coquetas. Al principio intentó conquistar a Tae con su aura traviesa y rostro bonito, bastó con encontrarse a Min Yoongi para darse cuenta de que el omega ya estaba siendo cortejado y prontamente marcado. Conmigo ni lo intentó cuando, unos días atrás, vio como Jungkook me tomó de la cintura y volvió a marcarme con su aroma, decir que me sonrojé hasta morir en ese momento, está de más.
Pero era una buena persona, se había convertido en un buen amigo para todos, él y Hobi, sobretodo, se habían hecho muy cercanos.
–Claro, te ayudo.
Sacudí mis manos y llegué hasta él para tomar una de las bolsas de basura. Luego ambos salimos por la puerta trasera del local y caminamos hasta llegar a los tanques de basura, Jackson haciéndome reír todo el rato con sus tontos comentarios.
–Espera aquí un momento, Jiminie, iré por las bolsas que faltan.
–Vale.
Lo veo volver a la cafetería y en lo que espero golpeo con mis pies algunas piedrecitas del suelo. Mi cabeza vagando en torno a Jungkook y la extraña relación que ambos tenemos, aún no sabía qué éramos realmente, si éramos pareja o amigos que simplemente se besan y mucho más. Estaba tan confundido y perdido entre tanta dudas, hasta que el olor fuerte de feromonas alfa llega a mis fosas nasales y toda mi piel se eriza al escuchar esa gruesa voz, haciéndome temblar de miedo.
–Al fin tengo la oportunidad de hablar contigo a solas y sin ese alfa niñato estando cerca.
Ese hombre está aquí, justo frente a mí. Lo que tanto estábamos tratando de evitar pasó de todas maneras y ahora estaba acorralado por este alfa en el callejón tras la cafetería, sin nadie más a nuestro al rededor. ¿Dónde están esos guardas que mandó Yoongi para que nos cuidaran cuando uno más los necesita? No había ninguno a la vista. Camino lentamente hacia atrás, alejándome de él.
–N-no te me acerques.
–Oh, no tengas miedo, muñequito.
No.
"Al fin te tengo, muñequito."
"Sé un buen muñequito y hazle caso a tu alfa."
Las voces de los demonios del pasado comenzaron a cobrar vida dentro de mi cabeza y me estremezco, empuñado las manos. Lágrimas cayendo de mis ojos y resbalando por mis mejillas. Mi omega bajando las orejas y encendiendo la cola, tan asustado como yo.
–D-déjame en paz.–pido sollozante y el alfa mayor ladea sus labios en una sonrisa llena de maldad insinuante.
–Sólo quiero hablar contigo.
–¡Pero yo no quiero!
Jungkook, te necesito.
¡Alfa, sálvanos!
Mi lobito y yo clamábamos a la vez porque Jungkook, o quien sea, me salve de este tipo. Que Jackson regrese rápido y me libre de lo peor.
–Te llamas Park Jimin, ¿verdad?–pregunta acercándose más hasta que doy contra la pared, la simple mención de mi nombre me paraliza y lo miro con ojos llenos de terror.
–¿Cómo sabes mi nombre?
Comienza a reír a carcajadas tomándome por sorpresa, frunzo el ceño y aprovecho ese momento para correr y escapar de él, pero es más rápido y gimo de dolor cuando me estampa con fuerza bruta contra la pared. Más lágrimas corren de mis ojos.
–Así que eres tú–dice cerca de mi rostro y casi vomito cuando siento su aliento nauseabundo–. La puta de Choi Kangsong.
Mi corazón deja de latir y todo el aire abandona mis pulmones en ese mismo instante.
–¿Qué?–suelto sin aliento, mi alma rompiéndose en mil pedazos.
No puede ser.
–No creí que tuviera la dicha de conocer al omega del que tanto hablaba mi viejo amigo, pero ya veo que el destino siempre hace de las suyas.
–Déjame en paz.
–Oh, no–niega haciendo extraños sonidos con la boca–. Ahora que sé quién eres, no te dejaré escapar.
Hace el intento de besarme, pero antes de que sus asquerosos labios toquen los míos, le doy un pisotón en los pies con todas mis fuerzas y me libero. Pienso que ya estoy salvado, muy mal de mi parte, porque cuando menos lo imagino vuelve a agarrarme y me tumba al sucio suelo. Sollozo lleno de dolor, el miedo calando por mis venas.
–¡Suéltame! ¡Ayud...
–¡Cállate!–ladra tomándome por el cuello de la camisa y golpeando mi cabeza contra el piso. Mi vista se nubla. Se pone a horcajadas encima de mí.
–No me hagas nada, por favor.
Me duele la cabeza, las lágrimas no dejan de correr por mis mejillas. Estoy tan asustado, no quiero vivir esto de nuevo. Mi omega sigue llamando por su alfa y yo siento que no puedo más. Hasta que dejo de notar el peso de ese hombre sobre mí y puedo volver a respirar. Me levanto como puedo, alarmándome cuando veo a Jungkook golpear como un animal a ese hombre. Sus ojos están rojos y sus colmillos a la vista.
Ahora mi miedo es otro, y es que mi alfa termine cometiendo una locura por mi culpa.
–Jungkook detente.–pido en voz baja, pero él sigue golpeando como si no me escuchara. Sangre comienza a salpicar sus manos y rostro, no puedo soportarlo más–. Kook, por favor.
Mis sollozos se hacen más fuertes y es entonces cuando se detiene, soltando a ese hombre en un golpe seco y girándose hacia mí. Nuestros ojos se encuentran y el mundo tiembla. Corre hacia donde estoy y me envuelve en sus brazos, no me importa que esté manchado de sangre, sólo me importa que estoy bien y él está ahora a mi lado.
Escuchó mi llamado, vino a por mí.
–Ya estoy aquí, tesoro, te tengo.–acaricia mis cabellos y me rompo por completo, aferrándome a él.
Jungkook también llora conmigo y con su calor me hace la silenciosa promesa de que todo estará bien.
🌙
Muchas teorías por aquí y por allá, quiero saber que piensan ustedes.
Tengo planeado hacer un extra Taegi, así que no se preocupen por esos pequeños detalles ;)
Gracias por leer.
Los quiero <3
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