☀️Capítulo 17: "Atracción indomable"☀️
"No sé qué hiciste o qué me hiciste. Sólo sé que tu ligero cuerpo me habla."
☀️
La tensión entre Jungkook y yo estaba algo extraña desde aquella noche, donde casi nos besamos.
Recuerdo haberme quedado parado en medio de la azotea, con la comida envasada que me dio en las manos y con el corazón completamente agitado mientras lo veía alejarse y bajar las escaleras rápidamente. El deseo de besarlo brotó dentro de mí como una llama de fuego desde entonces, derritiendo todo mi ser. Llenando mis noches de insomnio, sin poder pegar ojo.
Dos días habían pasado desde aquello y no podía sacarlo de mi mente. Soñaba despierto todo el tiempo. Sin embargo, Jungkook actuaba como si nada, no se notaba tan afectando como yo lo estaba. Él simplemente me seguía llevando a casa cada vez que terminaba de trabajar y me dirigía la palabra para sólo lo necesario. Su mirada se mantenía seria y distante en cada momento que estábamos juntos.
Eso me molestaba y entristecía un poco, porque la atracción seguía ahí, palpable entre nosotros.
Ahora estando aquí en la cafetería, tras la barra frente a la caja registradora, con la mano derecha apoyada en mi mejilla, lo veo saludar amable a una pareja de clientes. El uniforme de trabajo le queda tan perfecto en su cuerpo grande y esbelto; hace que mi débil corazón se alborote y lata perdidamente enamorado. Los suspiros no podían faltar, literalmente estaba perdiendo todos los sentidos por ese alfa. Es tan apuesto, tan hermoso, ahí, a pocos pasos de mí. Todavía no podía creer que si no fuera porque el oficial Min nos interrumpió la noche del martes, yo podría haber dado mi primer beso con Jeon Jungkook...y quizás muchos más después de ese.
Una sonrisa bobalicona amenaza con aparecer en mi rostro y el rojo se apodera de mi piel. Doy golpecitos con los pies contra el suelo, tratando de calmar mi emoción.
Por dentro estoy chillando y saltando en un pie. Totalmente feliz. Pero al mismo tiempo triste porque, al final, nada llegó a suceder y Jungkook a tomado distancia de mí...
Me sentía tan frustrado. Quería que me hablara como antes, que me notara. De verdad quería besarlo tanto, fundirme en sus fuertes brazos y...
–¡Jimin! Tierra llamando a Jiminie...
Pierdo el hilo de mis pensamientos y deseos más profundos cuando escucho el canturreo de Hobi en mi oído, él me mira con ojos divertidos, el sonrojo se intensifica en mis mejillas. La pulsera roja que le regaló Jin hace unos días sobresale de su uniforme, acaricio la mía por acto reflejo.
–Lo siento, ¿me decías algo?
–Sí, pero ya no importa–dice con una sonrisa y me da un suave codazo en las costillas, juguetón –. ¿En qué pensabas, eh? Has estado muy distraído últimamente y es la quinta vez que te escucho suspirar en el día.
¿Tan obvio soy? Oh lunas, que vergüenza.
–B-Bueno...yo...
¿Cómo rayos le decía a mi compañero de trabajo que casi me beso con nuestro jefe? No, borra eso...¿Cómo le digo que me muero por besar al jefe que a su vez es también mi pareja destinada?
No podía decirle eso así como así.
Mi cabeza está hecha un lío y Hoseok parece darse cuenta, por lo que me sonríe ampliamente pellizcándome las mejillas.
–Tranquilo, Minie, no tienes que decirme. Sólo estaba molestándote un poco.
–Oh.
Desvío la mirada tratando de calmar mi sonrojo y los latidos ruidosos de mi corazón, pero me es imposible porque justo en ese momento Jungkook se acerca hacia nosotros, con su caminar relajado lleno de confianza. Miro de reojo a Hobi y noto que trata de esconder malamente una sonrisa de complicidad, su vista yendo de mí al alfa. Entrecierro mis ojos.
–Jung, necesito que hagas un latte grande y lo lleves a la mesa dos, por favor.–ordena, peinando su largo cabello hacia atrás y reposando sus codos y espalda sobre la barra de forma relajada, quedando cerca de mí. Casi me derrito por la imagen y tengo que parpadear varias veces para poder concentrarme.
–Marchando, jefe.
Hobi se retira risueño a preparar la orden, acompañando a Tae en las máquinas de café. Jungkook sigue en la misma posición mientras yo estoy ahí parado, quieto y con las manos sudorosas a causa de su repentina cercanía.
Estos días ha estado ayudándonos con los clientes, ya que no tenemos suficiente personal. Se ha encargado de entregar órdenes y, a veces, toma algunos pedidos. La cafetería ha estado bastante concurrida, su ayuda nos ha brindado bastante alivio. Todos le agradecíamos. Para ser el jefe, no se quedaba a observar solamente, sino que trabajaba cuando hacía falta. Me gustaba mucho eso de él, lo servicial y amable que llegaba a ser.
Sus ojos caen en los míos y por un milisegundo veo como se posan en mis labios, el lame los suyos propios, humedeciendo el piercing de metal. Trago en seco y aprieto fuerte mis manos cuando su aroma se vuelve más intenso, nublando mis sentidos.
La bruma de intimidad que compartimos la última vez regresa como torrente caliente, se acerca más sin importar que estamos en el trabajo y todos nos puedan ver; pero el sonido de la campanilla de la puerta rompe esta extraña conexión que hemos creado desde esa noche y vuelve a tomar distancia.
Hago berrinche internamente.
–Necesito un café bien fuerte urgente.–la voz de Jin llega hasta nosotros y lo observamos acercarse con ánimos caídos.
–Hola, Jin.–lo saludo.
–Hola para ti también, bonito.
–¿Cansado del trabajo, hyung?
–Un poco, pero me alegra estar devuelta en la clínica del tío Jun–le responde a Jungkook, imitando su posición–. Extrañaba a mis animalitos.
–¡Hyung!–Tae llega feliz hasta su hermano–¿Saliste del trabajo ahora? ¿Quieres un café?
Jin lo despeina y el omega se queja divertido.
–Sí. Acabo de salir y, por favor, dame ese café ahora mismo. Tú hyung se está muriendo si no tiene su dosis de cafeína.
Río por el drama que forma el beta, Jungkook rueda los ojos y Tae suelta una risita.
–¡Ya vuelvo!
–Suenas como una persona de la tercera edad, hermano.–Jeon se burla y el mayor del los Kim bufa.
–Sólo tengo treinta y tres años, estoy en la flor de mi juventud–hincha su pecho soltando una larga respiración–. Lo que necesito es salir de fiesta.
–Conozco un nuevo sitio que abrió hace poco en Itaewon–Hobi nos sorprende con su comentario–. Se llama Stigma's y por lo que me han contado es bastante bueno.
–¿Stigma's?–Tae se vuelve a unir, entregándole el café a Jin y este le agradece comenzando a beberlo–. He escuchado hablar de él también, es la sensación del momento.
–¡Quiero ir!–exclama Jin contagiándonos con su emoción–. Mañana es viernes, vayamos todos a beber y mover un poco el esqueleto, ¿qué me dicen?
–¡Yo me uno!
–¡Yo también!
Hobi y Tae responden de inmediato, menos Jungkook y yo. Jin nos mira sospechoso con una ligera sonrisa.
–¿No quieres ir, Jimin?
–Y-yo...bueno.–balbuceo.
–¡Vamos, nos divertiremos mucho!–Tae me sacude y ruega con ojos de cachorro.
–Me gustaría ir, pero nunca he salido a ese tipo de lugares y tampoco tengo ropa para eso y...
–Oh no, bebé, alto ahí–Jin detiene mis patéticas excusas, aunque estoy diciendo la verdad–. ¿Nunca has salido de fiesta? ¿Cómo puede ser eso posible?
–No pensé que fuera algo importante.–confieso tímido.
Todos me miran como si hubiera dicho una atrocidad.
–¡Te vienes de fiesta con nosotros, bombón!–decide Tae tomándome de las manos, lo miro sorprendido–. Mañana te pondrás bien precioso y entrarás en la pista de baile por primera vez. ¡Te enseñaré a bailar!
–Pero...
–Pero nada, irás y punto.
–¿Y tú, Jungkook, te apuntas?–Hobi quiere saber y muy en el fondo, yo también.
–Tal vez me vean por allí.–en su simple respuesta, antes de despedirse e irse a su oficina. Lo observo un poco decepcionado hasta que desaparece tras la puerta del despacho. Suspiro por sexta vez en el día.
–¿Entonces nos vemos a las diez en Stigma's?–los ojos de Tae brillan.
Los demás asienten encantados, mientras yo siento la ansiedad recorrer mis venas.
–Pero, Tae...yo no tengo nada que ponerme y...
–Eso tiene solución–la mirada almendrara de Jin me escanea de pies a cabeza, me quedo sin habla–. ¿A qué hora terminas de trabajar mañana?
–Es mi día libre.–respondo con las cejas fruncidas, bastante confundido.
–Maravilloso, no hagas ningún otro plan y prepara tu billetera porque tú y yo nos iremos de compras.
☀️
Kim SeokJin se tomó muy en serio esto de venir de compras.
Me había recogido desde temprano en la mañana, ya eran más del medio día y nosotros seguíamos aquí en el centro comercial de Seúl, dando vueltas sin parar por todas las tiendas y con más de diez bolsas de ropa en las manos. Y si piensan que todas son mías, pues se equivocan, más de la mitad le pertenecen al beta.
Jin ha demostrado su gran pasión por la moda en el tiempo que hemos compartido juntos, es un gran amante de los atuendos elegantes pero atrevidos, me ha sorprendido varías veces con gustos extravagantes y sensuales. Casi me escandalicé cuando compró una pieza completamente trasparente en una pequeña boutique, ¡se puede ver hasta el alma a través de ella!
¿De verdad pensaba ponerse eso? Yo no me lo pondría, jamás. Mi timidez no me lo permitiría.
–Bueno–nos detenemos por fin y Jin me mira completamente satisfecho–. Creo que hemos terminado por hoy. Almorcemos y luego vamos a casa. Tae me dijo que se encargaría de ponerte ardiente.
–¿Qué?
–Tú sólo déjanos consentirte, cariño. Esta noche deslumbrarás a todos.
Horas más tarde me encontraba en la habitación de mi mejor amigo, sentado en su cama dejándome maquillar por él a pesar de que me resistí en un principio.
–Mantente quieto y relájate, Jimin.
Resoplo.
–Te dije que no era necesario que me maquillaras, Tae.
–Lo sé, eres hermoso sin nada de más en tu rostro, pero hay momentos donde debemos resaltar nuestra belleza natural, bombón.–me guiña coqueto y termino dejándolo ser, no muy convencido.
No tarda mucho, en poco tiempo lo veo asentir hacia mí con una sonrisa satisfecha en sus labios.
–¿Ya?
–Sí, sólo falta que te pongas esto y estarás listo. Jin hyung lo escogió especialmente para ti.–dice tendiéndome una bolsa que abro bastante desconfiado.
Casi se me sale el corazón por la boca cuando veo lo que hay dentro.
Es un conjunto de chaqueta y jeans de mezclilla, diminutos diamantes adornando los laterales. Y la pieza estrella que lo encabezaba, la maldita camisa totalmente transparente. Tiene que ser una broma.
–¡No me voy a poner esto!
–¿Y por qué no?
Abro y cierro la boca, sin saber qué replicar. Tae me mira con una ceja enarcada y las manos en su cintura.
–¡Estaré enseñando todo! Como si estuviera desnudo. No me gusta eso.
–No estarás desnudo, Jimin. Llevarás una chaqueta encima.
–Pero...aún así.
–Mira, hagamos algo–me toma por los antebrazos y obliga a ponerme de pie–. Te probarás la ropa y luego de que te veas con ella decides si la usas o no, ¿de acuerdo?
–Vale–dejo caer los hombros rendido y mi amigo aplaude en victoria, frunzo los labios–. Pero no te prometo nada.
–Sí, sí, como digas. Ahora ve que ya estamos tarde.
Me empuja hacia el baño personal de su cuarto y cierra la puerta tras de mí. Estando solo, muerdo mi labio inferior y veo las ropas en mis manos. Tal vez, sólo tal vez, pueda darles una oportunidad.
Con calma me desvisto y me coloco el nuevo conjunto, la tela se pega perfecto a mis muslos y la camisa hace cosquillas, pero no se siente nada mal, no es tan incomoda como me imaginé. Me pongo la chaqueta de último y tomo varias respiraciones antes de salir de nuevo y encarar a mi amigo. Pero cuando abro la puerta y Tae suelta un jadeo audible en cuanto me ve, sé que estoy en lo correcto de no haberme dejado caer en este juego.
–Santa Luna, Jimin...estás...
–¿Qué? ¿Se ve horrible, verdad? Te dije que nada de esto era una buena idea, Taehyung. Me lo voy a quitar, eso es lo que voy a hacer y...
–Cierra la boca y mírate en el espejo–espeta caminando hacia a mí y girándome para ponerme de frente al espejo de tamaño completo que tenía en una esquina de su habitación–. Míralo por ti mismo.
Me quedo sin palabras. No podía creer que ese era yo a través del reflejo. Tae permanece detrás de mí con su brillante mirada y sonrisa cuadrada.
–Ese...¿ese soy yo?
–Ese eres tú–asiente–. Estás precioso, deslumbrarás esta noche. Entonces dime, ¿te quedarás con la ropa puesta o no?
Bajo la mirada hacia mis pies, avergonzado, luego vuelvo a verme en el espejo y me sigo sorprendido con todo lo que veo. Con mi rostro ligeramente maquillado, resaltado mis ojos y pómulos, mis labios más rosados de lo normal. Mi cuerpo esbelto y cubierto por lindas ropas, la transparencia de la camisa no se nota tanto y eso me alivia un poco.
No estaba mal.
Me siento...bonito, muy bonito.
Quizás no fue tan mala idea después de todo.
–Me quedaré con ella.–termino diciendo.
Da palmaditas en mi espalda.
–Buena decisión.
☀️
Jin aparca su auto en uno de los parqueos disponible del lugar donde estamos yendo, Tae luce emocionado a mi lado mientras que yo no puedo dejar de morderme las uñas lleno de nervios y ansiedad.
–Hobi nos está esperando en la fila, dice que está bastante lleno.–nos avisa Jin y junto con Tae salen del auto, los imito sintiendo mis piernas temblar.
–¿Trajiste tú identificación, bombón?
–Sí.–musito bajito.
–Perfecto. ¡Vayamos a romper la pista!
Efectivamente encontramos a Hobi casi al principio de la larga fila para entrar en Stigma's, nos hace señas para que nos acerquemos y nos contagia con su animada energía. Pero mi semblante cae cuando no veo a Jungkook por ningún lado.
¿No vendrá? ¿De verdad me va a evitar aún estando sus amigos presentes?
Alejo esos pensamientos de mi cabeza y decido concentrarme en este momento que estoy viviendo. Mis acompañantes estaban radiantes, Jin vestía unos pantalones ajustados de cuero y una camisa negra sencilla muy sofisticada en combinación. Tae iba completo de blanco, con una gargantilla roja que se llevaba toda la atención de su atuendo, el maquillaje sutil hacía resaltar su belleza natural. Y Hoseok era puro colores y estampados, con pantalones anchos y chaqueta a juego que le quedaban de maravilla. Nos veíamos como cuatro puntos con diferentes estilos en medio de la gran multitud, extrañamente me encuentro gustando cómo lucimos y mis nervios menguan sólo un poquito.
Al llegar nuestro turno de entrar, pagamos y enseñamos nuestras identificaciones al guardia de seguridad. Una vez dentro de las instalaciones el sonido fuerte de la música electrónica llega como tormenta a mis oídos, las luces de colores me ciegan y los olores mezclados de alfas, betas y omegas noquean mi olfato. Arrugo la nariz cuando noto a diferentes parejas casi tener intimidad cuando les pasamos de largo. Jin y Hobi nos hacen un espacio en la barra, piden algo de tomar al bar tender. No puedo dejar de ver a mi al rededor, todo esto es nuevo para mí.
–Ten, tómate esto.–el alfa castaño me da una bebida roja, frunzo el ceño cuando la huelo.
–¿Qué es?
–Es un trago, te ayudará a entrar en calor y dejes de estar tan intranquilo.–Hoseok sube y baja sus cejas repetitivamente y sonrío tímido.
–¿Tanto se me nota?
–Tranquilo, Minie–hace un gesto con sus manos restándole importancia y bebe de su propia bebida color ámbar–, es normal en tu primera vez.
Me sonrojo y trato de esconderlo llevando el vaso a mi boca y dándole un sorbo al líquido rojo. Lamo mis labios y mi lengua explota por el rico sabor dulce, sabe a cereza, me gusta.
Media hora más tarde me encontraba mucho más relajado y feliz de lo normal en medio de la pista junto con Tae y Hobi, Jin se había quedado en la barra hablando animadamente con un extraño que al parecer le estaba coqueteando.
–¡Bailas muy bien, bombón!–grita Tae para hacerse escuchar por encima de la música.
–¡¿Te parece?!–ya no sabía ni lo que hacía después de haber tomado dos vasos de esa bebida tan rica–¡Me estoy divirtiendo mucho!
–¡Te dije que la pasarías bien!
Seguimos bailando, dejándonos llevar por la ola de feromonas y la música contagiosa. La estoy pasando bien, sin embargo siento que algo me falta.
–¡Ahora venimos, Minie! ¡Tae va al baño y yo voy a buscar otra copa, no te pierdas!
Asiento hacia ellos despreocupado, moviéndome al ritmo de "Blinding Lights" de The weekend. Sonrío con los ojos cerrados, dejándome llevar por las nuevas sensaciones y la densa bruma del lugar.
Estoy tan sumergido en los delirios de mi corazón, que me encuentro deseando que Jungkook esté aquí, susurrándome al oído y bailando conmigo.
Sí. Eso era lo único que me faltaba.
. * •☀️. * • *✨• . * 🌙• * .
–Entonces es cierto lo que Lee te dijo el otro día.–no es una pregunta, sino una confirmación.
Mi mandíbula está tan apretada que podría romper mis dientes, Yoongi sigue mirando los documentos con los ojos rojos y cejas fruncidas. Nos encontrábamos en su oficina, dentro de la comisaría.
–Sí–gruñe–. El tipo que ha estado acosando a mi omega es un completo enfermo.
Kang Seojung, así se llamaba esa escoria de alfa que había estado acosando a Jimin y Taehyung. Resulta ser que el tipo ya había estado antes entre las rejas por haber violado y golpeado hasta la muerte a tres omegas, víctimas de sus asquerosas garras. Las fotos de los archivos que guardaban esos casos eran escalofriantes y casi vomito al ver lo capaz que puede llegar a ser esa bestia. Había quedado en libertad hace pocos meses, y hasta el momento no había vuelto a cometer los mismos crimines. Sin embargo, nosotros sabíamos que no era así, no estábamos lidiando con cualquiera, sino con el mismísimo diablo disfrazado de oveja.
–Tienes que hacer algo, Hyung. Tú eres el oficial en jefe aquí.
Yoongi suelta los papeles y pasa las manos por su rostro, frustrado.
–Ese es el problema, Jungkook. No puedo hacer nada ahora. No puedo detenerlo si no tengo pruebas suficientes y recientes para hacerlo. Así funcionan las malditas cosas aquí.
Es mi turno de maldecir. La justicia en una mierda en este país.
–¿Y qué vamos a hacer? ¿Esperar con los brazos cruzados hasta que sea demasiado tarde?–espeto furioso–. No es un juego esta situación y lo sabes.
–¡Lo sé, joder! Lo sé...por eso voy a tomar más precauciones, pondré más oficiales en las casas de los chicos y en el trabajo. Tú sigue protegiendo a Jimin cómo hasta ahora, que yo lo haré con Tae. Si ese hombre vuelve a estar cerca de la cafetería rondando a los omegas, no tendrá oportunidad de salirse con la suya, lo juro por la luna.
Suspiro sintiendo mis músculos tensos.
–Confiaré en ti, hyung–él me agradece, su mirada cansada y abatida–. Si Tae no aprecia todo lo que estás haciendo por él, es un completo idiota.
Eso lo hace reír sin ganas y niega con la cabeza.
–Yo sólo quiero que me perdone, Kook–dice, triste–. Lo extraño demasiado.
–Lo sé–me acerco y le doy un ligero apretón en el hombro–. Ya verás que todo se arreglará pronto.
En ese momento suena mi teléfono con una notificación de mensaje y la abro dándome cuenta de que es Jin quien escribió. Lo primero que veo en una foto de él en la discoteca que estuvimos hablando ayer. Luego aparece otra foto y es cuando me quedo sin aliento.
Estaban Tae y Hoseok sonriéndo a la cámara, pero no les presto mucho atención porque mis ojos sólo pueden ver esa hermosa sonrisa que hace bailar mi corazón. Jimin se ve radiante, su rostro resaltaba con una ligera capa de maquillaje y casi babeo de lo bien que se ve.
¿Por qué tiene que ser tan hermoso, joder?
Llega un último menaje.
Aquí te estamos esperando, Kook ;)
Dudo en si ir o no.
Había estado evitando a Jimin estos días porque cada vez que lo tenía de frente las ganas de lanzarme sobre él y comerle la boca volvían más feroces que nunca. Pero ya esto es demasiado, no me puedo resistir más.
–Yoon, ¿quieres salir y relajarte un poco?–termino diciendo y mi primo me mira extrañado.
–No estoy de humor.
–Tae también estará.
Le enseño la foto y eso parece convencerle porque sus ojos se iluminan y se dirige a su casillero para cambiarse el uniforme de policía.
–Está bien, pero iré en mi auto. No me gusta para nada tu moto.
Es así como terminamos entrando a Stigma's, con Yoongi pisándome los talones y mi mirada buscando al omega pelinegro por todos lados.
Vemos a Jin primero, coqueteando con un joven en la barra, nos acercamos a él.
–Oh, están aquí–dice medio borracho–. No sabía que también vendrías, Yoon. Mi hermanito se pondrá muy feliz de verte.
–Sí, como sea. Voy al baño.–Yoongi se pierde de camino hacia los baños, vuelvo a encarar al beta.
–¿Dónde está Jimin?–cuestiono y el me mira con una ceja enarcada.
–Míralo tú mismo.
En lo único que dice señalando con su mirada la pista de baile, desvío la vista hacia allá entrecerrando mis ojos.
Entonces lo veo.
Brillando entre tanta multitud. Como un faro alumbrando en medio de un mar de desconocidos.
Mis pies caminan hacia él, acercándome más y más, como un imán atraído por su objetivo. Escucho la risa escandalosa de Jin a mis espaldas, pero lo ignoro. Choco contra varias parejas bailando en la pista, pero no me importa. Sólo quiero llegar hasta Jimin lo antes posible.
Lo veo moverse al ritmo de la música, sus caderas balaceándose provocativas y los ojos cerrados como si disfrutara del ambiente que lo rodea. Las luces coloridas iluminándolo, haciéndolo ver más bello de lo que ya es. El conjunto que lleva es la definición de mi delirio, con la chaqueta ligeramente caída, dejando ver sus clavículas y hombros; el tatuaje de su espalda sobresaliendo bajo la trasparencia de la camiseta. Los pantalones abrazando deliciosamente sus piernas y trasero.
Es hermoso.
Tan etéreo.
Tan divino.
Como un ángel alado en medio de tanto pecado.
Termino hipnotizado por sus movimientos y sensual sonrisa. Por su cintura diminuta llamándome a que la tome y guíe con el baile que él solo protagoniza, la invitación abierta a que me una.
Muchos tienen la vista puesta en él, como depredadores listos para conquistarlo. Pobres de ellos, porque yo no iba a dejar que se acercaran.
Park Jimin es mío y de nadie más.
Al fin llego donde está y me acerco por detrás, rozó mi nariz en su nuca sudorosa por el calor del lugar, erizando su piel. Al principio se tensa cuando mi respiración choca contra su cuello y mis manos se posan en su cintura, pero poco a poco se relaja entre mis brazos cuando se da cuenta de que soy yo quien lo abraza de esta manera.
Las primeras notas insinuantes de "Under the influence" suenan por toda la discoteca y aullidos de aprobación lujuriosa llenan la pista. Sonrío sin poder creerlo, no puedo dejar de pensar que la letra me describe en estos momentos, porque yo no sé qué hizo este omega pequeño y coqueto para poner mi mundo de cabeza, no sé qué hizo para mostrarme una parte de mí que ni yo mismo conocía. Tal vez es con ese impulso que termino cantando en susurros junto a la voz de Chris Brown, teniendo a Jimin entre mis brazos.
Su espalda choca contra mi pecho y deja caer su cabeza sobre el hueco de mi clavícula, sonrío victorioso cuando comenzamos a movernos juntos al ritmo de la música. Flexiono las rodillas pegándome a él, atrayéndolo más a mi cuerpo. Jimin sonríe ladeado y comienza a restregar su trasero contra mí, volviéndome totalmente loco, haciendo trizas mi cordura. Estaba aprendiendo a leer la partitura de su cintura y las notas de sus caderas.
Entierro mi nariz en ese punto delicioso de su cuello e inhalo como un completo necesitado. Lo siento jadear, yo más excitado no puedo estar.
–"I don't know what you did, did to me. Your body lightweight, speaks to me..."–susurro la canción en su oído y mi corazón festeja cuando se estremece.
El calor nos envuelve, la lujuria se hace presente.
Se gira entre mis brazos sin dejar de moverse, sin dejar de provocarme. Posa los brazos al rededor de mi cuello, acaricia mi cabello haciéndome temblar. Sus carnosos labios entreabiertos y pupilas dilatadas me afectan de una manera arrasadora, hacen estragos en mi interior. Mi alfa sale a luz entre nosotros a través de mi ojos rojos, Jimin se da cuenta y me sorprendo cuando los suyos propios destilan en intenso violeta.
Nuestros lobos estando presente, dejándose conocer, atraídos entre ellos.
La atracción indomable controlando nuestros sentidos y me encanta, maldita sea que me encanta y al omega también parece gustarle. Sus labios me tientan, acerco nuestros rostros llevando una mano a su nuca, apretando su suave cabello en un puño, suelta un gemido contra mi boca.
–Quiero besarte.–susurro, mi aliento caliente rozando el suyo cuando vuelvo a encararlo. Su mirada se ilumina con un brillo lleno deseo, mi entrepierna se contrae y gruño.
–Hazlo.
Es su simple respuesta, pero es suficiente para que se desate una tormenta de fuego dentro de mí y mi alfa ruja. Mi nariz acaricia la suya, mi cabeza ladeándose para tener mejor acceso a su dulce boca. Me tomo mi tiempo disfrutando del momento, de las sensaciones, de su mirada desesperada en la mía, de mis manos apretadas en su cintura.
Pero parece me tardo mucho ya que Jimin me agarra del cuello de la camisa y tomando la iniciativa me besa, dejando los juegos de lado y explotando por completo mi corazón indomable.
Estoy en el maldito paraíso.
Porque cuando sus labios tocan al fin los míos es que llego a tocar el cielo lleno de constelaciones, teniendo los pies en la tierra.
☀️
¿Ustedes de verdad creían que los iba a dejar así?
¡¡Pues no!! No soy tan mala, gente. Y eso que estoy en época de exámenes :,)
Vayan corriendo al próximo capítulo que hubo doble actualización ;)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro