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Y al final, sigo sentado esperándote.

Tantos susurros y miradas indiscretas me empezaban a contagiar su impaciencia por la espera, haciendo que sea más consciente del pasar de los minutos. Mi vista se desviaba a cada rato hacia la hora que mi celular marcaba pequeño en la esquina. Tan sólo faltaban dos minutos y los demás ya supervisaban el camino en donde el atlético cuerpo de mi chico modelaría junto a sus bellos ojos zafiro.

Pero, relax. Yo sé muy bien que vienes a las tres.

Ya algo ansioso desplacé mi vista al cielo que sin ni una sola nube posando en ella me maravillaba con su profundidad e infinitud; también causaba que recordara a unas preciosas gemas cristalinas que tanto me encanta admirar y a la vez, prefería ser reflejado sólo bajo su vidrio. Ser el centro de la curiosidad arrasadora es cansado y fastidioso; ansiaba ya salir del lugar a disfrutar de la compañía de mi hermoso chico.

Hastiado suspiré, ¿por qué mantenía apagado su celular en clases? Era aburrido mandar mensajes al azar a un chat inactivo y provocaba desazón en mis ánimos que los mensajes no fueran leídos o contestados. Y ya marcaban monstruosamente las tres.

Las diminutas voces que zumbaban en mis oídos de repente subieron de nivel, y es que ahora murmuraban descaradamente sin importarles que nos dividía un estrecho camino de ladrillos decorativos. Supuse la razón del alboroto incluso antes de confirmarlo con mis propios ojos; y es que nuestro famoso roba corazones en zancadas avanzaba con su atractiva carita en mi búsqueda. Podía haberme permitido soñar tontamente con la llegada de un príncipe a salvarme de una situación realmente no peligrosa, verlo llegar en cámara lenta, el pasional aire apareciendo en la escena; sino fuera que mi cuestionado novio no trajera ese rostro de "clavar cuchillo y sacar tripa".

Siempre y cuando no sean mis tripas todo iría genial.

Esperarlo quince vidas me pareció una eternidad total, que obtenerlo jalando mi brazo apurado y notablemente fastidiado hizo que me indignara. ¿Hola, buenas tardes? —Te peleaste a golpes con Dowoon —mencionó mientras trataba de ayudarme a parar.

Oh, me olvidé de esa cuestión importante. La pelea con el desgraciado de Dowoon y como un aviso el costado que tanto me esforcé por ignorar, palpitó—. Algo así pasó, ¿estas molesto?

Él me observó como si hubiese preguntado una tontería—. ¿Molesto? ¡Estoy enfadado! —exclamó en voz alta, como si ignorara el gran público que nos acompañaba—. De todas formas, ¿cómo es que fuiste el único castigado? 

Un sin número de respuestas se arremolinaron en mi lengua para defenderme, aún si era obvio que Jungkook no estaba de mal humor conmigo. Cuando Jungkook se amargaba por algo que hice simplemente libraba una terrible guerra fría. No me hablaba y me ignoraba, hasta diría que un mosquito le estaba zumbando demasiado el oído. 

Estuve a punto de contestarle, pero alguien gritó detrás de mi espalda.

—¡Jungkook, vamos a mi casa! Haremos una reunión, ya sabes —fue lo que dijo la pequeña voz entrometida.

Me quedé observando un momento la expresión de mi novio antes de voltear a reconocer a la persona que nos interrumpía. Aunque, Jungkook extrañamente ni se esforzó en asomarse por mi hombro para ver de quién se trataba, todavía mirándome con sus ojos entornados en amargura y los labios crispados. 

Las acciones de Jungkook me dejaban confundido, porque la chica que lo invitó desde lejos pertenecía a su círculo de amigos habituales. No recordaba exactamente cuál era su nombre, pero sí que le suelen decir Yonah, debido a su gran similitud con una idol femenina que empezaba a ser bastante famosa. Yonah con su baja estatura, largo cabello ondulado y tacos altos, se acercaba con una sonrisa al lado de los otros chicos y chicas con los que Jungkook solía pasar tiempo. Inevitablemente, me topé con la fea existencia de Dowoon, quién en lugar de ponerme una mala cara, intentó no hacer contacto visual. 

Eso fue bastante raro. 

—Ya dije que no iré —el tono cortante con el que habló mi pareja me tomó por sorpresa. Incluso hasta levanté una mano en señal de paz cuando me frunció las cejas por mi tonta cara de conmoción. Su humor era más malhumorado del que aparentaba. 

¡Algo había pasado! No debía ser demasiado listo para captar el ambiente tenso que vagaba en el aire. Sabiamente no musité ni una sola palabra, temiendo que ellos pelearan por mi culpa. Lástima que Dowoon acostumbrara tirarse por la borda con todo y su carácter impulsivo y ególatra. 

—¿Nos dejarás tirados para irte con él? —reprochó con las manos hechas puño. 

Jungkook se abalanzó por mi costado, queriendo ir a enfrentar a su odioso amigo, sin embargo, reflexivamente lo detuve enredando mi brazo en su estómago. 

"¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Lo están intimidando?"

"¿Entonces, de verdad están saliendo?"

"El otro chico llegó, eso solo puede significar..." 

"Woah, ¿una pareja gay real?"

"¿Acaso no es Taehyung?"

"¿El mismo que se rumorea que se metió con media escuela?"

"Al parecer ya perdió el gusto por las mujeres y ahora tira con hombres".

"Joder, ¡ese tipo sí que sabe disfrutar la vida!"

Cerrando los ojos contuve un suspiro hastiado, la gente sí sabía ser venenosa. Me incliné un poco y le susurré a la persona que retenía entre brazos que se calmara. No sé si consideró mi sugerencia, pero aún haciendo como si nadie nos estuviera mirando, le respondió ácidamente a Dowoon—: ¿Tengo que darte explicaciones por cada cosa que decido, Dowoon? ¿Acaso no fui claro? No me hables hasta que decidas disculparte con Taehyung. Ya no seguiré haciendo la vista gorda sobre como te refieres a mi relación con él, no más. Tienes suerte de que aún te considere un amigo, ¡o yo mismo te acusaría con el entrenador! —Jungkook alzó la barbilla furioso e impotente. 

Los amigos de Jungkook tuvieron una crisis contagiosa de tos, y yo sentí un bonito calor abrazando mi corazón. Por alguna razón, que me defendiera y se pusiera de mi lado cuando ningún profesor quiso escucharme, me hizo feliz. Quizás deseaba silenciosamente este día, donde mi atractivo novio demandara lo importante que soy para él y por lo tanto, no toleraría agravios contra mí. Nunca me sentí particularmente herido por los berrinches de Dowoon o la clara burla del círculo amistoso, más existía una espinita que pinchaba debido a que Jungkook parecía ignorar la mala saña entre ellos y yo. 

Las puntas de mis orejas empezaron a quemar. Oh, oh, me estoy sonrojando. ¿Puedo besarlo? 

—Vamos, Jungkook, no seas tan duro —abogó la chica pecosa que anteriormente intentó detener la pelea de gallos en el gimnasio—. Sabes que Dowoon a veces es bobo para expresarse, ¿qué tal si comemos en un karaoke y hablamos con tranquilidad? Taehyung lo comprenderá, ¿no? —Pronto algunos ojos se posaron en mí. 

Al notar que no rompería mi silencioso estado, los otros chicos trataron de evitarle la humillación a su amiga y se sumaron a la persuasión. Intentando por todos los medios que Jungkook vaya con ellos y seguir con su plan inicial. Solo que no parecía funcionar, ya que mi resentido novio de ojos brillantes no retrocedía con su decisión. 

—Hey, estás enfadado con Dowoon. No puedes molestarte con todos nosotros también. ¡Hay que divertirnos! —un coro de asentimientos apoyaron la idea. Dowoon era el único que se mantuvo mudo, ciego y sordo—. Además, ¿ya no es suficiente? Nosotros podemos... comprender tu relación, pero ahora hay muchas personas que solo esperan burlarse de ti. ¿Puedes analizarlo un poco más? Tampoco es sencillo para nosotros. 

Suprimí mi risa ante ese ridículo discurso, ¿cómo es que ahora ellos son los afectados? Piensa en nosotros, piensa en nosotros. ¿Ellos pensaron en Jungkook siquiera un minuto? Nadie sabe cómo le puede estar afectando estar en el foro de la escuela y que opinen sobre su orientación y relación amorosa. ¿Cómo es que sus amigos se convirtieron en el ombligo del mundo para pensar en ellos? 

Bajé el mentón, notando a Jungkook distraído observando a la marea de espectadores que nos acosaban, como si recién fuese consciente que estuvieron todo el tiempo ahí. Las monturas de sus lentes hicieron sombra en su terso rostro conflictivo. 

Me permití embozar una sonrisa de costado—. ¿No deberías ir? —esa pregunta ocasionó que alzara sus orbes hasta los míos—. Tienes un grupo de amigos graciosos, pero, ¿por qué no vas y les dices claramente lo que piensas? A un lugar donde no halla tanto chismoso. 

Él bajó la cabeza y no supe descifrar el tono que empleó—: ¿Tú...

—Yo estaré bien —le respondí al instante. 

—No es eso —Jungkook sacudió su cabello levemente, dudando un poco antes se continuar hablando—. ¿Tú te arrepentirías si se supiera que eres mi novio? 

No razoné ni medio segundo para responder claramente—: Nunca —de ahí pensé un poco sobre la raíz de ese cuestionamiento—, ¿por qué lo-

Las exclamaciones, gritos y jadeos de todos los presentes me hicieron saber que no fue mi mente quién escenificó a Jungkook jalando mi cuello para compartir un beso públicamente. Tras unos segundos donde incluso mis labios se pusieron tensos y sin movilidad, un torrente de encanto viajó por cada una de mis venas e inmediatamente entusiasmado recogí en un abrazo apretado a mi precioso novio.  

"¡Oh por dios!"

"¿Otra vez están borrachos?"

"Maldición, a mi amiga le gustaba Jeon..."

"¿Cómo pueden besarse en público? Asco."

"Las fiestas de Jackson siempre revelan tantas parejas, parece brujería".

"¿Por qué los chicos atractivos son gays? ¡Es demasiado injusto!"

Vagamente podía oír a la gente comentar mientras Jungkook seguía atado a mí, y no tuve tiempo ni para prestar atención a las caras probablemente conmocionadas del público que estuvo esperando ver mis raíces crecer debajo del suelo, porque Jungkook presionó e hizo increíblemente sonoro el termino del beso. 

A penas pude parpadear, ¿desde cuándo se volvió tan atrevido y desvergonzado? 

—No hay nada difícil que comprender —cuando mi novio articuló esas palabras con envidiable seguridad, sus amigos seguían estupefactos ante lo que habían visto—. Taehyung y yo estamos juntos. 

Luego de tremenda exposición amorosa, Jungkook no dijo nada más y me jaloneó de nuevo el brazo, arrastrándome hacia el estacionamiento donde se encontraba estacionado mi lujoso BMW. En todo este lapso solo dejé que me guiara como quisiera, estaba muy ocupado rememorando la serie de escenas explosivas de hoy, y en mis pensamientos quedaron el beso arrasador y la declaración de mi chico.

¡Seguía sin creerlo! Yo mismo había querido atrapar a este novio mío delante de quién quisiera mirar y comerle la boca, ¡pero no me atrevería a ponerlo en práctica! No consciente, por lo menos. No obstante, este chico, este chico de verdad se me adelantó completamente.

 Con el corazón conmovido me insté a caminar más rápido, con tres pasos largos traspasé a Jungkook y me coloqué a la cabeza—. Lo que hiciste en ese lugar déjame decirte que fue bastante sexy. —Volteando tiré de Jungkook para verlo de frente y sorprendido me perdí mirándolo. 

Levantando una mano la puso entre mis ojos—. Deja de mirarme —dijo esto y él mismo se cohibía y se volvía más rojo de lo que ya estaba. 

—¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Por qué de la nada el señorito que valientemente vino a recogerme, se enfrentó a sus amigos, me besó y declaró nuestra relación delante de media escuela está tan tímido de repente? —Molestándolo solo vi como sus orejas se volvían cada vez más rojas.

—Calla, calla. No digas nada —el avergonzado rostro de Jungkook se apresuró a enterrarse en mi pecho, y feliz lo envolví en un abrazo mientras reía de su inesperado estado. Forzando un suspiro levantó la barbilla—. ¿Crees que fuimos tan poco interesantes que nadie estuvo interesado en grabarnos, verdad? 

Frunciendo los labios fingí pensar seriamente en su pregunta desesperada. Una respuesta falsa para consolarlo se deslizaba por mi lengua, pero aún así decidí ir sin piedad—: Seguro que hasta estuvieron transmitiendo en vivo —Jungkook lloró desconsolado al escucharme y sujeté su bonita barbilla—. ¡Mi amor! ¿Por qué no vemos lo positivo? Tendremos diferentes ángulos de las reacciones de la gente al vernos besándonos. 

Recibí un golpe en el brazo debido a ese comentario y gruñendo descontento, Jungkook se alisaba los brazos porque ese apodo le causaba escalofríos. Cuando el seguro del auto deportivo se apagó, inmediatamente nos subimos y empecé a manejarlo, examinando qué lugar sería bueno para relajarnos, celebrar y pasar un momento que hiciera más memorable este día.

—Solo vamos a un motel —fue la respuesta simple que dio mi novio cuando le pregunté por sugerencias—, y compremos alcohol.

Un jadeo impotente salió de mi garganta, por la sorpresa el flujo tranquilo de mi manejo se vio afectado por en un horrible desviamiento chueco. Negué con la cabeza indignado—. ¿Por qué de la nada quieres ser la mala influencia? ¡Propón lugares adecuados! Aprovecha que tienes a un novio con dinero.

Jungkook se burló, la esquina de su boca torciéndose hacia arriba con gracia—. ¿Qué dinero? Estás en quiebra, tus tarjetas fueron cortadas por tu padre cuando descubrió que te gustan los chicos, ¿recuerdas? Ahora solo te dan las propinas de un niño —expuso diligentemente mi situación económica y cada palabra fue una flecha a este pobre corazón.

Tosiendo alargué una vengativa mano para pellizcarlo y él se quejó—. ¡¿Quién es pobre?! Por supuesto que tengo dinero escondido, te llevaré a un buen lugar, ya lo verás —fue mi resolución final. 

Sobando el lugar donde le pellizqué creí que él también lo haría, sin embargo, él solo exhaló profundamente. Escabullendo su mano la posó encima de la mía que descansaba en la palanca, y en un simple movimiento hice que entrelacemos los dedos. 

—Parece que somos los protagonistas de una novela donde nadie acepta nuestra relación y por lo tanto, llevamos un fatídico amor trágico —volviendo a suspirar, los ojos azules que estaban protegidos por una montura negra se concentraron en la ventana, donde las casas y edificios eran formas rápidas que aparecían y desaparecían. 

Sonriendo ante su descripción exagerada y divertida, me sumí en un instante de paz. A mí solo me interesaba Jungkook, mientras estuviera con él, todo lo demás no importaba—. Somos como Romeo y Julieta. 

Sentí un breve jalón en mi muñeca, aprovechando que estaba en rojo me incliné para ver a mi amado, él traía la mejilla apoyada en su asiento para mi dirección. ¿Jungkook se daba cuenta de lo hermoso que se veía observándolo de esa forma?

—¿Somos un Romeo y Julieta versión gay? —preguntó curiosamente interesado. 

Aprovechando la oportunidad me acerqué por un beso rápido, y decidí un título menos corriente que "versión gay"—. No, Romeo y Julieta, pero más modernizados. 

Jungkook le encontró mucha diversión a mis palabras, y si bien en un principio solo sus labios temblaban en contención, al final no pudo evitar reírse a carcajadas—. ¿Con má' piquete y ma' flow? 

De la nada sacando palabras extrañas, le fruncí el ceño en confusión—. ¿Qué?

Mi novio no dejó de reírse, sin molestarse en explicarme el motivo de su incontrolable risa, solo pude volver a poner el auto en marcha, esperando a que se calmara. Aunque yo mismo me vi contagiado y al final, solo nos volvimos dos locos riéndonos en un lujoso auto deportivo camino a un destino aún incierto. 

END

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Muchas gracias a las personas que leyeron este divertido two shot cortito ♡