Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO CINCUENTA - CULPABLES POR COSTUMBRE

     Sábado, 9 de marzo del 2024

Esperamos unos minutos a que salieran los más desesperados por irse, entre ellos las nuevas amigas que Marco había hecho. Por supuesto que intercambiaron teléfonos y Marco les prometió presentarles a su mejor amigo. Casi no lo maté con la mirada.

Lo último que me faltaba a mí era competir con esas Barbies.

—¿Por qué me miras como si fueses a matarme lentamente? —me preguntó mi amigo mientras nos dirigíamos a los vestuarios.

—Porque lo voy a hacer —le contesté, enfadada.

—Vamos, Ellie. Esas chicas no tienen nada que hacer con Matt.

—Pero no necesito que sepa lo que se está perdiendo todos los días.

—Créeme, Rubia, él no cree que se está perdiendo nada.

—¿A dónde vamos? No creo que nos dejen pasar a los vestuarios —le pregunté a mi amigo con una idea.

—¿Algo en mente? —me preguntó Marco, que me conocía tan bien que sabía que ya estaba planeando algo.

—¿Sabemos dónde se puede anular la salida del agua caliente?

—Podríamos ver en la zona donde se encuentra la caldera. Imagino que no puede ser tan difícil —me contestó Marco, posiblemente con tantas ganas de hacer una de las nuestras como yo.

Fue coser y cantar. Llamamos a Sam para que averiguara como anular el agua caliente en cuanto averiguamos de que modelo se trataba y en menos de dos minutos abandonamos el lugar del delito y nos fuimos a la entrada del vestuario a esperar a que saliera Matt y su equipo.

Diez minutos más tarde salieron los del equipo contrario rumiando porque se había estropeado el agua caliente y se tuvieron que bañar con agua fría. Nosotros ignoramos su mal humor y seguimos esperando a que saliera Matt.

Tres minutos después mi no-amigo salió con todo su equipo de los vestuarios. Ellos estaban de mucho mejor humor, seguramente porque habían ganado el partido.

Nada más vernos, Matt se acercó a nosotros y saludó a Marco con un gesto de cabeza y a mí me dio un beso en la mejilla delante de todos, lo que hizo que me avergonzara un poco.

—Esto no me lo esperaba. Yo le dedico un gol a mi novia y ella hace que me duche con agua fría —dijo Matt tan alto que pudieron oírlo varios compañeros del equipo, además de Marco y yo.

Yo no supe que responder, tan solo me dio un ataque de tos. No me sorprendió que pensase que habíamos sido nosotros, al fin y al cabo, debido a que siempre la liamos, ya somos culpables por costumbre. Lo que hizo que me atragantara con mi propia saliva fue oír la palabra novia.

No habíamos dicho nada sobre el tema, aunque hablábamos todos los días y nos veíamos siempre que podíamos. Además, nos habíamos besado varias veces el fin de semana pasado y hablado de lo que sentíamos el uno por el otro. Sí, definitivamente no éramos unos amigos cualquiera.

—Entonces era verdad que tenías novia. Yo pensaba que te lo habías inventado —dijo el compañero que estaba a su izquierda.

—Yo nunca dije que tuviese novia, les dije que no estaba interesado en las chicas porque ya tenía una que captaba todo mi interés —le respondió Matt sin un ápice de vergüenza.

—¿Y estos son los animales de tus compañeros? —preguntó Marco, casi quejándose.

—Sí, no tienen muchos modales, pero no son mala gente. Equipo, ellos son Ellie y Marco —nos presentó Matt mientras terminaban de salir sus compañeros.

—¡Ellie! ¡Hace más de un año que no te veo! —dijo David, un amigo que solía jugar al fútbol con nosotros, aunque era dos años mayor que yo.

—David, sí. La última vez jugamos juntos, ¿te acuerdas? —le dije, ya que había recuperado el habla.

—Como si fuese ayer. ¡Qué bien me lo pasé ese día! ¿Así que eres la novia del capi? No pensé que fueras ese tipo de chicas, la verdad.

—¿Ese tipo de chicas? —le preguntó Matt, levantando una ceja.

—No me malinterpretes, Matt. Ellie fue siempre divertida, lista, juega muy bien al fútbol y no se interesaba mucho por los chicos, no como las chicas que nos siguen a todos lados —se explicó David, lo que hizo que me avergonzara muchísimo de que todos supiesen que era la novia de Matt.

—Por eso nunca me has visto con ninguna de esa clase de chicas. Ni siquiera me hablo con ellas. ¿Para qué perdería el tiempo con alguna de ellas sabiendo que hay mujeres como Ellie? —no solo me sorprendió que me defendiera de esa manera, sino que me llamó mujer, siempre había sido una chica.

—¡No te enfades, capi! Algunos tenemos que conformarnos con lo que hay a mano —exclamó otro jugador que estaba al lado de David.

—¿Y lleváis mucho tiempo? —nos preguntó David.

—Yo llevo detrás de ella desde que la conocí a finales de verano, pero me las hizo pasar muy mal hasta final de año y a partir de ahí, hemos ido poco a poco. Pero dimos el siguiente paso la semana pasada —le contó Matt, lo que hizo que me quedara con la boca abierta.

—Ellie, cierra la boca. No está diciendo nada raro, tiene razón en todo lo que ha dicho —me dijo Marco en voz baja.

Menos mal que cambió el tema de conversación, porque yo ya no sabía dónde esconder la cabeza.

Al final decidieron ir a tomar algo a una cafetería que estaba a dos calles del campo y Marco y yo los acompañamos.

David tenía razón, en cuanto empezamos a movernos un grupo de chicas comenzaron a seguirnos y todas intentaban pararlos y hacer que les prestaran atención. Era vergonzoso, sobre todo, porque la mayoría tenían más de veinte años.

En cuanto Matt vio que dos morenas se dirigían directamente hacia él, me pasó un brazo por mis hombros y me utilizó como escudo humano. No era la primera vez que lo hacía.

—Bichito, ¿quieres comer algo aquí o te esperan en casa para almorzar? —me preguntó Matt delante de todos sus compañeros de equipo cuando nos sentamos en cuatro mesas que habíamos unido.

—Le dijimos a mamá que no sabíamos cuándo íbamos a volver, pero aún es temprano para almorzar, ¿no? —le respondí en un tono más bajo.

—No sé, seguro de que si le preguntas a Marco te dirá que ya es hora de comer —me susurró al oído mi novio.

¡Qué bien sonaba eso de novio! No lo había pensado, pero era mejor que mi no-amigo. Marco, que se había sentado al otro lado de mi asiento, se tuvo que dar cuenta de lo que estaba rondando por mi cabeza, porque no tardó mucho y comenzó con sus comentarios.

—Amiga, ¿cómo te sientes teniendo novio? Ya me has adelantado, ni siquiera yo he tenido una novia —dijo el inmaduro de mi mejor amigo.

—Todavía estoy haciéndome a la idea, aunque no sé lo que cambiará esto a nuestra relación, además, ni siquiera hemos hablado del tema —le dije en voz baja mirando a Matt que bromeaba con sus compañeros.

No habían pasado cinco minutos cuando se nos acercaron cuatro chicas a la mesa.

—Lo siento, Sofía, esto es una reunión de miembros del equipo —le dijo uno de los compañeros de Matt a la que se encontraba más cerca.

—¿Y esa? —escupió Sofía mirando hacia mí.

—Es la novia del capitán y lo asesora con el juego técnico —le contestó David.

—Mi futura prometida, para ser exactos —dijo Matt, lo que hizo que todos, incluida yo, lo mirásemos como si tuviese dos cabezas.

—¡Vaya, amigo! No te gusta perder el tiempo —exclamó Marco.

—¿Y yo no opino nada en todo esto? —le dije, incrédula.

—Por eso he dicho futura, trabajaré duro hasta conseguirlo —respondió mientras todos, incluida Sofía y sus amigas, estaban atentos a nuestra conversación.

—¿Trabajar duro? —le pregunté, porque no sabía qué decir.

—Sí, bichito. Espero que no tanto como lo que ha sido conseguir que me beses —me dijo con los ojos tan brillantes, que me quedé atontada mirándolo.

—La Ellie que yo conocía te hubiese dado un puñetazo por haber dicho eso. Se nota que has trabajado duro —añadió David, riéndose.

—¿Al final pedimos algo de comer o solo tomamos algo? —preguntó Matt al grupo dando por zanjada la conversación.

Después de esas muestras de afecto, rozando la obsesión, por parte de mi novio, Sofía y sus amigas se fueron por donde había venido. Al final decidimos tomarnos algo, pero como la charla se alargó en el tiempo, terminamos pidiendo algo de picar dos veces, lo que se convirtió en un almuerzo. Antes de servirnos las bebidas nos trasladaron a un reservado, por lo que no tuvimos que lidiar con más interrupciones de chicas como Sofía.

Sobre las seis de la tarde decidimos que era hora de irse. Los compañeros de Matt eran muy divertidos y se notaba que se llevaban muy bien. Cuando salimos del local, David se puso entre Matt y yo para despedirse.

—Espero verte pronto, Ellie. Y ya sabes, cuando te canses de este idiota, solo tienes que llamarme y ocuparé su lugar encantado —me dijo David, bromeando.

—Si lo que intentas es ponerme celoso, te aviso que no funciona. Sé que, si tratases de acercarte demasiado a mi chica, ella te daría un buen puñetazo para que te lo pensaras dos veces la próxima vez —le contestó Matt, tan tranquilo.

—Sí, te conoce bien —me dijo David, riéndose.

Matt nosllevó a casa a Marco y a mí, pero a pesar de quedarse a cenar, tuvo que volveresa misma noche. Tenía pendiente una reunión con algunos compañeros de lafacultad al día siguiente temprano. Ni siquiera pude besarlo en todo el díaporque no nos dejaron nunca solos y, encima, el fin de semana siguiente no nospodríamos ver.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro