Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

32. Una foto vieja y un cuadro misterioso

Bruno

Anoche soñé que era Gaspar y que atravesaba el bosque para encontrarme con Semydael. Lo hallaba enseguida, frente a la cabaña carbonizada. Él se acercaba a mí con sus temibles alas extendidas; sabía que iría. Sus ojos eran dos soles de fuego rojizo suspendidos en un vacío negro.

En el sueño, intenté hablarle, pero él se lanzó sobre mí para clavarme una espada en el pecho.

Me dijo que no era un sucesor perfecto y que no podía cuidar de Costa Santa. Entonces, se transformó en un yalten que, en un laboratorio subterráneo, empezó darme descargas eléctricas e inyectarme sustancias que ardían en mis venas. Yo sentía un dolor inmenso y gritaba, pero mi cuerpo nunca terminaba de morir.

Desperté llorando...

Ahora, me pego una ducha para despejar mi mente.

Luego, ya vestido, camino hasta la casa de Débora. Y, cuando nos quedamos solos en su cuarto, le cuento todo. Ella me escucha, acariciándome cada vez que se me quiebra la voz.

—¿No creés que Gaspar sabía lo de tu abuelo y que por eso tardó en revelarte toda esta historia de los yaltens?

—Sí, debe haber querido esperar a que el tema surgiera en mi familia primero. Igual, hizo bien en hablarme sobre esa orden de magos cuando apareció Semydael. ¿No te parece demasiada casualidad que después mi mamá me contara cómo murió mi abuelo?

—No creo que sea casualidad... Es la energía que los rodea. Dijiste que creés que tu papá percibe que sos un arcano como Semydael; seguro que el alma de tu mamá supo que te hablaron sobre los yaltens.

—Puede ser... Hoy no quise ir a ver a Gaspar. Necesito despejarme. No puedo creer que mi abuelo haya sido uno de los que torturaron a Semydael. ¿Sabría que su nieto iba a ser un arcano? No tuve relación con él, era muy chico cuando murió.

—Bruno, lo siento mucho, amor. Los secretos familiares siempre son fuertes, pero pensá que ahora podés entender a tu papi y que sabés por qué se pone así con esto de ser un arcano.

—Eso me angustia más. Nunca va a ser capaz de entenderme después de lo que le pasó. ¿Cómo voy a contarle que soy un arcano sin que se vuelva loco? ¿Cómo no va a odiarme si me transformo en algo parecido a lo que asesinó a su...?

Débora me abraza fuerte y me da un beso dulce y tibio. Ya no puedo contener mis lágrimas.

—Te amo muchísimo.

—Yo también —respondo con la voz temblorosa por el llanto y cierro los ojos.

Poco a poco, el calor de su abrazo va sanando mi corazón.

El resto del domingo pasa rápido. Volver a casa es difícil. Ver a papá de la mano con mamá frente a la tele me hace pensar aún más en cómo se contienen el uno al otro, tal y como Débora hizo conmigo. Al mismo tiempo, saber cómo mi identidad de arcano podría afectarlos, imaginar cómo podrían verme después de saberlo, me hace sentir todavía más apartado y distinto de ellos.

El lunes me salto el desayuno para no ver a mis padres y voy directo al colegio. Me cuesta cumplir con las tareas. ¡Los profesores están insoportables! En un mes nos toman los últimos exámenes del año y nos dan una pila de trabajos prácticos para que repasemos. Por suerte, Débora es mucho más responsable que yo y, gracias a eso, nos encontramos recontra al día.

Saber que no estoy atrasado me permite relajarme un poco más en clase, cosa que necesito de manera imperiosa. Sostengo en mis manos una foto de mi abuelo. Ayer le dije a mamá que quería saber cómo era y estuvimos buscando en cajas viejas. Encontramos varias, pero el corazón se me detuvo con esta, una de las pocas a color. En ella, a pesar de que se está quedando pelado, se le ve el pelo y la barba anaranjados.

Mi abuelo era pelirrojo, como yo. ¿Por qué mis viejos nunca me lo dijeron? Hubiera sido interesante saber de dónde saqué estos genes. ¿Qué más me ocultan? ¿Qué más saben?

Entre más lo observo, su cara me parece más familiar... como si lo hubiera visto hace poco.

Edmundo Clavería. Ese era su nombre. En la imagen debe tener unos cincuenta años, la ropa que usa es apropiada para su edad, pero bien ochentosa, me doy cuenta por el tipo de campera y el corte de los jeans. Habrá sido siete u ocho años antes de que lo mataran. Necesito saber más sobre eso.

Pienso en ratearme para hablar con Gaspar, pero Débora lo intuye y le cambia el lugar a Javier para sentarse conmigo. Hacemos juntos las tareas del día, eso me tranquiliza. Ella me convence de que me tome la tarde libre para terminar de bajar los ánimos. Sabe que me hago la cabeza todo el tiempo.

Apenas finaliza la jornada, me viene el recuerdo indicado: una tarde, estaba con Mackster, atravesando lo salones de la mansión de Sebastián. Era nuestra primera vez ahí y nos sentíamos maravillados por el lugar y por las obras de arte, entre las que había cuadros de paisajes y retratos de gente misteriosa, que supusimos eran magos.

Me había distraído percibiendo la energía y observando los árboles del jardín más allá de los ventanales cuando Mackster me tomó del brazo y me señaló un cuadro. En él se veía a un hombre de pelo colorado y canoso, vestido con una armadura verde y una capa roja.

Ahora puedo reconocerlo: era mi abuelo.

Está decidido. Mañana voy a hablar con Gaspar.

Ya no puedo postergarlo más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro