Después de ese pequeño acto sin mucha relevancia, la chica había tratado de prestarle atención a lo que quedaba de aquella clase hasta que fue la hora del descanso. Recogió sus cosas antes de decidir dirigirse hacia el campus de la facultad, era un espacio amplio y, en lo que cabía, pacífico. Aquel espacio resultaba idóneo para protagonizar sus momentos de pensar o, en algunos casos, momentos de los cuales sacaba provecho para adelantar tareas, trabajos y leer diversas cosas como artículos y ensayos innovadores en su próxima área, algún libro con género principal la ciencia ficción o bien, cualquier trama llamativa que considerara interesante o merecedora de su completa atención y concentración.

       En esta ocasión, Jacqueline se hallaba sentada junto al árbol con el viejo columpio hecho de una soga gruesa y la llanta de un camión como los que aparecían en las historias y películas, era un detalle particular, al parecer, el director de la institución no había querido realizar ningún tipo de movimiento para deshacerse ni del árbol ni del columpio, era emblemático y más de una persona al pasar por al lado pensaba igual. En lo que a la chica con iris púrpuras concernía, sentía una especie de protección de parte de la Madre Naturaleza cuando usaba aquel tronco como respaldar, sentía paz y en esa ocasión no era diferente.

       Aquellos problemas de física estaban resultando un tanto más amenos para ella en esa casi insignificante zona, sin embargo, la muchacha no supo en qué momento su cabeza comenzó a pesarle, por un milisegundo no tenía noción del tiempo o del lugar, experimentaba un pequeño mareo y un pitido extraño se había empezado a instalar en el fondo de sus canales auditivos.

       Sin más, apretó sus ojos y se llevó sus manos a las sienes, se masajeó cortos segundos y al abrir de vuelta los ojos tuvo que parpadear varias veces, frente a sus ojos se había materializado un par de esferas luminosas amarillas y todo a su alrededor se había transformado en un fondo negro. Sentía como si se encontrara en el sueño raro que había tenido esa mañana en cuanto su cuerpo no obedeció la orden de su cerebro de quedarse donde estaba.

       Su cuerpo tomó iniciativa de levantarse y acercarse a aquellas luces y a su pesar se asomó observando un grupo de gente (que ahora se le hacía conocido), corriendo de otro grupo, todos los integrantes del cual, estaban vestidos de negro, pero tenían máscaras, capuchas, pañuelos, pasamontañas y cualquier cosa cubriendo sus rostros, en sus manos traían armas blancas y de fuego, algunos llevaban bates o palos, al parecer perseguían al primer grupo, gritos se escuchaban de todas direcciones así como pisadas fuertes a toda velocidad, nadie parecía reparar en la presencia de la chica asomada por esos extraños orbes luminosos, en esos momentos era prácticamente invisible o inmaterial.

       <<¡Esto no puede ser! ¿Por qué me está pasando esto a mí?, estoy soñando de nuevo... no he dormido bien estos días, eso tiene que ser, ¡Toussaint, despierta de una maldita vez!>>, se recriminaba mentalmente, con sus dedos se había pellizcado a sí misma en el brazo, pero aquel escenario continuaba reproduciéndose frente a su campo visual y el pitido en sus oídos aumentó su intensidad, aturdiéndola en ese sencillo segundo que pareció el más agónico y también pareció que pasó una eternidad para cuando Jacqueline por fin logró regresar a la realidad cayendo de cara al pasto y sintiendo a su corazón martillar fuertemente al precordio y de ahí a su pecho de manera casi dolorosa. Sus pulmones, por el otro lado, luchaban por realizar el proceso de la respiración de manera correcta, su cerebro también peleaba con sus órganos para hacerse con el control y obtener el correcto funcionamiento de las facultades del cuerpo de la muchacha en el menor tiempo posible.

       Habría tardado unos buenos diez minutos allí tirada inhalando grandes bocanadas de aire y tosiendo, irónicamente, por el exceso del valioso recurso adentrándose violentamente en su sistema. A continuación, se ayudó de las palmas de las manos para impulsarse y quedar de pie (aunque un tanto temblorosa), recogió los apuntes, las cuentas, el problemario arrugado y la calculadora y metió todo en la mochila, que se colgó al hombro, estaba decidida a no permanecer un solo minuto más en esa institución y ni hablar del evento de la tarde, sentía realmente que no estaba para nadie, ese día más que nunca, claramente. Andaba algo atolondrada cuando tropezó con sus pies y casi volvió a caerse una tercera vez ese día, pero logró mantener el equilibrio y cuando se dio cuenta, ya se hallaba en el asiento de su bicicleta y apretaba el manubrio con manía, no fuera que el destino decidía mandarla al piso, ahora de todo y de nada debía cuidarse, no podía seguir haciendo el ridículo sabiendo que todo el mundo la conocía.

       Pedaleó por la calle bien conocida, solo que esta vez no estaba apresurada, solo quería despejar su cabeza y relajarse antes de llegar a su casa a pretender que todo estaba <<jodidamente en orden>> para que sus madres no la tildaran de chiflada ni terminara internada en un psiquiátrico por ver cosas y escuchar voces sin consumir alucinógenos o sustancias que generan viajes astrales en el más allá o los universos paralelos.

      Llevaría fácil media hora con sus alertas al cien, lo nervios a flor de piel y su cuerpo rígido mientras cuidaba no chocar con nada ni nadie, no perder el control y, adicionalmente no caerse ella ni sus pertenencias, llegando, dejó la bici en la otra fachada de la casa para no ser vista y cuando pasó a la casa lo hizo sin pasar por la puerta de la oficina de Giselle, su habitación o la cocina, subió las escaleras de mármol pasando los escalones de dos en dos y cuando por fin estaba fuera de posibles encuentros, entró en la habitación, cerró su puerta y se dejó caer en el colchón sin percatarse de la silueta que se encontraba por ahí.

       ―¡Oye, con más cuidado!

      La repentina voz emergente de debajo de las cobijas la hizo sobresaltarse y casi soltar un grito por el susto, la mochila voló hasta el bulto que todavía se veía y ella se apresuró a destapar al causante de su casi infarto, en ese proceso descubrió a su hermano Tomás formando una expresión póker en su rostro.

       ―¡Eres un desubicado, ¿qué haces en mi cama, Tomás, no tienes una propia? ―La irritación se percibía en su matiz de voz.

       ―Me estaba escondiendo de las mamás, me hicieron más de diez llamadas para avisarme del evento y para reclamarme que por qué no llegué anoche, además sostienen que tengo un prestigio que mantener y una próxima carrera que asegurar ―rodó los ojos ―, ¿tú qué hiciste?, no tienes la mejor cara, aquí entre nos.

       Notó mirándola de manera analizadora con su ojo funcional. Tomás tenía la particularidad de haber nacido con ceguera de un solo ojo, eran de un mismo color verdoso, sin embargo, uno de estos no tenía la capacidad de la visión y muchas veces salía por ahí con un parche de manera tal que sacaba provecho de su condición para reírse de sí mismo y <<enfrentar la vida con actitud millonaria>>, así le llamaba él a esa clase de acciones.

       ―Un día de locos ―suspiró la chica ―. Giselle ya me invitó educadamente al evento para ser la imagen de todo el movimiento por mi rendimiento, le hice saber que dudaba de asistir, sabes perfectamente que no me gusta ser el centro de atención...

       ―Sí, yo sé eso, pero a lo mejor quiso hacer algo bueno para que te relacionaras más con tu entorno, porque sabe que no conoces a nadie y todos te conocen a ti ―trató de buscarle la lógica al asunto.

       ―Claro, pero dudo que ser la imagen de su evento sea la manera... después... casi me llevé a una chica por delante ―fue revelando.

       ―¿Una chica, has dicho? ―La observaba.

       La cara sugerente y divertida de su hermano no se hizo esperar y la codeó medio molestándola como cualquier hermano fastidioso que podía existir. Un leve sonrojo apareció en los pómulos de Jacqueline, la cual giró la cabeza para mirar hacia otro lado mientras se aclaraba la garganta.

       ―Casi le caigo encima, pero reaccioné a tiempo para dar un frenazo e irme de boca y ella dijo que me vería mañana, aparte que se asustó porque me hizo caer a mí precisamente.

       Bufó, el chico liberó las carcajadas contenidas, parecía un escenario irreal todo eso, en momentos así pensaba que por qué se perdía de lo interesante, le parecía una injusticia vil. Al final pellizcó la nariz ajena a manera de complicidad.

       ―Estás bien, ¿no? Debes tener más cuidado la próxima, hermana, no puedes estar en las nubes todo el tiempo, pudiste haberte malogrado y otra sería la historia.

       ―Yo sé, pero no quería estar en boca de todos de nuevo, al menos no por dejar a alguien herido de gravedad por mi imprudencia o que comenzaran a especular, sabes cómo es este mundo... ―pausó, el chico realizó un asentimiento en señal de comprensión antes de que ella volviera a hablar ―. Pero bueno, suficiente de mí, ¿esa agencia tuya qué onda, te dijeron algo? ―Quiso saber, clavando sus orbes violetas en él.

       ―Se pusieron en contacto conmigo y me hicieron una propuesta para un comercial, les dije que me lo pensaría pero que era muy probable que aceptara.

       ―Era obvio que no les serías indiferente ―elevó su comisura apretando el hombro de él.

       ―Sabes, siento que algo más te perturba, pero haré como que soy tonto y no me percato de las cosas ―entrecerró los ojos y cruzó sus brazos en cuanto ella se tensó ligeramente.

       ―Escucha, no he dormido bien últimamente, es todo. Además, tampoco quiero hablarlo o involucrar a otros y no sé si fue la realidad o una alucinación.

       Esa última frase nunca abandonó sus labios y simplemente se limitó a echarle la culpa a sus deplorables hábitos de sueño, Tomás no se había comido el cuento del todo, pero tampoco la obligaría, no era su estilo.

       ―Bien, te propongo una tarde de siesta y nos ocultamos de mamá Giselle y madre Adagny los dos juntos, ¿qué te parece? ―Le ofreció su mano en forma de trato.

       ―Me parece una perfecta e inigualable idea.

       Admitió levemente sonriente a la vez que se quitaba los zapatos y se colocaba del lado de adentro en la cama, Tomás por su parte, se colocó en el otro extremo para abrazar de modo protector a su hermana y taparlos a los dos hasta arriba con las mantas... 
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¡Hola mis buitrecitos del señor!

Cómo han estado últimamente? Aquí estoy con capítulo nuevo, a ver qué les parece, no diré mucho en esta nota, debido a que se viene otro par de caps pronto, espérenlos. 

Cuéntenme, qué les pareció lo que vio nuestra atolondrada Jackie en esa visión extraña, qué piensan que pasará en próximos capítulos, tienen alguna observación o sugerencia? déjenmelo saber que yo lxs leo y les respondo.

Wueno, la yo se retira lentamente, nos leeremos, no les prometo rapidez, ustedes me conocen ya, nos vemos por las otras historias si quieren. En fin.

✌🏽Comenten y voten si quieren y si les gustó✌🏽

Se les quiere y se les aprecia 💜

Con parte de mi amor 💘

Tiniebla.