~[2] Manchas~
[2]
"Mirar las nubes es tan relajante que te olvidas de todo"
¿Por qué eres así conmigo, diosito?
¿Qué te hice yo, tu amado hijo?
Recogí mi cuarto, regué las plantas, le dí de comer al perro y me bañé, también hice la tarea y estudié.
¿Acaso pequé?
¡No!
Joder, ese maldito chico de sonrisa irritable estará en mi clase.
Tragué en seco.
Empezamos el semestre mal.
El profesor hablaba sobre la importancia de darle una buena bienvenida y relacionar de buena forma con él.
Metase la palabra "relacionarse" en donde no le da el sol.
-Y esto va para usted también jovencito Kim- se dirigió a mí.-No lo trate mal, todos aquí sabemos de su mal temperamento.
Bufé y miré hacia la ventana, ignórandolo, el suspiró y le indicó su lugar al tal Jeon, y para mí mala suerte...si, se sentó a mi lado.
Creo que este este jodido maestro me odia con toda su alma.
Kim Chan-Eun, maestro regordete, hijo de su madre, flojo y un desgraciado total, no por qué compartamos apellido significa que no puedo matarte, no somos familia, así que no habrá daños ¿O si?
"Juro que te haré el semestre lo peor de tu vida"-pensé mirándolo fijamente, mis ojos por ser pequeño y al mirarlo de tal forma, técnicamente no veía nada solo la sombra de mis pestañas.
-Joven Kim, ¡No se duerma!- recriminó hacia mi persona.
Fruncí el ceño.
Jodida desventaja de ser Coreano, ya saben, ojos pequeños.
-Jodase- susurré y volteé de nuevo la cara, esta vez decidida a dormirme en esta clase.
Él chasqueó la lengua y siguió con su clase.
Una risita burlona llamó mi atención, una risa que acababa de conocer hace poco y ya me estaba hartando. El chico de al lado le divertía mi agradable situación. Creo que envidia mi prospera y estrecha relación de amistad con el profesor. ¿No es así?. No.
Claramente se estaba burlando en mis narices.-Si sigues burlandote no llores cuando mi puño se estampe en tu cara de niño engreído. ¿Escuchaste?-Solté sin siquiera mirarlo.
Él se calló, pero una carcajada estruendosa opacó el silencio que el profesor logró con su grupo.
Lo miré enojado.
-¡Eres molesto!- gruñí. Tomé mi mochila y salí del salón. El maestro estaba por reclamarme pero me le adelanté- tengo aprobada su clase desde el año pasado. - salí rápidamente dirigíendome a la azotea.
Abrí con una técnica de ladrón de autos la puerta de ésta, un click avisó que estaba abierta. Salí de aquel edificio y pude ver en todo su esplendor al cielo, el viento estaba fresco, mi cabellera era llevado por este, se hizo un lío pero no me molestó en lo absoluto, estaba en paz, alejado de todo ser humano.
Visualicé la banca en la que siempre suelo sentarme y ver el cielo, en ocasiones trato de dibujar lo que veo, las distintas formas de las nubes, a veces parecen animales, comida, objetos e incluso parecen caras, pero me era difícil redactar mi imaginación en un dibujo, no era experta en eso, así que hoy le dí la oportunidad a la escritura.
Empecé a escribir lo que veía y sentía en este momento.
"El cielo es azul, todos lo conocen, pero hoy es un azul diferente al de siempre, este azul expresa irritabilidad, desconfianza y miedo, las nubes se ven pobre de ese color que las caracteriza, parece como si poco a poco fueran llevadas por el viento, un viento feroz que se lleva a todo lo que pasa por su camino, hoy las nubes parecen no tener formas, es como si un pintor hubiera dado pinceladas al azar, incluso puede ser que una persona común y corriente e ignorante hubiera pintado una nube sin forma, las nubes no eran nubes, solo son manchas sin sentido. Así me siento yo, siendo una simple mancha, que nadie toma importancia, que a nadie le parece impresionante, soy alguien que pasa desapercibida, pero eso es por qué quiero.
Las nubes, las nubes, la nubes, no me siento como una nube, las nubes son amadas, son anheladas, son apreciadas, y son hermosas, en mi caso soy una mancha, una mancha que quiere desaparecer para ya no causar preocupación, irritabilidad, e incluso odio.
Soy confuso, pero así me siento.
Amo las nubes"
Releeí lo que escribí y no me pareció nada mal, cada cosa que escribí, era lo que veía y sentía, era INCREÍBLE, al fin encontraba un escape efectivo, escribir.
Suspiré, me recargué en el respaldo y dejé mi libreta y el bolígrafo sobre la mesa, me crucé de brazos, relajé mi cuello, cerré los ojos y pensé.
Hoy me identifico con estas nubes que parecen manchas tratadas de remover.
Si.
Eso era yo.
Una mancha.
Apreté los ojos, tratando de pensar en...nada.
Mis propios pensamientos estaban en mi contra. No quería eso.
Mi mente en blanco era un respiro.
Bien dicen que puedes alejarte de todo, huir de todos, pero tú sombra siempre estará allí, siguiendo tu paso, tu mente y tú corazón tienen vida propia, te juzgan.
-Mierd...
Todos mis sentidos volvieron a la realidad.
Me levanté rápidamente mirando a la puerta.
Él.
¿Por que tú?
¿Solo sabes joder?
-Un tipo loco me estaba siguiendo por contar un mal chiste- explica Jeon con la respiración agitada.
Yoongi, no había chico más frío que él, odiaba cualquier cosa que tenga que ver con risa, sonrisa y felicidad.
Lo miré desinteresado, no creía que el me fuera a reportar con el director. Tomé mis cosas en silencio y salí de allí, el me miró en cada momento.
-¿Dónde carajos se metió ese idiota?- el chico agitado preguntó a la nada.
-¿Hablas de él chico nuevo?- pregunté con lasciva.
Él me miró con desconfianza.
-Exacto.
-Está en la azotea.- sonreí malévolo.
Acababa de encontrar mi venganza.
No dijo nada, ni asintió, nada. Algo muy común en él.
Pasó de mí y se dirigió a aquel lugar donde Jeon terminó con mi paciente y paz.
Miré sobre mi hombro y pude ver como Yoongi arrinconó a Jeon. Sonreí con orgullo y me fuí de largo, sin importar los gritos absurdos de ayuda de Jeon.
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(...)
[En El Recreo]
El rincón de la cafetería era mi preferido, estaba tan alejado de todos. Mis audífonos eran mis acompañantes.
Susurraba la letra de "Bad Guy-Billie Eilish" su letra era adictiva.
De en vez en cuando metía uvas a mi boca mientras hojeaba el libro que tomé "prestado" en la biblioteca. Lejos de sentir varias miradas curiosas sobre mi, me sentía con un escudo que a los pocos segundos fué destruido.
-¡¿Por qué le dijiste a Min donde estaba?!-Jeon llegó molesto, sentándose en la silla frente a mí.
Lo miré desentendido, restándole importancia, no lo escuché, metí una uva a mi boca y seguí leyendo.
Mi habilidad era grandiosa, podía leer, comer, escuchar música y cantar al mismo tiempo y tomarle atención a todo, menos a Jeon, él no me importaba.
La mesa se movió, signo de haber sido golpeada, Jeon quitó mis audífono de una forma dolorosa, me quejé-¡¿Qué te pasa, carajo?!.- reclamé.
-Min Yoongi me pasó, casi me da la golpiza del año.
-La mereces, imbécil.- solté brusco, traté de quitarle mis audífonos, pero el se alejó de mí.-Damelos.-Bufé.
-Nopi.- contestó juguetón.
-¿Nopi?-pregunté burlón - eso es de niñita.
-Si, si, como digas,- respondió siguiéndome la corriente-ahora volviendo a lo importante.
Fruncí mi ceño con diversión.
-Nada que tenga que ver contigo es importante.
-Los audífonos lo tengo yo, y no te los daré si no me contestas. ¿Por qué le dijiste a Min donde estaba?-volvió a preguntar con insistencia.
-Por. que. qui. se- contesté. Le quité mis audífonos de un jalón y salí de allí junto con mi toper y mi libro.
Me sentí extraño
¿Por qué le respondí si no quería?
Su mano tomó mi brazo, impidiendo que diera otro paso.
-Dejame- dije son mirarlo.
Varias miradas chismosas se concentran en nosotros mientras sonreían y se emocionaban por ver más.
No soy un show.
-No, hasta que seas mi amigo.
-Entonces tendré que cortarme el brazo, por que ni de loco seré tu amigo .-Respondí irritado.
-Bien, vamos con la cocinera por un cuchillo.- me jaló dirigiendonos hacia el área de la cocina.
Claramente este estúpido no captó mi mensaje.
-Vamos- tomé la delantera y me abrió sus ojos.
Él pensaba que iba muy encerio.
Yoongi se sentaba en la primer mesa seguida de la cocina.
Jeon lo miró y su temor se reflejó en sus ojos. Encontré su debilidad, los chicos malos como Yoongi.
Él trató de detenerme, pero yo sonreía con maldad.
-Vamos, Jeon. Quiero cortarme el brazo.-Canturree divertido.
-N-no, no, y-yo me voy, no q-quiero ver sangre- tartamudeó y salió a paso apresurado de allí. Claramente mentía para no ser visto como un cobarde, que prácticamente ya lo era.
Encontré el método perfecto para alejarlo.
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Así si dan ganas de salir. Jeje.
¡Gracias por leer, nos vemos en el próximo!💜
~
김자넷~
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