Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7.

Capítulo 7.

Que pesadita es Kiki.

Al final tendré que pensar como media universidad; no tiene nada productivo en lo que ocuparse. Mierda. Aún sigue dejando notitas desagradables no solo en la mesa ahora, si no que mi pobre casillero había pagado las consecuencias.

De vez en cuando, subrayo algunos insultos con rotulador rosa o amarillo para destacarlos más.

-Se está buscando una buena esa macarra - gruñe Alison mientras que de un tirón arranca los papelitos de mi taquilla. A nuestro alrededor los cotillas comienzan con el cuchicheo tras sus manos, y eso hacía que mi día apestara.

Vamos. ¡Que solo falta que me aten a una silla, y me den comida de chuchos! 

Me sorprendo un montón cuando veo el cuerpo de Ammy ayudando a Alison a arrancar los insultos de un tirón, para después tirarlos al suelo hechos picadillos.

-¿Por qué permites que digan esas guarradas de tí?

-Porque no son ciertas, y son poco creativas en los insultos.

-¡¿Qué tienen poca imaginación?! Joder, ¡Entonces yo soy la reina de los insultos, como no! - Leticia termina dando un zapatazo al suelo.

Me encojo.

-Deberías darle un tortazo a esas pijas - Ammy me observa con los ojos entrecerrados. Formo con mis labios un sonrisa maliciosa.

-Todo a su tiempo.

A pesar que la idea de retorcerle el pescuezo a Kiki era tentadora... Aún no había pasado a ponerme un dedo encima para que enloquezca, y se entere de una buena vez esa zorrilla.

¡Todo un numerito!

-¿Quieres comer con nosotras? - le pregunta Leticia a Ammy. Esta asiente, y me sorprendo por segunda vez. Yo antes le había preguntado si quería sentarse con nosotras y recibí una negativa.

-No se hable más.

Nos giramos, y mis ojos chocan con el mismo grupito de siempre arrinconados a la pared. ¿Qué problemas tienen con eso? Respiro hondo por la nariz en cuanto reconozco los ojos azules más llamativos del grupo. Desvío la mirada hacia el frente, caminando hasta la cafetería.

Siento que su intensa mirada me acompaña todo el camino. Hasta que cruzo las puertas. Pido lo de siempre pero esta vez cambio la garra de oso por una magdalena de arándanos.

Bebo del latte un sorbo, sintiendo un poco la cafeína con el sabor dulzón del chocolate.

Alice suelta un manotazo en la mesa.

-¿Cómo es que estás tan tranquila?

-¿Eh?

-Por Dios... ¡Colgaron un millón de insultos en tú puñetera taquilla!

Asiento, despreocupada - Estoy enterada. Lo ví, ¿recuerdas?

-¿Y ya está?

Asiento, y doy un nuevo sorbo a la bebida. Aprovecharía estos momentos de paz y tranquilidad por un poco más. No tener que preocuparme por Kiki, y su escuadrón de guarillas era lo mejor. Este momento era solo para mi.

-No me jorobes - murmura Alice.

-Corta el rollo - miro hacia otro lado.

-De ninguna manera.

Vale. Ya tengo suficiente con tener que aguantar a un grupo de descerebradas. Doy un manotazo en la mesa; casi rompiéndomela por completo, y espeto ya fuera de mis casillas.

-Basta ya, Alice. Ya he tenido suficiente este día como para que me agobies más. ¡Para de una buena vez! - replico furiosa, colgándome la mochila al hombro, y salgo escopetada de ahí.

Mis pisadas son ruidosas a más no poder. Veo rojo cuando choco contra un hombro enfundado en una cazadora de cuero con grandes cierres en los brazos. Por el impacto me tambaleo, sosteniendo la tapa del latte para que no se derrame en mi blusa.

Bufo al encontrarme con la tía más desagradable. ¿Mi furia no puede empeorar más?

Proceso nuestra altura. Ella era un poco más alta que yo debido a los botines de tacón alto que llevaba puesto. Yo soy todo lo contrario; llevo mis converse favoritas, vaqueros ajustados azul claro con rayas negras a ambos lados de las piernas.

Intimidador, ¿verdad?

-Ah, mira a quién me encuentro. Tessa, ¿no? - sonríe de par en par. Mi nombre en sus labios me parece repugnante, y me entran ganas de vomitar.

Relajo mis hombros, dejando que mi mirada vagara por cualquier lugar, menos a su cara. Pienso en algo bonito mientras tarareo mentalmente una canción.

-Por cierto, ¡menudo rollito armaste la otra noche con tus amigas!

Por favor, no vaya por ahí. Por favor.

-No sabía que las chicas ejemplares como tú se exhibieran al público de esa manera, ¿no es así chicas? - su grupo se ríe.

Relájate, Tessa. Relájate...

Pero ya es tarde. Mi mano sale disparada hacia la tapa del vaso, y antes de pensarlo siquiera, le vuelco la bebida extra pegajosa en esa cara de pringada. La bebida se escurre por todo su cuerpo, empapando la pequeña camisa blanca, dejándole una gran mancha marrón en el pecho. Respiro entre dientes.

La mirada que me da Kiki es letal, esperando otro movimiento de mi parte para saltarme encima.

Yo ni me inmuto.

Un coro de ohhh se escucha.

-¿Por qué no te ríes ahora, chica lista? - espeto - Búscame de nuevo las cosquillas, Kiki y arrancaré tú jodido pelo gris de raíz, ¿y tú no quieres eso, verdad? - los murmullos hacen eco en el pasillo.

Y ahí está él, mirando la escena con diversión. Desliza su azulada mirada de Kiki empada a mí, y su sonrisa se ensancha más.

Maldigo interiormente e intento abrirme paso por el costado de Kiki, que aún está conmocionada. Tiran de mí codo.

-¿Adónde crees que vas?

-Mira, ceporra - ladeo la cabeza para ver a una de sus amigas - No me importa que sigáis insultándome, o si hacéis el lote con la otra, ¡qué os jodan! - la chica pálidece - Pero os agradecería en que me dejaréis en paz - miro hacia donde me tiene sujeta - Quítame las manos de encima porque las cosas van a ponerse muy feas en cuanto no saques tus manazas de mi - me suelta mecánicamente, y salgo a pasos apresurados. Mi subconsciencia comienza a dar palmaditas, y saltitos.

A mis espaldas escucho la voz irritante, y chillones de Kiki gritando.

-¡Eh, Tess!

Me detengo, y Eric me da alcance rápidamente.

-Hey - dice una vez que está a mi lado. Su humor es contagioso.

-Hey.

-Que huevos los tuyos, nena - no lo puedo evitar. Me rio. Él sonríe.

Chasqueo la lengua al ser empujada a un lado, tropezándome. Me recupero, y veo a Holder caminando a toda mecha sujetando la mano de Kiki. Su cara, es de cabreo total. Me mira colérico sobre su hombro, después, vuelve la cabeza hacia adelante. Doblan a la esquina y desaparecen.

Entorno los ojos, y salgo a un lugar fresquito.

-Si que está cabreado - dice Eric, siguiéndome.

-Me la suda.

Dejo que la brisa me envuelva, mis poros absorbiendo el calor y la frescura del ambiente.

Lo miro rascarse la nuca con nerviosismo. ¡Ay, que mono! - Mira, el jueves por la noche se va a hacer una carrera de motos, y los chicos y yo hemos quedado. ¿Te apuntas?

Lo pienso unos segundos. No tengo nada que hacer el jueves por la noche, ¿no? Me vendría bien una salidilla y una noche llena de humor para olvidarme de todo un momento. Finalmente asiento.

-Vale, Alison y Leticia también se apuntan. Nos vemos - rápidamente, me besa ambas mejillas, y se va no sin antes guiñarme un ojo.

En el camino a mi siguiente clase, tropiezo con las chicas. Alice se cuelga a mi cuello.

-Lo siento. Siento haber sido tan borde y una entrometida contigo - pone morritos. Suelto una risilla, y la abrazo mientras nos tambaleamos hacia todos lados, sin importarnos que nos vean, y nos señalen como raritas.

-Ya está, Alice - susurro. Nos separamos, y las tres juntas caminamos de las manos unidas a nuestra siguiente clase.

El profesor de la siguiente clase no se presentó, y dado que teníamos todo el día con él decidí ir a casa de las chicas para ver películas, y comer palomitas.

-Iré al baño - les informo a las chicas.

Tiro de la puerta. Mis pasos se detienen, y mi cuerpo se congela; al igual que mi cerebro. Santa mierda. Holder desvía los ojos de Kiki que está sentada en el lavabo, rodeándole la cintura con las piernas. Tiene cara de aburrimiento en cuanto me mira. Kiki se detiene de darle besos en la garganta, y ladea el rostro para verme; me lanza dagas con los ojos. Deslizo la mirada hacia los vaqueros de ella que están todavía en su lugar correcto, y luego a la bragueta aún abrochada de Holder.

¡Jesús! Gracias.

Pongo mi mejor cara de indiferencia. ¿A cuántas personas había visto en ésta situación antes?

-Lo siento - doy una pequeña sonrisa. Doy la media vuelta saliendo disparada de ahí, cerrando la puerta con mucho cuidado.

Bien, absolutamente genial. Descubrir a Holder a punto de echar un casquete me traumará para toda la vida.

Salto dentro del coche, dejando que mi cabeza reposara sobre el asiento de cuero.

Leticia se gira sobre su asiento, encarándome:- ¿Qué pasa?

Como puedo, consigo despegar la lengua del paladar: - Los he visto, ellos... - balbuceo al recordar ese traumatizante encuentro.

Leticia pone cara de póker.

-Joder, Letty, ¡los he visto!

-¿A quién?

-¡Holder y Kiki estaban a punto de darse el lote en el baño! - al terminar mi cara se pone tan roja como un tómate. Leticia se coloca de color escarlata. En cuanto a Alice... Se descojona de la risa al parar en un semáforo en rojo.

Balbucea algo por encima de las risas pero no logro descifrarlo. Pone el coche en movimiento de nuevo al recibir varios pitasos de un camionero nada amable. Alice baja la ventanilla y saca su dedo corazón, acelerando.

-Ellos solo follan como conejos, Tessie, ¿Cómo diablos crees que llegamos a este mundo? ¿Por medio de una cigüeña? ¡Pues no! Hemos llegado en unos bichitos que viajaron directicos a sus casitas - se ríe a todo pulmón.

Más avergonzada y abochornada no puedo estar. Me cubro el rostro con las manos, sonrojandome más si es posible.

Los minutos en silencio dentro del coche se sintieron infinitamente largos no ayudaban en nada.

Cierro la puerta trasera con cuidado, siguiendo a las chicas dentro mientras me recoloco las correas a los hombros. Ya dentro, la pequeña duende nos coloca la tarea más difícil; conectar los cables al DVD, y elegir la película.  Nos lleva unos cuantos intensos minutos colocar los cables correctos en su lugar. Me subo encima del pequeño banco, conectado algunos cables a la TV mientras que Leticia escoge una película. Decidimos para ver a Deadpool 2.

Más tarde llega Alice con un tazón de palomitas, y tres latas de Coca-Cola. Juntas nos sentamos a ver el comienzo de la peli, apretujadas en el sillón.

De vez en cuando suelto una risotada cada vez que Wade hace una gilipollez o suelta un comentario imbécil. A pesar que ya la he visto un millón de veces no me aburro. Meto un puñado de palomitas de maíz en mi boca para evitar llorar por la muerte de Vanessa.

Al terminar la película las tres nos miramos y sin evitarlo explotamos en carcajadas sonoras. ¡Seremos tontas!

En resto de la tarde pasa de lo más normal. Sentadas en el sillón, en compañía de un montón de palomitas, latas de Coca-Cola, y películas. He perdido la cuenta de cuantas veces me largué a llorar, y reír.

Las chicas me acercan a la casa pasadas de las ocho. Entro a la casa después de besuquearnos.

-¿Dónde estabas?

Suelto un jadeo ahogado, llevándome la mano derecha a mi corazón asustadiso. Lo busco hasta que lo encuentro sentado sobre un sillón. Observándome.

-¿Y los demás? - pregunto cambiando el tema.

-No están - sus ojos me escuezan - ¿Dónde estabas? - repite. Lentamente.

-¿Qué te importa? - espeto rodando los ojos. Holder tensa la mandíbula. De pronto sedienta, voy a la cocina por un vaso de agua. Sé que me sigue, no hace falta que me vuelva para comprobarlo.

-¿Dónde estabas?

¡Será pesado!

Ni corta ni perezosa le digo:- No andaba por ahí pillándome, si eso es lo que te preocupa - ¡Toma ya!

Me arrepiento. El color blanco de su rostro es reemplazado por rojo tenue.

-¿Se puede saber que coño te pasa ahora?

-Pasa que eres un gili-imbécil y un capullo de primera. Eso es lo que pasa.

-¿Cómo? ¡¿Y eso a qué viene?!

-¿Por qué los hombres seréis así? - murmuro.

-¿Así, cómo?

-Amargados, capullos, idiotas, imbéciles y se creen el ombligo del mundo. ¿Quieres que siga?

Va a responder algo pero se calla. Buena elección, hombre, porque en cuanto digas otra perlita más... ¡No respondo! Parte de que esté tan furiosa es debido a él. ¡Me fastidia!

Vuelvo a darle la espalda, y continúo tomando el líquido frío del vaso.

-Aún no me has respondido.

Aunque no quiero hacerlo, lo hago. Volteo. Nos miramos desafiante. Incluso, furioso sigue viéndose de muerte.

-Tampoco pienso hacerlo, Holder - espero a que me responda. Pero no lo hace; no responde. Sólo me mira, me mira... Y me mira, y su mirada hace que me ponga nerviosa, y aumente la presión en mi pecho.

Camino hasta mi cuarto, siendo seguida por él.

-Tessa. ¡Responde a la jodida pregunta!

-¿Y a ti qué más te da? - chillo subiendo las escaleras como alma que lleva el diablo.

-Déjalo estar, ¡ahora!

Freno en seco, y me vuelvo con la misma rapidez; sorprendiéndome de no doblarme el tobillo.

-Pero, ¿tú de qué vas? Me amenazas con que acabarás conmigo, ¿y luego quieres que te dé una explicación? ¡Aclarate de una puta vez! - grito saliendo de mis casillas.

-Debería lavarte la boca con jabón. Eres una niña muy, muy sucia - entorna los ojos.

Bufo, echando chispas. Me doy la vuelta para seguir con mi camino, decidiendo que ya era suficiente por hoy.

Soy girada bruscamente en el mismo sitio. Me mareo.

-¿Estabas con él? - pregunta.

-¿Qué? - ahora sí que se le ha ido la olla a Holder.

¡Está cómo una cabra!

-Os ví, coño. Es él mismo chico de la otra noche, y curiosamente, os pillo muy animados charlando en el puto pasillo. ¿No crees que eso da mucho de que pensar, princesa?

Doy un respingo, indignada. Acaricio mis dientes delanteros con la lengua.

-Vale, ¿ya has terminado?

-¡Respóndeme! - grita; zarandeándome suavemente. Me suelto de su agarre de un manotazo.

-Vamos a ver, ¿Qué coño pasa contigo? ¿Es que acaso Kiki no te hizo una buena mamada?

-¿Y a tí qué más te da eso? - responde en un tono grosero.

Veo rojo. Oh, no.

-¡Eso mismo va para ti, gilipollas! ¿Y a tí qué más te da con quién hablo o con quién ando? ¡Salgo y hablo con quién a mí se me de la real gana! Dejaste muy en claro la otra noche que no me metiera en tus asuntos, ¡por lo que yo te pido ahora que no metas las narices en los míos! - estallo como una bomba. Furiosa, y ahora él también está furioso.

-No es lo mismo - habla tan calmadamente, diciendo cada frase con lentitud.

Como si quisiera controlarse el mismo mientras habla.

-¿Qué no es lo mismo?

Su pecho sube y baja por su agitada respiración. Está a punto de perder la paciencia. Lo sé.

-No lo conoces - afirma, ceñudo.

-Ya, ¿y tú si?

Me mira. Le devuelvo la mirada con la misma intensidad.

Sus ojos se oscurecen, dándole un aspecto terrorífico. Ladea la cabeza apartándose un mechón rebelde de la frente - Has follado con él, ¿no? ¿Te llevó a su casa? ¿Te ha besado... Te ha tocado? ¿Le comiste la polla? - mi cara debe ser un poema, seguramente.

Intento separar los labios para decir algo, pero todo lo que sale de mis labios es... Nada. Estoy muda.

-Ya, eso pensaba yo. Pensé que eras diferente.

«¡¿Qué?!»

-¿Diferente? - repito, perdida.

-Natural, joder. ¡No una manipuladora y mentirosa! A la final, le daré la razón a Kiki, ¡eres de las que se esconden tras una máscara! Sólo buscas enrollarte con cualquier cosa que tenga polla. ¡Y como no! Y yo de imbécil creyendo que serías distinta. ¿Te causa morbo jugar a tener doble identidad? O, ¿Qué pensaría Anna cuando se entere que su hija se está revolcando con casi media ciudad como si fuera una zo...

Quizás fue el enojo, o fue el pequeño dolor que sus palabras me provocaron a reaccionar a lo bruta. Estiré la mano y le suelto tal guantazo que resonó con eco por todo el lugar. Se siente bien expresar mis emociones de una manera que no sabía que podía. El hecho de que mencionara a esa macarra, y de saber que le habla de mí a mis espaldas me encoleriza.

No siento el dolor en mi palma hasta pasados unos minutos después. La palma me comienza a picar, y arder. Tengo los ojos cargados en lágrimas; lágrimas de humillación. Él permanece con la cabeza ladeada a un lado, con los mechones alborotados de su pelo tapándole un ojo.

Lentamente se lleva la mano a la mejilla, frotándosela de arriba abajo para aliviar la sensación. Las aletas de su nariz comenzaron a dilatarse mientras me mira, con ojos tan fríos y a la vez curiosos, y sorprendidos. Observo que ya tiene una marca rojiza en la mejilla. ¡Espero que le duela!

-Tengo razón; eres diferente.

De pronto tira del dobladillo de la franela sin mangas, sacándola por su cabeza.

Todos los vellos de mi cuerpo se ponen de punta.

-¡¿Qué estás haciendo?! - digo elevando la voz hasta que parece un grito ahogado, apenas audible. Tira la franela al suelo, y se saca las botas negras. La bilis sube a mi garganta al verlo por primera vez sin nada tapándole el pecho.

Recorro la parte superior de su cuerpo desnudo, deslizando mis abiertos ojos por sus pectorales músculos, y su cincelado estómago trabajado con abdominales pronunciados hasta las caderas donde los vaqueros le quedan de esa manera caídos.

Se acerca sin vascilar.

-No te acerques.

Holder me mira con burla sin detenerse. Me coge de la cintura cuando intento huir, y me lanza sobre su hombro como si no pesara nada; pasando por alto mis gritos, insultos, y pataleos furiosos. Mi visión es limitada al colgar boca abajo con todo mi pelo cubriéndome la cara. Baja las escaleras a quién sabe dónde, y con qué fin.

Le grito para que me baje, golpeando su espalda con mis puños. Me contesta con palabras tranquilizantes cargadas de sarcasmo, y pequeñas palmaditas en los muslos a modo de comprensión.

-¡Que me bajes! ¡¿No me has oído, idiota?! - grito tan fuerte que estoy a punto de dejarme sin garganta. La humillación es tan grande que en vez de llorar... Enloquezco.

-Eso. Grita... ¡Grita todo lo que se te venga en gana!

Haciendo un gran esfuerzo, logro levantar la cabeza por encima de mi hombro y llego a ver nuestro objetivo. La piscina. Me pongo a chillar como loca; ajitándome.

-¡No, no, no! ¡Vale! ¡Me arrepiento de haberte soltado un tortazo! - él muy bastardo se ríe.

-El daño ya está causado - canturrea. Dicho y hecho me suelta, y aterrizo con un picor sacudiendo toda mi piel.  Grito en el descenso, y al hacerlo trago una gran cantidad de agua que me entra hasta por la nariz, ahogándome, y atontándome por segundos. Saco la cabeza fuera del agua al igual que un chucho, y nado hacia él, tosiendo pequeñas cantidades de agua.

Holder me mira triunfante desde la orilla, agacha y una estúpida sonrisa en el rostro.

-¡Eres un descerebrado!

Se ríe al salpicarlo de agua. Pasa su gran mano por toda su cara, quitando la humedad. Me sujeto con las manos y parte de los antebrazos a la esquina de la piscina, impulsándome para salir. Milagrosamente lo consigo después de tambalearme a los lados como un borracho.

El agua chorrea por todo mi cuerpo, haciendo un gran pozo bajo mis pies.

Holder se yergue, mostrando cuan alto es.

Ahora que no estoy subida a los escalones puedo ver la diferencia de estaturas. Él es más alto que yo. Por una o dos cabezas.

Me seco la cara con rabia, lastimándome un poco las mejillas con las uñas. Pero no me importa.

-Jamás en tú puta vida me vuelvas a hablar como lo has hecho - siseo, apuntándolo.

-Y jamás en tú puta vida vuelvas a ponerme una mano encima como lo has hecho, ¿vale? - contraataca, perspicaz.

Los labios del muy cretino amagan una sonrisa lobuna. 
Sus ojos me recorren entera, deteniéndose justo en mis piernas. Sin disimular.

Sonríe, mostrando sus dientes. ¿Acaso no se cansa de tanto reír?

-Esos pantalones te quedan mucho mejor mojados.

Las mejillas se tornan calientes ante ese comentario tan lascivo. Me niego a comprobarlo. Ya mi cupo de humillaciones está al borde por el día de hoy. Con la dignidad que me queda, camino con la cabeza en alto hasta el interior de la casa, dejando un camino de agua. Cierro las puertas de cristales corrediza sin delicadeza alguna y... La ruidosa carcajada de Holder no hace de esperar.

Sigo caminando hasta subir los escalones casi saltando.

🍁🍁🍁🍁

Estoy colocándome una pijama al oír la melodía de mi móvil. Coloco rápidamente la pequeña camiseta, y corro hasta él.

Papá.

-Hola, papá - susurro al descolgar.

-Hola, preciosa - dice con ese tono meloso de siempre. Diablos, ¡le echo mucho de menos! - ¿Cómo te has portado? ¿Sigues dándole guerra a tú madre?

Rio.

-Cachi. Papá, te echo de menos.

-Y yo a . ¿Cómo está tú madre?

Lo escucho suspirar al otro lado.

-Bien, ya sabes, fuerte como un toro, y dando guerra cada vez que puede - suspiro - ¿No tienes nada nuevo que contarme, quizá?

Decido cambiar de tema. Incómoda.

Lo escucho reírse.

-No, cariño. Sin novedades. 

¡Miente!

-Ya. ¿Ni siquiera una mujer, tal vez? - pregunto con picardía.

-Tessa Grey...

-Vale, vale... Solo era una preguntita.

-Te has convertido en toda una pícara, ¿eh? - se ríe.

-Va, es enserio papá. Si tienes algo con una mujer... Dímelo antes que termine de averiguarlo por mi misma, y os encuentre enrollándose.

Papá hace silencio por unos minutos.

-Te oigo respirar, ¿sabes?

-¿Quién eres y qué has hecho con mi princesa? - suelto una risotada.

-¡Venga ya!

-Te conozco, Tess, y ahora que hablamos de parejas... ¿Has conseguido ya un chico que calme esa fierecilla dentro de ? - me sonrojo.

-No.

-No me lo creo. Sé que es normal que conozcas a unos de esos chicos súper guay, y de bomba... Pero hay cierto temas que...

-¡Papá! ¿Tú también?

-¿Qué yo qué?

-Anna también me ha lanzado la pulla con los anticonceptivos. ¡Cree que ando liada con un chico de la universidad!

-¿Y lo estás? Me refiero a lo del chico.

Entorno los ojos.

-No, por supuesto que no. ¿Por qué?

-Bueno, ya sabes. Tienes dieciocho y esas cosas de los adolescentes que no llego a comprender que hacen con...

-¡¿Y eso qué?! - espeto, sonrojada hasta los pelos de la cabeza.

-Mira que estás gruñona.

Una hora después nos despedimos. Hablar con papá a sido fantástico, y ha hecho que mi ánimo vuelva a ser el de antes. Me acuesto en la cama, cayendo dormida, presa del cansancio.

Nota: Me encanta. Éste capítulo es uno de mis favoritos. ♥️♥️♥️. ¿El de vosotros cuál es? Perdonen que me haya tardado tanto en actualizar, pero me es un poco difícil por las clases. Muchas gracias por leer.

Nos vemos pronto.

Besos 😍😍😍.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro