Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 60.

Capítulo 60.

Holder me arrastra fuera de nuestra casa, subiendo al coche y abrochando nuestros cinturones de seguridad.

-¿No me vas a decir a dónde vamos?. - pregunto, muerta de la curiosidad.

Una media sonrisa surca esos labios tentadores, en una sonrisa cómplice y moja bragas.

-Absolutamente no. Eso arruinaría la sorpresa, nena.

Enciende el coche y nos colocamos en marcha. Miro a nuestro alrededor, buscando posibles escenarios sorpresas, pero no veo nada fuera de lo común. Personas trotando, otras caminando con sus mascotas y los demás coches pasando a nuestro costado.

Me relajo en mi asiento, mirando por la ventanilla del coche el cielo pintado de miles de colores. Un naranja entrelazado con rojo pintan las nubes, dándonos un espectáculo de colores en el cielo; digno de admirar.

Agarro mi móvil, bajando la ventanilla y abro la aplicación de la cámara. Ajusto bien antes de comenzar a sacarle fotos, maravillada con la acuarela de colores que el cielo me desfila.

Estábamos parados frente al semáforo, por lo cual me tomo mi tiempo en buscar una buena toma.

Escucho un click detrás de mi y volteo a ver, distrayéndome.

Holder tiene su móvil en mano, apuntando directamente hacia mi y supervisa la toma con una sonrisa complacida en su cara. Teclea algo en la pantalla y guarda nuevamente el móvil. Coloca el coche en marcha al pasar la luz de roja a verde.

Me llega una notificación de instagram. Es de Holder. Voy directamente al post y mi boca se abre de par en par, al ver que publicó la foto que recién me tomó, apuntando al cielo mientras sonreía de manera despreocupada y feliz, junto al atardecer de fondo.

Bajo la fotografía posteó:

-El atardecer y tú.

Junto a un corazón en llamas. Indico que me gusta la publicación y salgo de instagram. No digo nada.

Los minutos transcurren mientras nos internamos dentro de la ciudad. Pasamos unos cuantos minutos en coche, pasando la torre space needle, a unos cuantos kilómetros más adelante veo un parque de atracciones.

Una enorme rueda de la fortuna con distintos colores ilumina el lugar, reflejándose en el agua. El lugar estaba muy concurrido de personas cuando aparcamos el coche.

-No sabía que frecuentabas estos lugares.

Me quito el cinturón de seguridad y bajo. Holder me sigue segundos después, revolviéndose el pelo.

-No lo hago, de hecho.

-¿Y entonces por qué hemos venido?.

-Porque sé que te gustan los algodones de azúcar que venden en estas ferias.

Lo miro incrédula. Nunca le he dicho que me gustan los algodones de azúcar. Intento acordarme de ese hecho si lo pase por alto. Hasta que una posible idea cruza por mi mente.

-¿Me has estado acosando por instagram?.

Se encoge de hombros, restándole importancia.

-Yo no lo llamaría acosar. Más bien sería algo como; adquirir conocimiento.

No me deja protestar ni una palabra cuando me coge por las muñecas y tira suavemente de mi. Lo dejo pasar y me concentro en lo que me rodea.

Miro los puestecitos de comida rápida a medida que caminamos, desde perros calientes hasta paletas dulces. Un sinfín de olores me azota. Palomitas, salchichas asadas, dulces con diferentes esencias y el olor a agua salada del mar. A mi mente vienen los recuerdos de mi niñez. Pequeños escenarios fugaces vienen a mi mente.

Visite un lugar parecido en Londres con mi padre hace muchos años.

Un niño, de grandes ojos azules, tropezó conmigo y ambos caímos al suelo. Pequeños fragmentos de flashbacks llegan. Ojos azules me miraba fijamente después que mi padre nos ayudó a levantar.

Quisiera recordar su nombre, pero no lo hago. Ese niño tenía una similitud parecida a Holder. Lo miro de perfil. ¿Quizás sería él?.

-¿Alguna vez viajaste a Londres?.

Frunce el ceño.

-Una vez. Pero no recuerdo mucho.

Mi corazón se agita. ¿Existía alguna posibilidad de que él sea el niño de ojos azules...?.

Opto por no decir nada.

Cojo a Holder del brazo y tiro de él a un juego cercano. El juego consistía en lanzar el dardo hacia una pared cubierta por globos de todos los colores. Holder se cruza de brazos y entrecierra los ojos.

-¿Quieres jugar esto?.

-¿Yo? No, claro que no. Tu lo harás. - le informo. No le doy tiempo a decir ni una palabra cuando le hago señas al dueño para que se acerque.

Casi lo puedo oír maldecir. Reprimo una sonrisa.

El hombre sonríe amablemente mientras se acerca. Es una persona mayor, con cabello blanco, ojos marrones y sonrisa cálida.

-Menudo chiste... - masculla por lo bajo.

-Disculpe, ¿en cuánto tiene los boletos?.

-Tres intentos por dos dólares. Si llega a ganar, puede seleccionar cualquiera de nuestros premios, joven.

Le doy unas palmaditas a Holder en la espalda, como si fuéramos amigos de toda la vida. Me mira con la ceja arqueada y cara de mala leche.

Saca dos billetes de un dólar de la cartera y se los tiende al señor. El hombre le entrega los tres dardos a Holder. Los mira por un breve momento, antes de curva su cuerpo y alzar su brazo, y lanza el dardo con precisión. El dardo acierta, explotando un globo. Aplaudo como foca retrasada, alegre de que haya acertado.

El siguiente dardo también logra acertar al objetivo. Holder suspira, pasándose el último dardo de una mano a otra mientras una arruga se le forma entre las cejas a modo de concentración. Alza la mano y el último dardo se desliza de entre sus dedos en una dirección coordinada, dirigiéndose hasta el objetivo final. El dardo golpea y hace estallar el globo.

Chillo de la emoción, abrazando a Holder. Le planto un beso en los labios antes de apartarme y ver los enormes peluches que ofrecen como premio. Me concentro en un conejito blanco sosteniendo una zanahoria. Sonrío y lo señalo.

-Quiero ese, por favor.

El amable señor lo coge y me lo entrega. Era de tamaño promedio. Desde más cerca era precioso. Suave y grades ojos ojos negros, y nariz rosada. Acaricio el interior de sus cejitas

-Si querías uno de esos te lo hubiera comprado.

Lo miro.

-Quería que lo ganarás para mi.

Comienzo a caminar, sonriendo como una niña a la que acaban de cumplir un capricho. Puedo sentir su mirada abrazadora sobre mi desde cierta distancia. Las chispas saltan a pesar que no está tocándome.

Este momento es algo que quiero recordar para siempre. Cojo mi móvil y me acerco a Holder para sacarnos una foto. Me coloco de espaldas mientras extiendo el brazo hacia arriba, buscando un ángulo en el que los dos aparezcamos. Holder me rodea con sus brazos desde atrás, apoyando la barbilla en mi hombro y reprimo una carcajada al verlo tan encorvado. La cámara nos captura y la superviso luego de haberla tomado.

Los ojos azules de Holder brillaban y una sonrisa genuina de oreja a oreja, tan masculina, decoraban su rostro. A pesar de que casi nunca expresaba como se sentía, sus ojos siempre hablarían por él.

Este era nuestro momento de ser felices.

Las siguientes dos horas, nos la pasamos probando los diferentes juegos que tenían disponible. Desde la montaña rusa, donde estuve a punto de vomitar el perrito caliente que me comí, hasta la casa de los sustos. A Holder, tanto como la montaña rusa y la casa de los sustos, pareció gustarle. A mi no tanto, pero fue un soplo de alegría al ver su cara rebosante de emoción.

Solamente nos quedaba una atracción más para subirnos. La montaña rusa.

La melodía del móvil de Holder corta el ambiente. Se saca el móvil del bolsillo y mira la pantalla. Toda emoción se esfuma en un abrir y cerrar de ojos. Su mirada de enfurece y se vuelve fría mientras responde. Comienza a hablar en italiano y me maldigo por no saber que dice.

Parece una discusión relajada, pero no menos peligrosa. Su mandíbula se encuentra tensa y la expresión corporal de su cuerpo, es desafiante.

-Se tocchi un solo capello del suo corpo, ucciderò tutti quelli che ti seguono e poi verrò a prenderti.

Se retira el móvil de la oreja, dando por terminada la conversación. Su rostro es calculador, como si estuviera pensando su próximo movimiento. No es el mismo Holder de hace unos minutos atrás; éste era más frío. Su expresión es dura.

-¿Todo bien?.

Mi voz parece sacarlo de sus pensamientos oscuros, parpadea y me mira. A los segundos, su rostro su mirada se vuelve cálida.

-Absolutamente, nena. ¿Subimos?.

No comprendo. Sigo sin llegar a entender que es lo que pasa. ¿Qué es lo que oculta?.

Entrega el boleto a la chica e ingresamos dentro. Nos sentamos uno frente al otro mientras la atracción comienza a girar suavemente. El cielo se ha oscurecido, y las estrellas iluminan como decoración la noche. Miro la hermosa vista de la ciudad de Seattle desde la altura. Los diminutos coches circular. Las personas caminando tranquilamente en la calle y los enormes edificios. La vista era maravillosa.

Y es ahí, cuando otro recuerdo viene a mi mente.

El chico de grandes ojos azules se había disculpado por haber tirado al suelo mi algodón de azúcar y corrió a comprarme otro. Después venía con una gran sonrisa en su rostro y me tendió el algodón.

-Mi nombre es Holder...

¿Podría ser posible que el mismo hombre que está sentado frente a mi sea el mismo niño de hace años atrás? ¿Cómo pude olvidarlo?.

Holder no lo recordaba. Lo había olvidado por completo. Pero no le hablo acerca de lo que recordé. Después de todo, quizás estaba equivocada. Guardo silencio.

Ninguno de los dos se atreve a romper el silencio dentro de la cabina. Yo, porque tengo miedo de hacer todas las preguntas que atormentan mi cabeza. Quería tener una respuesta para todas ellas y apagar las voces.

No logré vocalizar ninguna pregunta. El temor de lo desconocido hizo un nudo en mi garganta, impidiéndome hablar. Una parte de mi, sabía que tarde o temprano tendríamos esa conversación.

Holder, probablemente, evite de cualquier forma que haga preguntas. Buscaría alguna forma de evadir el tema, ya sea por medio del sexo o ignorar mis preguntas.

Rompo el silencio.

-Si estuviera en peligro, ¿me lo dirías?. - susurro, mirando hacia abajo, donde las personas caminan de un lado a otro, sonriendo y jugando.

-Nunca permitiré que te hagan daño. Es una promesa.

Lo dice con tanta seguridad, que no dudo ni un segundo en que sea verdad.

-Pero, ¿me lo dirías?. - repito nuevamente la misma pregunta y esta vez lo miro. Nuestras miradas chocan con intensidad.

-Si.

Una mueca, parecida a una sonrisa, intenta formarse en mis labios. No duda al hablar, pero sus ojos vacilan por unos segundos. Aunque tan rápido como aparece esa emoción, de pronto desaparece.

Nunca me lo diría. Sólo intentaría salvarme anteponiendo su vida antes que la mía, ocultándome lo que en realidad pasaba.

Miro hacia otro lado, sin llegar a creerle ni un poco, cuando mis ojos caen sobre una figura de pie en el pavimento. Nos mira y un escalofrío me recorre el cuerpo entero; colocándome la piel de gallina. El hombre nos mira sin ningún tipo de emoción. Su expresión era totalmente ilegible. Iba vestido de traje negro, carísimo y elegante.

Su contextura era enorme, cabello negro y profundos, y maliciosos ojos negros nos miraba fijamente. Una cicatriz iba de su mejilla hasta la ceja, dándole un aspecto macabro. Su expresión era de que no duraría ni un segundo para asesinar a alguien. Era letal.

Mi corazón palpita con fuerza dentro de mi caja torácica. ¿Quizás me este volviendo loca? ¿Me lo podré estar imaginando todo?.

Volteo hacia otro lado por un segundo y regreso nuevamente la mirada hasta donde estaba. Sigue ahí. Es como si se tratara de una horrible pesadilla.

Palidezco cuando una sonrisa escalofriante se extiende por su boca, burlándose de mi ingenuidad. ¿Quién es?.

Nos miramos por lo que parecen ser largos minutos.

-Holder...

El hombre desconocido se coloca sus gafas oscuras y se pierde entre la gente, como si hubiera leído mis labios.

-¿Qué pasa?.

-Había alguien mirándonos.

-¿Viste como era?. - pregunta lentamente, mirando en la misma dirección que yo, sólo que ya no había señales del tipo misterioso.

-Era de piel bronceada, contextura alta y una cicatriz adornaba casi la mitad de su cara.

Nuevamente su cuerpo vuelve a tomar una postura tensa. El ambiente se vuelve pesado dentro de la cabina. Un destello de inquietud pasa por su rostro, pero Holder rápidamente lo oculta, pero no ha pasado desapercibido por un breve segundo. Otra vez volvía a ser impasible, ocultando sus emociones, mostrándose extrañamente calmado.

Definitivamente sabía quién era y por qué nos seguía. Las alarmas en mi cuerpo saltaron en alerta y supe, que esto sólo era el inicio de un gran secreto.

Holder arrastraba a más cadáveres de su pasado de los que estaba dispuesto a compartir.

Esto no era una coincidencia.

🍁🍁🍁🍁
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Nota: Holaaa mis amores hermosos, perdonen la tardanza, sólo me que me agarró un virus de esos horribles. Lamento no haberles actualizado con más tiempo 🥺.

Pero ya estoy aquí nuevamente, ahora, cuéntenme, ¿qué tal les pareció? Me parece que este capítulo tuvo mucha intensidad.

Probablemente tendreis muchas preguntas, pero todo lo vais a ir descubriendo a medida que vaya actualizando.

No olvideeis dejar su voto ⭐ y comentar en la parte de abajo 👇🏼.

Feliz San Valentin atrasado 💗.

Nos leemos pronto.

A Kiss 😘.

D.S 💓.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro