Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 47.

Capítulo 47.

A la mañana siguiente me despierta el calor. Parpadeo, soñolienta. Los puntos negros de mi visión se desvanecen y hay un peso extra sobre mí, encontrando a la principal fuente de calor. Holder con sus extremidades encima de mi cuerpo. La maraña de su pelo castaño está revuelta.

Con mis dedos cepillo las hebras, sintiendo la suavidad. Se mueve ligeramente, rodando hasta el otro lado del colchón, quedando boca abajo. Su atractiva cara me coloca a fantasear, mirándolo como una idiota enamorada mientras duerme. Las pestañas le rozan las mejillas al respirar, dándole un toque inusual.

Estoy segura que si pudiera mirarme en un espejo, podría ver mi cara idiotizada. Aunque esté dormido para el mundo, no quita las ganas de querer besarlo en esos labios enrojecidos y carnosos. Hechos para pecar.

Me tomo mi tiempo contemplándolo en silencio. No sé si lo nuestro tiene un buen final, o si sólo estamos destinados para permanecer un corto tiempo en la vida del otro, pero sea lo que sea, atesoraré los momentos especiales, como el de ahora para siempre.

Holder marcó un antes y un después en mi vida. Dando un gran giro...

-No me mires tanto, que vas a desgastarme.

El calor sube hasta mi cara al verme descubierta. «¡Maldita sea los de sueño ligero!»

Abre los párpados, deslumbrándome con el azul nítido de sus ojos, reflejándome dentro de ellos. No hay rastro de sueño que adormezca las facciones de su cara. Luce muy despierto.

Me trago la humillación. «Bravo, Tessa. Empezaste a seguir los pasos de una acosadora sin vergüenza. ¡¿Desde cuando se sacó la camiseta?!»

Admiro a quienes recurren al control como freno a sus impulsos, pero no todos contamos con dicha suerte de poseer un dominio.

Es consciente del físico y no le importa que esté devorándolo con la mirada. La tabla de cuadritos que le adorna el abdomen basta para ponerme a pasar saliva.

El muy canalla me da una sonrisa genuina, digna de contemplar y admirar por el resto de mi vida. Es lo último que veo antes que se abalance encima de mi, mandándonos  a ambos a rodar por el colchón. Chillo al verme atrapada entre su cuerpo y sábanas revueltas. No veo nada.

-¡Podemos caernos!

-Cojones - no le da importancia, riendo.

-¡No veo nada!

Chillo, soltando carcajadas entre las frazadas. ¡Quién lo ve, no lo cree!. Parecemos unos críos jugueteando en la cama.

En una de tantas vueltas sin sentido, caemos al vacío con un fuerte estrépito. El cuerpo de Holder amortigua mi caída, logrando que trepe como un koala por su torso, quitando la sábana de nuestras cabezas.

-Buenos días - dice a forma de saludo, colocando un brazo bajo su cabeza y deja el otro descansando la mano sobre mi trasero en un gesto posesivo.

Me siento sobre su regazo, abierta de piernas, disfrutando la sensación de tenerlo debajo de mi.

-Buenos días.

Respondo al saludo con nuestras miradas conectadas. De cerca, el azul de sus ojos es el más hermoso, un claro reflejo de un verde destella en ellos, dándole intensidad a su mirada.

Quedo atraída por su magnetismo. Su mirada abrasadora quema poco a poco mi piel, provocando cosquilleos en la parte baja de mi vientre.

Lentamente, la mano que estaba en mi trasero asciende por la piel expuesta de mis piernas, en caricias que desata altos rayos de voltaje en donde toca, sin perderme de vista en ningún momento. Entreabro los labios cuando se aferra a la carne de mi muslo, incorporándose de golpe.

Nuestras narices se rozan. Nuestros labios a escasos centímetros por tocarse; tortuosos centímetros. Ninguno hace nada por unirlos, a pesar que las respiraciones agitadas son una muestra del deseo que destilamos. Pero nuestra cabezonería se hace presente, poniéndonos a duelo.

-Estás muriendo porque te bese - alega con el ego por los aires.

-Al igual que tú.

Tiene razón, muero por sentir el sabor de sus labios, pero mejor que yo no está. Odio que tenga tanta confianza y seguridad en si mismo, mostrando que en ámbitos sexuales su control está por encima de cualquiera.

Se ríe.

-Non sai quanto sia fottutamente difficile per me controllarmi quando sono con te.

Se abalanza sobre mi boca, como si la espera le fuera una tortura. Su lengua profundiza en mi boca, ofreciéndome un beso cargado de erotismo y soberbia pura. Me aferro a su espalda desnuda, clavando las uñas en la carne mientras le entrego la candente deseo que me ofrece su beso.

Gruñe.

Non sai quanto sia fottutamente difficile per me controllarmi quando sono con te: No sabes lo jodidamente difícil que me resulta controlarme cuando estoy contigo”
 
Nuestras lenguas se entrelazan, con nuestros cuerpos fundidos en calor. Me aparto del magnetismo de su boca, repartiendo besos húmedos por su mejilla y bajando a su cuello, mordiendo con ansias la piel de la garganta. La manzana de Adán le sube y le baja cuando chupo, lamo, y muerdo.

No puedo controlarme con este hombre. Me arqueo al sentir el roce del bulto en los vaqueros rozando mi centro en llamas, jadeo.

Una mano se cuela por debajo de la sudadera, acariciando mis nalgas sin pudor. El toque me enciende a grandes grados de temperatura, con el morbo reflejado en cada acción de sus manos al calentar mi piel sensible.

Su mano libre se apodera de mi barbilla, alineando el rostro a el de él. Lame el camino de la comisura de mi boca, mordisqueando de forma morbosa el labio inferior, tirando de el y lamiéndome los labios con deseo. Soy yo la que lo besa, cayendo en la telaraña del anhelo que tengo por él.

Holder quita la sudadera de mi cuerpo, interrumpiendo el beso, seguido del sujetador tirándolo sin cuidado en algún lugar. El frío hace endurecer mis pezones bajo su hambrienta mirada oscura.

-Joder.

Se inclina, apoderándose de la punta de uno de los pechos a la vez que amasa el otro con una mano. El gemido de placer que escapa de mi boca pone a temblar las paredes que nos rodean, derritiendo todo. Su lengua baila alrededor de mi pezón con delirio, chupando fuerte, mordiendo y lamiendo la zona sensible por la dureza de los dientes.

Lo envuelvo con mis brazos, acercándolo a mi pecho y moviendo las caderas por encima de la cresta de su grande erección. No puedo evitar gemir como en una cinta pornográfica. Las gratas sensaciones que azotan mi cuerpo me hace arder, deslizando las uñas en su espalda, presa del delirio.

Inclino la cabeza hacia atrás dejando que mi pelo caiga sobre mi espalda, ofreciéndole mis pechos a su codiciosa boca que no para de morder ambos pezones por turnos. Me tiene las bragas empapadas de mi propia humedad.

Mete la mano por debajo de la tela empapada, rozando mis pliegues con los dedos e introduce un dedo en mi interior. El calor explota; grito. Mi cuerpo responde a su toque.

-Estás tan caliente, nena - gruñe con la respiración pesada. Me desintegro, cabalgando sus dedos en busca del orgasmo que aclama mi cuerpo.

Maldice, buscándome la boca y uniendo nuestros labios. Colando una mano entre ambos cuerpos, abro la bragueta y saco su erección gruesa, y dura fuera de los boxers. Me trago el gemido ronco que se le escapa al mi mano envolver su polla erecta, comenzando a masturbarlo como lo hacen sus dedos en mi sexo, pellizcando mi clítoris hinchado.

Muevo mi mano por su potente erección, deslizando un dedo por encima de la gota preseminal que brota de la punta, ayudándome en la masturbación.

Ambos nos separamos en busca de aire, contemplándonos mientras nos toqueteamos sin ninguna vergüenza. Tenemos los labios rojos por los besos vehementes de hace unos minutos.

-Te estás aferrando a mis dedos, mierda - pasea la nariz por mi cuello, lamiendo mientras yo no dejo de ondear las caderas en busca de la cumbre de mi placer y el suyo, marcando el mismo ritmo que ejercen los dedos en mi sexo al penetrar sobre su polla.

Los músculos de mi vientre se tensan al aproximarse el orgasmo. El pene en mi mano da una sacudida y un par de segundos más, nos corremos. Él a chorros sobre mi vientre y yo en su mano. Suelto un jadeo ahogado. Su eyaculación es larga y tibia.

Nos abrazamos con los efectos del orgasmo circulando en nuestros cuerpos y el sonido pesado de ambos al respirar a grandes bocanadas. Mis ojos se cierran solos al pasar unos minutos en la misma posición.

-Me has dejado seco, nena - balbucea contra mi hombro, repartiendo besos ligeros por la clavícula.

-Lo he notado.

Para hacer énfasis en mis palabras, acaricio la semi erección que se encuentra en mi mano, como un recordatorio. Sonríe al ver mi cara estupefacta ante la dureza de su polla que vuelve a la vida, levantándose orgullosa.

Se encoge de hombros.

-¿Qué puedo decir a mi defensa? Es inevitable que no me la pongas como un puto hierro a cada que te veo.

Me sonrojo por la crudeza de las palabras.

-No te sonrojes, que es la realidad.

Entorno los ojos. Me levanto en dirección al baño, cubriendo mi sexo con las bragas en su lugar y la mirada de Holder sobre mi espalda; quemándome. Cierro la puerta.

Me ducho, limpiando los restos de orgasmo en el interior de los muslos y los fluidos de la eyaculación de Holder. A los pocos minutos salgo envuelta en una toalla.

Holder se cambió de ropa, por un pantalón militar verde y una camiseta holgada negra junto a unas botas militares. Está sacándose el exceso de agua del pelo.

Tomó un baño rápido.

Busca algo en la comoda, sacando un pantalón deportivo negro y la sudadera a juego.

-Úsalo mientras volvemos - lanza la vestimenta en mi dirección junto a unos boxers.

Vale, vestir ropa de chico no es tan malo en esta sociedad.

-No los laves - señala la ropa interior que me dió. Mi cara debe de ser un poema porque se lame los labios provocativamente - Los dejas sucio así puedo masturbarme pensando en ti.

-¡Eres un puerco! - le chillo, volviendo al baño y azotando la puerta con las mejillas a punto de sangrar.

Suelta una carcajada al otro lado.

¡Es un descarado!

Me visto lo más rápido que puedo, haciéndole dos nudos al pantalón, atándolo a mi cintura. Salgo de nuevo, encontrándolo recargado a una de las paredes.

Sus ojos me supervisan como un policía; detenidamente. Quiere decir algo, pero se contiene.

-Vamos.

Salimos al pasillo desierto, bajando las escaleras y dirigiéndonos a la salida.

Espero a que suba primero en la moto.

-¿Y las bragas que traías puesta?

-Las tiré a la basura - respondo antes de subirme, ignorando la mención de mis bragas.

Rueda los ojos y salimos fuera de la fraternidad con los rayos del sol tocándonos.

Estamos en un restaurante chino, comiendo fideos. Varias personas que pasan por nuestro lado se nos quedan mirando como extraterrestres. Venga, que no todo el tiempo ves a una chica portando ropa del sexo opuesto.

Voy a agarrar el último trozo de pollo frito cuando Holder está a punto de morderlo.

-Te lo has acabado todo.

-¿Y para qué crees que pagué por el? ¿Para contemplarlo? - el tono sarcástico con que lo dice, me hace refunfuñar.

En su lugar, bebo de la coca cola en la mesa.

-¿Quieres? - me ofrece el pollo con un mordisco.

-No.

-¿Segura? De todas maneras ya no quiero.

-He dicho que no.

-Basta con pedirlo, Tessa. No se te van a caer las tetas ni a mí las bolas. ¿Sabes cuántos niños hambrientos de Estados Unidos desean comer esto?... Cómetelo - me pasa el pollo por los labios, provocándome... Burlándose.

Al final no me resisto, devorando el trozo de pollo en poco tiempo.

Sonríe al ver logrado su objetivo.

Después de terminar de comer, Holder paga y ambos abordamos la moto al salir del restaurante.

No sé a donde vamos una vez que estamos fuera, sólo veo un montón de edificios que nos rodean. Me relajo, cerrando los ojos y dejando que Holder nos lleve a través de las calles a plena luz del día.

Dejamos la ciudad atrás, adentrándonos a una carretera casi desolada y con la naturaleza a nuestros costados. Me pierdo en los árboles plantados a un lado del asfalto, proporcionando sombra.

Contengo un jadeo al ver el paisaje natural. Huelga a tierra húmeda por el frío navideño y la belleza de las hojas fue distintos colores me deja deslumbrada.

El bosque en esta época del año es sencillamente asombroso. Ignoró el frío que cala  por debajo de la ropa al aparcar.

Mis pies se hunden entre el montón de varias hojas caídas y secas. La temperatura en el bosque es más helada a pesar que aún no está nevando.

Dudo que otros sepan de la ubicación de esta lugar. No sé por qué presiento que, quien únicamente conoce la localización es el hombre que camisa hacia mí con las manos metidas en los bolsillos.

-Camina.

Entrelaza una de sus manos con la mía, tirando de mi en una dirección. Estoy a punto de replicar por su falta de tacto y delicadeza, pero lo pienso durante unos segundos... Eso significaría iniciar una contienda con Holder.

Frunzo los labios ante la idea desagradable que se me viene a la cabeza. Ni de broma. Guardo silencio.

Caminamos tomados de las manos durante unos minutos más, pasando un puente de madera y quedando como una estatua; petrificada.

La maravillosa vista que me ofrece la ciudad de Seattle desde lejos es esplendorosa y magnífica. Es como si estuviera apartada a un rinconcito en este mundo, donde apreciar las cosas únicas es el pasatiempo más increíble que pudo existir.

Pequeños momentos para recordar. Merece la pena.

Unos brazos me abrazan la cintura desde atrás, acercándome al pecho masculino y el olor a loción me hace suspirar.

-Bienvenida a mi lugar solitario - susurra con voz baja y juguetona cerca de mi oreja, haciéndome olvidar el frío.

-Es... Hermoso.

Se ríe.

-Lo sé, me lo dicen muy a menudo chicas ebrias y me veo todos los días al espejo antes de salir.

Entorno los ojos, bufando a la vez que intento ocultar la sonrisa. No me sorprende; él es atractivo y cualquier chica estando en sus cinco sentidos o no, no lo dejaría pasar por alto.

-Estoy hablando de las vistas.

Me mira como si no me creyera.

-Finjamos por un momento que no te referías a mi atractivo - se halaga el mismo.

Rio de indignación. Es como una bofetada en el autoestima  de los demás.

El viento helado nos azota, provocando que sus brazos me envuelvan con más fuerza. Buscando entrar en calor.

-Quiero mostrarte otro lugar.

Me dejo guiar, adentrándonos más a la densa naturaleza. La curiosidad me pica hasta límites incalculables pero la emoción me embarga como a una niña pequeña al ir a un parque de atracciones.

Lo miro, detallándole la mandíbula semi cuadrada, sus pómulos, los labios carnosos, el puente de la nariz, las espesas cejas y lo masculina que se ve su garganta. El magnetismo que desencadena Holder en las mujeres a veces llega a ser incómodo y más si se tiene un historial como él.

Aparto la mirada cuando nuestras miradas se encuentran. Siempre tiene esa manera de mirarme, abrasadora que hace que me pierda en el color de sus ojos y en lo que transmiten estos. En lo profundo que pueden llegar a ser sus sentimientos.

Me conduce en silencio hasta que páramos frente a una casita en medio de inmensos pinos a su alrededor, dándole un toque único.

No parece que nadie habite en ella. La madera cruje por el peso de nuestros cuerpos. Holder saca algo del bolsillo y la puerta se abre cuando introduce la llave en la cerradura.

-Vengo aquí una que otra vez.

Entra primero y lo sigo. El lugar está oscuro, y un olor a humedad y madera flota en el aire. Tanteo en la oscuridad, suplicando por no abrirme la barbilla en el suelo.

De pronto, hay unos cuantos destellos  y la estancia es iluminada por las llamas del fuego en la chimenea. Holder está inclinado, añadiéndole leña.

-Acércate que no muerdo, al menos que quieras que lo haga - sonríe de forma lasciva.

Blanqueo los ojos, haciéndole caso. El calor del fuego hace que vuelva a sentir mis extremidades y la sangre fluya a mis mejillas.

En los minutos que permanecemos contemplando las llamas, en el más tranquilo silencio, con el sonido de las brazas arder y el de nuestras respiraciones de fondo; en el aire flotan palabras no dichas.

-¿Y si sólo nos quedamos?

Volteo a verlo. Sigue contemplando el fuego.

-¿Y si...? - parece pensarlo dos veces, para luego optar por no decir nada.

«Quedarnos» no niego que es una locura, es como saltar desde un edificio de veinte pisos; altamente arriesgado. Pero he decidido actuar a consecuencia y probablemente en estos instantes me esté ganando el odio de mi familia.

Sin embargo, me gustaría hacer las cosas bien. Por una vez.

-No podemos quedarnos aquí mientras que allá afuera todo es un caos por nuestra culpa.

Tensa la mandíbula, volteando a verme con el reproche visible en sus ojos. Tiene rabia.

-¿Y qué mierda nos importa lo que piensen? Deja de pensar en los demás, cada quien es libre de hacer o pensar lo que se les venga en gana - sus palabras son duras, carentes de sentido.

Se levanta alejándose y mirando por la ventana.

-Los comentarios de los demás me importan un bledo. Pero no los de mi familia y lo único que te pido es que regresemos para que podamos explicarles como sucedió todo - me acerco a él, entrelazando sus dedos con los míos.

No dice nada, pero está de más decir que la idea no es de su agrado. Está evitando replicar.

-Iremos después de la carrera.

Arqueo una ceja.

-¿Cuál carrera?

Entrecierra los ojos.

-La que va iniciar dentro de algunas horas. En ésta competencia se vale todo.

Asiento, quedándome pensativa.

-Pero por una vez, quedémosno por unas cuantas horas más.

Y entendí que de alguna manera, me estaba pidiendo que nos quedáramos en nuestro refugio.

🍁🍁🍁🍁
.
.
.
.
.
.
.
.

Nota: ¡Tachan! Espero que estén tan emocionados como yo al haber escrito este capítulo el día de hoy.

Muchas gracias por su amor y esos hermosos mensajes que recibo ❤. De verdad que sois lo mejor.

¿Qué creen que pasará en esa carrera? ¿O cómo van a reaccionar ambas familias ante la confrontación de los más jóvenes?

¿Curios@s? Pues, estén pendientes de la siguiente actualización.

No olviden dejar su ⭐ y comentarios en la parte de abajo 👇👇👇.

¡Nos leemos pronto!

A kiss 😘👑.
D.S

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro