Capítulo 39.
Capítulo 39.
Algo no va bien. Puedo sentirlo en los vellos de mi nuca que se erizan y en el sudor inexistente de mis manos.
Dos días, dos putos días y el ambiente tenso entre nosotros se podía palpar. A cada instante en que nuestros camino se entrelazaban, perdía el Norte y tomaba el Sur. Y como no, ¿piernas para que os quiero? Más de una ocasión oí mi nombre ser susurrado, pero al girarme, sólo veía su espalda enfundada en cuero caminar en dirección contraria, o simplemente la soledad me acompañaba.
A cada minuto, sentía que me rompía en mil pedazos y para unirlos, me era difícil. Quiero estar enfadada con Holder, por ser un capullo, quiero cabrearme con Anna porque siempre ha tenido la razón, pero no lo hago. Mayormente, estoy enfadada conmigo misma; por ser una tía estúpida e ilusa. Yo solita me he buscado esto. Nadie me obligó.
Holder, no es el típico chico dulce que quiere enmendar sus errores, ¡al contrario! Sigue jodiéndolo todo.
Por muy estúpida que suene, tuve una pequeña esperanza en la que Holder, me buscaría para aclarar las cosas, pero no, joder. Simplemente me ignoró a cada jodido segundo. Pasó de mí y pisoteo mis sentimientos, como si estos nunca hubieran existido. Me costó captar el mensaje, uno que clavó miles de cuchillos filosos en mi piel. Acabé por acostumbrarme.
Por supuesto, sus miradas maliciosas no faltaron, y las sonrisas ladeadas lo comprueban. Disfrutaba de mi dolor, ¡como no lo haría! Es Holder y su lema de: «Me la suda» van a la par.
Ya faltando poco para las nueve de la noche, superviso mi atuendo casual, el cual era un vaquero ajustado, unas converse y una camiseta de color blanco. Me daba igual no mostrar carne al aire, sólo iré a divertirme con Alice.
El sonido de un claxon me saca de mis pensamientos. Meto el móvil en el bolsillo trasero del vaquero y salgo a grandes zancadas. Ignoro la mirada interrogante de Logan al verme vestida así, venga, probablemente soy la única chica rara en este mundo que va a una fiesta universitaria vestida como un día normal.
Esta mañana le he dicho a Anna que saldría, esperando a oírla decirme de todo menos bonita pero no dijo ni mu. No tente a mi suerte por segunda vez. Di la repuesta por hecho.
Me subo de un salto al coche aparcado a un lado de la acera. Alice me mirada de arriba abajo mientras que yo hago lo mismo, observando su falda excesivamente corta más arriba del muslo.
-¿Adónde crees que vamos? ¿De pícnic? No me jodas, Tessie.
Entorno los ojos.
-Eso es lo que harás tú esta noche, joder, Tessa - digo en doble sentido.
-No lo digo en ese sentido, ¡y lo sabes! - refunfuña, abriendo con una mano su pequeño bolsito de lujo y tirándome una barra de labial rojo.
Automáticamente, miro la barrita con mala cara. Niego varias veces, ¡ni de broma!
Lo vuelvo a lanzar en su dirección. Ésta aterriza en su regazo.
-Ni hablar, no pienso echarme eso - arrugo la nariz, acomodándome en el asiento para más comodidad.
Alice me mira como si estuviera loca de atar, pero la sonrisa tirando de sus labios teñidos de rojo oscuro la delata. Me rio en voz alta; es la primera carcajada limpia que ha salido de mí desde hace dos días. Es tan fácil pero al mismo tiempo tan difícil olvidar los problemas un momento.
El trayecto a la fiesta, me hace sentir mareada de pronto. Los músculos de mi espalda están tensos y mi cabeza echa un lío. ¿Estará él ahí? Pues claro que estará, si forma parte de esa resistencia.
Joder, pero espero que no. Es lo último que me faltaba.
Alice aparca y la veo. Los mismos edificios altos y todos iguales. Veo a varios chicos y chicas pasearse por los alrededores, con la música a toda pastilla haciendo temblar los cristales del coche. Me paso la lengua por los labios raramente secos; cerrando la puerta.
-¿Preparada? - me susurra una vez que estamos fuera. Mi mirada está clavada en la puerta principal abierta y al montón de personas en el interior.
Asiento, porque de pronto mi lengua se mantiene pegada a mi paladar. Alice entrelaza su mano con la mía y nos dirigimos dentro, bloqueando las personas de nuestro alrededor.
Casi me tropiezo al bajar las escaleras. ¡Estúpida! Me sonrojo aunque nadie puede verme, bien hecho, Tessa.
Las luces azules y blancas parpadeando encima de nuestras cabezas me ciegan, y el humo flotando me hace maldecir. Parecen chimeneas. Me encojo al sentir mi estómago dar vueltas a la par de las luces y mi piel erizarse.
No sé a dónde me está arrastrando Alice, pero veo vasos plásticos rojos en una mesa. Coge dos, tendiéndome uno con alcohol. Lo rechazo, cogiendo el de agua. Sobria, sobria. El alcohol y yo no funcionamos bien al juntarnos.
Miro a mi alrededor. Sólo veo a un montón de gentes moviéndose al ritmo de la música, con las manos en el aire y gritos de júbilo; otros sentados en un círculo, bebiendo y jugando. Nada nuevo.
Una chica pasa a mi lado contoneando las caderas en su diminuto y ajustado vestido negro, y me mira con una ceja arqueada a la vez que le da una calada al cigarrillo entre sus dedos. Me ofrece una sonrisa sarcástica mientras expulsa el humo.
Nunca la había visto.
-¿Te has perdido, preciosa?
La superviso de arriba abajo. Tacones de aguja, vestido corto, cabello negro y maquillaje excesivo. No sé por qué me produce una sensación de escalofríos. Estoy a punto de hablar cuando Alice me corta.
-Ya déjala en paz, Mara. Ella no juega en tú misma liga - ¿Misma liga? ¿Qué demonios...? La chica de actitud extraña se lleva el cigarrillo a los labios, sonriendo.
-Es una pena, ¿no te parece? - deja salir el humo en una sola bocanada. Yo sigo sin entender, pero sea lo que sea, seguro que no es nada bueno - Estoy segura que te la pasarías pipa con nosotros. ¿Te ánimas?
Joder, joder... Madre mía, ¿un trío?
Alice gruñe a mi lado.
-Mara, ella no está disponible, no insistas, joder. Ve a buscarte otra víctima inocente a quién tentar - espeta con voz cortante mientras ondula su mano en una forma poco educada.
Mara entorna los ojos y desaparece entre el montón de cuerpos. Me quedo perpleja, sosteniendo con demasiada fuerza el vaso plástico.
Salto al sentir una mano en mi hombro.
-¿Estás bien? - la voz tranquilizadora de Alice me trae a la realidad. Mi patético cerebro intenta ponerse en marcha.
-Eh, sí... - murmuro, con un nudo en la garganta. Bebo el agua, aliviando la presión en mi estómago. ¿Por qué me sorprende tanto? Ya debería acostumbrarme a la libertad de expresión en las personas.
Que antigualla eres, Tessa.
-¿Me estás escuchando?
Parpadeo.
-¿Cómo? - le pregunto, avergonzada por haberla ignorado. Alice suspira, rodeando mi cintura con su brazo.
-Olvídalo, ¿vale? Vamos a pasárnosla de cañón ésta noche - me da un beso en la mejilla mientras caminamos entre el mar de personas.
Por encima de la iluminación, distingo lo que parece ser una mesa de juegos. Vale, son los típicos juegos universitarios. Y hay muchos a su alrededor jugándolos. Me tenso al ver a los amigos de Holder ahí, haciendo de gilipollas.
Dean está en el otro extremo de la mesa, justo cuando Alice me suelta y se posiciona en el otro extremo, frente a él. Ambos se miran, sin pestañear hasta que él sonríe de medio lado, esperando a que llenen los vasos. Maldita sea con Alison.
Empujo a todos para poder llegar hasta donde está mi amiga. Ambos tienen una mano en el vaso.
-¿Lista para perder, niña? - se burla Dean, enseñando sus dientes en una sonrisa pícara.
-¿Preparado para quedar en vergüenza ante una niña? - ambos se provocan.
Dean sonríe aún más, esperando a que empiece el juego. Y en dos por tres, el chico encargado al decir listos, Alice ya estoy con el vaso en el aire y al segundo lo deja caer en la mesa boca abajo. Justo cuando el de Dean rebota, saliéndose de la superficie y cayendo en el suelo.
-¡Mierda! - grita por encima de la música, mordiendo sus nudillos, exasperado. Todos a nuestro alrededor aplauden por mi amiga, felicitándola y no es para menos. Me uno al coro.
Alice apoya las manos en la mesa, inclinándose hacia delante - ¿Listo para seguir perdiendo? - le pincha. Suelto una carcajada ante la mirada avergonzada de Dean.
-Sólo es suerte, nena. No te emociones.
Se retan con los ojos. Venga, ahí hay un claro mensaje que dice: «Si te descuidas, te follo»
Esta será una noche de lo más movidita.
🍁🍁🍁🍁
-Una más, ¡tú puedes, Tessa! - grita Alice desde atrás, animándome a acertar un bola dentro de un vaso rojo. Sólo necesito un tiro para ganarle a mi rival. Me inclino un poco, balanceando mi brazo y dejando que la bola se deslice entre mis dedos en una exhalación.
Son los segundos más agonizantes. Mis ojos no se despegan de mi objetivo mientras va en el aire. Contento el aliento. El corazón me palpita en los oídos a la espera. Y de pronto, la bendita bola cae dentro. Grito sin contenerme nada.
-¡Toma ya! - el chillido lleno de orgullo de Alice me hace reír, mientras se cuelga en mi cuello y hace que nos tambaleemos a los lados, sin poder contener mi sonrisa de victoria.
Oh, yeah. La sosa de Tessa ha logrado dar en el blanco, oh, sí.
No dejo de felicitarme mentalmente mirando a los de mi alrededor. Me separo de mi mejor amiga, echándole una miradita a Dean, que tiene los brazos cruzados sobre su pecho y apoyado sobre una pared, cerca de la mesa. Cómo lo prometió, no se ha movido hasta que ha comprobado que pude darle una patada en el culo a su colega.
Una sonrisa divertida baila en sus labios al mirarnos. Se está divirtiendo a la hostia.
-¡Eh, capullo! - Alice se acerca a él, con aire victorioso - Suelta la pasta; mucho me temo que has perdido, idiota.
Dean, saliendo de su cómoda postura, le tiende un billete de cien dólares del bolsillo de sus vaqueros, mirándola directamente a los ojos.
-Sé aceptar mi derrota, nena. Aunque yo nunca pierdo - le guiña un ojo antes de dar media vuelta y marcharse, dejando flotando en el aire un montón de promesas sin cumplir, pero estoy segura que tarde o temprano regresará para cumplirlas.
Está pillado por Alice, tanto o más que ella de él.
Con una sonrisa maliciosa, volteo a verla. Tiene la cara que le echa humo y una mirada asesina. Mi sonrisa no hace más que agrandarse.
Ella me mira con mala leche.
-Es un gilipollas, ¡y deja de mirarme así! - se retira el pelo de la cara con violencia, echando a andar entre las personas.
Es mi oportunidad para desquitarme todo lo que me ha hecho pasar.
La persigo.
-¡¿Así, cómo?! - grito por encima de la música, sólo estoy haciéndome la tonta. Van listos si creen que no me he dado cuenta.
-¡Cómo si supieras algo que yo no!
Y es ahí, cuando todo mi mundo se paraliza, dejando de girar hasta detenerse. No persigo a Alice, me quedo plantada en algún lugar entre un montón de personas moviéndose, con la vista clavada por encima de sus cabezas en movimiento y las luces girando.
Hay silencio y puedo escuchar el sonido de mi respiración entrecortada, y los latidos locos de mi corazón en mis oídos. Me abro paso entre la gente, moviéndome como una máquina de metal sin vida; actuando sin pensar. Veo borroso por culpa de las lágrimas que suplican derramarse.
No lo creo hasta que lo veo desde cerca. Holder sentado en un sofá, con la mitad del cuerpo de Kiki recostado en sus piernas, mientras hace algo con un rotulador rosa, riéndose y mirándola por encima de sus pestañas. Ella no deja de devorarlo con los ojos, mordiéndose los labios cada vez que el rotulador traza algo en su piel. Ninguno de los dos se ha percatado de mi presencia.
Esa imagen no hace más que calar en mis huesos, volviéndome un alma en pena echa jirones. Sólo he sido un juego. Un puto juguete al cual usaron cuando les dieran la gana. Me siento asqueada, tanto que me doy asco yo misma. ¿Cómo dejé que ésto pasara?
«¿Qué esperabas, Tessa? ¿Qué te tomara en serio un tipo gamberro como él? »
Confirmar con mis propios ojos que, Kiki, siempre estará disponible para revivir un rollo pasado, no hace más que clavar mucho más fuerte el cuchillo.
Me lleno de odio al verlo.
Cómo deseo salir corriendo de este jodido lugar para lamer mis heridas, pero mis piernas se niegan a obedecerme. No me doy cuenta que estoy llorando hasta que Alice me envuelve los hombros con su brazo.
-Eh, ¿te parece si nos marchamos? - la compasión y lástima es algo que no puedo soportar. Y Alison, ahora mismo tiene compasión de mí, joder.
Como no, pobrecita de Tessa. Le ha roto el jodido corazón nuevamente en menos de un año.
El azul de sus ojos me dejan sin aliento, justo cuando me doy la vuelta para largarme, destrozada. Estoy echa pedazos, tantos que no sé en donde termino. Lo dejo atrás, y ésta vez me voy abriendo paso a la fuerza, importándome un pimiento. Paso de alto las miraditas maliciosas de algunas chicas, al pasar luciendo patética. Mierda.
Seguro se rieron un montón a mis espaldas, por lo estúpida y gilipollas que he sido.
De pronto, tiran de mi brazo.
-¡No me toques! - lo primero que hago es gritar. Liberando de forma brusca mi brazo de su agarre, lastimándome al hacerlo.
Retrocede, como si le hubiera dado un guantazo. Yo también retrocedo dos pasos, intentando mantener las distancias.
Me mira sin mostrar un grado de culpa. ¿Qué clase de persona es él?
Es un ser rastrero.
-¿Qué haces aquí?
La frialdad de sus palabras me hacen separar mis labios para tomar una gran bocanada de aire, y me arrepiento. El aire se cuela por mi garganta como si fuera un montón de espinas.
Suelto una risilla irónica. ¿De verdad me está preguntando esto?
-¿Eso es todo lo que tienes que decirme?
Forma una línea fina con sus labios carnosos.
-¿Qué esperabas que dijera, Tessa? Pensé que ya todo estaba más que claro entre nosotros - habla con un deje de aburrimiento en su voz. Mirándome de forma distante, como si yo fuera otra más del montón de tías con las que se enrolla.
No permito derrumbarme ante él. Lo miro directamente a los ojos, sin mostrar la tormenta de emociones que bailan en mi interior.
-Siento haber sido tan estúpida al esperar de tí una conversación como personas adultas sin que huyas como un puto cobarde - suelto las palabras con desprecio, más del que pretendía. ¿Desde cuándo eres así, Tessa? ¿Qué tan bajo puedes llegar?
Holder abre los ojos, sólo unos segundos antes de parpadear y sonreír sínicamente.
-Venga, pero si la princesita sabe soltar tacos - se echa a reír como un idiota.
Enfurezco y antes que sepa lo que estoy haciendo, le empujo con todas mis fuerzas, haciéndolo tambalearse y mirarme perplejo. Al segundo pasa de sorprendido a cabreado, y lo tengo delante de mí, aferrándose a mis brazos dolorosamente, y pegando nuestros pechos, tanto que tiro de mi cabeza hacia atrás para verle la cara.
-¿Quieres que te folle? ¿Es eso? Sabes que puedes decirlo sin la jodida necesidad de montar un pollo para que todo se enteren, joder - la forma en la que escupe esas grotescas palabras en mi cara me hacen temblar. Sus pupilas están dilatadas a causa de la furia que irradia de él.
Lo miro asustada, sin poder creerme que este es el mismo Holder que conozco, o creía conocer. Me revuelvo, sintiendo fuego quemar mi piel donde me sujeta.
-¡Suéltame! - le grito, escondiendo el miedo tras una voz firme y segura. Una imágen del pasado se cuela dentro de mi cabeza y comienzo a hiperventilar, con la frente empapada en sudor. No quiero, no, no, no quiero. Mi cabeza es un espiral de nervios jugándome una mala pasada.
Él me suelta de golpe, dando tumbos inconscientes hacia atrás a la vez que tira de las raíces de su cabello, desesperado, mientras que yo, me abrazo a mi misma, sintiendo el aire nocturno más helado que antes.
-Mierda, mierda, mierda. Perdóname Tessa, yo no pretendía... - se calla, sin poder completa lo que iba a decir. Está angustiado, lo veo en sus ojos que se pasean de lado a lado, buscando un escape seguro. Su comportamiento ha sido violento y él lo sabe. Y yo también lo sé.
Se acerca unos pasos y yo retrocedo por defensa, sin quitarle la mirada de encima. Eso parece dejarlo paralizado.
Jadea.
-¿De verdad piensas que te haré daño? - pregunta lentamente.
-Eso no era lo que me demostraste hace unos segundos - hablo con la voz rasposa y temblorosa, joder. Todo se está escapando de mis manos. Su cara palidece. Mi corazón se descontrola y mis pensamientos van a mil por hora - Tienes razón. No sé en qué estábamos pensando con esta absurda idea de exclusividad, pero sea lo que sea que tuviéramos ya no existe. No quiero estar cerca de un crío que no sabe lo que quiere y además que tiene problemas con su temperamento violento.
Sé que ha sonado más cruel, pero quiero causarle el mismo daño como él lo hizo conmigo al estar con Kiki. Es rastrero sí, pero tengo las intenciones de alejarme lo más que pueda del agujero negro de emociones que es Holder. Siento de pronto, que no le conozco de nada, que lo que me ha mostrado hasta ahora no era otra más de sus mentiras. Y yo he decidido caer como una gilipollas.
Exclamaciones ahogadas se escuchan por encima de nuestras cabezas, y es muy tarde para darme cuenta que tenemos una ola de espectadores mirándonos. Mierda.
La mirada llena de pánico que me dirige Holder me hace querer consolarlo, parece perdido. Pero me ordeno a mi misma a que, de ahora en adelante lo que pase con él no es mi problema.
-No... No puedes dejarme, Tessa - susurra. En unas cuantas zancadas, ya lo tengo acunando mi rostro. Lo aparto, mirándolo con el ceño fruncido.
-Me asfixias. No me dejas pensar con claridad y siempre buscas una manera de eludir las cosas, volviéndome loca de atar. No nos hacemos ningún bien - aparto la vista de sus orbes oscurecidos, centrándola en su pecho que sube y baja de acuerdo a su respiración. Otra parte de mi inexistente se rompe.
-¿Jodidamente me estás terminando?
Asiento.
-Eso era lo que querías, ¿lo recuerdas? Si aún te queda aprecio humano hacia mí, me dejarás en paz, Holder - y sin más nada que decir, doy media vuelta y me marcho a dónde está aparcado el coche de Alice.
Necesito tranquilidad.
Oigo pasos detrás de mí.
-¡Tessa, por favor! - grita mi nombre en una súplica, pero no me detengo ésta vez en alejarme de su lado.
Voces a los lejos, como discutiendo cortan el silencio de la noche.
-Te ha dicho que no, chato. Deja de liarla y vuelve ahí adentro con tú fulana - esa voz es de Alice.
-¡Cállate! ¡¿Quién coño te ha pedido tú puta opinión?! - el bramido de Holder me hace levantar la vista y clavarla en ellos. Alice le planta frente, con los brazos en jarra y gritándole en la cara de todo menos bonito. Hasta que le saca el dedo medio, y camina en mi dirección con el rostro enrojecido.
Quita los seguros del coche y soy la primera en entrar, sentándome aún con los brazos a mi alrededor. Con ganas de torturarme más, volteo a verlo.
Está plantado en donde mismo, mirando el coche, con los puños apretados sus costados. Nos ponemos en movimiento, alejándonos justo cuando se pasa una mano por el pelo, frustrado para luego impactar la punta de su bota militar contra un cubo de basura, y a continuación, estampa el puño en la pared bruscamente.
Eso es lo último que veo antes de perderlo de vista, por culpa de las lágrimas agrupadas en mis ojos y en la distancia que recorre el coche.
🍁🍁🍁🍁
Nota: Mis amoooores 😭. Perdonad la tardanza, pero ya conseguí que funcionara mi portátil.
Os he extrañado un montón. Perdón por la demora, pero aquí está este capítulo.
¿Qué tal les ha parecido? ¿Mucha conmoción? Joder, espero que sí 😍. Me divertí un montón escribiendo éste capítulo, y estoy contenta con lo que logrado. Creo que esta es la primera pelea entre nuestros protagonistas, y espero que haya sido lo que esperaban.
La verdad, es que no tengo palabras para agradecerles lo que habéis hecho por mí en todo este tiempo. Son lo mejor. Ya casi, ¡Entramos a los 4k de lectura! De verdad que muchas gracias, y también por los votos 😍😍. Les agradezco enormemente a mis fan's que esperan pacientemente a cada actualización. Por leerle, comentar y dejar su precioso voto.
Chic@s a partir de éste capítulo en adelante, las cosas entre Holder y Tessa van a un poco más picosas, así que les aconsejo a que tengáis algo con lo que amortiguar vuestros gritos de locura, ira, ternura. ¡No pueden perderse la siguiente actualización!
Terminaré lo más rápido que pueda el siguiente capítulo, os lo prometo. Nos leeremos prontos, my's baby's.
No se olviden de dejar su comentario y su ⭐ en la parte de abajo 👇🏻👇🏻👇🏻 y en la parte de arriba si están leyendo por portátil 👆🏻👆🏻👆🏻. Gracias nuevamente.
¡Nos leemos pronto!
A Kiss
D.S 😍😘.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro