Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3.

Capítulo 3.

Antes de que el sol salga me encontraba ya levantada. Me superviso en el espejo una quinta vez. Llevaba puesto un short blanco, una camiseta negra manga corta y unas Adidas. Mi cabello había agarrado una forma ondulada por haberse secado con el frío del aire acondicionado y superviso el moretón apenas notable de mi nariz.

Había desaparecido lo oscuro para quedar casi completamente invisible. Salgo del cuarto colocando una de las correas de la mochila en mi hombro y con la otra mano sujeto la camisa de cuadros. Esta vez me había levantado antes que el sol se pusiera para prepararme el desayuno, sin que el huracán Logan metiera sus manos.

Al volverme sobre mis talones choco contra algo... O más bien; alguien. Retrocedo de golpe, chocando la espalda con la puerta. Reprimo un jadeo de la impresión. Levanto la vista para disculparme pero toda palabra coherente que está a punto de salir de mis labios queda en silencio. Sólo escucho una ráfaga de aire colarse por mis labios hacia fuera y la sensación de ser tirada a un lado se hace presente.

Los ojos azules de Holder me observan con atención desde unos cuantos pocos centímetros de distancia. Casi podía olerle.

Podía jurar que nuestras miradas se atraen como el imán y el metal, creando una molesta sensación de revoltijo en mi estómago.

¿Qué tipo de sensación es esa? ¿Mariposas o arcadas?

Me estudia con interés, deslizando la mirada por todo mi cuerpo en completo silencio. Hay fascinación, confusión en su rostro. Arquea una ceja ridículamente, y fija los ojos en los míos. ¡Madre mía! Que mirada más intensa me ha dado.

Por supuesto, soy la primera en apartar la mirada de sus brillosos orbes y darme cuenta que llevaba la misma ropa de ayer en la noche. Eso significa que debió escaparse de la universidad.

Decido pasar eso último y paso por su costado con la cabeza agacha, observando a mis torpes pies avanzar y a la vez que rezo por no cometer una de mis torpezas habituales. Al pasar por su costado; nuestros brazos se rozan accidentalmente e intento reprimir el jadeo involuntario que se escapa de mi boca.

Al rozarnos, una corriente electrizante me recorre todo el brazo, como si una descarga eléctrica me diera de golpe. Él al parecer, lo sintió, ya que su mirada penetrante me hacía un agujero en la parte trasera de mi cabeza.

¡Ni de coña pienso girarme! Y si lo hiciera, ¿Qué haría? ¿Sólo nos miraremos como dos adolescentes hormonales que no saben que carajos ocurre? De eso, nada.

Lo único coherente que se me ocurrió para este momento fue pirarme como una cobarde, rezando mentalmente por no ser tan patosa y caer sentada de culo en el suelo.

Saboreo la sensación de alivio al llegar a la cocina, con las piernas temblándome igual que una gelatina. Holder me produce esa sensación extraña de calor que recorre todo mi cuerpo.

-Buenos días - salto sobre mis pies y el corazón me salta a la garganta. Anna, apoyada contra la encima me mira, batiendo los huevos.

-Hola - murmuro en voz baja, sentándome casi demasiado torpe en la silla, hasta el punto de pegarle la barbilla al filo de la mesa y conseguir abrídmela.

-¿Pasa algo?

Niego rápidamente, acomodándome en la silla.

Anna frunce el ceño, conteniéndose para preguntarme. Callada, la observo volcar los huevos en la sartén. Ante el delicioso olor, mis tripas comienzan a gruñir e inmediatamente me sonrojo al pensar que el león dentro de mi estómago haya sido... Quizá, muy ruidoso.

Hago un esfuerzo sobrehumano para no babear encima de la mesa y trato de concentrarme en mirar las manecillas del reloj.

En eso, las pisadas de alguien acercándose me distraen. Tuerzo un poco el cuello para ver quién es. Stephan me sonríe desde el marco de la puerta y después, desvía la mirada para ver a Anna con amor, que, le corresponde con el mismo brillo alocado en sus ojos mientras se abrazan y se dan un ligero pico en los labios.

No había visto a Anna tener ese brillo enloquecedor aún cuando estaba casada con papá y ahora mismo... No reconozco a la mujer que tengo en frente. El recuerdo que tengo era el de una Anna solitaria y sin un pequeño rastro de diversión en su rostro, es todo lo contrario a la nueva mujer que ha renacido. Esta nueva versión es más colorida, ocurrente y llena de confianza en sí misma. Duele mogollón darse cuenta que está más feliz que cuando estaba casada con Charles y eso... Le sienta bien.

Ella, después de todo, tiene permitido renacer una vez más.

-¡Oh, por Dios! Sois asquerosos... ¡Guarden vuestros B y A para más tarde!

Le lanzo una mirada furiosa al capullo de Logan y hago el mayor de los esfuerzos por no pararme y tirarle la silla en la cabeza.

Gruño, cruzándome de brazos, deseándole todo menos bonito. Logan sonríe de lado, sentándose en la silla desocupada en el lado derecho a la mía. Anna y Stephan salen de su burbujita de amor y sueltan risillas cómplices.

Volteo al verlo, cabreadisima y le espeto a pocos centímetros de tocarnos las narices - Eres un corta rollos, ¿lo sabías?

Su sonrisa crece aún más y se parece un poco a la sonrisa torcida que me dió Holder el día anterior.

Ahora se donde Logan ha sacado esa picardía y esos humitos del tío que se cree la leche. La ha heredado de su hermano gilipollas. Tiene la misma sonrisa cómplice, pícara y descarada... Tan parecida ambas y a la vez tan diferentes.

-¿Tengo algo en la cara o qué? - él frunce los labios. ¡Mierda! Quizás, me lo he quedado mirándolo más tiempo de lo normal.

Pienso en una respuesta sarcástica.

-De hecho, si - hago una pausa y vuelvo a continuar - ¿Cómo te has ganado el primer lugar del hombre más idiota? Apuesto, que, no tuviste que participar, ¿Verdad? - lo miro satisfecha gruñir y desviar la mirada hacia otro lado cuando Stephan se sienta frente a nosotros, mirándonos con curiosidad.

«Oh yeah. Tessa 1, Logan 0»

Es sorprendente como pude callarle la bocaza a este chico tan cotilla que, para todo, tiene una respuesta.

-Hola - esa voz... Ronca, hace que todos los vellos de mi cuerpo se ericen y comienzo a hiperventilar por debajo de la mesa. Miro fijamente mis manos entrelazadas debajo de la mesa para no voltear a ver a ese chico que grita pecado por todos lados.

Se sienta en la silla que está disponible a mi lado y es así como una vez más vuelvo a estar atrapada entre estos dos titanes. De reojo, lo observo con disimulo. Tiene el cabello húmedo por la ducha y lleva ropa limpia y huelo el olor de su colonia, además de otros olores a shampoo de menta y a jabón de canela.

Centro los ojos en mis manos otra vez cuando empiezan a dolerme las cuencas por mirarlo tanto tiempo.

-Hola, Tessa - ahogo una exclamación y sello mis labios en una fina línea tensa, revolviéndome incómoda en la silla al sentir su tibia respiración en mi oreja y los labios pegados. Trago con fuerza. Suelta una risa ronca al ver mi reacción la mar de infantil.

Achino los ojos hacia él, dándole una mirada que decía: «apártate de mí porque apestas». Muestra su perfecta sonrisa lobuna y vuelve a su posición inicial en la silla.

Me paso la mano por la parte trasera del cuello, intentando enfriar esa parte que, extrañamente se encuentra con calor a pesar que el ambiente hace minutos atrás se encontraba perfecto. Ahora mi cuerpo está en llamas.

El carraspeo de Logan no pasa desapercibido.

Sólo me permito relajar los hombros cuando Anna deja sobre mi plato una tortilla de huevo, tocino, jamón y pan tostado mi boca se hace agua y sin perder tiempo agarro el cuchillo y el tenedor, picando un trozo de la tortilla. Mastico tres veces y saboreo que le hace falta un poquito de sal. Agarro el frasco que tiene la etiqueta de sal, pero me fijo en que la sal no es blanca.... Sino de color café.

Aplico la sal sobre la tortilla y meto un bocado en mi boca y mastico.... Casi a los segundos, toso con fuerza, haciendo que varias migajas de huevo salieran disparadas al sentir mi garganta picar y la lengua comenzar a palpitar y arder como el infierno.

Muerta de la vergüenza, toso y palmeo mi pecho con la vista de todos fijas en mí. Superviso el salero que tengo en mi mano y ato cabos. ¡Es pimienta! ¿Qué coño...?

La carcajada de Logan no se hace de esperar, y a él, se le une la de Holder. Imágenes pasan en mi cabeza de Logan jugando entretenido con los condimentos.

Salto de la silla como si tuviera un resorte en el trasero.

-Eres... Eres un... - me corto a mí misma, no tengo una categoría exacta para este imbécil. Le suelto un manotazo en el pecho a mano abierta. Pero aún así no deja de reírse y es que es una de esas risas que te da que no puedes controlar tu cuerpo. Que sientes la necesidad de agarrarte a algo porque no puedes contigo mismo. Es una risa que hace que llores a montones y ahueques tu estómago y balbucees incoherencias. Soy consciente que Holder está en el mismo estado de delirio que el enfermo de Logan. Son tal para cual.

Acabo de un solo trago el contenido dulzón del zumo de naranja para aplacar la picazón de mi garganta. El claxon de un coche me avisa que las chicas han llegado a mi rescate antes de que pueda cometer una locura con los cubiertos.

Gracias. A. Dios.

Cojo mi mochila y furiosa, le pateo la pata de la silla y salgo de alma que lleva el diablo de la cocina sin darle tiempo a Anna de despedirse. Al cerrar la puerta, escucho a Stephan reñir a su adorado hijito y bajo los pocos escalones a toda prisa, cruzando a toda mecha la verja, entrando en la parte trasera del coche.

Las chicas me miran y silban.

-¿Por qué tú cara está tan roja? - pregunta Leticia.

-Os contaré en el camino. Pero ahora, pirémosno de aquí o acribillaré a Logan - amenazó con la garganta rasposa y seca.

Ellas no protestan y colocan el coche en marcha. En el camino les cuento la jugadita de ese pequeño cabroncete y por eso mi cara de mala leche.

Alison frena bruscamente, haciendo que mi cuerpo se vaya hacía delante y si no es porque el cinturón me mantiene sujeta al asiento de cuero... Hubiera terminado con un diente roto.

-¿Vives con Holder Scott? - pregunta, mirándome por el espejo retrovisor.

-Si, ¿Y?

-¡¿Pero tú de que vas?! - grita girando la cabeza como el exorcista para verme - ¡¿Andas echando espumarajos por la boca sólo porque se ha reído de ti?!

Bufo - ¿Tú no lo harías?

-Le haría de todo, ¡Pero cabrearme no está en mi lista de cosas! Tener a ese chico viviendo en mi casa sería la bomba, además... Es la fantasía de cualquier chica.

Ruedo los ojos, exasperada. Quiero decirle a Alice que se equivoca, que tener que ver a ese chico todos los días se estaba convirtiendo en una pesadilla.

-Ya, claro...

En todo el camino no aporté mucho que digamos a la conversación de Alison. Pues, había sacado el tema a flote sobre lo de correr motos. Y, no os mentiré, no sé nada de motos. Leticia había hecho la tonta, diciéndole que estaba siendo poco coherente, lo cual desató una serie de cortos monosílabos de sí y no.

Llegamos a la universidad y bajamos del coche. De pronto, Alison tira de mi brazo con brusquedad.

-Guaperas a la vista - susurra.

Sin quererlo, lo busco con la mirada por los millones de cabeza en el aparcamiento. Y es cuando el alma se me cae a los pies. Está recargado sobre la moto mientras devora la boca de Kiki, que está igual de vulgar que ayer. ¿Es qué acaso no tiene ropa descente en su casa?

-¡Nos pilló mirándolos! - susurra asqueada Leticia, incapaz de contener su desagrado.

Parpadeo y me sonrojo hasta las orejas al sabernos que hemos sido pilladas fisgoneando mientras se dan el lote a plena luz del día. Él muy pervertido sigue besando a Kiki, pero con la vista clavada en mi. Intensa y maliciosa. La coge por el trasero y la acerca a él.

La escena me produce arcadas.

-Vamos.

-¿Sin importarnos que les hayamos visto pegándosela? - Alison se cruza de brazos.

-Si, ¿Y? No está prohibido mirar y al igual que nosotras... Muchos miran la escenita que están montan esos dos, ¿Qué más da si miramos? - término de hablar para hacer una seña, señalando a los mirones que veían entretenidos la escena como una cosa normal. Entre ellos... Los idiotas de sus amigos.

Con la cabeza en alto y la espalda recta, nos encaminamos a la entrada despreocupadas. Al pasar por el frente donde se encontraban esos dos metiéndose lengua hasta la laringe del otro... Los ojos de Holder no dejaron de seguirme y estoy a punto de gritarle que deje de mirarme.
En cambio, debe preocuparse porque Kiki no pille una pulmonía por vestir de esa forma tan descarada.

Me dirijo hasta mi taquilla y hago girar la combinación de números, abriéndola. Saco el libro para la clase de química cuando la pequeña puerta de la taquilla se cierra con fuerza y un olor a mentol bloquea mis fosas nasales. Reconozco quién es de inmediato.

-¿Qué quieres? - pregunto de forma grosera. Él se hace el ofendido por mis duras palabras.

-No he hecho nada, ¿Y ya estás cabreada conmigo?... ¡Vaya!

Me cabrea tu sola presencia.... Quise responderle, pero no, eso sería picar y morder el anzuelo. Sólo lo ignoro, pasando de él. Alzo la cabeza como las jirafas por encima de su hombro para ver a Leticia siendo arrastrada por Alice. ¡Será perra!

Holder capta mi mirada, y la sigue. Frunce el ceño al ver lo mismo que yo.

Lo miro y espeto con acidez:

-Déjame en paz - intento marcharme, pero él muy cabezota me agarra por el codo, haciendo que me vuelva de nuevo con torpeza. Me tambaleo un poco.

Sus dos orbes azules me traspasan. Ladea la cabeza y sonríe con sorna; yo achino los ojos en su dirección.

-¿Este es tú plan?

-¿Mi plan? - repite, confundido.

-Si. Acosando a jóvenes inocentes. ¿Te quedaste sin un ser inocente a quién perseguir?

Contemplo como su cara se transforma en pura sorpresa, y luego sonríe. Sin contenerse.

-¿Qué mierda de libro te has leído, niña?

Eso me toca la fibra sensible.

-¡Uno dónde el protagonista es un completo idiota! - chillo, deseando tirarle los libros a la cara.

Holder me mira atónito. Pero las comisuras de sus labios alzándose lo delatan. ¡La madre que lo parió!

-Ah, ya entendí - chasquea la lengua dos veces, y arquea las cejas. Dios. No cabe duda. ¡Es un idiota de primera! - Estás molesta porque he besado a Kiki, ¿no?

¡Y para colmo de males!... Esto.

-¡Yo no estoy molesta!

-Negación, ¿Algo más para añadir?

Tenso la mandíbula hasta el punto que comienza a dolerme. ¡Idiota, idiota, idiota! Lo insulto dentro de mi cabeza, furiosa.

Sin hablar, hago un gesto mudo con los labios diciéndole: "jodete" y me piro, dándole un empujón con el hombro al pasar por su lado y salir disparada.

-¡Eh!.. Tienes una boca muy sucia, ¡¿Lo sabías?! - grita a mis espaldas, riéndose.

Acelero, echando chispas.

¡Cabrón empedernido! Es tan arrogante que provoca propinarle un guantazo con mano extendida y todo.

-Tess - susurran mi nombre muuuuy bajito. Busco con la mirada a la persona y encuentro a Alison haciendo señas para que me acercara.

Me acerco, recelosa.

-¿Qué quería? - murmura recargada sobre la pared con aspecto desconfiado. Me encojo y retomo mi caminar hasta la clase con mis extremidades inferiores temblorosas.

No entiendo a este hombre. Se comporta de una manera diferente en la universidad y en casa... Parece que toda prepotencia se desvanece y traza un margen de acercamiento.

-¡Eh!

Parpadeo y un calambre me atraviesa el cuello cuando giro la cabeza y observo a Alison inclinada sobre mi mesa.

-Perdona, ¿Qué has dicho?

Entorna los ojos.

-Olvídalo. Estás así porque ese pedazo de guaperas hizo que se te cayeran las bragas, ¿A qué sí?

-Shhh... Calla - digo sonrojada hasta los pelos.

-A ver, Tessa... ¿Por qué te conformas con tan poco cuando puedes tenerlo todo? Yo lucharía por él, importándome un pepino si está liándose con Kiki o con cualquiera de esas zorronas. Tú tienes la oportunidad. Vives con él, duermes bajo el mismo techo... Lo ves los trescientos sesenta y cinco días del año y... - la interrumpo.

-Para... Alice, ¡No duermo con él!

Casi grito eso último como sí mi vida dependiera de eso. ¿Es que esta chica es tonta?

¡No sabe ni lo que dice!

-Ya, pero dormirás con él, ¿no?

Lo pienso durante unos segundos. ¿Dormir con él?... Es decir, dormir, ¿de estar juntos? ¿Pegados como si fuéramos lapas? ¿O sólo enrollamos? - ¿Por qué os váis a enrollar? - insiste.

-¿Qué? ¡No! - ella hace una mueca ante mi expresión de horror y asco. Regresa a su asiento cuando el profesor entra y tras él... El dueño de mis más profundas pesadillas.

«No, no, no, no, no y NO... Esto no puede estar ocurriendo, ¿O sí?»

Alice se vuelve de nuevo y dice: - Sólo... Ten cuidado. Si te enrollas con él, no comprometas al corazón.

Los ojos azules de Holder me encuentran y todo pensamiento se desvanece. Olvidé como respirar y olvidé en despegar la mirada de su cara. ¡Caray! Para el bien de mi salud mental estaría más aliviada si se tratara de un chico que se queda en su casa los viernes por la noche y tuviera ese extraño gusto por los libros de romance.

Me sonríe al cabo unos minutos y es el primero en desviar la mirada - ¿No te han dicho tus padres que es de mala educación mirar fijamente a una persona? - Ah, cállate. ¿Sabes lo difícil que es para mí todo esto? Tener que ver su cara a cada segundo... Me enferma - Pero bien que te gusta hacerlo. Masoquista - ¿Y privarme de las vistas que se me han otorgado? Vale, quizás... Estoy siendo un poco descarada por devorarlo con la mirada hace minutos atrás.

Un silla siendo arrastrada hace que me estremezca. Holder arrastra la silla con toda la chulería del mundo.

Me tenso como una roca, enderezando la espalda tan recta que me coxis comenzó a protestar a gritos.

Di gracias a las ovejas santas del abuelo de Heidi al comenzar la clase con infinidad de ejercicios en la pizarra. Bieeeen. Tengo algo en lo que distraerme durante las dos jodidas horas y eso era como un rayito de esperanza. El profesor comenzó a explicar los ejercicios, los entendí a la par y a la perfección.

Estoy a punto de realizar el primer problema de sustituir los valores cuando se escucha hablar y decir: - En pareja, resolved los siguientes ejercicios.

Toda esperanza y toda fe que deposité en que podía superar estás horrorosas horas infernales se fueron a la mierda en tan sólo medio segundo. Justo en el instante en que el capullo tras el escritorio soltó esas palabras de su arrugada boca.

Si hay un Dios allá arriba este, sin duda, debe de odiarme por una razón que yo sencillamente desconozco. Resisto las ganas de pellizcar mis mejillas para averiguar si se trata de un sueño o una pesadilla.

-Que pequeño es el mundo, ¿eh? - habla con voz ronca y baja, a poca distancia de estar por completo enterrado en mi cuello.

¿En qué momento se ha arrastrado a mi lado?

Suspiro, extrañamente agotada - Si, supongo que si. Déjame aclarar algo - se encoge de hombros, alentándome a seguir - Si crees que resolveré los problemas por ti... ¡Woooo! Para tú tren de mercancías antes que termines de arrollarme.

Holder me mira con diversión, apoyando la barbilla en la palma de su mano - ¿Creés que haré eso?

-Eso y mucho más. Te conozco lo suficiente como para...

Chasquea la lengua, cortándome - No me conoces, niña - espeta - Estoy casi seguro que la imágen que tienes de mí en tú cabecita no es la indicada. Es totalmente errónea.

Arrugo la nariz - ¿Eres un psicópata o algo así? - le pregunto con sarcasmo. Sonríe mientras se pasa las manos por ese desordenado cabello, dejándolo aún más despeinado y las manos comienzan a picarme. Rogándome porque lo acariciara.

-No me da morbo poner en práctica la necrofilia con los cadáveres si es lo que estás pensando - entorna los ojos, y me mira perezoso - Así que... Has dicho que soy eso y mucho más, ¿mmm? - cambia el tema sin molestarse en disimularlo. Detecto alegría en su voz y me maldigo internamente. ¡He metido la pata hasta el fondo, joder! Yo y mi gran bocaza.

Lo ignoro, haciendo rodar mis ojos.

Necesito arrancar este tema de raíz, ¡Pero ya!

Después de todo, estamos teniendo esta conversación por obligación... De lo contrario, no estaríamos cruzando palabra alguna más que la necesaria.

Dejo caer los apuntes entre nuestras mesas unidas sin delicadeza, cortando la conversación. Éstas son las palabras más largas que he cruzado con él desde que casi le disloco el hombro noches atrás.

Mira un momento el cuaderno y luego me mira a mi con diversión - ¿Qué? ¿Crees qué me he emparejado contigo sólo para que me ayudes?

Nerviosa, rasco la parte tierna detrás de mi oreja. Volteo la cabeza cómo el exorcista cuando su mano envuelve mi muñeca y la retira. Su toque es puro fuego sobre mi piel, pero también distingo dónde comienza la suavidad de sus manos y dónde comienza la ligera capa de aspereza.

Niega lentamente.

Arrugo la nariz, desconcertada.

-¿Qué haces?

-Como sigas rascándote de esa manera, sangrarás.

Cabecea despreocupado, y libera mi muñeca. Apoyando los codos sobre la mesa, agarra el boli entre sus dedos y va a por el primer ejercicio.

-Oh... - es lo único coherente que mi lengua es capaz de pronunciar sin cortarme al hablar. Una palabra corta es perfecta para mí, así, no tendría que hablar de más. Estoy comenzando a pensar seriamente que las palabras cortas se hicieron para aquellas personas que tienen la discapacidad intelectual de responder con palabras largas sin ser una cotilla.

Mis ojos traidores se desvían hacia el cuello expuesto del chico que tengo a mi lado. Holder tenía la cabeza ladeada hacia la derecha mientras desarrollaba el problema y me fijo en la estrella de cinco puntas tatuada, dándole un aspecto rebelde. Resisto la tentación de colocar la punta de mi dedo y trazar las líneas del dibujo.

Al cabo de unos minutos me tiende los apuntes hacia mí y quedo completamente de piedra al ver que supo cómo despejar y sustituir la x por y. Mosqueada, trato de buscar el más pequeño error y restregárselo en la cara. Pero no hay nada. Todo es perfección.

-¿Lo ves? No sólo soy músculos y cabeza llena de aire, ¿a qué sí?

Me rio sin poder evitarlo.

-Venga, dame eso - le arrebato el boli de los labios, y hace una mueca, soltando un gemido.

El siguiente ejercicio lo realizo casi con los ojos cerrados. Holder se inclina hacia delante, sintiendo su respiración en mi cuello. Gracias a Dios no estaba hiperventilando y las manos temblándome cómo a los alcohólicos.

-Uau.... Menudas tetas grandes tienes - susurra.

El boli se desliza de mis dedos y cae con un sonidito seco. Lo miro con ojos a punto de salirse de las órbitas y la boca tan abierta al igual que un buzón de correos y la sangre juntándose en mis mejillas.

Él sonríe con sorna, colocando sus manos en su pecho y realizando la mímica del tamaño de mis pechos.

Me obligo a despegar la lengua del paladar. Aunque no muy segura de lo que iba a decir.

-Y tú tienes una mente enferma y retorcida. ¡Así que cállate! - grito eso último, enrojeciendo cómo un tómate.

Holder se descojona de la risa, sin importarle que toda la clase nos miren con el ceño fruncido y otros con curiosidad. Su risa es profunda y grave, pero es el mejor sonido que he escuchado de él desde que nos conocimos. Después de lo que parecen ser horas, deja de descojonarse y mira a toda la clase con una mueca y alza los brazos en un gesto poco amigable. Inmediatamente, todos se vuelven con la vista clavada en sus mesas.

Retiro algunos mechones de mi cara y le paso el cuaderno, terminando nuestra escena.

🍁🍁🍁🍁

Empaco mis cosas dentro de la mochila cuando la clase termina. Con Holder siguiendo todos y cada uno de mis movimientos.

Colocándome los pelos en punta.

-¿Aún tú aquí? - pregunto sin intenciones de sonar una completa perra grosera.

Se encoge, guardando silencio. Término de cerrar la cremallera y avanzo hacia la puerta.

Volteo para despedirme y callo. Ya se ha marchado.

Unos brazos envuelven mi cintura, colgándose cómo un koala.

Alison se prende de mí mientras me bombardea a preguntas. Esquivo a las personas moviéndose en los pasillos, al mismo tiempo que intento no caerme y romperme el cuello.

-¿De qué habéis hablado?

-Nada en especial. Sólo cosas triviales.

-¿Y ya está? - frunce los labios sin creerme.

-Si.

-¿Es en serio? ¿Creés qué me creeré eso durante las dos horas y quince minutos?

-No había otro tema del que hablar. ¿No estabas escuchando la conversación? - parpadeo sorprendida. Después de todo, Alison había estado frente a mí.

Entrecierra los ojos con molestia.

-No. La cotilla de Amanda no sabe el significado de quedarse en mute - hace una pausa al esquivar a un grupo de chicas - Por lo menos, ¿Dé qué hablaron a lo último?

Sin poder evitarlo... Me sonrojo hasta las trancas. Lo último que haría sería contarle lo de mis pechos. No. De eso nada.

-Pues, de los ejercicios, ¿De qué más sería? - Alison se detiene bruscamente.

-No me jorobes. ¡¿Desperdiciaste esas dos jodidas horas benditas en preguntarle cómo la tenía por sólo hablar de los jodidos números?! - se queja indignada, pasándose una de sus manos por su castaño cabello.

-¡Por Dios! ¡Que bruta eres! - tapo mi cara con las manos, sintiéndome morir de la vergüenza.

Un carraspeo corta la tensión en el aire. Saco las manos de mis ojos y Ammy me mira.

-Me han dicho que te entregue esto - alza sus manos y me tiende un sobre blanco. Lo cojo y lo leo.

«Aléjate de Holder, guarra»

Alison lo arrebata de mi mano y lee.

-¡Serán perras! - gruñe - ¿Quién te ha dado esto, Ammy?

-Las chicas que mandó tú amiga a la mierda ayer - Ugh. Eso es malo. Kiki no me dejará en paz hasta que me vea comer polvo.

Alison me mira, ceñuda. Niego, despreocupada.

-Déjalo estar - miro a Ammy - ¿Quieres sentarte con nosotras?

-No, gracias.

-Vale.

Nos marchamos a la cafetería. Alice pide una rebanada de pizza con una Coca Cola y yo pido una garra de oso y un espresso de chocolate moca blanco.

Al sentarnos en una de las mesas desocupada de afuera, ataco la masa fría y le doy el primer mordisco, balanceando mis piernas cruzadas bajo la mesa. Bebo con abandono del latte y suspiro contenta al sentir la suave y dulce textura en mis papilas gustativas. Era sin duda una bebida femeninamente dulce.

-¿Y Leticia?

-Debe estar estudiando en la biblioteca - habla, mordiendo el trozo de pizza.

Asiento.

-¿Vas a la fiesta?

-¿Fiesta? - vale, ahora estoy confundida.

-Sip... Ya sabes. Chicos de fraternidad y eso y quizás, los corredores estarán ahí.

Oh, oh. Ya veo a dónde quiere llegar.

-No lo sé...

-Anda... Será como una bienvenida por nuestro comienzo de amistad - hace pucheros y me rio.

Lo pienso por unos segundos. No me parecía correcto asistir a esa clase de fiestas dónde abunda la hierba, alcohol y sexo y quién sabe que guarradas más. Por otro lado, ésta sería mi primera fiesta cómo una universitaria.

Al final decido ir.

-Vale.

-¡Guay! Te recogeremos a las seis para que te alistes en nuestra casa.

-¿Qué?

-¿Piensas que dejaré que te alistes sola? De eso nada, guapa.

-No hace falta... Yo...

-Ya está dicho. No se hable más - alzo las cejas pero no digo nada, sólo muerdo la garra de oso y mastico.

Creo que masticar es lo mejor que puedo hacer.

🍁🍁🍁🍁
.
.
.
.
.
.

Nota: Bueno, este es mi tercer capítulo y estoy muy emocionada. Llevo mucho tiempo haciendo y pensando esta historia que cada vez que la actualizo para que uno de vosotros la leáis... ¡Me emociona! ¿Qué pasará ahora en esa fiesta? Acaso, ¿Holder se comportará como un gilipollas con Tessa? No lo sabemos. Espero que este capítulo los haya entretenido como lo hizo conmigo ❤️❤️❤️❤️😍😍. Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro