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Capítulo 23.

Capítulo 23.

El resto de la tarde la pasamos mirando fotografías de Holder y Logan. El corazón se me atora en la garganta al ver una foto de Holder a sus diez años  sin esa alegría e inocencia que todo crío posee a esa edad. Sus ojos azules reflejaban miedo y una mirada carga de desconfianza, odio y suspicacia.

Paso otra hoja y quedo de cuadros al ver a un Holder mucho más grandes que en la fotografías anteriores. ¡Y cómo no! Tengo que salir yo con unas pintas... ¡Y cómo no! El lente de la cámara me capturó en el momento menos glamuroso de mi vida. La brisa había hecho un caos en mi pelo... Dándome un aspecto gótico, cómo la chica del aro. Holder era todo un Dios sexy sin proponérselo mientras que yo, era un espantapájaros. No tenía nada de seductor ni fino. Y pensar que es súper guay para las modelos tomarse fotos al aire libre, cuando es más que obvio que la naturaleza parece odiarme. Es eso, ¿o es qué las fotos reflejan lo monstruosa que soy?

Mi cara debe ser todo un poema. ¿Cuándo fue eso?

Anna chasquea los dedos frente a mi cara.

Parpadeo: - Perdona, estaba entretenida.

Entrecierra los ojos.

-Decía que Holder se enojó un montón cuando le hice esa foto. Hizo puré mi Nikon y me gritó que no volviera a hacerle una jodida foto. Y yo me sentí fatal, por querer hacerlo sentir bien cuando estaba más que claro que se sentía incómodo. Desde ese día no volví a hacerlo - le doy una mirada de pena.

Pobrecita.

Justo cuando Anna va a agregar otra cosa, la puerta se abre y Stephan entra. En sus manos hay un hermoso ramo de rosas. Él me mira un segundo y luego su mirada queda atrapada en Anna. Sonrío.

Esa es mi señal para salir escopetada.

Llego a mi habitación y como una niña me dejo caer sobre el suave colchón. Ruedo, buscando el móvil en la mesilla pero caigo en cuenta de que Anna aún lo tiene.

Vuelvo a levantarme para coger el portátil del escritorio. Espero unos segundos mientras la pantalla cobra vida. Inicio mi sección de cuenta en Facebook. Al instante en que entra, tengo seis mensajes y treinta notificaciones. Reviso los chats y la mayoría son de papá y del grupo de mi anterior escuela. Abro las notificaciones, y voy bajando. La mayoría parte de ellas son de la página 11:11.

Me aburro como una ostra y decido buscar a cierto chico. ¿Tendrá cuenta en Facebook? Curiosa, ingreso su nombre para buscarlo y espero a que carguen los perfiles. Millones de chicos con el mismo nombre aparecen. Como una acosadora... Empiezo a fisgonear. Mis ojos desplazan rápidamente por las fotos de perfil buscando a un chico de pelo alocado y suspicaces ojos azules... Hasta que, ¡bingo! Lo encuentro.

Mi boca debe estar colgando de par en par, como un buzón de correos. Este hombre derrocha sensualidad por los poros. Está completamente vestido con una franela negra, mostrando sus músculos brazos al descubierto. La mano derecha cubre la mitad de su cara, remarcando sus increíbles ojazos. Sus labios adornados por una sonrisa lobuna y su pelo está totalmente revuelto.

Me tomo unos minutos admirando sus rasgos faciales masculinos perfectamente marcados. Su cuenta no está privada por lo que comienzo a cotillar la galería de fotos. La extraña sensación de cuando los ví besarse flotan otra vez. Hace ya casi un día del posteo, la guarra ha etiquetado a Holder en una foto. Ambos estaban en el aparcamiento de la universidad, devorándose y con sus manos bajo las ropas.

Los celos me queman; quemándome el alma. Es desagradable saber que mi corazón es el responsable de que sienta ésto.

Mi mente sigue divagando cuando entro para leer los comentarios. Caray. Habían más de cien. Y todos diciéndo palabras en doble sentido. Típicos comentarios que haría unos adolescentes cachondos.

Dean Summer: Joder. Os véis jodidamente calientes.

Thea Miller: Hacéis buena pareja :)

Oh, ¡venga ya! ¿Es en serio? ¿Se ven calientes juntos? ¿Hacen buena pareja? ¡Madre mía!

Holder Scott: ¡Quita esa mierda! 

Y para finalizar, el texto culmina con un emoticón para nada educado. También a mencionado el nombre de Kiki.

Lo ha posteado hace 15 minutos.

Garrett Weshely: Tío, necesitas un buen polvo.

Dean Summer: ¿No mojaste el churro anoche, Scott? ¡Hombre! Estás en sequía. LOL.

Holder Scott: Vayan a tomar por el culo.

Dylan JP: Uau... ¡Que mala hostia tienes! ¿Necesitas de esa chica misteriosa de la que nos ha hablado Davis para que te haga una buena mamada? 

¿Qué?

Holder Scott: Dylan, hombre, te estás ganando una buena paliza. ¿No tienes nada malditamente mejor que hacer? No sé, como por ejemplo, ¿echarte una paja?

Dylan JP: ¿Y tú no tienes nada malditamente que hacer? ¿Cómo follarte a esa pequeña ninfa del bosque hasta reventar? Mira que todo salió como lo planteaste.

Holder Scott: ¡Que te follen, hijo de puta! .I.

Me rasco el cuello hasta que dejo salir un quejido doloroso al sentirme la piel suave de la nuca arder a horrores. Ato mi cabello en un moño flojo y dejo que el fresquito me de.

¿A qué se refiere con que todo salió bien? ¿Se refiere a mí?

Sin querer saber los demás comentarios, cierro la cuenta y me decido por ver TV, pasando de canal en canal hasta que me detengo en TNT, dónde pasan los Minions. Necesito algo con lo que distraerme el resto de la noche.

Cuando termina la película son pasadas de las nueve y tengo hambre. Bajo a la cocina y me sorprendo al encontrar todo en calma, limpio, y ordenado. Nada roto. Todo en su sitio. No parece que haya sido un campo de batalla. ¿Anna y Stephan se habrán arreglado? Espero que sí. La tensión que se respira en las mañanas me hace querer tirarme de los pelos.

En el mesón hay una nota:

Salí a comer con Stephan.
No me esperes despierta; volveremos tarde.
Pide una pizza.
Mamá x.

Bien. Tengo un largo rato de tranquilidad.

Me siento en un sillón de la sala con las piernas cruzadas, y llamo al repartidor de pizzas a domicilio. Pido una de tamaño familiar con jamón y doble de queso, y una botella de Coca-Cola.

Mientras espero por la pizza, busco mi móvil pero caigo en cuenta que mi castigo aún sigue. Suspiro, agarrando el mando del TV y ver un canal aburrido de noticias.

Los minutos pasan y salto en el sillón cuando la puerta es aporreada. Corro hasta la cocina y me dejo media cadera en el camino. Me encojo del dolor. Joder. Cojeando, agarro el dinero que Anna dejó a un lado de la nota y vuelvo a salir corriendo, saltando por encima de un sillón para cortar camino más rápido.

-¡Va! - grito cuando los golpes se hacen más fuertes. Quito el seguro de la puerta y la abro. Le entrego a la chica el billete. Ésta me mira con el ceño fruncido mientras mastica el chicle. Doy las gracias, cerrando la puerta con el pie. Dejo todo en el sillón y voy a la cocina nuevamente en busca de un vaso para servirme la Coca-Cola.

Me siento, y toda mi boca se hace agua ante el delicioso aroma que desprende la pizza. Sirvo mi primera porción. Jadeo de pura felicidad con los distintos sabores explotando en mi boca. El sabor de la salsa, jamón y queso. ¡Bendita sea la comida chatarra y sus calorías! Me sirvo un vaso de Coca-Cola, dando un sorbito. Las burbujitas explotan en mi lengua.

Estoy a mitad de mi segunda rebanada cuando entra Logan.

Para en seco.

-Engordarás si sigues tragando como un cerdo - se burla.

Ruedo los ojos.

-No fastidies - murmuro, masticando otro mordisco a la masa.

Logan alza las manos en un gesto inocente. Diciendo: «Sólo estaba de coña, mujer»

-¿Dónde están todos? - pregunta, quitándose la cazadora y lanzándola sobre el sillón.

-Anna y Stephan han salido. ¿Holder? Ni idea. Supongo que debe estar por ahí.

-¿Puedo sentarme?

Asiento, sirviéndome otro trozo.

Logan no aparta la mirada de mi.

-¿Qué? - le espeto, molesta de sentirme observada mientras como.

-¿Piensas acabártela tú sola?

-Sip.

Abre los ojos como platos.

-¿Estás de coña?

Bufo.

-Puedes prepararte tú mismo la comida - señalo la cocina con el dedo índice.

Se rasca la nariz, nervioso.

-No tengo ni la menor puta idea de cómo se enciende una estufa. Anna es la que mayormente cocina o a veces, Holder - confiesa con las mejillas sonrosadas - La cosa es que no sé cocinar - dice mirando la cocina, como si fuera el mismo diablo.

Una idea pasa por mi cabeza. Tengo todas las de ganar.

-¿Quieres? - le ofrezco mi trozo, colocándolo en sus labios para ser más tentadora la oferta. ¡Come! Logan me mira con ojos entrecerrados, y luego a la pizza en sus labios. Pica el señuelo y cuando abre para morder... La retiro - Está demasiado buena para compartirla.

Por un corto tiempo, Logan permanece confundido.

-A la mierda - inclina su cuerpo y coge un pedazo de la caja.

Frunzo el ceño al verlo devorando con facilidad el pedazo para después ir a por otro.

No digo nada. No quiero estropear nuestro tranquilo momento.

Estoy absorta, mirando la pantalla de la TV, como la cosa más interesante hasta que siento unos toquecitos en mi hombro.

Lo miro.

-Me he enterado que estás castigada, ¿es cierto?

Anna, cotilla.

No sé en dónde fijar la mirada, llena de vergüenza.

-Lo estoy - me atrevo a decir, ocultando un sonrojo en mis pálidas mejillas.

-¿De verdad? Vaya. Pensé que eso era historia - se ríe, malicioso.

Al instante, sé por dónde va esta plática. Termino de comerme la otra mitad de la pizza y me levanto del sillón, diciéndo las buenas noches y saliendo pirada a mi habitación.

Voy directa al baño para darme una ducha antes de ir a dormir.

El agua de la ducha está helada; justo por debajo de la temperatura normal. Me sitúo bajo el chorro de agua, intentando olvidar lo que ha pasado en los últimos días.

Froto mi cabello con sombría determinación. Probablemente, sacándome piel de cuero cabelludo.

¿En qué estaba pensando cuando llegué aquí? Este viaje solo me ha traído un montón de problemas.

Siempre he sido una chica tranquila, que piensa en las consecuencias antes de dar un paso en falso, pero desde que le conozco, estoy constantemente en una pelea conmigo misma. Él saca lo peor de mí, nublando todo pensamiento coherente.

Envuelvo mi cuerpo en una toalla mientras quito el exceso de agua en mi pelo, pensando en cómo serán las cosas a partir de ahora.

Me pongo la ropa interior y mi pijama azúl eléctrica con estampados de banana. Prendo el secador y comienzo a secarlo. En cuestión de minutos, ya está listo.

Abro la puerta para que, después, todo el aire abandone mis pulmones. Hay un cuerpo sentado en el borde de la cama. Lo identifico rápidamente.

¡¿Qué?!

No sé cuánto tiempo llevo mirándolo, pero no me hace falta sacar cuentas para saber que es un buen tiempo. Mi piel hormiguea, poniendo en punta todos los vellos de mi cuerpo.

Él alza la cabeza; y yo ahogo un jadeo de horror. ¡Por Dios! Su cara está hecha puré. No sé en dónde empieza el color blanco y empieza el púrpura. Uno de sus ojos está hinchado, y rojizo. Hasta el extremo de que apenas es una rendija abierta. El pómulo está inflamado en un tono cruelmente verdoso. Nariz chorreante de sangre, empapando el cuello de su camiseta. Un corte profundo en su labio inferior, y otro en los párpados. ¿Qué demonios...?

Miro la ventana abierta, preguntándome si habrá escalado por ella.

-¿Qué haces aquí? - espeto, cruzándome de brazos - Tienes que marcharte.

Miro horrorizada la puerta, no queriendo saber lo que pasaría si alguien se atreviera a entrar en estos momentos. Los latidos de mi corazón golpean con fuerza dentro de mi pecho.

Su único ojo abierto se ve vacío; como un enorme pozo sin tocar fondo.

-Necesito tú ayuda - arrastra las palabras.

Desde aquí, puedo oler a licor fuerte.

Casi me rio, pensando en sus palabras.

-No necesitas nada de mí. Márchate antes de que Logan o alguien más entre y te vea, por favor - le suplico, acercándome a él y tirando de su brazo para levantarlo.

Se ríe de manera pilla.

-¿Te molesta que vean a una chica tan buena cómo tú con un tipo como yo?

Eso es lo que menos me importa.

-No seas ridículo. No se trata de eso. Por favor, vete, Holder.

-¿Tienes miedo de acabar debajo de mí, pidiendo más? - suelta de golpe, mirándome directamente a los ojos, sonando muy arrogante.

No pestañeo. Quedo perpleja y con la boca entreabierta.

Arquea sus cejas oscuras.

-¿He dado justo en el clavo? - vuelve a preguntar.

-Estás como una cabra - susurro.

Rueda con un poco de dificultad el ojo bueno.

-Cúrame - dice simplemente. No. Ordena. Sisea, sacando el brazo de mi agarre.

-Creo que será mejor que vayas a un hospital. Puedes tener un hueso roto - estoy a punto de sufrir un colapso nervioso.

-Si lo haces, no te perdonaré jamás que hayas decidido por mi. Sólo te pido que me cures, maldita sea, no es algo complicado de hacer, ¿sabes? - sus palabras salen cortantes y afiladas. Me trata como si fuera una estúpida.

¿Por qué me tiene que pasar ésto a mi?

Aquella vez que lo curé no se veía tan mal. ¡Ahora sí!

Me veo tentada a darle una patada en su odioso trasero vulgar - literalmente - y sacarlo fuera de aquí, ya que es lo más sensato en toda esta locura.

Pero no puedo dejarlo así de herido y me maldigo internamente. 

Corro hasta el baño, buscando el neceser. Troto de nuevo hasta donde se encuentra Holder encorvado. Me arrodillo frente a él, abriendo la cremallera del neceser y volcando todo el contenido en el suelo. Las manos no dejan de temblarme mientras desenrosco la tapa del bote de alcohol. Introduzco dos bolas de algodón en los orificios de su nariz, deteniendo el sangrado.

Mi pulso se altera cuando me acerco a su cara, quedando nuestros rostros en la misma altura. Lo miro un segundo, pidiéndole permiso para limpiarle el labio inferior. No dice nada, tampoco me mira. Trago saliva. Paso con cuidado el algodón por el corte y espero un gruñido de su parte. No viene nada. Ni siquiera una mueca. Permanece neutro, dejando que le cure sin rechistar.

Vuelvo otra vez, pasando la bolita de arriba abajo. Mis ojos se pierden en sus labios magullados, están horribles pero eso no le quita lo sexy.

Estoy centradísima en mi objetivo que  pego un saltito al sentir su mano colocando un mechón de pelo detrás de mi oreja que se me ha corrido, acariciando levemente mi mejilla al dejarlo en su lugar, solo un suave toque, para luego dejar sus manos apoyadas en las rodillas. El simple toque ha enviado ondas de calor por todo mi cuerpo, provocando una presión en mi estómago.

Lo miro por encima de mis pestañas, imaginándome en el pollo que me montaría Anna si nos pilla en esta posición tan comprometedora.

Joder. Mejor me apuro antes de que mis suposiciones se conviertan en realidad.

Bajo la mirada, concentrándome en mi tarea y no en las desconocidas sensaciones que siente mi piel.

-¿Por qué me miras así? - su pregunta me desorienta momentáneamente.

-Estoy pensando en que ya he tenido muchos problemas por tú culpa - miento. Vale, no del todo.

Frunce los labios, escudriñándome con su ojo bueno. Me siento cohibida bajo su abrasadora mirada safira.

-¿Ah, si? 

Asiento, tirando la bola roja en la alfombra.

-Por tú culpa me han castigado.

Bufea, alzando las cejas.

-¿Por mi culpa, princesa? ¿Me estás tomando el puto pelo?

-Si me hubieras traído a casa cuando me desmayé, ahora todo estaría bien - le regaño, sintiéndome cabreada.

Con la otra bola de algodón untada de alcohol la paso por el corte del párpado, esquivando su mirada intensa, que parece que va a abrir un agujero en mi cara.

-Cuanto quieras culpar a alguien por tus mierdas, apunta en otra dirección, ¿vale? Mira que has podido evitarlo, pero no, decidiste ir tú solita, nena - gruñe, ahora furioso él.

Yo también lo estoy, porque sé que tiene razón. Yo solita me lo he buscado. Pude quedarme en casa y no ir a esa estúpida fiesta. Pero ahí estoy yo de cabezota liándola siempre.

De pronto, suelta una carcajada en mi cara, su cuerpo sacudiéndose de arriba hacia abajo por las carcajadas roncas que brotan de su garganta.

Me alejo de su rostro, cruzándome de brazos. Este hombre va a matarme con sus cambios de humor.

-Ah, así que no es una leyenda después de todo, ¿eh? Aún se siguen castigando a chicas buenas que llegan tarde a sus casas por andar con gente equivocada - chasquea la lengua, divirtiéndose un montón conmigo. Su ojo me observa malicioso - ¿Lo ves? No puedes juntarte con chavales como yo. Eso es incoherente - golpea suave la punta de mi nariz con su dedo, sonriendo triunfante.

Yo estoy que tiemblo de la ira.

Lo fulmino con los ojos.

-Cabrón - espeto, clavando las uñas en las palmas de mi mano para evitar darle un empujón y tumbarlo.

La sonrisa macabra de Holder crece.

Apoya su dedo índice en mis labios, silenciándome mientras suelta una risita de borracho. Me chita y yo deseo pegarle un mordisco en el dedo para que siga de chulo.

-Una tía tan pija cómo tú no debería soltar esos tacos, ¿sabes? Venga, a ver, ¿dónde están tus modales? - se burla, luciendo no tan borracho como cuando llegó.

Le aparto la mano de mi cara, odiándolo por ser tan cruel y frío. Lucho con las ganas de llorar.

Me levanto.

-A ver quién te cura ahora, gilipollas.

Su mano capturando mi muñeca me detiene. Su tacto manda una especie de hormigueo que recorre todo mi brazo; estremeciéndome.

-Perdona, no quería ofenderte.

-¿Entonces para que lo haces? ¿Te divierte hacer sentir incómodas a las personas a tú alrededor? Eso es cruel, Holder.

-Es un hábito. No sé ser de otra manera - levanta la esquina de su labio superior.

Guardo silencio. El ambiente se vuelve pesado y no sé qué decir o hacer para solucionarlo. Una pregunta cruza por mi cabeza, decido dejarla para luego, quizás cuándo esté menos ebrio. Vuelvo a lo que estaba antes de cabrearme. ¿En qué lío se metió para acabar como un puré de patatas?

Me lleva un par de minutos curar los cortes de la cara, y cuando lo hago, decido ponerle una gasa en los cortes más o menos profundos para evitar una posible infección. Cojo unas benditas del suelo y dejo una en su labio. Y otra en el párpado.

-Ya está - digo, viendo orgullosa mi tarea de curación.

A lo lejos, se escucha un coche entrando a la cochera. Mierda. Mis ojos se abren a más no poder mientras el pánico sube por mi garganta, en un grito silencioso. Holder me mira con una mirada carnal.

Puertas se cierran.

-Por favor, márchate - le suplico, tirando de él fuera de la cama. Tengo que hacer la cabeza hacia atrás para verlo, ya que su altura me supera por varias cabezas. Se inclina, su rostro invadiendo mi campo de visión. Mi respiración se vuelve aguda, tanto así que creo que Holder se dió cuenta.

Se lame los labios; y yo no pierdo ese atrevido y sensual movimiento de su lengua lamer la herida de su labio.

-Quizás deberías decirle a Anna que he estado en tú habitación, ¿eh?

-¡Fuera! - grito, empujándolo hasta la puerta. El muy gilipollas se descojona de la risa, una vez que le cierro la puerta en sus narices.

Volviendo sobre mí, empiezo a tirar todo dentro del neceser, corriendo al baño para dejarlo donde estaba y buscar el spray con esencia a flores. Vuelvo a la habitación rociando el spray por todos lados, camuflajeado el olor del alcohol y sangre que flotaba, o de lo contrario Anna no se detendría hasta sacarme la verdad.

Justo cuando dejo el spray en el escritorio, la puerta de mi habitación es aporreada con un suave toque de nudillos en la madera.

Me tropiezo sobre mis propios pies torpes al caminar, con mis extremidades inferiores temblando. Estoy por abrir la puerta cuando veo sangre en mis nudillos. ¡Santo Dios!

-¿Tessa? - la voz de Anna se cuela a través de la puerta.

Raspo rápidamente la sangre seca de los nudillos antes de abrir.

-¿Si? - pregunto, asomando mi cabeza por la ranura y la mitad de mi cuerpo dentro. Cuento mentalmente para normalizar a mi corazón.

Anna arquea una ceja.

-Pensé que ya dormías - acusa, mirándome raro.

-Eh, si. Estaba a punto de hacerlo. Buenas noches - cierro la puerta sin esperar su respuesta.

Me apoyo en ésta, suspirando de alivio. Si nos hubiéramos tardado más... Anna nos habría descubierto, y, para que mentir. La única que cargaría con las consecuencias sería yo.

Sí algo me he dado cuenta desde que llegué aquí, es que a Anna, no le causa emoción de que me relacione con su hijastro macarra.

Y creo, que esa sería una buena idea.

Entre Holder y yo tienen que haber grandes distancias. Es lo mejor.

Nota: Holaaaa mis Something's. ¿Cómo han pasado ésta semana? Yo la he pasado un poquito ocupada. Pero aquí les traje otro capítulo más larguito xdxd. ¿Qué les pareció? Espero que de verdad haya sido entretenido para vosotros.

Muchísimas gracias por las leídas. Mi historia va cada vez más subiendo.

Entrar a Wattpad ha sido la mejor decisión que he tomado. Porque sé, que aquí, Wattpad hará mis sueños realidad, pero todo gracias a esta hermosa familia en esta página, y sobretodo a los administradores y creadores de Wattpad.

Chic@s no saben cuánto se lo agradezco por tomarse de vuestro tiempo para leer mis locas ideas xdxd. Os merecéis el cielo.

Bueno, con la historia: Creo que Holder y Tessa van acercándose siempre un poquito más, aunque lo nieguen. ¿Qué creéis? Es cierto, ¿a que sí? Sentimientos desencadenarán lo inevitable.

Nos leemos en la siguiente actualización. Perdonen si se me ha pasado algún que otro error ortográfico 🙏🏻.

No olvidéis de dejar vuestros comentarios y ⭐, diciendo que os pareció este capítulo nuevo.

Kisses 😚😚😚.

P.D: ¡Actualizaré otro capítulo hoy! Pendiente :3.

DS.

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