Capítulo 22.

Amanece. Todo está en silencio. Estoy súper cómoda y calentita bajo las sábanas. Lentamente, despego mis ojos y por un breve momento disfruto de la oscuridad, y serenidad de mi habitación.

Hasta que, imágenes empiezan a torturarme. Los retos... - joder, los retos - Mi testarudez... Mi delirio cuando estaba encerrada entre unos brazos conocidos.

Entierro la cabeza en la almohada y grito avergonzada. Me muero de la pena.

Recuerdo cuando quitó mi short, sus dedos rozándome en la piel sensible de mi vientre y dejando una estela de fuego ahí. La forma en que suavemente me sostuvo contra su fuerte cuerpo para sacarme de la franelilla fue... Increíble. También toco la piel de mis brazos mientras ascendía las manos, junto con la franelilla cubierta de vómito.

Otra imágen se visualiza...

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-¿Qué haces? - susurra Holder con la respiración entrecortada.

-Mmmfdds... - mascullo. Lo abrazo con mis brazos, haciendo que su cuerpo caiga sobre el mío en la cama - Frío... - balbuceo.

Su cuerpo se tensa como una roca y maldice en un murmullo inaudible mientras nos cubría con la colcha.

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Oh, por Dios. ¡Casi violo a Holder! ¿En qué obsesa sexual me he convertido? Al menos, tengo como consuelo que no lo hice estando en mis cinco sentidos.

Echo un rápido vistazo a la mesilla de noche. El despertador marca las seis de la tarde y aún tengo sueño.

A regaña dientes... Me levanto de la cama y salgo fuera de ella. Las tripas no dejan de gruñirme, pidiendo a gritos ser alimentadas.

Antes de salir a la cocina, voy al baño y me lavo los dientes. Me doy un corto vistazo en el espejo. Pelos de loca... Cara hinchada por tantas horas de dormir y bolsas debajo de mis ojos; mejor no puedo estar, ¿eh? Me refresco la cara, el cuello y los brazos.

Cuando ya estoy un poco más presentable... Salgo en dirección a la cocina. Paro en el marco de la puerta. Anna está sentada en una de las sillas del comedor, ojeando lo que parece ser un álbum de fotos.

No ha parado en mi presencia. ¡Gracias a Jesús!

-Hola... - susurro a medida que me acerco a la nevera.

Me da una media sonrisa cuando paso frente a ella. Bueno, al menos no me quiere retorcer el pescuezo, ¿no?

Vuelve a poner su atención en las fotografías delante de ella.

Busco en los armarios un paquete de pan. Saco de la nevera el bote de mermelada de fresa, dejándolo en el mesón. Conecto el cable de la tostadora en el enchufe, meto dos rebanadas de pan en la ranura y bajo la el botón. Mientras que los panes están en la tostadora me sirvo zumo de naranja en un vaso. El sonido de la tostadora me dice que los panes ya están listos para untarles mermelada.

La boca se me hace agua y mis tripas vuelven a la vida después de unos minutos de tranquilidad. Me lanzo al ataque, olvidándome de la finura. Devoro la mitad del pan en cuestión de segundos. ¡Esto es el cielo! Me chifla la mermelada.

Me lo devoro todo, saciando el hambre. Lavo los trastes y guardo las cosas en sus lugares.

Mis pensamientos, en algún momento se van hasta cierto chico de ojos azules que no veo desde la mañana. ¿Estará todavía en la fraternidad?

Deseo abofetearme yo misma al pensar en ese idiota. Estoy mal de la cabeza. No puedo estar pensando en él ¿verdad? No ahora, ni nunca.

Es imposible que lo eche de menos.

La voz de Anna se cuela en mis pensamientos, sacándome de mi estado de ensoñación.

Parpadeo. Ella hace señas con sus manos para que me acerque hasta donde está sentada. Me pregunto si es buena idea que lo haga, después de cómo están las cosas de frágiles.

Me acerco, sentándome a su lado.

Anna pasa la hoja y lo que veo es a un precioso niño de grandes ojos azules y rizos oscuros y largos, con una sonrisa enorme adornando sus grandes morros.

-Este álbum es de Holder - dice con ojos brillantes - Es una pena que haya arrancado las más bonitas.

Callo. Solo tengo ojos para el crío de la fotografía. Sonrío como una estúpida al encontrar otra foto de él en una incubadora, totalmente ajeno a todo, tan inocente y tan indefenso al mismo tiempo. ¿Cómo un bebé tan lleno de vida es el mismo hombre cruel que conozco? ¿Cómo son tan iguales y tan diferentes a la vez?

A la siguiente página, está una mujer hermosa con una cálida sonrisa en los labios, sentada en una banca de un parque. Y en sus brazos, hecho una bolita se encuentra Holder; vestido con un conjunto enterizo azul y un gorrito a juego en su pequeña cabecita. Tiene sus manitas en puños y sus ojitos están cerrados. Sus mofletes son regordetes y rosados.

-Por más que quiera... - susurra Anna con la voz entrecortada. Giro el cuello para observarla - No puedo odiar a la mujer que dió vida a esos dos chicos - me mira - Pero - se corta - No puedo evitar sentirme traicionada y pisoteada.

-¿Has hablado con Stephan? ¿Sabes cómo está?

-Me importa un pepino. ¿Acaso sabe él como de destrozada estoy? ¿Cómo de humillada me siento? Tengo... Ésta sensación en el pecho que no me deja respirar - gime - Es traición cruda y amarga.

Alzo las cejas.

-Quizás, Stephan esté respetando tú espacio... Dándote tiempo y dándose tiempo él, para cuando llegue el momento de hablar... Lo hagáis cómo adultos que sois.

Se ríe.

-Anna... Sé que cuando te casaste con Darles eráis muy jóvenes e ingenuos, pero, ¿sabes? Nuestras vidas se definen por oportunidades, incluso la que creíamos que hemos perdido. Así también cómo de los errores. Pero este mundo te dió una segunda oportunidad al encontrar a un hombre como Stephan. Aprovecha y disfruta, a la vez que haces de esto... - señalo nuestro entorno - Valga la pena, ¿vale? - ¡Caramba! ¿Desde cuándo soy terapeuta de relaciones de parejas cuándo no sé qué hacer con mi vida? Irónico... ¡Lo sé!

Como dice papá:

«Vive siempre el presente. Pero sin olvidar el pasado» 

Nota: Mmmm... ¿Por dónde empiezo? Ah, si. Quise que conocieran un poco sobre la niñez de nuestro guapetón chico gamberro. Os estaréis preguntando, ¿por qué Dianne puso eso en vez de algo relacionado entre Tessa y Holder? La verdad es que quise hacer un capítulo corto para que os imaginaráis a Holder de bebé. Además, se me ocurrió la idea de Tessa dándole un consejo a Anna, después de todo, son nuestros padres o personas mayores que nos corrigen y dan consejos a lo largo de nuestras vidas. Pero, para mi eso me pareció muy cliché. Por lo cual invertí los papeles.

Me gustó cómo quedó todo una vez ya terminada. La madurez que va adquiriendo Tessa a lo largo de la historia es... ¡Súper monísima! 

Gracias una vez más por leerme. Espero que lo hayáis disfrutado mucho, ¿vale? Muchísimo.

El próximo capítulo será algo más larguito y picoso ;).

Que no se os olvide comentar y dejar vuestros ⭐ abajo. ¡Gracias!

Este capítulo va dedicado a @ValeryMujica. Esta chica es guay :3

Cada día, me esperan nuevas sorpresas con mis seguidores. Ojalá y deseo con todas mis fuerzas que así sea, que mi historia llegue a un montón de personas que aún no la han leído 💖.

Nos leemos en el siguiente capítulo 💕.

A Kiss.

DS 👑📱😘.