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PARTE 9 - THE POWER OVER ME

Terrence se estiró sobre la cama y se dio la vuelta. Su cuerpo chocó suavemente con el de Noor y la miró atentamente, esbozando una pequeña sonrisa. La chica dormía tranquilamente, su cabello rubio estaba revuelto sobre las almohadas, sus labios entreabiertos dejaban escapar suaves ronquidos. Terrence se acercó aun más a la chica y rozó sus labios sobre la cálida mejilla de Noor, oliendo su perfume a flores.

El hombre continuó deslizando su boca sobre la piel del cuello de la chica, pasando por sus senos, los cuales llenó de besos húmedos y sonoros. Noor tiritó, pero aún no despertó. Las manos de Terrence entraron al juego de tocar el cuerpo de la joven, deleitándose con la tersura de su piel. Él continuó llenándole el cuerpo de besos y tocándola delicadamente.

Noor olía más que a flores, su cuerpo de mujer despedía otros aromas, olía a dulce, a deseo, a pasión... ¡a sexo! Los aromas corporales de la mujer despertaron en Terrence el deseo, excitándolo. La chica tembló bajo las caricias de Terrence y abrió los ojos cuando los dedos de él rozaron su feminidad.

-¡Terry! – Gimió la chica arqueando la espalda.

-Dilo de nuevo – Murmuró Terrence apretando sus labios contra la mejilla de Noor.

-¿Qué cosa? – Gimió la joven y abrió las piernas, permitiendo que los dedos de él acariciaran su sexo.

-¡El diminutivo de mi nombre! – Gimió Worsley y la besó con pasión - ¡Quiero escucharlo de tus labios!

Noor acarició el pecho de Terrence y se entregó a las placenteras sensaciones que las caricias de Terrence le provocaban. Los dedos del hombre frotaban su sexo mojado, presionaban su clítoris o la penetraban con suavidad, despertando rápidamente el deseo en su interior.

-¡Terry! – Volvió a gemir la mujer – Hazme el amor... - Susurró - ¡Por favor!

Worsley dejó escapar un gruñido y abandonó la boca de Noor para concentrar ahora todas sus caricias en los senos redondos de la chica. Él los llenó de besos y su lengua jugó con sus pezones endurecidos al mismo tiempo que sus anchas manos los apretaban con delicadeza. Noor sólo se concentraba en gemir, en acariciar el pecho del hombre y de vez en cuando, en arrastrar sus uñas por su amplia espalda.

Lentamente, la mano masculina se paseó por el estómago de la chica, acariciándolo en círculos, pero mientras acariciaba, su mano descendía hasta detenerse sobre la feminidad de Noor. Terrence volvió a besarla con avidez, mordiendo los carnosos labios de la joven. Ella abrió su boca para recibir la lengua de Terry, acariciándola con la suya. El beso aumentó en intensidad y pasión al tiempo que la penetraba con dos de sus dedos.

Noor se apartó de él para gemir y balancear sus caderas. Terrence retiró sus dedos y la besó de nuevo. El hombre buscó rápidamente en su mesa de noche, un preservativo que se colocó con rapidez, para instalarse entre las piernas de Noor, quién inmediatamente lo rodeó con ellas y se frotó contra él, apretando su sexo contra el pene erecto de Terrence.

-Dime que me deseas tanto como yo a ti – Gimió el hombre balanceando las caderas.

-¡Te deseo! ¡Te deseo! – Susurró Noor abrazando con fuerza a Terrence.

Él la besó lentamente, saboreando sus labios. La penetró con delicadeza, disfrutando del roce de la cálida humedad de Noor, quién arqueó la espalda para recibirlo. Ella suspiró y frotó su pierna sobre las nalgas de Terrence, quién no dejaba de besarla y comenzó a penetrarla de forma lenta y cadenciosa.

La chica gimió con fuerza y le acarició la espalda, bajando hasta el trasero de Terrence, lo estrujó, empujándolo, dictándole el ritmo y urgiéndolo a moverse con mayor velocidad. Él continuó besándola apasionadamente, sin aumentar el ritmo, se movía despacio, disfrutando de su unión. Sin embargo, ese suave balanceo no duró mucho, Terrence se apoyó sobre sus palmas y miró a Noor. Ella le sonrió y jadeó al notar que la velocidad de las embestidas de Terrence aumentaban su velocidad haciendo que su cuerpo rebotara contra el colchón.

Las manos de Noor se aferraron a la espalda de Terrence y le clavó las uñas, dejándole marcas rojizas sobre la piel. Su acto sexual había adquirido un tono más salvaje y feroz. Noor buscó los labios de Terrence, deseaba besarlo de nuevo, explorar su boca y saborearlo. Terrence respondió al beso y, sin que ella lo esperara, invirtió la posición.

Noor dejó escapar un gritito y lo miró. En el rostro de Terrence se reflejaba la lujuria y la sonrisa que le dedicó era una muy perversa. Noor comenzó a balancear lentamente las caderas, mientras que Terrence acariciaba su cintura y ascendía por su vientre hasta sus senos, masajeándolos y estrujándolos. Noor cerró los ojos, invadida por las emociones y el placer que se agolparon en su cuerpo.

Poco a poco, el balanceo de Noor se convirtió en una agresiva cabalgata, sus caderas iban y venían con velocidad, deseando alcanzar el clímax. Ambos sudaban y jadeaban, Terrence la abrazó, pegándola a su cuerpo y besándola con intensidad para sentarse sobre el colchón. Noor no dejó de balancear las caderas y chilló de placer cuando lo dientes de Terrence mordieron sus senos.

-¡Terry! – Gritó con más fuerza y arqueó la espalda, temblando completamente entre los brazos del hombre.

Terrence la penetró con fiereza y se entregó al orgasmo. Noor no aguantó más y también lo siguió casi al mismo tiempo, mientras tomaba el rostro de Terrence entre sus manos para besarlo hasta que ambos cayeron desfallecidos sobre las almohadas.

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El aroma a salchichas fritas obligó a Noor a caminar con mayor velocidad rumbo a la cocina. Inhaló profundamente y esbozó una sonrisa mayúscula, ¡no podía dejar de sonreír! A pesar de que le dolían algunas partes del cuerpo. Se mordió el labio inferior al detenerse en el umbral de la puerta y miró a Terrence.

El hombre silbaba una melodía y preparaba huevos con salchicha, mientras la cafetera despedía un delicioso aroma que se mezclaba con el de las salchichas fritas. Noor suspiró al observar la espalda desnuda de Terry y arqueó las cejas al reparar en las marcas rojizas que sus uñas largas y pintadas en color de rosa habían trazado en la espaldota del hombre.

-¡Buenos dias, Terry bebé! - Susurró Noor en el oído de Terrence, quién se estremeció y su piel se erizó.

-¡Buenos días, rubiecita! - Dijo él dándose la vuelta y palmeando el trasero de la chica - ¿Tienes hambre?

-¡Siiiiiiiii! - Gritó la chica - Tengo tanta hambre que sería capaz de devorar un elefante. Voy a servir el café y a poner la mesa mientras tú terminas de servir los platos, ¿de acuerdo?

Terrence asintió y regresó a sus actividades, no sin antes rozar sus labios con los de Noor. La chica sonrió acercándose a un armario y tomó un par de tazas.

-¿Que escuchas ahora? -Preguntó Noor aguzando el oído mientras servía el café.

-Es una banda de folk germánico llamada Faun - Dijo el hombre llevando los platos a la mesa - La canción que estamos escuchando lleva el título de Tanz mit Mir. Me gustan bastante desde hace ya varios años.

-¡Suenan bastante bien! - Sonrió Noor - Como para ponerse a bailar - Exclamó y le entregó su taza a Terrence - Pero, ¿puedo sugerir un cambio de música?

-¿Es bueno lo que vas a recomendar? - Preguntó Terrence guiñando un ojo - Adelante.

-Te va a gustar, ¡lo sé! - Gimió Noor besando con sonoridad las mejillas de Terry - Es un cantante irlandés, de llama Dermot Kennedy... ¡voy a ponerte algo de él! Así lo escuchas y me das tu opinión - Exclamó al tiempo que buscaba uno de los temas en su teléfono móvil - En realidad, me gustaría dedicarte esa canción - Sonrió la joven y sus mejillas se tiñeron de rojo.

Terrence escuchó atentamente el tema musical. El hombre cantaba muy bien, impregnándole mucho sentimiento a la hora de interpretar sus melodías. Su voz tenía un timbre característico, fuerte y grave. Honestamente le gustaba lo que estaba escuchando. Bebió un sorbo de café y permaneció en silencio, escuchando con atención la letra.

"Quiero ser el rey en tu historia. Quiero saber quién eres. Quiero que tu corazón lata por mí. ¡Oh yo! Quiero que me cantes suavemente porque entonces estoy superando la oscuridad. Eso es todo lo que el amor me ha enseñado...
Tienes el poder sobre mí... mi, mi. Todo lo que aprecio reside en esos ojos. Tienes ese poder sobre mí... mi, mi. El único que conozco, el único en mi mente. Tienes ese poder sobre mí... Tienes ese poder sobre mí... Tienes ese poder sobre mí... "

-¡Me gusta! – Exclamó Terrence llevándose a la boca un enorme trozo de salchicha – La canción es bastante buena y... ¿en verdad me la dedicas? – Preguntó sujetando a Noor por la barbilla – Porque es una canción muy sugestiva y atrayente.

-¡Sí, bebé! – sonrió Noor y frotó su nariz contra la de Terrence – De hecho, quisiera invitarte a un concierto de Dermot en los próximos días. ¡Se presentará en Londres! Y yo estoy muy emocionada, porque sería la primera vez que lo vea en vivo – Suspiró – Surgió como una recomendación de Spotify y ¡me enganchó! Automáticamente me convertí en su fan y he seguido de cerca su carrera.

-¿Cuándo dices que es su concierto? – Preguntó Terrence mirando atentamente la agenda de su móvil.

-La próxima semana – Sonrió Noor, tratando de mirar la pantalla del teléfono del hombre y así saber si podría acompañarla - ¿Irás? ¿Irás? – Insistió - ¡Por favor! Dime que sí... ¡Es el viernes!

-¿Por la tarde? – Volvió a peguntar y ella asintió.

-De hecho, adquirí un boleto extra – Murmuró Noor mordiéndose la uña del dedo índice.

-¡Por supuesto que te acompañaré! – Exclamó Terrence con seriedad.

Noor no estaba muy segura de que Terrence estuviera entusiasmado como ella por asistir a ese concierto. Su respuesta había sido un poco áspera, así que lo observó con atención mientras mordisqueaba su tostada embadurnada de miel y decorada con algunos trozos de almendras. Terrence, al sentirse observado levantó su vista para mirarla también, el hombre sonrió un poco, realmente estaba entusiasmado ante la idea de asistir a un concierto. Habían pasado algunos años desde su último concierto; un magnífico concierto de Iron Maiden y poco después de eso, ¡todo se había ido a la mierda! Ahora prefería eventos más serios y menos alocados, como la ópera, algún musical u obra de teatro.

Terrence se inclinó un poco para asir a Noor por la nuca, mientras la besaba con pasión. Ella se sorprendió ante ese beso, pero rápidamente reaccionó y le correspondió con la misma intensidad.

-Muero de ganas por ir a ese concierto – Murmuró él separándose de la chica – Ya lo tengo anotado en mi agenda para que no se me olvide – Sonrió – Ahora, si no te molesta, lavaré los platos y me encerraré en el estudio para ponerme a escribir durante unas horas. ¡La casa es toda tuya, preciosa! Pero si necesitas algo, ¡no dudes en pedirlo!

Noor estaba un poco perdida después de ese beso. Sólo atinó a asentir y balbuceó algo de que ella se hacía cargo de los trastos sucios. Volvió a besarlo suavemente y lo miró alejarse en dirección a la biblioteca.

Terrence entró en la vieja biblioteca y se acercó al enorme escritorio de roble para encender su ordenador y sentarse a escribir. En los últimos días había logrado un gran avance en sus escritos. Dos nuevos capítulos se encontraban ya en borrador y esperaba tener listo otro episodio para esa tarde. Se sentía orgulloso de sus logros, escribir era una verdadera terapia y la mejor vía de escape. Encerrado en la biblioteca, con la vista sobre la pantalla de su ordenador portátil, lo hacía olvidarse por unas horas de esos malditos demonios que seguían atormentándolo. Para su fortuna, las pesadillas ya no estaban presentes mientras dormía, pero esos cambios bruscos de humor y su comportamiento agresivo, aún eran visibles.

La llegada de Noor era como una fuente de agua fresca. La chica era jovial, entusiasta y tenía un carácter dulce. Además, Terrence se sentía atraído por Noor, le gustaba demasiado. Físicamente, Noor no era su mujer ideal, ¡tampoco lo era en su forma de ser! Sin embargo, Terrence estaba encantado con la forma de ser de Noor y ahora que habían hecho el amor, que se habían compaginado tan bien en el aspecto sexual, le encantaba aún más. Él sentía que había afinidad entre ellos a pesar de ser tan distintos.

Wilma, su novia y él tenían mucho en común, en cuestión de carácter, el cual era agrio, fuerte y parecía que la mayoría del tiempo estaban de mal humor. Wilma era una mujer muy independiente y no era fanática de las muestras exageradas de afecto. De hecho casi nunca daba un abrazo o un beso sin razón aparente, no exigía atención y tampoco se la daba. Era una relación extraña en donde ambos podían pasar varios meses sin verse y sin dirigirse la palabra.

Terrence estaba conforme con esa relación, aunque no le agradaba demasiado, pero por un lado, Wilma comprendía su situación mental. Conocía su pasado, su historia y no le exigía más de lo que él pudiera ofrecerle. Quizá por ese motivo, ella trataba de mantenerse alejada de él. Cuando estaban juntos, sólo era para tener sexo y a través de eso, sacar todas sus frustraciones. En el plano sexual, Terrence y Wilma se llevaban muy bien y ahí no había necesidad de palabras, mucho menos de amor.

El enamorarse no entraba en los planes de vida de Terrence. El amor para él no era importante, quizá el amor de la familia, de los amigos, de la gente que lo rodeaba y que realmente lo entendía, si lo era. Pero jamás había pensando en el amor de una pareja y con Noor presente, esa idea estaba comenzando a dar vueltas en su cabeza. De pronto se imaginó teniendo una vida como la de su hermana Lottie y su mejor amigo Walter. Viviendo junto a Noor en esa casa enorme y rodeados de un par de niños.

-¡Ash! – gruñó y se golpeó en la cabeza con la palma de la mano - ¡Eres un imbécil, Worsley! Eres el hombre más imbécil del mundo, ¡sólo a ti se te ocurre pensar en esas estupideces! Ya no eres un niño, eres un cuarentón que dejó de soñar hace mucho tiempo. – exclamó mientras regresaba su vista a la pantalla del ordenador para continuar escribiendo – Mejor concéntrate en lo que tienes que hacer y deja de divagar, seguramente a ella no le gustas. – se dijo el hombre, pero era obvio que Noor estaba fascinada con Terrence.

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Noor suspiró y buscó en su playlist una de sus melodías favoritas. Era obvio que ella estaba más que feliz, hacía tiempo que no se sentía de esa forma. Plena, llena de emociones y ¿enamorada? No estaba totalmente segura del sentimiento, pero lo que estaba sintiendo por Terrence, ¡jamás lo había sentido por Gavin! Eso la hizo detenerse a pensar un poco en esa relación, ¿qué era lo que esperaba ella de su noviazgo con Gavin? ¿Estaba dispuesta a dar el siguiente paso con él? Era lógico que ya no, a pesar de haberlo pensando durante algún tiempo. Pero ahora se daba cuenta de que a Gavin no le importaba ella, ni su relación, ¡no le importaba nada! Sólo su carrera de actor y los frutos que esta iba a darle. Noor cayó en la cuenta que ella salía sobrando en la vida de su novio y que no encajaba en sus planes futuros.

Noor quiso llorar, ¿acaso sólo había sido una aventura para Gavin? Ya ni siquiera sabía. Decidió dejar de lado esos pensamientos, ¡no tenía caso sufrir por alguien que no la valoraba! Tenía casi una semana en Londres y su novio jamás había respondido a sus mensajes y llamadas. Parecía como si se estuviera ocultando de ella y quizá así era, si a él no le importa, ¿por qué a ella habría de importarle?

Cuando estaba triste encontraba consuelo en la cocina, a Noor le gustaba preparar galletas y postres. Buscó en la alacena los ingredientes para preparar unas deliciosas galletas de avena para la hora del té. Mientras mezclaba la harina con las hojuelas de avena y la mantequilla, su móvil retumbó con fuerza y rápidamente respondió a la videollamada, pues se trataba de su hermana Rosie.

-¡Noor! – gritó su hermana mayor - ¡Dios Santo! ¿Dónde te habías metido? – exclamó la mujer con preocupación en su voz – Prometiste llamarme y no lo hiciste, tampoco llamaste a papá y mamá, ¿en qué demonios estás pensado, jovencita?

-¡Lo siento mucho! – respondió Noor con tristeza – Pero tuve un problema al llegar a Bibury ¿sabes? – dijo y colocó el móvil de manera que pudiera ver a su hermana y no tuviera problemas para seguir preparando las galletas - ¡Me perdí por unas horas! Estuve casi a punto de morir congelada. La verdad es que no quiero sonar exagerada, ¡pero es la verdad!

-¿Qué estás diciendo? – gritó Rosemary - ¿Cómo que te perdiste? – exclamó su hermana casi al borde de la histeria - ¡Y me dices las cosas tan tranquila! ¿Acaso saliste sola? – murmuró y Noor asintió - ¡Ay Noor! Por eso no quería que te fueras sola, pero nuestros padres insistieron en que era buena idea que conocieras el mundo tu solita. ¡Estaban equivocados!

-Eres una exagerada, Rosie – respondió Noor sin dejar de amasar – No me paso nada, Terrence me ayudó y ahora preparo galletas para él.

-¿Cuál Terrence? – preguntó su hermana frunciendo el ceño - ¿Es el tipo que conociste en la cafetería?

-¡Sí, el mismo! – exclamó la rubia – Ahora me encuentro en su casa, de no haber sido por él, hubiera muerto de hipotermia.

-Menos mal que se apiadó de ti, hubiera sido terrible si algo malo te hubiera pasado. – dijo Rosemary casi a punto de llorar – Yo también hubiera muerto al escuchar la terrible noticia.

-No debes preocuparte, estoy en buenas manos. – respondió Noor – Terrence me invitó a pasar unos días en su mansión a las afueras de Bibury.

-¿Mansión? – dijo su hermana y sonrió - ¿Qué tipo de mansión?

-Una que tiene como quinientos años, es muy vieja y tétrica por fuera, pero por dentro parece un palacio. – respondió Noor - ¡Me encanta este lugar! En cuanto pueda te enviaré algunas fotos y videos para que la conozcas.

-¡Está bien! – exclamó Rosie – Cuídate y por favor, llama a mamá y papá que están preocupados por ti. Ahora debo dejarte y no dejes de llamarme a mí también, te quiero y me preocupo por ti. Y otra cosa, ¡no vuelvas a salir sola!, dile a tu amigo Terrence que te acompañe y te muestre el lugar. ¿De acuerdo?

-¡Lo haré! – respondió la rubia – Te lo prometo – dijo con una gran sonrisa – Yo también te quiero. – dijo y la videollamada terminó.

Noor volvió a lanzar un suspiró y continuó preparando las galletas de avena. Le haría caso a su hermana y no volvería a salir sola en un lugar desconocido. Tenía que dejar de lado su espíritu aventurero y pedirle a Terry que la llevara a conocer Bibury y sus alrededores. ¡No tenía que volver a arriesgar su vida! Y todo por un paseo en la campiña inglesa.

Cuando las galletas estuvieron listas, la rubia tomó una charola en forma de pato y colocó algunas galletas en ella. Preparó un poco de Earl Grey tea y puso la tetera sobre una bandeja grande, junto a las galletas y dos lindas tazas con motivos de flores que tomó de la alacena. Caminó lentamente hasta detenerse frente a la puerta de la biblioteca y llamó un par de veces sin obtener respuesta. La chica sabía que Terrence estaba ahí, así que empujó la puerta con la cadera y entró sin anunciarse.

Terrence se encontraba sentado en un elegante sillón de cuero, frente a un enorme escritorio que parecía ser muy antiguo. El hombre traía puestas unas gafas que le daban un toque más intelectual y lo hacían lucir aún más guapo de lo que ya era.

Noor suspiró y colocó la bandeja sobre una mesa de té que estaba frente al gran ventanal y observó la habitación. ¡Se trataba de una enorme biblioteca! El lugar estaba lleno de libros y más libros. Los estantes llegaban casi hasta el techo, de hecho había algunas escaleras para subir a un segundo piso. ¡Todo era fuera de serie!

-¡Qué bonito! – gritó la joven y corrió las cortinas para que el lugar se iluminara con la luz del atardecer.

Terrence quedó deslumbrado ante la luz que entró de lleno en la estancia. Se quitó las gafas para frotarse los ojos y apagó la lámpara con la que iluminaba su ordenador. Le gustaba escribir en penumbras, encontraba más interesante la hora de escribir y mucho más inspirador hacerlo de esa manera. El hombre levantó la vista y miró a Noor con el ceño fruncido. ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué entró sin anunciarse?

La chica sonreía con calidez y ternura, su rostro traslucía belleza, candor e inocencia. Generalmente se mostraba muy molesto con ese tipo de interrupciones, solía gritar y echar fuera de su estudio a quién se atreviera a interrumpirlo, pero no podía enfadarse con Noor, por una extraña razón, no le molestaba el hecho de que hubiera irrumpido en su estudio sin siquiera anunciarse.

Noor volvió a sonreír y caminó un poco temerosa hacia donde se encontraba Terrence. Esperaba no causar algún disgusto en él al interrumpirlo de su trabajo. ¡Pero ella había llamado un par de veces! Y él no escuchó.

-¡Perdón si te molesto! – Murmuró con timidez al momento que se sentaba sobre las piernas de Terrence – Pero llamé varias veces y no obtuve respuesta.

Terrence suspiró rodeando la cintura de Noor con su brazo y la besó fugazmente en los labios.

-En realidad no me molestas – Respondió el hombre acomodando un mechón de cabello detrás de la oreja de la mujer – No escuché que llamaras, estaba demasiado concentrado escribiendo.

-Te traje algo de té y galletas de avena – Dijo Noor y se levantó de un salto - ¡Ven a probarlas! Yo las preparé – Exclamó mientras lo sujetaba de las manos y tiraba suavemente.

-Voy a terminar este párrafo y estoy contigo en unos minutos, ¿de acuerdo? – Sonrió el hombre y volvió a colocarse las gafas.

Noor asintió y caminó hasta el gran sillón donde dormían el perro y el gato, que no dejaban solo a Terrence en ningún momento. La chica suspiró y se sentó junto a Odín para comenzar a acariciarle la cabeza. El gato abrió los ojos y comenzó a ronronear de puro gusto, se levantó y fue a acomodarse sobre el regazo de la muchacha que rió a carcajadas para continuar deslizando su mano sobre el sedoso y espeso pelaje de ese gran gato.

Woodstock no perdió la oportunidad de acercarse a Noor para recibir algunos mimos y recostó su cabeza sobre el hombro de la joven, entornando los ojos y mirándola como si la chica fuera lo mejor que pudiera existir en el planeta. Terrence sonrió y comprendió el sentimiento del can, ¡a él le pasaba lo mismo!

Al observar esa estampa, Terrence no desaprovechó y tomó su teléfono para capturar el momento en un par de fotografías. ¡Noor parecía una ninfa! Su cabello se veía aún más dorado debido a que los rayos del sol lo iluminaban, sus ojos de larguísimas pestañas estaban centrados en observar al gato, mientras que su mano derecha rascaba el mentón de Woodstock. El hombre suspiró al recordar que Wilma detestaba a los animales, especialmente a Odín, ya que según ella era alérgica al pelo del gato.

Terrence se encogió de hombros, parecía que Noor disfrutaba de la compañía de sus mascotas y también de la compañía de él. Terminó ese párrafo, guardó el documento y apagó el ordenador. Mientras el aparato se apagaba, decidió subir ambas fotografías a su cuenta de instagram. No escribió ningún pie de imagen, sólo agregó un par de emoticones de corazón y las publicó en su cuenta.

El chico se acercó a Noor, la besó en la frente, sentándose junto a ella. Sirvió el té y ofreció una taza a la chica, mientras él comía una galleta.

-¡Están buenas! – Le dijo masticando ruidosamente – Prefiero las de avena a las de chocolate – Exclamó refiriéndose a las galletas.

-¡A mí me encantan ambas! – Sonrió Noor arrebatándole la galleta al chico para darle un buen mordisco y ofrecerle lo que quedaba de la golosina a Woodstock.

-¿Te gustaría salir a dar un paseo por el pueblo? – Preguntó Terrence – Podemos ir a la feria o a caminar por ahí...

-¡Me encantaría! – Dijo Noor emocionada - ¡Creo que estas son las mejores vacaciones de mi vida! – Sonrió acercándose a él para buscar sus labios y sellarlos con un beso apasionado.

= = = = = =

Parece que el amor ha comenzado a nacer entre ellos, aunque Terrence es un poco más cerrado a ello. Pero creo que tarde o temprano va a caer, sin embargo, va a suceder algo que terminará con el equilibrio y lastimará a Noor, además de que aparecerán Wilma y Gavin.
¿Qué les pareció el capítulo? ¡Muestren su amor! Y déjenme sus comentarios, son siempre bienvenidos.
Gracias por todo y ¡hasta la próxima!
Maria Decapitated

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