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PARTE 22 - OUTNUMBERED

Noor miró por la ventana de su habitación y lanzó una carcajada al ver al novio de su vecina intentar saltar la cerca cuando era perseguido por el perro más temido del vecindario. Cerró de golpe las cortinas y movió la cabeza de un lado a otro, ¡ese chico se arriesgaba demasiado! Dijo para sí mientras se acercaba a su cama y doblaba la ropa que había lavado esa mañana. Cuando terminó estiró los brazos y lanzó un fuerte bostezo, ¡estaba muy cansada!

Un día después de su regreso a Nueva York habían comenzado los ensayos para los eventos de Navidad. El ballet preparaba de nueva cuenta "El Cascanueces" y estaban trabajando a marchas forzadas para que todo quedara perfecto como cada año. Noor tomó sus zapatillas que se encontraban sobre la cama y suspiró al notar las enormes manchas de sangre que adornaban su interior. Después miró sus pies, no quería verlos en realidad, pero tenía que hacerlo para comprobar los daños. Sus dedos estaban molidos, ¡debió haber practicado durante todo ese mes! Pero no lo hizo, ya que prefirió dedicarse al placer y disfrutar de la compañía de Terrence. ¡No se arrepentía! Lo volvería a hacer una y otra vez, así sus pies se hicieran pedazos.

La chica tomó un frasco de antiséptico que se encontraba sobre la mesa de noche y limpió sus dedos. ¡Eso ardía! Frotó las partes más afectadas y después tomó un poco de pomada para dar un ligero masaje sobre sus talones y las plantas de sus pies.

-¡Ahora si a dormir! – exclamó al momento que tiraba de la colcha y se acomodaba en su cama. Estiró la mano y tomó su móvil para darse cuenta que Terrence le había enviado un mensaje.

"Encuéntrame esta noche princesa en tus sueños de castillos de nubes, allí estaré yo esperándote con ansias. Arrópame en tu alma mi dulce chiquilla, mi princesa, mi amor; que yo soñaré con tu cabello de seda que acaricia mi rostro y con tus ojos de estrella que iluminan mi corazón... ¡buenas noches cariño!"

Noor lanzó un fuerte suspiro al leer las palabras que Terry le había dedicado esa noche. Inmediatamente comenzó a tipear una respuesta. Ella no era tan buena como Terrence para escribir, pero le agradecía de corazón el pequeño detalle.

"¡Amo cada vez que me escribes! Siempre haces que mi corazón lata de manera desenfrenada. Cada noche sueño contigo, bebé. Mis brazos anhelan tu cuerpo y muero lentamente porque no estás junto a mí. ¡Te necesito!"

La chica envió el mensaje y espero la respuesta pero esta ya no llegó. Comprobó la hora, quizá Terrence ya dormía y si no, estaría escribiendo y no se daría cuenta de su mensaje hasta el día siguiente. Noor dejó su celular sobre la mesa de noche y se acurrucó bajo las sábanas para quedarse dormida en cuestión de minutos.

Noor despertó asustada y se incorporó rápidamente sobre la cama. Cerró los ojos al notar que la habitación daba vueltas y vueltas. ¡Alguien le estaba llamando! El teléfono vibraba sobre el buró y se había recorrido un par de centímetros, quedando peligrosamente en la orilla. Noor lo tomó y sin siquiera distinguir el nombre de la persona que le llamaba, respondió lanzando un gran bostezo.

-¡Hola! Buenas noches.

-¡Noor! ¡Noor! – Gritó Terrence del otro lado de la línea - ¿Estás bien? ¿Estás en casa ahora? ¿No te ha sucedido nada fuera de lo común? – Preguntó con insistencia.

Noor terminó de despertarse al escuchar la voz de Terrence. Había una nota de preocupación y desesperación en su voz. De hecho, su respiración estaba agitada y podía darse cuenta que andaba de un lado a otro en su alcoba. Definitivamente algo no andaba bien con él.

-¡Estoy bien, bebé! – Suspiró la chica intentando mantener la calma – Pero dime, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás tan alterado!

-Regresaron – Gimió Terry - ¡Las malditas pesadillas regresaron! – Sollozó - ¡Maldita sea! Estoy preocupado por ti.

-¡No te alteres! – Respondió Noor - ¡Yo me encuentro bien! Sólo estoy cansada pues han comenzado los ensayos con el ballet y estos han sido muy intensos, ¡pero nada a lo que no esté acostumbrada! – Suspiró – Quién me preocupa eres tú, ¿qué soñaste? ¿Qué fue lo que te puso así? Alterado y abrumado.

-¡Fue algo horrible! – Murmuró Terry y se sentó sobre la cama – Fue mi sueño recurrente, camino entre las ruinas de una ciudad, me encuentro con un niño, lo ayudo y trato de ponerlo a salvo, pero aparecen ellos y lo matan – Gimió – Fue algo que viví, me tocó presenciar el asesinato de un niño que se negó a ser un kamikaze – Bufó y comenzó a alterarse de nuevo - ¡Le pegaron un maldito tiro en la cabeza! Su sangre salpicó mi rostro, así como restos de su cráneo y ¡yo no pude hacer nada porque me tenían atado!

-¡Tranquilo! – Exclamó Noor poniéndose nerviosa también – Sé que todo esto ha sido muy duro para ti y que yo jamás podría entender una situación como la tuya, ¡pero eso quedó en el pasado, Terrence! Comprendo la gravedad del asunto y lo mucho que te duele y te afecta recordarlo, ¡pero ya no estás ahí, mi amor! – Dijo Noor tratando de tranquilizarlo pues lo escuchaba sollozar y respirar con desesperación – Estás a salvo y jamás volverás a vivir algo así. Estas viviendo una etapa alejado de esa maldad....

-En este nuevo sueño, ¡ese niño eras tú! – Gritó interrumpiéndola – Eras tú a la que le pegaban el tiro en la cabeza – Murmuró lleno de desesperación – Y Wilma tiró del gatillo, ¡ella te mató!

Noor comenzó a temblar al escuchar lo que Terrence estaba diciendo. Ese sueño había sido aterrador. La chica imaginaba lo que pudo haber sentido el hombre al ver la imagen tan viva en su cabeza. Tenía que buscar la forma de tranquilizarlo y hacerle ver que sólo se trataba de un sueño y que ella se encontraba bien y a salvo. En esos momentos deseaba poder estar a su lado para consolarlo y llenarlo de amor. ¡Pero estaba tan lejos!

-¡Ay, pequeño! – Exclamó la chica - Mi vida, ¡quiero que conserves la calma! ¿De acuerdo? – Suspiró Noor – Cierra tus ojos y...

-¡No! ¡No! – Bufó el hombre – No quiero cerrar los ojos, porque si los cierro veo esas imágenes claras y nítidas en mi mente...

-Pero yo quiero que cierres tus hermosos ojos y que traigas a tu mente otras imágenes – Dijo Noor – Piensa que tu y yo estamos juntos... ¿recuerdas lo que hacíamos cuando llovía y no podíamos salir a divertirnos?

-¡Sí! ¿Cómo olvidarlo? – Murmuró Terrence – Nos metíamos a la cama y pasábamos buena parte de la noche dándonos mimos y haciendo el amor.

-¡Era hermoso! – Gimió Noor y rió - ¡Me encantaría estar así ahora! Recostada en la cama con tus brazos alrededor de mi cuerpo, mientras yo beso tu pecho y después te hago cosquillas en el cuello con mi lengua...

-Luego de repartirnos miles de caricias, terminábamos con sexo salvaje debajo de las sábanas – Suspiró Terrence.

-¿Te acuerdas que una vez nos caímos de la cama? – Dijo la chica mientras se echaba a reír a carcajadas.

-¡Eso fue culpa tuya! – Se quejó él y también comenzó a reír con grande carcajadas.

-¿Mi culpa? – Preguntó Noor fingiendo indignación - ¡Eso fue culpa suya, señor Terrence! Todo por querer invertir posiciones.

-¡Pero fue increíble Noorie! – Exclamó el hombre sonando un poco más tranquilo – Pese a la caída, ¡lo que hicimos en el piso de la habitación fue maravilloso!

-Siempre que hacemos el amor es maravilloso, Terry Boo – Suspiró Noor y chilló - ¡Quiero estar ahora contigo! Definitivamente tengo que regresar en enero, ¡no sé cómo lo voy a hacer! Pero tengo que estar contigo para enero.

-Por ahora no te preocupes por eso, mi amor – Dijo Terrence y se acomodó sobre la cama, hablar con Noor lo estaba calmando – Vamos a tratar de ajustar nuestras agendas y encontraremos el momento adecuado para estar juntos de nuevo.

-¡Pues yo iré en año nuevo! – Reafirmó Noor - ¡Te lo prometí y voy a cumplir! – Suspiró aliviada al notar que Terrence estaba más tranquilo – Te noto más calmado y menos ansioso – Comentó al escuchar que él se acomodaba sobre la cama.

-Tus charlas me tranquilizan – Respondió él al momento que dejaba escapar un largo suspiro.

-Debes tratar de volver a dormir – Dijo Noor también acomodándose en las almohadas.

-No creo poder hacerlo – Dijo Terry – Pero duerme tú, estás cansada y yo sólo te quito el tiempo.

-¡No me quitas el tiempo, Terrence Worsley! – Bufó la chica – ¡Te amo! Y por tal motivo tengo que escucharte y estar para ti siempre que me necesites... ¡se supone que eres mi novio!

-Lo sé, lo sé – Rió el hombre con suavidad – Eres la novia más bonita del planeta, la más comprensiva, admirable, fantástica, deseable, sexy, encantadora, amorosa, tierna, dulce y perfecta que puede existir en todo el universo y sus alrededores.

-¡Tal cual! – Respondió Noor riendo a carcajadas – Y ahora, señor Worsley. Voy a cantarle una canción para que pueda seguir durmiendo y ya no tenga pesadillas.

Terry suspiró y respondió afirmativamente, se acomodó sobre la cama y guardó silencio para escuchar la voz de Noor que comenzaba a cantar uno de sus temas favoritos de Dermot Kennedy.

"Don't tell me this is all for nothing, I can only tell you one thing, on the nights you feel outnumbered, baby, I'll be out there somewhere... I see everything you can be, I see the beauty that you can't see, on the nights you feel outnumbered, baby, I'll be out there somewhere... I could have showed you all the scars at the start but that was always the most difficult part. See, I'm in love with how your soul's a mix of chaos and art and how you never try to keep 'em apart..."

Poco a poco, los ojos de Terrence comenzaron a cerrarse. La voz de la chica era dulce y muy melodiosa, lo tranquilizaba haciéndolo sentir mejor y en su mente apareció la imagen de Noor. Él la sentía tan cercana que casi podía tocarla, sentir su piel suave y tibia bajo sus palmas, podía ver el rostro de Noor sonriéndole después de enviarle un beso. Tenía que ser fuerte y superar esos miedos si quería verla pronto. Tenía que tratar de evitar las pesadillas, dejar de pensar en lo malo y conectarse solamente con las cosas buenas que le sucedieron en su vida.

Ahora su realidad era otra, estaba a salvo y en un lugar seguro, rodeado de gente que lo amaba y lo apoyaba. Ya no tenía nada a lo que temer, había forjado metas e iba a alcanzarlas, ¡no tenía porque comportarse como un cobarde!

Sin darse cuenta, Terrence se quedó dormido, envuelto en la magia de la hermosa voz de la chica y soñando con ella. Noor dejó de cantar al escuchar los suaves ronquidos de Terrence, ¡ahora estaba tranquilo! Y ella también, lo llamaría temprano al día siguiente para saber cómo estaba, esperaba que sus miedos se calmaran para el bien de él mismo.

= = = = =

Terrence abrió los ojos al escuchar la alarma de su reloj despertador, miró los números rojos en el aparato y se levantó de un salto, ¡eran las diez de la mañana! Se durmió como un tronco después de despertar de esa horrible pesadilla. Sin embargo, no se sentía cansado o alterado, de hecho estaba relajado y con un poco de entusiasmo. Le había servido la charla con Noor para hacer a un lado sus miedos.

La lección de vuelo estaba programada para el medio día y apenas sí tenía tiempo para alistarse y pasar por Walter a la universidad. El hombre se vistió rápidamente y alimentó a Odín y a Woodstock, se sirvió un tazón de avena con manzana y lo comió de pie, se lavó los dientes y dejó los trastos sucios en el fregadero para salir corriendo del departamento y subir al auto.

Walter ya lo esperaba afuera de la facultad de ciencias exactas y le hizo una seña a su amigo, quién se aparcó a medias para que Walter subiera a prisa y se acomodara en el asiento.

-¿Tú llegando tarde? – Preguntó Walter arqueando una ceja – Si eres el demonio de la puntualidad.

-Tuve una mala noche – Bufó Terrence – Pero gracias a un ángel pude dormir tranquilamente.

-¿Y cómo te sientes ahora? – Preguntó Walter un poco preocupado - ¡mira que si no te sientes capaz...!

-¡Me siento bien! – Lo interrumpió Terry – Ayer tuve una pesadilla, pero hablé con Noor y me sentí mucho mejor, pude volver a dormir sin pesadillas y muy relajado. ¡Quiero tomar esa lección! – Se rió el hombre – Siento algunos nervios, ¡pero nada que no pueda controlar!

-Es bueno escucharte hablar así – Comentó Walter quitándose la corbata y desabotonándose la camisa – Porque no quiero que vayas a sufrir una crisis en pleno vuelo y te arrojes por la ventanilla - Gruñó – Ni Lottie ni tus sobrinos me lo perdonarían, ¡mucho menos Noor! Y yo no podría con la culpa y también terminaría suicidándome.

-¡Eres un exagerado, Walt! – Murmuró Terrence con ganas y tomó la desviación hacia un campo en donde se localizaba una pequeña pista de vuelo – Es aquí, Rogers nos está esperando.

-¡Tengo siglos que no veo al "Loco Rogers"! – Sonrió Walter - ¿Cómo está? ¿Lo has visto?

-No vas a creer cómo está ahora – Sonrió Terrence estacionándose y bajando del auto – Voy a reservarme la sorpresa para que tú lo veas con tus propios ojos.

Walter se encogió de hombros y bajó detrás de Terrence, caminando a prisa para seguirle el paso a su amigo. Una avioneta estaba aterrizada en el centro de la pista y detrás del vehículo apareció un hombre pelirrojo, muy alto y de enorme melena rizada que llegaba casi debajo de los hombros. Su barba rojiza casi tocaba su pecho. El sujeto vestía pantalones de camuflaje desgarrados, botas militares, camiseta negra con el logo de "OVERKILL" y un chaleco de mezclilla tapizado de parches de la Trinidad europea del Thash Metal y también de la Bay Area. Para rematar, el hombre llevaba muñequeras de cuero negro llenas de estoperoles y picos.

-¿Ese es Rogers ahora? – Preguntó Walter sin salir de su asombro - ¿Dónde está el hombre de uniforme de la fuerza aérea, pelo súper recortado y sin barba en la cara? – Exclamó llevando sus manos a la boca - ¡Este parece un pordiosero!

-Creo que el teniente Rogers está en el mismo lugar dónde se encuentran el teniente coronel Cox y el coronel Worsley – Dijo Terrence avanzando con los brazos abiertos para estrechar a Rogers, que los llamaba a grandes voces mientras avanzaba también con los brazos abiertos.

-¡En el olvido! – Bufó Walter y también abrió los brazos - ¡Dominic Rogers! – Gritó - ¡Tanto tiempo!

-¡Worsley y Cox! – Dijo Rogers – Qué gusto me da verlos otra vez, juntos, como siempre – Sonrió - ¿Por fin han decidido vivir juntos como la pareja que siempre fueron?

-No en realidad – Rió Terrence – Él aún se niega a dejar a mi hermana.

Walter se echó a reír y abrazó a Dominic. Los tres habían sido muy buenos amigos durante sus años de servicio en el ejército británico. Dominic Rogers era piloto de la real fuerza aérea, mientras que Walter y Terrence formaban parte de la infantería.

-Estoy feliz de verlos de nuevo – exclamó Dominic separándose de Cox para recibir con un fuerte abrazo a Terrence – Creo que esta será una grata experiencia. – murmuró el hombre - ¿Estás listo para subir a mi nave? – preguntó Rogers a Terrence que lanzó un suspiro.

-Más que listo – respondió Worsley – Estaba deseando que llegara este día.

-Hace dos días solicitaste la prueba de vuelo, Worsley. – río Dominic y les hizo una seña para que lo siguieran – Sé que ambos pasaron duros momentos en Siria y que no ha sido fácil para ustedes hacer cosas que antes eran comunes para ambos. – exclamó – Están a tiempo de arrepentirse.

-Yo quiero hacerlo – exclamó Terrence y levantó los brazos – Sé que a cada momento que me subo a un avión entro en un estado de pánico, pero deseo que esta vez sea diferente. – dijo el hombre y apretó el hombro de Rogers – Sé que podré superarlo.

-¡Así se habla, amigo! – respondió Rogers y miró a Walter - ¿Y qué me dices tú, Cox?

-Yo no tengo problemas con los vuelos – dijo Walter y miró a Terrence – El año pasado pude viajar de Londres a México. Tenía que asistir a un simposio y de alguna manera debía vencer el miedo a subirme a un avión lleno de gente.

-Lo que me aterraba eran los espacios cerrados y llenos de personas – exclamó Worsley – Pero poco a poco pude superar el subirme a un tren y poder viajar de una ciudad a otra, así como conducir mi auto por la ciudad y los alrededores. – dijo y se mordió el labio – Ahora lo único que me falta es vencer el miedo de subir a un avión, si logro superarlo, será fácil para mí tomar vacaciones en un crucero.

-Perfecto – murmuró el piloto – Me gusta la actitud de Terrence y estoy seguro que logrará superar el miedo de subir a un avión. – exclamó – Daremos una vuelta por la ciudad, la prueba dura aproximadamente un par de horas. – dijo y miró a Terrence – Si te sientes abrumado o con miedo, sólo dímelo que yo pediré permiso para que nos permitan aterrizar en algún lugar, ¿de acuerdo?

-Gracias hermano – murmuró Terrence y abrazó a Rogers.

Un momento después se separaron y el piloto caminó a grandes zancadas seguido de Terrence y Walter. Los tres se detuvieron en un pequeño hangar, Terry lanzó un silbido al ver el hermoso vehículo que estaba frente a sus ojos. Era un piston ejecutivo Piper Saratoga, con capacidad para 3 o 4 pasajeros.

-¡Es mi favorito! – murmuró Dominic y subió al piston seguido de Terrence y Walter que se acomodaron en un par de asientos. Rogers los miró y exclamó - ¿Alguno quiere tomar clases de vuelo?

-No el día de hoy – respondió Walter – Te lo agradezco.

-Otro día será – murmuró Terrence y cruzó los brazos – Necesito saber si soy capaz de soportar un vuelo de dos horas – dijo con una gran sonrisa – Si logro superarlo me inscribiré a tu curso de aviación.

-¡Genial! – dijo Dominic y tomó su lugar, preparándose para emprender el vuelo – Abróchense sus cinturones que en unos minutos vamos a despegar.

Terrence y Walter obedecieron las órdenes del piloto y en cuestión de minutos el piston se echó a andar. Lentamente se fue elevando hasta alcanzar una altura considerable. Terry sintió como su corazón comenzaba a latir con rapidez. Respiró profundo y cerró los ojos, no debía dejar que el miedo se apoderara de él. El vehículo continuó elevándose por los aires hasta alcanzar la altura máxima. Terrence continuaba respirando con dificultad y su corazón parecía que iba a salir de su pecho. ¡Algo no estaba bien!

Walter miró a su cuñado y notó que se encontraba intranquilo. Lo tomó de la mano tratando de tranquilizarlo. ¡Todo estaba bien!

-Tranquilo, Terrence. – exclamó Walt – No pasará nada, Dominic es un magnífico piloto.

-¡Ay mamacita! – murmuró Terrence haciendo una mueca - ¡Ay mamacita! – gimió y lanzó una carcajada nerviosa - ¡Qué el cielo nos ampare! – Exclamó y cerró los ojos - ¡Ave María Purísima! – Dijo santiguándose.

-¡Amén! – Murmuró Dominic y de pronto, los tres echaron a reír a carcajadas - ¡Pensé que eras ateo, Worsley!

-Nada más creo en el infierno – Bufó Terry apretando sus piernas con ambas manos mientras abría un ojo.

-Sólo relájate y respira profundo, ¿de acuerdo? – Dijo Dominic intentando que Terrence guardara la compostura - ¡Todo está bien! Conserva la calma y disfruta del viaje.

-¡Piensa en Noor! – Intervino Walter palmeándole la espalda – Y seguro se te pasará la ansiedad.

-Noor no es un salvavidas – Balbuceó Terrence abriendo los ojos de golpe - ¡Uff! Está muy alto – Gimió al mirar las nubes tan cerca de ellos – Muy bonito el panorama, pero muy peligroso – Dijo al momento que volvía a cerrar los ojos.

-Si te sientes mal puedo detenerme y regresar. Podemos dejarlo para otra día – Comentó Rogers – No lo vas a superar de un día para otro, es muy comprensible.

-No, no – Suspiró lentamente el hombre – Está bien, voy a tratar de calmarme y a confiar en las capacidades del teniente.

-¡Estarás bien, Terry! - Exclamó Rogers y miró a Walt – Por cierto, ¿quién es Noor?

-¡La novia de Terrence! – Sonrió Walter – Ella vive en nueva York y por eso Terrence quiere viajar.

-Además, me ofrecieron trabajo en Hollywood – Bufó Terry – No voy a desaprovechar esas oportunidades sólo porque me aterra subirme a un puto avión – Gritó.

-¡Esas son buenas noticias! – Respondió Rogers – ¡Muchas felicidades, Terrence! – Sonrió – Te aconsejo que pienses en todas esas oportunidades que te vas a perder si mantienes el miedo latente.

-Eso es lo que no quiero, ¡perderme de vivir! – Exclamó y abrió los ojos - ¡Puedo hacerlo, puedo hacerlo!

-¡Tú puedes, Terrence! – Dijo su cuñado – Eres muy valiente, por lo general no le tienes miedo a nada – Murmuró tratando de animarlo.

-Vale, ¡yo puedo! – Murmuró Worsley – Gracias a los dos por estar aquí conmigo.

Terry le echó un ojo al cielo de esa tarde. Se veía hermoso, lleno de luz y vida. Pensó que lo mejor sería sentirse así como el cielo, lleno de vida, sin miedo a nada. Volvió a suspirar y aflojó los brazos. Debía mantener la calma, ¡total! Ya estaba arriba y sería difícil que pudieran aterrizar en esos momentos.

-¿Quieren escuchar un poco de música? – preguntó Dominic al ver el semblante de Worsley, parecía más tranquilo – Quizá un poco de thrash ayude a Terry a relajarse.

-¡Anda! – respondió Terrence – Pon lo que se te dé la gana, lo único que yo quiero es sentirme liberado.

-¡No se diga más! –exclamó Rogers y buscó un tema en su reproductor. 

-¿Piensas que Kreator lo ayudará a relajarse? – preguntó Walter y arqueó las cejas al escuchar la melodía. Sin poder evitarlo, Walt comenzó a mover su cabeza al ritmo de la canción.

-Lo ayudará a más que eso – respondió el "Loco Rogers" al momento de hacer una maniobra con su nave.

Terrence lanzó un "Wow" y su amigo continuó haciendo piruetas en el aire. En verdad Rogers estaba completamente loco. Sin embargo, esas piruetas lo hacían sentirse más relajado, el piloto tenía control de la nave y pensar en ello le daba mayor seguridad. Además esa sensación de náuseas que tenía a la hora del despegue se estaba disipando. Decidió concentrarse en la música y en el hermoso panorama que estaba frente a sus ojos. Suspiró y esbozó una sonrisa, no iba a perderse la oportunidad de capturar el momento así que tomó su móvil para tomar algunas fotografías del cielo de esa tarde y un par de vídeos dentro de la cabina.

Casi al final del trayecto, Terry estaba más tranquilo, incluso disfrutó del viaje. Necesitaba otro par de sesiones para sentirse más seguro y cómodo. Para ser la primera vez, no había estado tan mal. Walter lo miró y se dio cuenta que su cuñado había podido controlar su miedo, a pesar de lo chusco del viaje y de las locuras de Rogers.

A la hora del descenso para aterrizar, Terry volvió a experimentar esa sensación de vértigo y un sudor frío, pero el sentimiento duró muy poco, comparado con la ansiedad del inicio del vuelo. ¡El viaje había terminado! Descendieron del avión y se despidieron de Rogers, a quién ya lo estaba esperando uno de sus alumnos.

-¡Fue un gusto, chicos! – Exclamó Dominic – Los espero mañana por la mañana, a eso de las seis.

-¡Yo no podré! – Murmuró Walter – Lo lamento mucho.

-Entonces, ¿qué tal el fin de semana? – Exclamó Rogers – Así podremos hablar los tres después de la sesión y almorzamos juntos, ¡pero a Worsley lo espero aquí! Mañana a las seis.

-¡No te fallaré! – Sonrió Terry – Ha sido todo un placer – Murmuró y abrazó al hombre.

Walter también se despidió del piloto con un fuerte abrazo y se echó a andar junto a Terrence hasta salir de la pista. Terry estaba pensativo y algo callado, Walt no quiso romper el silencio tranquilizante que los envolvía, pero el sonido del timbre del teléfono de Worsley acabó con la tranquilidad del momento.

-Debe ser Noor – Comentó Terry – Prometió llamarme apenas se levantara y a veces se levanta tarde – Rió el hombre y miró la pantalla de su móvil.

Walter no pasó por alto la expresión de decepción y disgusto de su amigo, estaba más que claro que no se trataba de Noor.

-¿Ahora qué quieres, Wilma? – Respondió Terrence con fastidio – Perdón, ¿qué se te ofrece? ¿Cómo has estado? - Corrigió el hombre al escuchar el chillido de reproche de la mujer.

-Con que tomando clases de vuelo, ¿no es así Worsley?

-¡Me sorprende tu repentino interés! – Comentó el hombre con sarcasmo

-Activé las notificaciones en mi teléfono – Rió Wilma – Quiero estar al tanto de tu vida y no deseo perderme de nada de lo que hagas – Siguió riendo – Como ahora tu vida es pública, me parece divertido mirar tus estupideces, ¡ahora te comportas como un adolescente!

– No creí que mi vida se convirtiera en tu interés favorito – Murmuró Terrence - ¡Qué bajo has caído Wilma! Creo que el papel de stalker no va contigo. ¿No se supone que eres una dama? No una chismosa, y reitero que mi vida privada no es asunto tuyo.

-¿Ya lograste superar el miedo de subir a un avión, Terry?

-Es parte de mi terapia – Murmuró el hombre – Creo que ya te lo dije, regresé a la terapia. Quiero hacer algunos cambios en mi vida y entre esos cambios, ¡de una vez te aviso! Quiero deshacerme de ti.

-¡Eres un...!

-Seré lo que quieras, me tiene sin cuidado conocer tus opiniones, ¡ya no me interesas, Wilma! – Gruñó con molestia – Me desesperas, ¡estás enferma! ¿Por qué no le haces la vida imposible a alguien más? ¡Conmigo no vas a poder, Wilma!

-¡Desgraciado! – Bufó la mujer – Pero te advierto que no vas a deshacerte de mí tan fácilmente...

-¡Otra vez la mula al trigo! – Se rió Terrence - ¡Ya Wilma! Apréndete otra frase – Exclamó antes de finalizar la llamada.

Terrence apretó los puños, cerró los ojos y lanzó un par de improperios y maldiciones en contra de la madre, el padre y toda la ascendencia de Wilma. Además pateó el pisó y gritó con fuerza. Walter lo observaba entre divertido y sorprendido, ¡ahora comprendía de dónde habían sacado su hijos esas rabietas! Los Worsley eran de carácter muy temperamental y explotaban a la menor provocación.

-¿Te llamó la arpía?

-Perra desgraciada, ojalá se pudra – Murmuró Terrence y guardó la calma – Mejor vámonos.

-Sí, porque ya tengo hambre y ¡debo llamar a Lottie! Va a matarme – Sonrió Walter mientras Terrence lanzaba una sonora carcajada.

= = = = =

¡Pobre Terrence! Por un lado quiere cambiar para bien propio y por otro siguen atormentándolo las pesadillas. Afortunadamente tiene a Noor, y aunque ella esté lejos siempre será su faro a mitad de la tormenta.
Y para rematar, está Wilma que no quita el dedo del renglón.
¿Qué les pareció el capítulo? No olviden dejar sus comentarios y muchas gracias, muchas, muchas gracias por leer.
Maria Decapitated

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