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PARTE 18 - CAN'T SMILE WITHOUT YOU

Gavin estaba sentado en la sala de su departamento en Nueva York. Había encendido el televisor para mirar una serie que le había recomendado una de sus compañeras de trabajo. Sin embargo, el aparato estaba como loco sin que él prestara la más mínima atención a lo que ahí sucedía. Gavin prefería mirar su móvil y entretenerse con las publicaciones de Facebook de sus amigos, respondiendo mensajes de texto o mirando fotos en Instagram.

De pronto, su teléfono vibró con la notificación de una actualización de Instagram.

"@NoorK acaba de publicar una nueva foto"

Gavin leyó el texto en la pantalla e inmediatamente deslizó su dedo sobre la notificación para eliminarla, tal y como lo había hecho con todos los avisos de las publicaciones de Noor. ¿Para qué perder el tiempo viendo tonterías? Ya se imaginaba lo que ella estaría subiendo a esa red social, puras fotos de su cara o de los lugares que visitaba, en donde lógicamente, ella sería el primer plano. ¡A esa rubia le encantaba ser el centro de atención!

El castaño bloqueó su móvil y decidió fijar su mirada en la pantalla del televisor. Arqueó la ceja y se rió, el tonto programa acababa de terminar y él ni se había enterado de lo sucedido en el primer capítulo. Buscaría una reseña en internet para leer y si su compañera le preguntaba, al menos podía responderle con coherencia.

Tomó el mando a distancia para cambiar de canal y buscó entre el montón de programas que aparecían cada vez que el apretaba un botón, el que pudiera ser de su interés o llamara su atención. Se detuvo en un programa de dibujos animados y lanzó una fuerte carcajada al ver la escena. Le encantaba el programa de Garfield y sus amigos.

Gavin siguió con la mirada fija en el programa y de cuando en cuando, lanzaba fuertes carcajadas. Los dibujos animados estaban a punto de terminar y el hombre lanzó una maldición al escuchar el sonido de su móvil.

-¡Jamás me dejan ver un programa con tranquilidad! – se quejó Gavin y miró la pantalla de su teléfono celular – Sólo llama para importunarme – exclamó al leer el nombre de Norman, uno de sus mejores amigos - ¿Qué es lo que quieres? – gruñó Gavin al momento que respondía la llamada.

-Un "hola" para saludar al menos – respondió Norman - ¿Ya viste la foto que acaba de publicar tu noviecita en Instagram?

-¡No! – bufó Gavin – No me interesa nada de lo que esa rubia presumida y tonta publique en esa red social. ¡Ya estoy harto de ella!

-Hasta dónde yo sé, aún deseas conservarla como novia. – exclamó su amigo – Deberías mandarla al demonio de una vez por todas. – murmuró – Pero no llamé para hablar de tu relación amorosa en general, sino para que entres a Instagram y veas lo que Noor acaba de publicar ahí. – dijo Norman - ¿Acaso no has visto todo lo que ha compartido durante su estancia en Londres?

-¡No he visto nada! – gritó Gavin – Ya te lo dije, no me interesa lo que Noor comparta en Instagram, Facebook u otras redes sociales.

-Bueno - Suspiró Norman antes de cambiar su tono por uno más mordaz - ¿Ni siquiera una infidelidad? - Preguntó el chico - Porque por lo que yo pude ver en cada una de sus publicaciones, ella está muy bien acompañada de un hombre... un hombre maduro, de barba cerrada y canas, además de que el hombre es muy bien parecido - Dijo mientras se echaba a reír - ¡Es mucho más guapo que tú!

-¡Mentira! - Bufó Gavin lleno de furia - No, no, no - Gritó - Noor no me puede ser infiel. ¡Yo le soy infiel! - Murmuró con cinismo - Pero ella me ama, me idolatra. Sería incapaz de ponerme los cuernos, ¡la tengo comiendo de mi mano! - Suspiró Gavin - Ante el mundo, ella es la novia perfecta y por el momento me conviene mantenerla a mí lado...

-¡Si, si! - Dijo Norman en tono de fastidio - Porque tu papá, quién es tu agente, así te lo ha sugerido - Volvió a reír - No obstante, en sus fotografías de sus vacaciones en el Reino Unido, yo vi otras cosas. Esas muestras de afecto no son solo de amigos - Continuó - Y aunque el fulano únicamente comenta con emojis y palabras clave. ¡No lo sé! Me hacen dudar de la devoción de Noor hacia ti.... - Exclamó, pero añadió de inmediato, interrumpiendo los balbuceos de Gavin - Aunque lo tienes merecido, querido amigo...

-¡No jodas Norman! - Protestó - ¿Cómo que me lo merezco? ¿Por qué? Que yo sepa no he hecho nada malo...

-¿Cogerte a tu coprotagonista no es nada malo? ¿Revolcarte con una de las compañeras del ballet al que pertenece Noor no es nada malo? ¿Amenazar a la influencer Rosemary Kavanagh no es malo?

Gavin comenzó a lanzar grandes carcajadas, burlándose de todas sus fechorías. Para él, Noor solo era como una especie de trofeo para presumir delante de sus amigos. Por supuesto que no podía ufanarse de haber conquistado a una actriz emergente, porque daba la casualidad que esa joven ya tenía un esposo y respecto a la compañera de Noor, ella se había mudado a Chicago en busca de una nueva oportunidad. Sobre Rosemary, ese había sido un descuido de su parte, pero esa mujer se las arreglaba para estar en el mismo sitio que él y en el peor de los momentos. Aunque a decir verdad, Rosemary se portaba muy discreta, ya que nunca reveló nada a Noor, quién seguía pensando que él era el mejor novio del mundo.

-¡Déjame en paz! - gritó Gavin - Sólo llamas para decir estupideces. Si se me da la gana, veré el maldito perfil de Noor. - Dijo y colgó.

El hombre se quedó pensativo por unos minutos, Norman en ocasiones era muy exagerado y por eso dudaba de lo que le había revelado. Pero... ¿si Norman estuviera diciendo la verdad? Rápidamente abrió la aplicación de Instagram y buscó el perfil de Noor. La chica había publicado montones de fotos y videos de su estancia en Londres.

Gavin abrió la última fotografía publicada y observó con atención. Eran cinco fotografías y un par de videos. Estudió detenidamente cada uno de ellos y frunció el ceño. ¡Lo que Norman le había dicho era verdad! Noor se encontraba junto a un hombre de unos cuarenta años, de barba cerrada y mirada seria. El tipo la sujetaba fuertemente de la cintura y ella se aferraba a su cuello. ¿Quién era ese hombre? Se preguntó Gavin mientras miraba con atención la segunda fotografía, en ella Noor y ese sujeto estaban abrazados. Sus bocas estaban unidas en un beso, ¡no podía ser posible!

Miró el resto de las fotos y videos de la publicación y arrojó el celular sobre el sillón. ¡Norman no había mentido! Noor había sido infiel durante sus vacaciones en Londres y lo peor de todo era que lo había engañado con un hombre mayor y experimentado. Con un viejo que podía ser su padre. ¡Noor no podía hacerle eso! Se suponía que era su novia y que lo amaba incondicionalmente...

Gavin se puso de pie y comenzó a caminar en círculos por la habitación. Norman le recalcó que él era el culpable de que Noor le pintara los cuernos ya que últimamente no se había portado del todo bien con ella. El chico bufó y se pasó las manos por la cabeza pensando en esas palabras. ¡Era posible que fueran ciertas! Durante las vacaciones de Noor, ¿cuántas veces la llamó? ¡Sólo una! Ni siquiera se tomó la molestia de responder a todos sus mensajes porque él estaba pasándola de lo lindo con su nueva conquista.

¡Tenía que hacer algo para reconquistar a Noor! No podía darse el lujo de perderla, no ahora que su carrera estaba en ascenso y que necesitaba de una cara bonita para presumir. ¡La llamaría! Y por lo que había visto en sus fotografías de Instagram, ella regresaba ese día a Nueva York. Se portaría como todo un galán y la haría olvidarse de ese viejo horrible. Porque, ¡no podía cambiarlo por un viejo! Él era joven, guapo, con una prometedora carrera en ascenso, ¿qué podía darle ese hombre a Noor que él mismo no podía? ¿Acaso Noor estaba con ese sujeto por dinero? ¡Por supuesto! ¿Por qué más? Quizá Noor se había buscado un "patrocinador" para darse algunos lujos que, en ocasiones no era capaz de darse.

El muchacho cogió su teléfono y buscó el número de Noor en la agenda, marcó y esperó a que ella tomara la llamada.

= = = = =

Noor dejó escapar un hondo suspiro y busco su asiento. Le dolía la cabeza y le ardían los ojos de tanto llorar. Realmente se sentía muy mal, esa despedida la había dejado con los ánimos hasta el suelo. Se sentó junto a una mujer madura y se concentró en su teléfono. Hizo una fotografía del avión y la subió a sus redes sociales para anunciar que en unas horas estaría de regreso en Nueva York.

La chica cerró los ojos, recostándose en el asiento y recordando todo lo acontecido durante sus vacaciones. ¡No quería dejar Londres! Ahora más que nunca, ese sitio se mantendría por siempre en su memoria y sería una de sus ciudades predilectas de todos los tiempos. Volvió a abrir los ojos y sonrió al ver un mensaje de Terrence en la pantalla de su teléfono.

"No importa la distancia que nos separe, lo que nos une prevalecerá. Se quedan conmigo tus besos, tus caricias y tus abrazos. También tus risas y tus confidencias. Se quedará también en mi memoria el olor de tu pelo, el sabor de tu piel y el sonido de tu voz. Todo eso lo conservaré para guardarlo como un tesoro bien dentro de mi corazón.
Esto no es un adiós, querida, es un gracias. Gracias por llegar a mi vida y traerme tanta alegría. Me has cambiado para siempre, algunos de los momentos más bonitos de mi vida los he pasado a tu lado, y eso nunca lo olvidaré.
No me da miedo la soledad, temo la crueldad de mis propios pensamientos, a lo que pueda pasar conmigo ahora que ya no estarás junto a mí. Sin embargo, me consuela saber que el dolor de nuestra separación no es nada comparado con la alegría de reunirnos de nuevo.
Te amo..."

Noor dejó escapar un chillido y besó la pantalla de su teléfono mientras volvía a derramar algunas lágrimas. Las palabras de Terrence eran tan hermosas y calaban en lo más hondo de su corazón. Inmediatamente, la rubia tecleó la respuesta a ese hermoso mensaje, agradeciendo esas bellas palabras y recordándole a Terrence lo mucho que lo amaba y por supuesto, haciendo hincapié en que regresaría a su lado en la primera oportunidad que se le presentara.

También aprovechó para enviar un mensaje de texto a sus padres y a su hermana Rosemary. Miró su reloj y volvió a suspirar. Ya casi era hora de que el avión despegara, faltaban unos pocos minutos, cuando de pronto, su móvil vibró y ella pegó un salto. Miró la pantalla, dándose cuenta que era Gavin quien llamaba.

-¿Hola? – Exclamó la joven - ¿Qué sucede, Gavin?

-¡Hola preciosa rubiecita! – saludó el hombre - ¿Cómo estás? – preguntó con interés – He visto a través de Instagram que regresas a Nueva York esta tarde, ¿es cierto?

-Estoy bien, Gavin. – respondió Noor de manera seca – Es cierto, en pocos minutos el avión despegará para volar hasta Nueva York. – dijo la chica y lanzó un suspiro - ¡Ha sido un mes maravilloso!

-Me lo imagino – murmuró Gavin – Estoy ansioso por verte y ¿sabes? Iré a recogerte al aeropuerto. – dijo el hombre y en el rostro de Noor se dibujó una mueca de disgusto – Tengo muchos deseos de estrecharte entre mis brazos y comerte a besos, nenita. Te extraño demasiado, ¿tú me extrañaste?

Noor rodó los ojos, ¿a qué estaba jugando Gavin? Durante todo ese mes ni siquiera se había tomado la molestia de responder a sus mensajes. Ella se cansó de escribirle y de intentar llamarlo. Después se olvidó de Gavin por completo, ni siquiera recordaba su existencia, ni su nombre. ¡Nada de nada! Y ahora aparecía diciéndole amor, nenita y todas esas cursilerías. ¡Era el colmo! Y por supuesto, ella no lo había extrañado ni un segundo.

-¡Oh si, por supuesto! – dijo Noor de manera vaga - ¿Estás en Nueva York, Gav?

-¡Sí! – respondió él – Estaré unos días ahí y me encantaría pasarlos a tu lado. – dijo Gavin - ¡Hay tanto que quiero contarte! Y tanto que quiero saber de ti y de tus vacaciones en Londres.

-A mí también me gustaría hablar contigo, Gavin. – exclamó Noor – Es importante que hablemos. – dijo la chica – Nos vemos en aproximadamente siete horas, debo colgar. – murmuró – El avión está a punto de despegar y me exigen apagar el móvil, adiós Gavin. – finalizó Noor y apagó su celular.

Gavin colgó y frunció el ceño. Noor sonaba extraña, como molesta con él. Al parecer, su llamada no había sido grata para la chica y sus últimas palabras lo habían dejado con algunas dudas. Ella quería hablar muy seriamente con él, ¿acaso estaría dispuesta a terminar su relación? ¡Él no lo iba a permitir! No se lo iba a poner tan fácil.

= = = = =

Noor tomó su celular, ni siquiera lo había apagado sólo lo había dejado en modo avión. La chica se recostó en el asiento y se colocó los audífonos mientras buscaba un tema en la playlist que Terrence había creado sólo para ella, con todas las canciones que él le había dedicado, se decidió por el tema "Can't Smile Without you" de Barry Manilow y se dejó llevar por la melodía.

"You know I can't smile without you. I can't smile without you, I can't laugh and I can't sing, I'm finding it hard to do anything. You see I feel sad when you're sad, I feel glad when you're glad. If you only knew what I'm going through, I just can't smile without you... You came along just like a song and brighten my day. Who would have believed that you where part of a dream, now it all seems light years away..."

La chica tarareaba por lo bajo, buscando en su mochila el libro de su abuela. Comenzó a entrar en pánico cuando descubrió que no podía encontrarlo. Con desesperación buscó por todas partes, sacando el contenido de la bolsa.

-¡Ay no! – Gimió con tristeza - ¡Mi libro!

Apretó los labios tratando de recordar en dónde lo puso, cuando la luz iluminó sus pensamientos. ¡Terrence lo había guardado en un cajón! Supuestamente porque lo llevarían a restaurar, cosa que nunca hicieron, porque pasaban el tiempo haciendo otras cosas que pensando en libros viejos que necesitaban ser reparados. Estuvo tentada a enviarle un texto, pero cambió de opinión. ¡Lo haría después! Por el momento, cerraría los ojos y dormiría una siesta. El avión había despegado y se alejaba de Londres a toda velocidad.

Noor durmió un par de horas y al despertar, decidió charlar con la mujer que estaba sentada junto a ella. La señora había terminado de leer el libro que llevaba en sus manos y comenzó a tejer una chaqueta de punto para un bebé. Noor la observó con curiosidad y la señora le sonrió.

-¿Es para su bebé? – Preguntó la chica con una enorme sonrisa.

-Para mi nieto – Sonrió la mujer – Viajo a Nueva York porque él nacerá en un par de días. Mi hijo está muy nervioso y me ha pedido que lo acompañe.

-¡Qué hermoso! – Exclamó Noor contemplando la pequeña chaqueta – Pero ¿es muy complicado? – Preguntó ella refiriéndose al tejido.

La señora negó con la cabeza y de su bolsa sacó un par de palitos y una bola de estambre, mientras trataba de enseñarle lo más básico a Noor, quién en minutos, ya se encontraba tejiendo y charlando animadamente con la mujer.

-¿Vas de vacaciones a Nueva York? – Preguntó la mujer.

-¡No! – Suspiró la chica – Estoy volviendo de mis vacaciones – Dijo con tristeza – Pero este regreso me duele. No quería dejar Londres.

-¿No querías dejar la ciudad o no querías dejar al amor?

-¡No quería dejar al amor! – Gimió Noorie – Terrence es maravilloso, es único, es perfecto... ¡es un sueño hecho realidad!

-Así que se llama Terrence, ¿eh? – Sonrió la mujer – Se nota que estás muy enamorada, niña. ¿Volverán a verse?

-Quizá a principios del año entrante – Murmuró Noor con algo de duda – Es un poco complicado, pero trataré de arreglar mis asuntos y de regresar a su lado.

-¡Pues te deseo suerte! – Murmuró la mujer – Y mis mejores deseos para ti y tu chico Terrence.

-¡Gracias! – sonrió Noor y continuó tejiendo.

La conversación de ambas mujeres dio un giro y se concentraron en hablar de tejidos y crochet. Noor aprendió algunos trucos y escuchó con atención los consejos de esa amable señora. La mujer también le preguntó a cerca de los lugares que pudiera visitar en Nueva York durante los tres meses que estaría en la ciudad. La chica le diseñó un itinerario con algunos lugares que a ella le parecían de interés. Incluso le dejó su número de teléfono para que la señora la llamara si tenía alguna duda o sólo para charlar. Noor no se percató del paso del tiempo, hasta que escuchó que era momento de prepararse para el aterrizaje.

La rubia descendió del avión y se despidió de la señora con un beso y un abrazo, deseándoles lo mejor a su familia y al pequeño niño que estaba por nacer. Noor caminó a paso veloz para recoger su equipaje y finalmente salir a la sala de espera, deseando esta vez que a Gavin se le hubiese olvidado ir a recogerla, pero no fue así. El chico se encontraba en la sala de espera llamándola a grandes voces y haciendo señas con sus manos.

-¡Noor, Noor! – gritó Gavin y caminó a grandes zancadas hasta la chica - ¡Mi amor! – dijo y abrió los brazos para envolver a Noor en ellos - ¡Te extrañé mucho, chiquita!

Gavin la llenó de besos que a Noor le supieron a pura hipocresía. Ella sólo le dio un abrazo desabrido y un beso en la frente. Lamentaba que Rosemary no se encontrara en la ciudad, pues su hermana hubiera ido a recogerla al aeropuerto y no se hubiera topado con Gavin en ese momento. No deseaba tener contacto con él, Noor sentía que le estaba siendo infiel a Terrence y esa sensación no le agradaba.

-Gracias por venir por mí, Gavin. – exclamó Noor separándose de él – También me da gusto verte.

-Hemos estado separados por más de un mes, cariño. – respondió Gav con una enorme sonrisa – Y pienso compensártelo – murmuró – Me he sentido tan solo en todo este tiempo, ¡me haces falta, nena!

¿Qué estaba diciendo Gavin? ¿Acaso no estaba bien de la cabeza? En los últimos meses. Gavin se había portado de una manera cortante y distante, le respondía de manera grosera o simplemente la ignoraba. Parecía que ya no le interesaba mantener la relación, pero ella se había empeñado en tratar de que todo funcionara como en antaño. ¡Ahora se había cansado! Estar alejada de Gavin y conocer a Terrence, le había ayudado a pensar con mayor claridad y a darse cuenta que ella jamás fue prioridad para su novio. Ni siquiera fue parte importante de su vida y ahora parecía que Gavin se empeñaba en salvar su relación, ¿con qué objeto? Su amor estaba más muerto que el mar muerto, ¡ya no tenía salvación!

-¿No vas a decirme nada, Noor? – preguntó Gavin al notar que Noor no había respondido a ninguna de sus preguntas y se encontraba con el ceño fruncido y a miles de kilómetros de distancia - ¿No me extrañaste un poco?

-¡Claro, claro! – murmuró la joven – Te extrañé, si. – exclamó – Por supuesto. – dijo y le dedicó una sonrisa – Pero estoy cansada y quiero ir a casa a descansar.

-Me parece una muy buena idea – dijo Gavin y se mordió el labio – Vamos a tu casa, te doy un masaje y... - no terminó la frase, simplemente apretó a Noor contra su cuerpo y le besó el cuello - ¿No se te antoja?

-¡No, no quiero sexo! – bufó Noor - ¡Ya te lo dije! Estoy cansada y quiero dormir.

-Pero cariño, ¡estuvimos en abstinencia un mes! – protestó Gavin - ¡Te amo! Te deseo y sé que tú también, ¿por qué te niegas, Noor?

-Estoy cansada, Gavin. – murmuró la chica - ¿Qué no lo entiendes? Llévame a casa o ¡mejor tomaré un taxi! – dijo mientras tomaba todas sus maletas y caminaba a paso veloz hasta la salida para buscar un transporte.

Gavin la siguió a toda prisa. ¡No podía creerlo! Noor se estaba negando a todo y se comportaba de una manera muy extraña. Ni siquiera sus muestras de afecto y sus palabras llenas de cariño surtieron efecto en ella. El chico caminó más aprisa y le dio alcance, sujetándola del brazo.

-Es por culpa de ese tipo, ¿no es así? – Preguntó Gavin sin poder contenerse.

Noor se dio la vuelta y se puso tensa mientras lo miraba con curiosidad, cómo si no supiera de lo qué estaba hablando. La chica frunció el seño, dejando escapar un hondo suspiro. Trató de relajarse y cruzó lo brazos.

-¿De qué demonios estás hablando? – Preguntó fingiendo demencia - ¿Cuál tipo? Realmente no te entiendo, Gavin.

-Por favor, Noor – Exclamó Gavin – No trates de hacerte la que no sabes, ¡vi las fotografías en Instagram! – Bufó molesto - ¿O quieres que te las muestre para refrescarte la memoria? – Preguntó mientras buscaba su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

-Si hablas de Terrence – Suspiró Noor – Él es un gran amigo mío – Dijo tratando de ocultar la emoción en su voz y suprimiendo las ganas de gritarle a Gavin que amaba a Terrence y que él podía irse mucho al diablo – Lo conocí a mi llegada a Londres, él fue como un ángel, ¡alguien que salvo mi vida!

-Por supuesto – La interrumpió Gavin - ¡A mí no me vengas con esos cuentos! Porque no te voy a creer nada, ¡vi las fotos! ¡Te besabas con él!

-Sólo era un simple beso de amigos – Sonrió Noor repitiendo las exactas palabras de Gavin cada vez que ella le recriminaba sus exageradas muestras de afecto con sus amigas – Pero puedes creer lo que tú quieras, Gavin – Bufó – Lo que tu pienses o creas me tiene sin cuidado y... ¡no tengo ganas de montar una escena en público! Me voy a mi casa, ¡no te molestes en llevarme porque ¡puedo tomar un taxi! – Rugió la chica dándose la vuelta - ¡Vete a la mierda, Gavin!

Noor caminó a toda velocidad entre la multitud. No miró hacia atrás, no quería saber si Gavin la seguía o se había quedado parado, observando como ella se alejaba. La chica hizo una seña a un taxi que acababa de estacionarse frente al aeropuerto, el conductor bajó del auto para ayudarla con su equipaje. La chica abordó el vehículo y suspiró aliviada cuando este se puso en marcha, perdiéndose en el tráfico de la ciudad.

= = = = =

¡Pinche Gavin odioso! Me cae mal el fulano este. Como podemos darnos cuenta, Noor ya ha comenzado a tener sus diferencias con él y quizá pronto lo mande al demonio, que es lo que esperamos todas. En el siguiente capítulo vamos a ver qué es lo que sucede con Terrence ahora que Noor se ha ido.
¿Qué les ha parecido este capítulo? Háganmelo saber en sus comentarios.
¡Hasta el siguiente episodio! Mil gracias.
Maria Decapitated

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