PARTE 16 - THIS IS HALLOWEEN
-¿Qué te parece este disfraz? – Preguntó Noor señalando un disfraz de bruja - Es que no tengo idea de lo que usaré en la fiesta de Halloween.
Terrence se inclinó y miró el ordenador. El disfraz era el clásico de una bruja y negó con la cabeza, no le agradaba del todo. Noor suspiró y continuó navegando en internet para buscar algo que le sirviera de idea para su disfraz.
-¡Detente! – Murmuró Terry – Regresa un poco... ¡ahí! – Dijo el hombre señalando un disfraz de elfo malvado. Se trataba de un disfraz muy sexy; corsé, medias, una falda súper corta y unas botas de caña alta y de tacón.
-¡Ay no! – Bufó Noor al ver el disfraz - ¡Es una fiesta para niños! No puedo vestir así.
-¿Qué tal si usamos disfraces de pareja? – Preguntó Terrence – Yo puedo ser un sacerdote y tú una monja... ¿doctor y enfermera? – Preguntaba mientras reía al ver el ceño fruncido de Noor - ¡El cerdo y la granjera!... No, creo que no – Exclamó sin dejar de reír.
-¡No es gracioso! – Protestó la chica – Si quieres un disfraz de pareja, ¿por qué no nos disfrazamos de La Bella y la Bestia?
-¿Crees que me vea bien con un vestido amarillo y guantes? – Murmuró Terrence y ambos se echaron a reír.
-¡Te verías hermoso! – Gimió Noor sujetando el rostro del hombre para llenarlo de besos.
La pareja continuó mirando ideas para los disfraces de la fiesta de Halloween que la familia de Terrence organizaba año con año. Faltaba una semana para la celebración, lo que también significaba que las vacaciones de Noor estaban a punto de finalizar. La chica estaba muy feliz y emocionada por el acontecimiento, pero también la embargaba un profundo sentimiento de tristeza, pues pronto tenía que despedirse de su amado Terrence y regresar a Nueva York.
Con Terry sucedía lo mismo, estar junto a Noor era sinónimo de felicidad y buena vibra. Sin embargo, sabía que no sería lo mismo ahora que ella no estuviera a su lado. No estaba seguro de cómo sería su vida ahora que ella regresara a su país. Los momentos a su lado habían sido perfectos e inolvidables, dejando una huella imborrable en el hombre.
-¿No te aburres estando aquí conmigo? – Preguntó Terrence de pronto.
-¿Por qué lo preguntas? – Respondió Noor sin comprender el porqué de las palabras de Terry - ¡Me encanta estar a tu lado!
-¡Soy un viejo amargado, gruñón y cascarrabias! – Exclamó el hombre sentando a Noor en su regazo – Nadie me aguanta, sin embargo, ¡tú te has mantenido a mi lado! Sin importar lo cruel que he sido contigo.
-Me gustas, me agrada tu forma de actuar... ¡eres honesto! No hay hipocresía en tu forma de ser – Sonrió Noor abrazándolo – Hay algo en ti que me atrae como un imán, me gustan tus charlas, ¡tu conversación es interminable! Contigo se puede hablar de todo y ¡adoro observarte! – Suspiró – Especialmente cuando estás escribiendo, me gusta detenerme a contemplarte y analizar tus gestos y expresiones faciales. Parece como si estuviera viendo a los personajes de tus historias. ¡Puedo pasar horas observándote!
Terrence guardó silencio y se rascó la barbilla. En los últimos diez años se había mantenido aislado de la gente, evitaba tener contacto con los seres humanos. Pocas eran las personas con las que mantenía comunicación, su hermana, su cuñado, sus sobrinos, un par de primos, Wilma y la gente con la que trabajaba. A lo sumo serían unas veinte personas, pero pocos se atrevían a opinar respecto a su persona o lo que giraba a su alrededor, porque no todos tenían ese conocimientos. Mucho menos se atrevían a hablar sobre su trabajo o evitaban molestarlo cuando se encerraba en su estudio a escribir. ¡Hasta que Noor apareció!
Cuando ella llegó, el mundo de Terrence Worsley se puso de cabeza. Ella logró a cambiar toda perspectiva de su vida actual. Algo que Noor había logrado fue hacerlo sonreír, también lo sacó de su cueva, pues casi todas las noches la pareja salía a cenar o hacer alguna actividad en la que estuvieran rodeados de personas, como ir al cine o el teatro. Incluso, Noor lo había llevado a un club obligándolo a bailar con ella. También se atrevió a interrumpirlo mientras Terrence estaba escribiendo sus guiones. El hombre no toleraba ser interrumpido cuando se encontraba inmerso en su trabajo. Él jamás se molestó con ella por esa acción, una intromisión inconsciente por parte de la chica. Tampoco le molestaba que Noor se sentara en su regazo mientras estaba concentrado en la escritura, lo besara en la mejilla o se sentara frente a él para quedarse por horas observándolo sin perder detalle alguno de sus gestos y expresiones. Terrence también se dio cuenta que su carácter se había suavizado y que su actitud estaba cambiando. Quizá Noor era lo que él necesitaba para no volver a caer dentro de esa oscuridad y volver a hundirse en las sombras.
-Y yo jamás me cansaría de contemplarte, mi dulzura. – murmuró Terrence y besó a Noor en el cuello – Quizá pueda parecer ridículo, pero siento como si yo fuera Don Quijote y tu mi Dulcinea. – exclamó el hombre y volvió a besarla, sintiendo como la chica se estremecía ante el contacto de sus labios sobre la piel de su cuello - ¡Esto es lo que me gusta! – dijo pasando su lengua por la mejilla de Noor que seguía tiritando.
-¿Qué cosa? – gimió la joven y se mordió el labio.
-Lo que haces cada vez que te beso – exclamó Terrence besándola una vez más – Como tiemblas, como te estremeces cada vez que mis manos o mis labios tocan tu piel. – murmuró – Me encanta ver cómo te muerdes el labio y sonríes. O como te sonrojas cuando te miro fijamente. – sonrió el hombre – También me encanta la manera en la que te acercas a mí para que te mime, sentándote en mi regazo y frotando tu rostro en mi mejilla como si fueras una hermosa gatita... ¡eso me pone loco! – dijo y la besó en la nariz.
-¡Te amo! – murmuró Noor y volvió a morderse el labio - Siempre soñé con tener un hombre a mi lado que me tuviera paciencia, que se preocupara por mi y que me comprendiera. – exclamó la chica y lanzó un suspiro - Alguien que me amase tal y como soy y de la forma en que yo quiero que me amen. – dijo y se acurrucó en el pecho de Terrence - Por suerte el destino me ha regalado tu presencia, Terry. Nos ha regalado esta pasión desenfrenada.
Terrence la abrazó con fuerza y la besó tal y como ella le había dicho, ¡con pasión desenfrenada! Él la tomó por la nuca y la atrajo aún más, apretándola contra su cuerpo, besándola y saboreando la dulzura de su boca, enredando su lengua con la de la mujer. Noor trató de gemir, sintiéndose abrumada por esas exquisitas sensaciones que se dispararon en su interior; deseo, pasión, amor. Y aunque estaban resintiendo la falta de aire, Terry la tenía bien sujeta y sus labios estaban tan pegados a su boca que no pudo separarse, así que simplemente se entregó a ese beso, correspondiéndole con la misma intensidad.
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El 31 de Octubre por la mañana, Terrence y Noor se dedicaron a decorar la sala principal de la Mansión Worsley y a ocultar los paquetes de dulces y los premios en todo el cementerio. Terrence le señalaba a Noor cada punto estratégico donde debía colocar cada paquete. La chica obedecía y ocultaba los dulces entre la maleza o en algunos hoyos que se encontraban en las lápidas.
-Llevamos años haciendo esto y aún se les dificulta encontrar los paquetes – murmuró Terry mientras él y Noor se dirigían a la capilla – Cada año los coloco en el mismo lugar y nunca pueden encontrarlos. – murmuró al momento que abría la puerta y Noor pegó un grito cuando unos murciélagos salieron volando a toda prisa sobre sus cabezas - ¿Pero qué coño? – gritó el hombre – La decoración se escapa.
El susto se convirtió en una carcajada para Noor y se sonrojó al sentir la mirada de Terrence sobre ella.
-Sabes que me asusto de todo - murmuró la chica y tomó la mano de Terry para juntos entrar en la capilla – Pero tú me ayudas a superar mis miedos y los conviertes en una carcajada.
Terrence le dedicó una sonrisa mientras buscaba a tientas el interruptor le la luz. Luego de un par de intentos lo encontró y encendió las luces, las cuales titilaron un par de veces y emitieron un zumbido extraño, logrando que el hombre esbozara una mueca ante la luz mortecina que proyectaban.
-Esto necesita reparación – Exclamó soltando la mano de la chica y caminando rumbo al altar de piedra – Espero que por la noche funcione adecuadamente ya que en muy raras ocasiones venimos por aquí.
Noor no dijo nada, estaba embelesada observando el sitio. Terrence tenía razón, la capilla no era un sitio muy frecuentado, estaba llena de polvo y las señales del poco uso de ella eran bastante notorias. Aún así se trataba de una construcción sencilla y algo lúgubre. La capilla era de piedra, y se componía de un altar también de piedra y algunas bancas. El lugar olía a humedad y moho. No había imágenes santas, a excepción de una cruz de piedra que formaba parte de la propia construcción y una pila bautismal en un rincón cerca del altar.
-La capilla es muy antigua – Comentó Terrence acercándose a la chica – No sé si tiene quinientos años o más, pero hemos tratado de mantenerla en buen estado – suspiró – Las imágenes sagradas y los instrumentos están resguardados en el museo. Si las dejamos aquí, podrían desaparecer.
-Es muy linda – Sonrió la joven – Pero nunca me animé a entrar, ¡me daba miedo! Pero veo que no hay nada que temer.
-No, no hay nada malo aquí dentro, sólo soledad y abandono – Dijo Terry encogiéndose de hombros y echándose a andar rumbo a una puerta escondida en un rincón – Esconderé el premio mayor en la sacristía. Los niños tiene un poco de miedo a entrar en el lugar, es muy oscuro y no hay luz eléctrica ahí. Creo que también hay murciélagos – Sonrió el hombre y abrió la puerta.
Noor volvió a gritar y se agachó, imitando a Terrence, pues un grupo de murciélagos salieron de la sacristía. Terry cerró la puerta y sonrió de medio lado al tiempo que exclamaba.
-¡Es una mala idea! – Bufó – Mejor lo ocultaré en la tumba debajo del altar, ¡ahí no hay nada!
Noor volvió a carcajearse y él se puso de rodillas con dificultad para reptar debajo del altar, abrir una trampilla y ocultar ahí dentro el iPhone XR que sería el premio mayor de esa búsqueda de Halloween.
-¿Estás seguro que ese es el premio más grande? – preguntó Noor cuando ambos abandonaron la capilla para caminar hasta la casa tomados de la mano.
-¡Muy seguro! – respondió Terrence abriendo la puerta de la mansión y haciéndose a un lado para que Woodstock pudiera saltar sobre Noor y llenarla de besos.
-¡Basta! – gimió la chica – Me haces cosquillas – exclamó al momento que Woodstock lamía su rostro con su enorme lengua empapada de baba - ¡Ay, eres hermoso! – decía Noor intentando apartar al cachorro de ella y poder entrar en la casa.
-¡Basta Woodstock! – dijo Terrence con tono autoritario, el cachorro levantó las orejas y se apartó de la rubia para entrar de nuevo en la casa saltando de felicidad.
Woodstock saltó sobre uno de los sillones de la sala y Odín sólo levantó la cabeza, bostezó y continuó durmiendo sobre la repisa que se encontraba encima de la chimenea. Noor se acercó hasta ahí y lo acarició, alborotando el pelaje del enorme gato. Mientras tanto, Terrence se dejaba caer en el sillón junto a Woodstock y le acariciaba la cabeza, dejando escapar un largo suspiro.
-Se ve bien, ¿no lo crees? – Exclamó el hombre estirando su brazo y pellizcando las nalgas de Noor, quién respingó dándose la vuelta y mirándolo divertida.
-¡Quedó precioso! – Sonrió - ¡Pero lo que les va a encantar es la comida!
-Te luciste con tus espeluznantes bocadillos – Comentó Terrence recostando la cabeza sobre la barriga del perro - ¡Muero de sueño!
-Nada de sueños, señor – Dijo Noor – Tenemos poco tiempo para alistarnos y nuestros invitados no tardarán en llegar.
Terrence se levantó de mala gana y asintió. Noor tenía razón, el tiempo estaba encima y debían apresurarse para recibir a sus invitados.
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El timbre de la puerta sonó y Terrence y Noor se apresuraron a abrirla, los invitados habían llegado. Se trataba de los primos de Terrence, Henry y Brandon, que llegaban al lugar en compañía de sus esposas e hijos. Todos ellos iban disfrazados de acuerdo a la ocasión; brujas, vampiros, momias, superhéroes, calabazas, etc.
Henry miró con sorpresa a su primo mayor y a su acompañante. Le sorprendía ver a Terrence tan jovial y sin esa expresión sombría que lo caracterizaba. Pero sobre todo, lo que más llamaba su atención, era que su primo Terrence estaba disfrazado para la fiesta. ¡Terry jamás participaba! Ayudaba en la organización de la celebración, pero no se involucraba más allá. Prefería encerrarse en su alcoba o en su estudio y no salir de ahí hasta que todo hubiera terminado.
-¡Te ves bien de hombre lobo! – gritó Brandon dejando en el piso a un pequeño Iron Man de dos años que corría tras Woodstock – Aunque no necesitaste de mucho, peludo ya eres.
-La cara de lobo ya la tiene, con esa enorme barba que porta. – intervino Henry riendo a carcajadas y mirando fijamente a la Caperucita roja que lo acompañaba – Y... ¿quién es la hermosa señorita que está a tu lado?
Noor se sonrojó y le sonrió amablemente. Terrence hizo las debidas presentaciones y en instantes, la chica fue tratada como un miembro más de la familia Worsley. Poco a poco la gente fue haciendo acto de presencia en la mansión, pues dos de las hermanas mayores de Walter también llegaron a la fiesta acompañadas de sus hijos adolescentes.
-¿Aún no llega Walter? – preguntó una de las hermanas del cuñado de Terrence – Pensamos que ya estaría aquí.
-Están detenidos en la pastelería – Sonrió Terrence entregándole un vaso de ponche burbujeante de manzana verde, en el cual, un par de ojos de gominola flotaba graciosamente – El pastel aún no estaba listo.
-¡Pero qué impuntuales son esas personas! – Se quejó la otra hermana de Walter - ¡Mira que hacerlos esperar así! No me parece nada justo.
-Supongo que ya no tardarán – Dijo Terrence encogiéndose de hombros – Mientras, pueden acomodarse en la sala y unirse a la charla con el resto de las damas – Señaló un punto en la habitación donde Noor y las primas de Terrence charlaban alegremente y comían los gusanos que sobresalían de una mano putrefacta.
Las hermanas de Walter se echaron a reír, despidiéndose del hombre para unirse a las demás chicas que no paraban de parlotear. Los niños corrían, perseguidos por los dos adultos y los adolescentes se habían apoderado del equipo de sonido, discutiendo sobre qué tipo de música iban a escuchar en la fiesta.
Terrence tomó su móvil y marcó el número de su cuñado. Aún no era muy tarde, pero todos los invitados ya estaban en la casa, esperando por ellos. Noor se acercó al hombre y lo abrazó, besando tiernamente su cuello.
-¿Aún no te responde? – Preguntó con curiosidad – Quiero ver a los niños.
-¡Espera! – Murmuró Terry – Me está enviando un mensaje. Ya estamos afuera... ¡abre la puerta! – Leyó el hombre y sonrió ampliamente.
-¡Yo voy! – Dijo Noor y corrió hasta la entrada.
Se escuchó un griterío de niños y un pequeño Capitán América, seguido de un Spider Man más larguirucho entraron velozmente en la habitación, para colgarse del cuerpo del fornido hombre lobo. Una Morticia caminó con grandes zancadas, llevando en sus brazos una simpática momia cachetona, mientras que Gomez Addams y la Caperucita acomodaban el gran pastel que parecía un cementerio sobre la mesa de centro.
-¡Saluden a sus tíos y primos, niños! – Gritó Morticia - ¡Esos modales!
-¡Qué sexy te ves, Lottie! – Exclamó Terrence a manera de burla y abrazó a su hermana.
-¡Pero mírate tú! – Comentó la mujer riendo a carcajadas - ¡Ni siquiera hiciste un esfuerzo por disfrazarte! ¡Esa es la ropa que usas todos los días! ¡Hasta esa camisa de leñador ya estaba rota! – Continuó riendo la hermana de Terrence, hundiendo sus dedos en los agujeros de la camisa de su hermano para tirar de los pelos de su pecho.
-¡Hey! – Se quejó Terry dándole un zape - ¡Me duele!
-¡Qué bonita familia tengo! – Comentó Walter abrazando a su mujer y a su cuñado - ¡Me encanta la manera en que se maltratan!
-¡Ella empezó! – Murmuró Terrence arrebatándole a la momia bebé y llenándolo de besos - ¿Verdad que tu mamá es una maldita arpía?
-¡Y tú un ogro malas tripas! – Respondió Lottie mostrándole la lengua – Pero igual te quiero – Sonrió la mujer y besó su mejilla.
-¡Yo también te quiero! – Dijo Terry respondiendo al beso - ¡Eres mi hermana favorita!
-¡Soy la única que tienes, tonto! – Exclamó Lottie riendo a carcajadas, siendo imitada por el resto de los presentes.
Toda la familia Worsley, así como los Cox se saludaron con efusividad y la fiesta dio comienzo entre la algarabía de todos los presentes. La música se dejó escuchar con fuerza, los chicos bailaban y reían mientras los adultos estaban sentados, mirando como los más pequeños jugaban alrededor de ellos, persiguiendo al pobre Woodstock que no paraba de ladrar.
-¿Y Odín? – Preguntó Walter mirando a todas partes - ¿Por qué no está en la fiesta?
-Odín es peor que Terrence – Exclamó Noor - Prefirió quedarse encerrado en la habitación.
-Exacto – Dijo Terry poniéndose de pie - Ya engendros, ¡dejen en paz a mi perro! – Gritó con su potente voz, alejándose del bullicio, pues acababa de recibir una llamada telefónica - ¿Qué sucede? – Preguntó Terrence al darse cuenta que se trataba de Wilma.
-Al menos un "hola, Wilma, ¿cómo estás?" deberías dedicarme – Bufó la mujer recostándose en la cama y mirando sus uñas - ¿Cómo estás Terrence?
-Yo estoy muy bien, gracias – Murmuró Terrence – Me estoy divirtiendo bastante...
-¡Claro, claro! Con tu sugar babe – Se burló Wilma – Me he dado cuenta de ello. No me he perdido de tus publicaciones, que por cierto son cada vez más frecuentes – Exclamó con desdén – Según dijiste, utilizarías instagram para publicar cosas importantes...
-¿Acaso mi vida personal no es importante? – Preguntó el hombre.
-¡Has dicho tu vida personal! – Respondió Wilma - ¡No que compartas fotos y vídeos de esa niña! – Dijo con visible molestia.
Wilma estaba furiosa. Terrence no dejaba de subir fotos y vídeos de él al lado de Noor, en esas imágenes se podía ver claramente cómo ambos se divertían y la pasaban bien. Terrence había hecho a un lado su vida de ermitaño para comenzar a socializar, salía con esa chica a visitar museos, monumentos, plazas comerciales, de paseo al parque, al teatro, cine, restaurantes y cafeterías. Incluso esa niña convivía con la familia de Terrence, pero lo peor de todo, era la manera en la que Terrence miraba a esa chica, ¡parecía un hombre enamorado! ¿Y esa chiquilla quién era? Seguramente una niña en busca de un hombre maduro que le cumpliera todos sus caprichos. Ni siquiera conocía a Terrence y seguramente al conocer su pasado, se iba a alejar de él para dejarlo sólo, como todos solían hacerlo.
-No sabía que estabas tan interesada en mi vida – Comentó Terrence – No es propio de ti, generalmente estás sumergida en tus propios asuntos que te olvidas de todo lo que hay a tu alrededor – Murmuró el hombre.
-¡Me interesas! – Gimió Wilma – No sé porqué te sorprende... ¡eres mi pareja, Terrence!
-¿Qué cosa? – Preguntó el hombre, pues los sobrinos adolescentes de Walter acababan de subir el volumen a una de sus canciones favoritas para comenzar a gritar con estrépito - ¡Perdón pero no te escuché nada!
-¿En dónde carajo estás, Worsley? – Gritó Wilma – Seguramente en un club, a esos que asistes con esa chiquilla para bailar... ¡eres un viejo ridículo!
-¡Estoy en mi casa en Bibury! En la celebración familiar del Halloween – Bufó Terrence con molestia - ¡También tengo derecho a divertirme! ¿Qué no? – Protestó – Y lo que yo haga con mi vida es cosa que a ti no te interesa.
-¡Eres un viejo verde! – Dijo la mujer – Eres un asqueroso... ¡esa niña podría ser tu hija!
-¿Y a ti qué demonios te importa, Wilma? – Gritó Terrence cada vez más molesto – Tú nunca quisiste hacer nada conmigo. Nunca me tuviste paciencia, siempre te molestaba todo lo que hacía y como la mujer independiente que eres, prefieres hacer todo por tu cuenta y yo nunca te reclamé nada, ¡porque no me interesa lo que hagas con tu vida!
-¡Porque te amo! – Exclamó la mujer – Porque me preocupo por ti, porque eres una persona importante en mi vida – Dijo con sollozos fingidos - ¡Eres mi novio, Terrence! Y me molesta ver que te la pasas al lado de esa estúpida mocosa que solo te usa para su diversión...
-¡Te prohíbo que te expreses así de Noor! – Estalló el hombre - ¡No la conoces! ¡No sabes nada de ella! – Gritó - ¡Noor es una joven maravillosa! Es especial para mí, así como yo lo soy para ella... - Suspiró tratando de calmarse - ¡Yo la amo! ¡Suena a una locura! Pero así es... Estoy enamorado de Noor, como nunca creí estarlo – Murmuró – Y ella me ama también...
-¡Esto no se va a quedar así, Terrence! – Bufó Wilma - ¿Cómo te atreves a decirme todas esas cosas? ¡A mí que soy tu novia! La mujer que te ama y la que sería capaz de darlo todo por ti...
-Wilma, no podemos hablarlo por teléfono – Exclamó Terrence intentado digerir las palabras de esa mujer – Yo... ¡yo lo siento! Pero no puedo corresponderte y creo que no es correcto decirlo por teléfono, ¡pero lo nuestro nunca tuvo un futuro! Así que ahora que regreses a Londres lo hablaremos con calma.
-¡No, no, no! – Gritó Wilma llena de furia – Tú no vas a dar por terminada nuestra relación y yo me voy a encargar de ello, Terrence – Bufó - ¡Es una amenaza! – Finalizó la mujer y cortó la llamada.
Terrence se frotó la cabeza con la mano. Realmente no entendía a Wilma, en un principio ella le había dejado claro que su relación, por así decirlo, no era una formal que nunca llegarían a ser nada más que compañeros de sexo ocasional. Y ahora ella le decía, ¡le juraba que lo amaba! Era algo muy ilógico y poco creíble... lo suyo había muerto desde hacía mucho tiempo y Terrence se encargaría de convencer a Wilma de que así era.
Noor observaba detenidamente a Terrence, lo había visto mirar el móvil al recibir la llamada y levantarse como impulsado por un resorte para atender. Lo miró hablar y por las expresiones y los gestos de Terry, suponía que no se trataban de buenas noticias, él había discutido y ahora estaba molesto y afligido. De inmediato se acercó a él para abrazarlo y recostar la cabeza del hombre en su pecho.
-¿Está todo bien? – Preguntó la joven besando la cabeza de Terrence.
-Recibí una llamada de Wilma – Dijo dejando escapar un hondo suspiro - ¡Pero no quiero hablar de ello! Quiero divertirme y disfrutar de esta celebración – Sonrió - ¿Nos tomamos una foto? Quiero subirla a mis redes sociales.
-¡Por supuesto! – Dijo la chica esbozando una enorme sonrisa.
Terrence rodeó la cintura de Noor con su brazo izquierdo, mientras que con el derecho sostenía el teléfono y lo levantaba un poco, la chica alzó el rostro, para besar la mejilla del hombre, sin embargo, Terry decidió girar un poco la cabeza y unió sus labios a los de Noor, al tiempo que tomaba la fotografía.
-¡Quiero verla! – Suspiró la muchacha poniéndose colorada.
El hombre mostró el teléfono y sonrió ampliamente. Noor contempló la foto y también esbozó una sonrisa. ¡Era una imagen encantadora!
-Me gustó, ¿nos tomamos otra? – Dijo ella a lo que Terry accedió.
Esta vez el beso fue más apasionado y urgente, Noor se pegó más al cuerpo del hombre y sostuvo su nuca con su mano, explorando ávidamente su boca con la lengua. La mano libre de Terry descendió por la espalda de la joven, posándose sobre su trasero, logrando que ella gimiera. El beso se prolongó durante algunos minutos, hasta que la joven mordió el labio inferior de Terry, haciéndolo reír.
-¡Qué intensa! – Susurró Terrence acariciándole el lóbulo de la oreja con la lengua y apretándole el trasero.
-¿Acaso ustedes no tienen hambre? – Interrumpió Walter – Los estamos esperando en el comedor, ¡aquí todos queremos cenar!
Noor y Terry se echaron reír y abrazaron a Walter, para caminar abrazados hasta el comedor. Todos los presentes les reprocharon su tardanza y después de que el pequeño Walter diera las gracias por la comida de ese día, comenzaron a cenar entre bromas, risas y muy buena convivencia.
-¡Hey! – Comentó Brandon cuando la cena estaba por terminar - ¿A qué hora comenzará la búsqueda del tesoro? – Sonrió – Me muero por saber cuál será el premio mayor de este año.
-Terrence lo sabe – Respondió Lottie – Él es quién se encarga de donar el de cada año, pero esta vez no nos ha dicho que es.
-Es un iPhone – Murmuró el hombre ante la exclamación de asombro de todos los invitados - ¡Pero advierto que está en un lugar muy tenebroso y en el cual nadie se atreve a entrar!
-¡La sacristía de la capilla! – Dijo una de las sobrinas de Walter poniéndose de pie de inmediato.
-¡No, es aún más tenebroso! – Rió Terrence con malicia - ¡Pero ya es suficiente! – Gritó también levantándose - ¡Todos vayan por sus linternas y palas! La búsqueda ha comenzado.
Los invitados se levantaron de sus asientos y corrieron en tropel hasta la salida, exceptuando a Lottie y a sus primas, quienes permanecieron sentadas con sus respectivos bebés en el regazo. Los demás desaparecieron como por arte de magia para salir en busca del gran premio, o lo que pudieran encontrar.
Noor corría junto a Terrence, escarbando entre las tumbas y encontrando algunos dulces. Walter y su pequeño homónimo buscaban dulces entre la hierba del mausoleo, mientras que Louis y su demás primos entraban en la capilla, deseosos de tener un móvil nuevo.
-¿En dónde puede estar? – Preguntó uno de los primos de Louis.
-¡La sacristía no! – Gimió una muchacha de cabello castaño - ¿Detrás de la cruz?
-¡La tumba debajo del altar! – Gritó Louis.
-¡Iugh! – Dijeron los demás a coro - ¿Meter la mano ahí dentro? ¡Olvídalo!
Un par de chicos se lanzó a la aventura, pero Louis se adelantó, empujándolos y se metió a gatas debajo del altar. Olía bastante mal ahí abajo, como a ropa vieja y orines, pero al niño no le importó, levantó la trampilla con mucho esfuerzo y suspiró, saltando dentro del sepulcro.
-¡Cuidado! – Gritaron sus primos – No vayas a lastimarte.
Louis buscó cuidadosamente la bolsa que contenía el premio mayor y la sacó de ahí con aire triunfal. Salió del sepulcro con rapidez y corrió a toda prisa esquivando a sus primos mayores que intentaban arrebatarle el tan apreciado tesoro. El chico corrió a la velocidad que le permitieron sus piernas y entró en la casa gritando con todas sus fuerzas.
-¡Lo encontré! – exclamó el chico - ¡Lo encontré! Este año fui el ganador, ¡sí, sí! – gritaba emocionado.
-¡Bien hecho! – dijo Terrence acercándose al chico y entregándole su insignia de ganador.
Uno a uno fueron apareciendo los demás participantes, la mayoría había obtenido un premio. Hasta el pequeño Walter llevaba entre sus manos dos enormes bolsas de golosinas y corría en busca de su madre y sus tías para mostrarles sus premios.
-¿Tú que te ganaste tío Terrence? –preguntó Louis a su tío con una enorme sonrisa.
-¡No lo sé! – respondió Terry mirando con intensidad a Noor, quién al sentir el peso de su mirada se sonrojó – Eso depende de tu tía Noor, ella dijo que me daría un premio si yo participaba en la fiesta y he cumplido.
-¿Y qué se ha ganado el tío Terry? – exclamó Louis mirando a Noor fijamente.
-Montones de besos y abrazos – dijo la joven acercándose a Louis para darle un beso en la frente.
Noor levantó la mirada y contempló a Terrence al tiempo que se mordía el labio inferior. En el rostro del hombre estaba dibujada una mueca maliciosa y había un brillo perverso en su mirada. Ella sabía lo que eso significaba y cuando todos se retiraran a dormir, Terrence recibiría su tan esperado regalo de Halloween.
= = = = =
¡Bueno bueno! La fiesta de Halloween terminó. Todos se divirtieron y lo pasaron muy bien, aunque para Terrence y Noor, la celebración aún no se termina. Seguramente Noorie le tendrá reservado un premio increíble a Terry.
Pero no todo fue tan agradable después de todo, ya que Wilma ha vuelto a hacer su aparición telefónica y no quita el dedo del renglón, esperemos que su regreso no cause conflictos entre esta hermosa pareja.
¿Qué les pareció este nuevo capítulo? No olviden dejar sus comentarios al respecto, siempre son bien recibidos.
Muchas gracias y ¡hasta la próxima!
Maria Decapitated
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