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PARTE 14 - WISH

Wilma apagó su cigarrillo y se levantó de la cama, se colocó la bata anudándola bien y caminó rumbo a la salida. Conrad se incorporó y la observó con un toque de tristeza. Cada noche era lo mismo, Wilma lo visitaba en su habitación y lo abandonaba a mitad de la noche, después de una dosis de pasión y sexo.

-¿No puedes quedarte? – Preguntó Conrad un tanto suplicante – Puedes irte temprano, ¡nadie se dará cuenta!

-¿Bromeas? – Respondió Wilma dándose la vuelta – No deseo que nadie me vea salir de aquí y que comiencen las habladurías – Bufó.

-¿Qué tiene de malo? – Preguntó el hombre - ¡Yo te amo! Tú también me amas.

-¡Sí, te amo! – Suspiró la mujer – Pero sabes que lo nuestro no puede ser, ¡imagina lo que pensarán mis padres! O peor aún, ¡Terrence!

-Pero tú no amas a ese sujeto – Se quejó Conrad – Además ¿qué futuro te espera al lado de un hombre lleno de traumas? Él está muy mal, necesita ayuda y tú no tienes la paciencia para ayudarlo. Él necesita amor, alguien que lo guíe, lo comprenda y ¡eso es algo que tú no le puedes dar, Wilma! ¡Déjalo de una buena vez!

-¡No empieces, Conrad! – Murmuró Wilma – Bien sabes porque no puedo tener una relación formal contigo – Bufó – Para comenzar, mis padres no ven con buenos ojos una relación interracial – Dijo sobándose la sien – Serán muy caritativos con la gente de color, pero nada de... ¿Cómo dice mi padre? ¡Ay, ya! Nada de negros en la familia – Exclamó - ¡Perdón, Conrad! – Añadió al ver la cara de decepción del hombre – Pero así es él y, está encantado con Terrence, porque Terrence es del tipo de hombres que agradan a mi padre... ¡es militar! ¡Es un héroe nacional! Con un linaje militar sorprendente...

-¡Entonces que tu padre se case con Worsley y deje de joder! – Gritó Conrad, herido y molesto por las palabras de Wilma.

-¡Yo no sé porque te quejas! – Dijo Wilma sin inmutarse – Tenías conocimiento a cerca de todo esto y aún así decidiste continuar – Finalizó y se dio la vuelta para salir de la habitación.

Conrad se dejó caer sobre la cama y se frotó el rostro. No tenía caso seguir así, tampoco tenía caso que Wilma continuara al lado de Terrence Worsley. Worsley era un tipo muy conflictivo y aunque ya estuviera ganando fama y fortuna, a él le parecía un hombre miserable, incapaz de hacer feliz a alguien, especialmente a Wilma. Porque él Conrad Grayson era el único que podía llenar a Wilma de felicidad y amor.

= = = = =

Terrence abrió la puerta de su departamento para soltar a Woodstock y a Odín que estaban desesperados por entrar en la vivienda. Los animalitos entraron en tropel y subieron inmediatamente al sillón de la sala. Worsley tomó su maleta y la arrojó al centro de la habitación, para después ayudar a Noor a meter todo su equipaje en la casa.

-¡Hemos llegado! – exclamó Terrence haciendo una seña a Noor para que entrara en el departamento y cerrar la puerta tras ella – Bienvenida a mi humilde hogar, señorita Kavanagh. – murmuró el hombre y la abrazó por la cintura – Espero que tenga una estancia grata en este lugar, mademoiselle.

-Gracias Terry, es un honor para mí hospedarme en tu casa – susurró Noor y lanzó un suspiro - ¿No tienes hambre? Podría preparar algo rápido y...

-¡Por supuesto! – respondió el hombre soltando a la chica sin dejarla terminar su frase – Ponte cómoda mientras YO te preparo una deliciosa cena al estilo inglés. – exclamó Terrence entrando en la cocina y revisando su nevera – Creo que tendré que salir a comprar algunas cosas. – murmuró – Tú puedes tomar una ducha mientras yo preparo la cena.

-De acuerdo. – respondió Noor encogiéndose de hombros y caminó hasta la habitación para quitarse la ropa y entrar en el cuarto de baño.

Terrence salió de la casa y se dirigió a un centro comercial que se encontraba a un par de cuadras de su departamento. Compró todo lo que necesitaba para preparar un delicioso Sunday Roast, un poco de helado y un pastel como postre. Cuando entró en su departamento, Noor aún se encontraba en la ducha, así que inmediatamente puso manos a la obra y comenzó a preparar una suculenta cena para cuatro. Cuando Noor salió de la ducha, él aún se encontraba en la cocina, dando los toques finales a la cena.

-¡Mmmmhhh! – Exclamó Noor – Huele delicioso – Dijo mientras se acercaba a Terrence y lo besaba en la mejilla - ¿Quieres que te ayude?

Terrence se dio la vuelta y le dedicó una sonrisa a la chica. Noor se veía hermosa con esa piyama de dos piezas, de satén y encaje. Él silbó a modo de aprobación y la besó con pasión en los labios, al tiempo que palmeaba cariñosamente su trasero.

-Puedes poner la mesa, por favor – Murmuró el hombre con una enorme sonrisa – Recuerda que somos cuatro – Y guiñó el ojo entregándole un par de platos de plástico.

Noor asintió y tomó los platos de Odín y Woodstock para llevarlos a la mesa, después volvió a la cocina y se llevó el resto de la vajilla, acomodando todo para que se viera lindo. Terrence entró al comedor, llevando la cena para servirla, mientras que Odín y Woodstock tomaban sus respectivos lugares.

-¿Por qué no hicieron eso en Bibury? – Se sorprendió Noor al verlos sentados en la mesa.

-¡No lo sé! – Exclamó Terrence – Supongo que es porque no siguieron su rutina y porque la casa no es la misma. Porque por lo general, cenan conmigo en la mesa, noche tras noche.

-Puede ser – Sonrió Noor mirando a los animalitos - ¡Son un encanto estos niños! ¡Así como tus sobrinos! – Rió, siendo imitada por el hombre.

-¿Qué te pareció mi familia? – Preguntó Terrence - ¿Te agradaron?

-¡Mucho! – Dijo la chica – Me encantaron, la pasé muy bien con ellos. Lástima que sólo fue un fin de semana.

-Si gustas, podemos visitarlos el próximo fin de semana – Murmuró Terrence cortando un buen trozo de carne para llevarlo a su boca – Los Cox tienen su encanto, aunque a veces suelen ser demasiado ruidosos.

Noor se rió y negó con la cabeza. No estaba completamente de acuerdo con Terrence, no los consideraba ruidosos o escandalosos, eran una familia feliz y llena de encanto y energía. Los niños eran como cualquier otro chico que vivía en un ambiente rodeado de amor y atenciones, eran sólo niños sanos y felices. Aunque suponía que Terrence no estaba demasiado acostumbrado a lidiar con niños como sus sobrinos.

-¿No estás de acuerdo? – Continuó el hombre - ¡Si parece que fueron forjados por el mismísimo Lucifer! – Exclamó y rió con grandes carcajadas.

-¡Eres un exagerado! – Murmuró Noor – Lo que sucede es que no estás acostumbrado al amor y a las atenciones de esos pequeños – Sonrió - ¡Te aman!

-Y yo también los amo – Dijo el hombre – Sólo que me gusta hacer bromas respecto a ellos – Sonrió y continuó comiendo – Por cierto, mañana tengo que salir para Edimburgo – Exclamó mientras miraba a Noor a los ojos - ¿Quieres acompañarme?

-¡Por supuesto! – Exclamó la chica con visible emoción – No conozco Escocia.

-¡Perfecto! – Murmuró el hombre – Entonces hay que preparar el equipaje, porque salimos mañana, muy temprano – Exclamo esbozando una sonrisa burlona.

-¿Mañana? – Gritó Noor bastante sorprendida - ¡Terrence! Es muy pronto.

-Lo sé – Comentó – Igual y puedes quedarte aquí – Añadió – Yo sólo estaré fuera un par de días, por cuestiones de trabajo y regresaré antes del fin de semana.

-¡Pero yo quiero ir! – Protestó Noor – Aunque sea sólo por un par de días... ¡quiero acompañarte!

-Bien, entonces, después de la cena, debemos ir a dormir – Dijo estirándose – Nos espera un viaje de cinco horas. Saldremos de la estación de Trenes de King's Cross a eso de las seis y quince de la mañana, para estar en Edimburgo alrededor del medio día.

-¡Ay que emocionante! – Aplaudió Noor – Me encanta eso de los viajes relámpago, ¡será una experiencia fuera de serie!

Terrence se echó a reír; al parecer, desde que Noor apareció en su vida, él había comenzado a reír con frecuencia, más de lo que había reído en todos esos años. Parecía que las nubes negras comenzaban a desvanecerse de su vida para dar paso a los rayos del sol.

= = = = =

Noor miró por la ventana para admirar el paisaje, ¡era tan hermoso! El otoño cubría los campos y las hojas que caían de los árboles formaban una alfombra color naranja. ¡Se estaba enamorando de la Gran Bretaña! Miró su cámara, no había podido tomar fotos durante el trayecto, ya que la mayor parte del viaje había permanecido dormida. Quizá le pediría a Terrence que antes de regresar a Londres, dieran una vuelta por los campos escoceses.

Por su parte, Terrence no había dormido. Encendió su ordenador y escribió su guión que ya estaba bastante adelantado. Si se daba prisa, terminaría de escribirlo antes de noviembre. Aunque dudaba que eso sucediera, ya que teniendo a Noor como compañera, era difícil concentrarse en la escritura. El hombre giró su rostro y miró a la chica, parecía un cachorrito observando por la ventana. Sus ojos se veían enormes comparados con el resto de su rostro y estos brillaban de puro gusto.

-¿Emocionada? – preguntó Terrence y la tomó de la mano.

-Creo que me mudaré a este sitio – exclamó Noor sin apartar su vista del paisaje – Me encantan los paisajes, la vista es maravillosa, ¡todo aquí es maravilloso! – gimió – Especialmente la compañía, lo estoy pasando muy bien a tu lado. – dijo mientras se acercaba a él y besaba su mejilla.

Noor recargó su cabeza en el hombro de Terrence y lanzó un suspiro. Durante esos días en Reino Unido, se había olvidado por completo de su vida en Nueva York. Ya casi no llamaba a sus padres y a su hermana, también se había olvidado por completo de Gavin. Estar junto a Terrence era una experiencia completamente nueva para ella, disfrutaba cada momento a su lado. Él había aparecido de improviso, como una visión y ella muy pronto se vio envuelta en su encanto, en la magia de ese hombre.

Durante el resto del trayecto, Noor y Terrence estuvieron charlando, ella le hablaba sobre su trabajo y le compartía algunas experiencias como instructora de niños pequeños. Ambos reían sin parar con el montón de anécdotas chuscas. A Noor le parecía hermoso que Terrence riera a carcajadas, su risa era estridente y contagiosa.

Luego de un rato, el tren se detuvo completamente en la estación de Edimburgo. La pareja bajo del tren, recogieron su equipaje y abordaron un taxi. Noor continuó observando la belleza de la ciudad, hasta que se detuvieron frente a un gran edificio de departamentos.

-¡Hemos llegado! – exclamó Terrence ayudando a Noor a bajar del taxi y pagando la cuota al taxista que depositaba sus maletas en el piso.

-¡Es enorme! – murmuró la chica levantando su rostro para observar el antiguo edificio – Tiene una hermosa vista.

-Quizá nos permitan subir esta noche para observar las estrellas – murmuró Terrence y tomó las maletas para entrar en el edificio.

-Me agrada la idea de ir a observar las estrellas – respondió Noor mientras subían al elevador que se detuvo en el octavo piso.

Terrence sólo sonrió y caminó por un largo pasillo hasta detenerse frente a la puerta del departamento 805. Entraron en este y él dejó las maletas en el piso mientras comenzaba a ventilar el lugar.

-No imaginé que tuvieras un departamento en Edimburgo. – comentó Noor caminando a la cocina para beber un poco de agua.

-No es mío – respondió Terrence reuniéndose con ella y abriendo la nevera – Es de un amigo mío, surtió la despensa tal y como se lo pedí. – exclamó Terrence – Prepararé un almuerzo rápido, ya que en un par de horas debo presentarme en el set de grabación. ¿Te gustaría acompañarme?

Noor asintió y bebió un enorme vaso de agua y después otro. La chica ayudó a Terrence a preparar un almuerzo que consistió en un sándwiches de pavo y aguacate, así como de pavo con manzanas y queso. Después de comer su almuerzo, tomaron una ducha y se alistaron para salir rumbo al set de Taboo, una de las series escritas y producidas por Terrence.

Fueron recibidos por el director de la serie y gente del equipo de producción. Mientras Terrence hablaba con la gente en el set, Noor se dedicó a curiosear un rato. Había gente por todas partes, algunos daban indicaciones, otros estaban armando un pueblo entero y otros corrían de un lado a otro. Se escuchaban gritos y ruidos extraños, ella estaba encantada con todo lo que veía, ¡era muy interesante!

Una persona del set se acercó a ella y la tomó de la mano para conducirla a uno de los camerinos. Ella intentaba decirles que no formaba parte del equipo de actores pero parecía que nadie la escuchaba. Noor guardó silencio y siguió las instrucciones que la encargada del vestuario le indicaba. Se puso un vestido elegante y se calzó unas botas extrañas antes de ser conducida al área de maquillaje y peinado.

Cuando estuvo lista, le pidieron que se sentara en una de las bancas de la iglesia junto a otro grupo de personas elegantes que al parecer eran extras.

-¿Listos? – preguntó el director de la serie y se escucharon muchos murmullos – Recuerden que estamos en un velatorio. Finjan pena y dolor por el difunto, en este caso difunta. – exclamó antes de decir - ¡Acción! – y la grabación de la escena comenzó.

Noor hizo todo lo que se le indicó y estuvo en el set como extra más de cuatro horas. Cuando se encontró con Terrence, él estaba muy preocupado ya que pensaba que algo le había sucedido o se había perdido en el enorme lugar.

-¿Dónde te habías metido? – preguntó acercándose hasta ella y abrazándola con fuerza – Creía que te habías perdido o peor aún, que algo malo te había sucedido.

-Estoy bien – respondió Noor con una enorme sonrisa – Estuve presente en un velatorio como parte de los extras. – gimió emocionada - ¡Fue muy divertido!

-Al menos tú te divertiste, yo estaba muy angustiado por ti. – exclamó Terrence besando la frente de la chica – No vuelvas a hacerlo, por favor.

-Pero fue muy chusco, en verdad no era mi intención mezclarme con los actores y los extras. – dijo la chica besando a Terry en los labios – Te lo contaré todo en el camino.

-Sí, porque es tarde y debemos volver. – dijo el hombre tomándola de la mano – Yo muero de hambre, ¿tú no?

-¡Bastante! – respondió Noor y caminó junto a él – El café y los postres después de grabar la escena no fueron suficientes. – río la chica y subió detrás de Terry en un pequeño auto - ¿No regresaremos en taxi? – preguntó arqueando las cejas.

-Alquilé un auto – exclamó y puso el auto en marcha.

Durante el trayecto al departamento, Noor contó a Terrence su odisea de como la confundieron con una extra y sin siquiera preguntar nada, la arrastraron hasta el área de camerinos para alistarla como una dama aristócrata de 1800. Terrence la escuchaba con atención y asentía, sonriendo de vez en cuando.

-¡Sea como sea, me encantó la experiencia! – Murmuró la joven - ¿Y qué hay de ti? – Preguntó - ¿Qué estuviste haciendo? – Dijo un poco apenada – Yo he estado hable y hable sin parar mientras que tu apenas has pronunciado palabra, ¿sucede algo?

-Estuve hablando con el director de la serie – Exclamó Terrence dejando escapar un suspiro – Todo lo concerniente a la segunda temporada, revisó el guión e hizo unas modificaciones junto conmigo – Sonrió – Todo está en orden y, de hecho, me ha pedido que comience a escribir la tercera temporada.

-¿Tan pronto? – Preguntó la chica, bastante sorprendida - ¡Aún no terminas la segunda parte!

-Tengo que terminarla antes de diciembre, así me lo han pedido ya – Exclamó el hombre y se mordió el labio inferior – Así que debo apresurarme – Exclamó guardando silencio – Y mi libro va a tener que esperar.

-¡Lo siento! – Lo abrazó Noor - ¡Y yo aquí quitándote el tiempo! – Exclamó cubriéndose el rostro con ambas manos.

-¡No pasa nada! – Añadió él de inmediato – Yo tenía un retraso en mi trabajo, estaba pasando por un bloqueo momentáneo y creo que, ahora que estás tú a mi lado, las cosas han avanzado a pasos agigantados – Sonrió mientras se detenía frente al edificio.

Entraron en el departamento y Noor se dejó caer en el sillón, quejándose considerablemente, Terrence, sin perder tiempo entró en el baño y comenzó a prepararlo. Noor se levantó del sillón y le echó un ojo al hombre que llenaba la tina.

-¿Quieres mi ayuda? – Dijo ella esbozando una sonrisa y mordiéndose el dedo pulgar.

-Estaba pensando – Comentó Terrence acercándose a Noor para ceñirla por la cintura y apretarla a su cuerpo – Que nos demos una ducha rápida, nos relajemos un rato en la tina, cenamos en la azotea del edificio y miramos las estrellas, ¿qué te parece? – Murmuró al oído de la joven, haciéndole cosquillas con la caricia de su aliento.

-¡Eso me parece tan romántico! – Gimió Noor abrazándolo con fuerza – Tu idea es perfecta.

-¡Entonces démonos prisa! – Murmuró Terry tomándola de la mano y entrando junto con ella en la habitación.

Después de la ducha rápida, Terrence entró en la tina y se acomodó en ella, recostando la cabeza en la orilla y se relajó. Noor se mordió el labio inferior y entró detrás de él, sentándose frente a Terrence, tomó un poco de jabón para el cuerpo y comenzó a frotarlo en el pecho del hombre, mientras que él gruñía.

-¡Me gusta escuchar esos gruñidos! – Sonrió Noor paseando las manos sobre el pecho del hombre – Tienen diferentes significados y, ¡he aprendido a interpretarlos! – Rió y él volvió a gruñir – Por ejemplo, ese significa que estas disfrutando de mi masaje.

Terrence la sujetó por la cintura, acariciando su piel y la atrajo para tomar posesión de sus labios y besarla con intensidad. La lengua del hombre invadió de inmediato la boca de la chica, ella la recibió y enredo su lengua con la de él. Ella continuó acariciando el pecho de Terry, descendiendo peligrosamente por su vientre y deteniéndose a escasos centímetros de su pene que comenzaba a excitarse.

-¿Acaso no quieres ir a ver las estrellas, amor? – Preguntó Terrence ahogando un gemido.

-Cuando me haces el amor veo las estrellas, los planetas y las constelaciones enteras – Susurró Noor al oído del hombre y volvió a besarlo con pasión - ¡Pero vamos a verlas! – Dijo al apartarse – Además, ¡tengo hambre!

Terrence se rió y la envolvió entre sus brazos, depositando varios besos sobre los hombros desnudos de la chica. Luego salieron de la tina y se apresuraron a vestir para preparar una pequeña cena que disfrutarían en el techo del edificio.

Su cena sería sencilla, una ensalada y una crepas saladas con jamón y queso. Además de una botella de vino que Terrence había encontrado en la casa y un par de sodas de limón. La pareja salió del departamento y subieron a la parte más alta del edificio. Noor se estremeció, soplaba un viento fresco de otoño y ella sólo llevaba puesto un delgado camisón y una bata de felpa. Terrence la abrazó y le besó la mejilla, para después colocar un mantel en el suelo y acomodar su suculenta cena.

Noor levantó la vista al cielo, este estaba plagado de estrellas que titilaban. ¡Era una visión hermosa! A pesar de que las luces de la ciudad intentaban opacar el brillo en el firmamento, este se mantenía en todo su esplendor.

-¡El cielo es hermoso! – Suspiró la chica – Aunque desearía estar en el campo para poder apreciar esta vista maravillosa del cielo.

-Debimos aprovechar nuestra estancia en Bibury – Murmuró Terry rozando con sus labios el cuello de Noor – Pero decidimos pasar la noche haciendo otras cosas – Dijo el hombre con una nota de malicia en su voz.

Noor se puso colorada y escondió su rostro entre sus manos. Terrence la abrazó besando su cabello y aspirando su aroma, riendo suavemente. Noor dejó escapar un chillido de emoción y se apretó aún más contra él.

-¡Pero este es un buen momento para admirarlas y pedirle un deseo a la estrella más brillante! – Continuó Terry sin dejar de besar la cabeza de la muchacha.

-¡Ay, Terry! – Gimió Noor - ¡Esto es tan romántico! – Suspiró apartándose un poco y levantó su rostro para encontrarse con el de él.

Terry le dedicó una linda sonrisa y se inclinó, rozando su enorme barba contra la cara de la chica, quién comenzó a gritar a manera de protesta, mientras se echaba a reír a carcajadas.

-¡No! ¡Basta, basta! – Chillaba la mujer – Me haces muchas cosquillas... ¡ay, ay! – Reía sin poder evitarlo y provocando las carcajadas de Worsley.

-¡Me gusta hacerte reír! – Exclamó Terrence y la besó con pasión – Ahora, ¡mira esa estrella! – Murmuró y señaló en un punto del cielo - ¡Es una muy brillante y hermosa! ¡Como tú, Noor! – Sonrió – Ella destaca entre todas las demás, así que, es tu oportunidad, ¡pide un deseo!

Noor levantó la mirada y buscó la estrella en el cielo. Terry tenía razón, esa estrella brillaba demasiado, titilando más que las otras. Dejó escapar un hondo suspiró y cerró los ojos, recostándose en el pecho del hombre.

-Yo deseo... - Murmuró la chica en voz alta – Deseo que esta estrella escuche mi ruego y me conceda, por favor, quedarme al lado de Terrence Worsley ¡por siempre! Y para siempre – Susurró mientras cruzaba los brazos contra su pecho y apretaba con fuerza los ojos - ¡Por favor! Lo deseo, desde lo más profundo de mi corazón.

Terrence, al escucharla, la ciñó con fuerza y lanzó un profundo suspiro. El hombre besó la frente de Noor y permaneció en silencio. Esas palabras fueron muy hermosas y sinceras. Pero a pesar de todo, él aún dudaba, estaba loco por esa chiquilla, sin embargo, sabía que iba a ser imposible mantener una relación estable con Noor. Ambos pertenecían a mundos distintos, ¡países y continentes distintos! Él tenía ya su vida hecha, había ganado una estabilidad y luchaba constantemente por mantenerse ahí y no recaer. Noor tenía también su vida en Nueva York, una carrera en ascenso y sería muy egoísta de su parte retenerla a su lado, pidiéndole que lo dejara todo por él. ¡No! Él no era capaz de pedir algo así.

El hombre apretó los labios, un nudo se había atravesado en su garganta. Las palabras de Noor lo conmovieron y, ¿cómo no? Terrence se había enamorado de esa jovencita, ¡incluso se lo prohibió a sí mismo! Tratando de no caer en ese juego del amor, ¡pero él era débil! Bastaron sólo unos días para sucumbir al amor... ¡es más! Era seguro que se había enamorado de ella desde que la vio leyendo en esa cafetería. Él parpadeó un par de veces para ahuyentar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, sin embargo, no pudo contener un par que resbalaron por sus mejillas. Sabía que lo que pedía Noor era un imposible.

Noor levantó su vista hacia Terrence y no pudo evitar notar el brillo de una lágrima en sus ojos. A ella también se le hizo un nudo en la garganta, ¡Terry estaba llorando! ¿Por qué? Se preguntó, alzó su mano y acarició las mejillas del hombre, limpiando sus lágrimas.

-¿Por qué estas llorando, Terry? – Preguntó Noor en un susurro.

Terrence movió la cabeza y limpió rápidamente sus ojos con el dorso de su mano. No quería que Noor lo viera llorar, aunque ya era algo inevitable.

-¡No es nada! – Bufó el hombre y trató de ponerse de pie.

-¡No! – Murmuró la chica tomándolo de la mano – Hay un motivo, bebé. Tus lágrimas son de tristeza, ¿no es así?

-¡Maldición! – Gruñó, y esbozó una amarga sonrisa – Soy un loco enamorado, ¿sabías? Pero trato de mantenerme consciente porque sé que tú te vas a ir, vas a regresar a tu vida, con tu novio y esto sólo pasará a la historia como una bonita aventura de otoño...

-¡Pero...!

-¡Seamos realistas, Noor! – La interrumpió Terrence – Los días pasarán y llegará otro más en el cual tú ya no estarás a mi lado. Sólo permanecerá el recuerdo y nada más. ¡Porque todo tiene un final! Y este castillo que construimos en el aire tarde o temprano se va a derrumbar y sólo te encontraré en mis sueños de un loco enamorado – Murmuró acariciando el rostro de Noor – Para después dejar que la soledad me abrace y me de consuelo, tal y cómo lo ha hecho siempre.

Noor se arrojó a sus brazos y lo besó con pasión, interrumpiéndolo. Su historia de amor no iba a terminar si ella se iba. ¡No! Ella no lo permitiría, ¡sería capaz de mandarlo todo al diablo para estar con él! No se daría por vencida ahora que sabía que Terrence estaba enamorado de ella. Haría todo lo que estuviera en sus manos para no perderlo, ¡no se trataba sólo de un deseo! Tenía que luchar para que ese deseo se volviera realidad. Sabía que Terrence no podía cambiar su vida de un momento a otro, debido a sus problemas emocionales. Sin embargo, ¡ella sí podía hacerlo! Podía dejar su vida en Nueva York para lanzarse a una nueva aventura en Londres junto a Terrence.

-¡Te amo, Terrence! – Suspiró la chica al apartarse de él – Y no es verdad lo que dices, ¡uno puede hacer cambios en su vida! Al menos yo sí puedo hacerlos y estaría dispuesta a quedarme aquí, contigo – sonrió sujetando el rostro del hombre con sus manos - ¿Por qué tenemos que dejar que esto se termine si apenas va comenzando? – Sonrió y volvió a besarlo – Disfrutemos juntos de estos momentos, vamos a olvidarnos por un momento de todo, ¿quieres? ¡Es nuestra noche! ¡Esta noche es para amar! – Dijo y rió frotando su cuerpo contra el de Terrence - ¡Sólo haz a un lado los malos pensamientos! – Murmuró haciendo un puchero.

Terrence la contempló embelesado. Posiblemente Noor tenía razón. Iba a dejar a un lado su pesimismo, ¿por qué tenía que ver siempre el lado negativo? Quizá porque los últimos diez años de su vida habían sido miserables, grises y sin ningún sentido. Con una sombra negra que lo cubría todo sin permitirle tener sueños o ilusiones como en antaño. Y ahora Noor llegaba como una pequeña lucecita que comenzaba a iluminar esa oscuridad, dándole color y sentido a su desabrida existencia, permitiéndole volver a soñar e ilusionarse poco a poco.

-Eres maravillosa, Noor – Susurró Terrence en el oído de la muchacha – ¡Eres mi tesoro! Eres un pedacito de cielo... eres lo más preciado que tengo y me has permitido volver a soñar – Suspiró - Te quiero, Noor... - Te amo – Finalizó el hombre para volver a besarla con desesperación.

Luego de pasar un buen rato en la azotea del edificio y comer su cena, mientras disfrutaban de una buena charla. La pareja regresó al departamento, caminando en silencio, lentamente y tomados de la mano. Terrence abrió la puerta y entraron en el lugar, el hombre cerró la puerta con llave y le dedicó una tierna sonrisa a la chica.

Noor le devolvió la sonrisa, se arrojó a sus brazos para plantarle un apasionado beso en los labios, introduciendo su lengua y escudriñando la boca de Terry. ¡Ella lo deseaba! Lo amaba y quería ser suya por esa noche y muchas más. Terrence le devolvió el beso con mayor intensidad, mientras que su mano deshacía el nudo de su bata, la ciñó por la cintura y la apretó contra él. Noor gimió suavemente cuando la mano del hombre se paseó por sus piernas y levantó su camisón para acariciar su piel, subiendo hasta su trasero y llenándolo de caricias.

El pulso de Terrence se aceleró al experimentar el calor y la suavidad de la piel de Noor bajo sus palmas. El corazón le latió a prisa, despertando en él su deseo, que unido a las sensaciones de los labios de Noor contra los suyos, creaban un sentimiento explosivo. Sin dejar de besarla y acariciarla, Terrence la llevó hasta la habitación y cerró la puerta con lentitud. El hombre la recargó contra la pared y siguió besándola hasta que la dejó casi sin aliento y con los labios hinchados.

El pecho de Noor subía y bajaba con rapidez. Con movimientos torpes, las pequeñas manos de la joven intentaron despojarlo de su camiseta sin éxito alguno. El hombre sacó velozmente las prendas de su cuerpo y las arrojó descuidadamente sobre el piso de la alcoba. Noor dejó escapar un jadeo al contemplarlo y al acariciar la suave piel de sus pectorales, ese abdomen duro y marcado cubierto de un vello oscuro que descendía y se perdía entre sus bóxers.

Noor cubrió de besos el pecho de Terry y con su lengua dejó un camino húmedo por todas partes para concentrarse finalmente en los pezones masculinos, los cuales mordió y succionó. Terrence gemía y gruñía, preso del placer que su dulce pequeña le proporcionaba con esos besos mojados. Impaciente, el hombre buscó el borde del camisón que sensualmente se ceñía a las curvas femeninas y se lo quitó rápidamente. La prenda cayó grácilmente al piso y ella se apartó un poco para que Terrence recreara su vista con su cuerpo semidesnudo.

El hombre se lamió los labios y se abalanzó otra vez contra la chica, le levantó los brazos por encima de su cabeza, para devorar su boca en un beso lascivo y húmedo, aún más ardiente y posesivo que los anteriores. Los senos de Noor se friccionaban contra los pectorales de Terrence, sintiendo cómo de entre sus piernas manaba un torrente. Los dedos de Terry se pasearon sobre el vientre de Noor, rozando apenas su piel, recorriendo sus muslos e hicieron a un lado la tela de sus bragas para comenzar a explorar la feminidad de la chica, quién lanzó un gemido ante la deliciosa invasión. Terrence presionó su clítoris y ella arqueó la espalda, abriendo las piernas, movimiento que aprovechó él para hundir dos dedos en ella. Noor volvió a gemir, pero esta vez con más sonoridad y comenzó a mover sus caderas para llevar el ritmo de los movimientos de Terry. El hombre no dejaba de besarla y ella le acariciaba la espalda, enterrando sus uñas en la piel de Worsley. Ambos suspiraban y jadeaban con desesperación, ella estaba a punto de correrse sobre la mano del hombre, algo que sin duda fue inevitable, pues no pudo aguantar más y se entregó a su propio placer con un gran grito.

Terry sacó lentamente sus dedos y ante la mirada de Noor, los lamió, saboreándolos y deleitándose con los fluidos de la mujer. La rubia sonrió y gimió al ver eso, mordiéndose los labios. Sin perder más tiempo, le bajó los calzoncillos hasta sus rodillas, ahogando un jadeo mientras sus ojos se posaban deliberadamente sobre la erección del hombre. Lentamente la mano femenina se acercó a él y lo acarició, gimiendo suavemente. La pareja se miró a los ojos y él se mordió el labio inferior, lleno de placer cerró los ojos, dejando que ella tomara el mando durante unos minutos y lo masturbara.

Noor estaba extasiada al ver el rostro de Terrence, de sus labios entreabiertos se escapaban pequeños jadeos y un par de gruñidos de esos que tanto le gustaban a ella, Se inclinó para besarlo salvajemente, mientras que los movimientos de su mano se aceleraban. Terrence correspondió al beso y la tomó de la mano, apartándola de su sexo. Ella protestó, pero él la ignoró y dejó escapar una risilla. Terry se separó de la chica y buscó un preservativo que se colocó con rapidez. Sin decir nada más, la tomó de las caderas y Noor se impulsó, rodeando el cuello de Worsley con sus brazos y enredando las piernas sobre su cintura, apoyó firmemente su espalda en la pared, dejando escapar un grito cuando él la penetró. La espalda de la joven se arqueó para recibirlo completamente. Ambos comenzaron a moverse de forma frenética y desesperada, los senos de Noor se bamboleaban ante la violencia de las acometidas. Terrence se inclinó sobre ellos y comenzó a lamerlos y a chupar sus pezones. Noor cabalgaba con urgencia, meneando las caderas mientras Terry la embestía una y otra vez.

Noor apoyó la cabeza en el hombro de Terrence y poseída por la pasión, lo mordió en el hombro, clavando también sus uñas en su amplia espalda. Terrence gruñó con satisfacción y aceleró los movimientos de su pelvis. Noor jadeó y apretó las piernas alrededor de él. Ella volvió a echar la cabeza hacia atrás y Terry se aprovechó para inclinarse y besarla intensamente, sintiendo cómo la culminación de ese momento estaba cerca.

Ambos gimieron, dejándose llevar por esa oleada de placer. Noor se aferró con todas sus fuerzas al ancho cuello del hombre, aferrándose a él mientras su cuerpo temblaba debido al fabuloso orgasmo que acababa de experimentar. Terry se apartó un poco de ella para bajarla lentamente y colocarla sobre el piso de la habitación. Noor se negó a soltarlo momentáneamente, sintiendo que sus pies no podría sostenerla, sin embargo, él la sujetó por la cintura y le dio la vuelta, poniéndola de espaldas a él.

Noor dejó escapar un gemido, pues ni siquiera estaba completamente recuperada, sólo atinó a morderse los labios y levantó los brazos para apoyar el peso de su cuerpo sobre sus palmas, mientras que su trasero se levantaba ofreciéndose de nuevo a Worsley. El hombre la sujetó por las caderas, dando varios besos sobre su espalda, para volver a hundir su erección dentro de la mujer que al sentirlo dentro comenzó a mover sus caderas con rapidez.

Noor balanceó la pelvis de manera cadenciosa, escuchando el sonido que producían sus cuerpos al chocar. La chica se estremeció deliciosamente cuando la palma de la mano de Terry golpeó su trasero con fuerza, mientras su penetración era cada vez más profunda y violenta. Noor giró el rostro y gimió de nuevo, buscando los labios de Terrence, quién se inclinó y la besó con frenesí.

-¡Ay Terry! – Jadeó Noor – Te amo... ¡te amo! - Chilló

-Yo también te amo, chiquilla preciosa... ¡te adoro mi niña! – Gruñó el hombre.

Las manos de Terrence se posaron en los senos de Noor, apretándolos y acunándolos, jalando de cuando en cuando sus pezones, provocando deliciosas sensaciones en la mujer que no paraba de gritar debido al placer que le provocaba. La gran mano de Terrence tomó el cuello de Noor, presionando suavemente y continuó embistiéndola salvajemente, llenándola por completo. Noor sentía que iba a partirse en dos ante esas violentas acometidas que la estaban llevando de nuevo al paraíso.

Terrence la besó en el cuello, sus labios dejaron marcas en su piel y Noor giró el rostro otra vez, buscando la boca de Terry, pidiendo que la besara. Sus bocas se unieron en un beso húmedo y cargado de pasión. El hombre seguía bombeando sin detenerse y las caderas de la chica no dejaban de balancearse. El momento cúspide estaba por llegar y de nuevo, ambos se dejaron arrastrar por la fuerza de ese segundo orgasmo.

Muy despacio, Terry abandonó el cuerpo de la rubia que aún permanecía con los brazos recargados sobre el muro. El cuerpo entero de la mujer temblaba sin control y no deseaba moverse, pues no resistiría y terminaría sobre el piso. Worsley respiró profundo y la levantó en brazos para llevarla hasta la cama para seguir amándose.

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Terrence y Noor están enamorados y quizá su historia de amor no termine aquí. Aunque al comienzo de este capítulo, pudimos darnos cuenta que Wilma no desea dejar a Terrence, aunque mantenga una relación con otro hombre. Ella será la tormenta que pueda hacer naufragar este barco.
¿Qué les pareció el capítulo? Tuvimos mucho amor y mucha pasión. No olviden dejar sus comentarios y muchas gracias por su apoyo a la historia.
Maria Decapitated

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