Extra II
Nacer en la familia Jeong de por sí ya era desafortunado, aun cuando tenían dinero por doquier y grandes privilegios, lo tenían todo y su vida podía ser maravillosa, bueno si es que eras alfa ya que eran quienes más gozaban de su vida, los beta medianamente lo hacían, y los omega con mucha suerte podrían tener una buena vida, así estaban formados.
Yunho nació con una vida ya planeada, siendo hijo del alfa mas fuerte de la familia y de una omega de gran carácter, era casi obligatorio que él debía ser igual a ellos, por lo que gozó de privilegios desde que fue capaz de hablar y caminar, había escuchado a sus padres desde que tenía uso de razón que él sería el próximo Jeong en asumir una responsabilidad importante para la familia, desde pequeño se le dijo que debía ser fuerte y el mejor en todo.
Y aun con sus grandes privilegios, él no estaba viviendo su propia vida, sino la vida que su familia quería para él, Yunho no tomó decisiones, no se le permitió ser un cachorro como a los demás, desde pequeño pudo diferenciar la hipocresía en su familia, el cinismo, pudo ver el lado más oscuro de su familia, creció rodeado de experiencias poco agradables para un niño y aún así jamás se mostró perturbado o afectado por ello.
Por algunos años intento tener algo de cariño hacia sus primos, pues estaban en su misma situación pero fue descubriendo que no valía la pena eran iguales a todos en la familia, a excepción de Wooyoung y Ahin, quizás llego a sentir algo de lastima por sus primos omegas, solo que con ellos ni siquiera lo intentó, eran alejados en cuanto se presentaban.
Al presentarse como alfa, su familia lo celebró como el acontecimiento del siglo y eso aumento el peso en sus hombros.
—Es una mierda— Gruñó llamando la atención de sus primos quienes se mostraban sorprendidos por su lenguaje— No sé a quien se le ocurrió que debíamos tener un maldito entrenamiento.
—No es como si fuera reciente— Murmuró Ahin quien ayudaba a Wooyoung a curar algunas heridas en su espalda— Y tampoco es que vayas a sufrir tanto...
Yunho gruñó molesto, no le gustaba cuando sus primos asumían que por ser el favorito de la familia era exento de cualquier entrenamiento pesado, era igual al de sus primos, incluso igual al de Wooyoung.
—¿Por qué?¿Por qué soy el favorito?— La alfa se encogió de hombros— Sigo siendo un niño— Miró a Wooyoung quien estaba más callado de lo normal— ¿A ti que te pasa?
—Nada...— Miró a Ahin en busca de otra respuesta.
—Ya sabes el entrenamiento— Yunho rodó los ojos.
Sintió lástima al mirar como la espalda de Wooyoung ya tenía cicatrices, no iba a mentir al decir que le pareció bastante bajo que Seokwon hiciera que Wooyoung empezará su entrenamiento a temprana edad, pero su padre ni siquiera se involucró para impedirlo, realmente le dió igual.
Nada les importaba, sus hijos eran simplemente armas que construían para defenderlos en un futuro donde el peligro fuera demasiado, los arrojarian a la muerte si fuera necesario con tal de su propio bienestar, a los Jeong solo les importaba el dinero y el poder de controlarlo todo.
No eran más que marionetas de algún imbécil enfermo que comenzó con el clan más retorcido jamás creado.
—Tú serás el alfa más fuerte— Estaba harto de esa frase, no quería ser parte de ese infierno, preferiría morir a seguir siendo una marioneta— Porque eres mi hijo y no me vas a decepcionar de esa forma ¿Cierto Jeong?— Miró a su padre y tan solo se encogió de hombros.
—¿Tengo otra opción?— Notó como su madre ponía una de sus manos sobre el hombro de su esposo, impidiendo por un momento que le hiciera algo por su respuesta tan insolente— Eso creí— Murmuró.
—Eso te dará poder, Yunho, hará que todos te respeten y nadie se atreva a meterse con nuestra familia— Su madre se acercó a él con una sonrisa, aquella que usaba cuando quería obtener algo positivo— Tienes que ser tú.
Nunca había una respuesta después de eso, ellos respondían por él y lo permitía con la pequeña esperanza de morir en el proceso, solo la muerte podría liberar a un Jeong de ese infierno al que estaban condenados.
La primera vez que fue castigado por equivocarse recuerda haberse reído mientras sentía como su piel era atravesada por la fina cuchilla de aquella navaja, algunos de sus primos terminaban llorando o pidiendo que no lo hicieran porque es lo que un niño haría, pero él no, de nada servía llorar o pedir que no lo lastimaran ellos no iban a escucharlos y eso solo empeoraria la situación.
El primer año de entrenamiento lo uso para memorizar estrategias o encontrar puntos débiles, perdió peleas a propósito solo para su diversión personal, los castigos le daban igual, su familia jamás entendió que él nunca vio un castigo o una recompensa al marcar su espalda, y con el tiempo descubrió que el maldito entrenamiento era sencillo una vez que memorizo los movimientos de sus entrenadores.
—Patético— Sonrió mirando como su entrenador estaba casi inconsciente en el suelo, miró a su alrededor notando como la mayoría de sus primos estaban consternados con tal situación, algunos se sentían aliviados al ya no haber entrenador y otros molestos pues eran alfas orgullosos que querían tener tal fuerza.
—Jeong— El alfa ni siquiera espero a que le dijeran quien lo llamaba y donde lo esperaba, simplemente salió del lugar.
Camino sin prisa por los pasillos del lugar, le daba igual llegar temprano a donde su padre lo esperaba de todas estaba casi seguro de que iba a decirle, seguramente "pediria" su opinión sobre la situación más reciente.
Se detuvo cuando una pareja algo inusual salió de una de las habitaciones, alzó su ceja y no pudo evitar reír un poco cuando observó a su madre y a Seokwon, le pareció divertido como esa infidelidad era más bien una sentencia de muerte tanto para ellos como para él. No le sorprendía y tampoco le decepcionaba, siempre supo que su madre amaba tener la atención de todos y su padre ya no le daba la atención que quería, pero ellos si parecían sorprendidos de verlo a él.
Yunho no dijo nada esa vez, tan solo se había reído alto y siguió como si nada, pero Yoomin sabía que algún día su hijo usaría eso para obtener algo.
[...]
Ante la falta de entrenadores, la familia Jeong decidió que no pagarían por más incompetentes y si era necesario ellos mismos entrenarian a sus hijos.
—Nacimos arruinados, Wooyoung— Esa era la cruel realidad, y no había más para ellos.
Al salir de habitación pudo notar como algunos de sus tíos se dirigían a donde Wooyoung ya los esperaba, no hizo, ni dijo nada, era estúpido intentarlo todos lo sabían, además de que lo tenían prohibido desde pequeños y nadie a incumplido con eso.
Un suspiro salió de sus labios al abrir la puerta del lugar donde entrenaban y su padre lo esperaba.
—Tardaste Jeong— El alfa asintió lentamente.
—No tengo una excusa— Respondió sin importancia— ¿Empezamos o me darás un sermón sobre llegar puntual?
Inseok alzó una ceja ante la actitud de su hijo, lo tenía todo pero sabía que con su actitud inmadura sería fácil de derribar y lo que se pretendía con su entrenamiento es que fuera fuerte sin importar la circunstancia del momento.
—Jeong, aun eres mocoso— El alfa rodo los ojos— Y ese no es el carácter de esta familia.
Quería reírse al escuchar que se refería como una familia a ese infierno que los obligaba a vivir y tener que caminar sin mirar atrás donde estaban las atrocidades qué debían hacer para tener una vida "decente".
Una parte de ese infierno era obligado a ser como eran, otros disfrutaban de hacer lo que hacían, no había punto medio para ellos, te guste o no, harás lo que te piden si quieres algo de dignidad en un vida tan miserable.
—Pues perdón por eso— Bufo molesto— No es mi culpa no haber tenido una niñez normal, esta estúpida familia me obli-...— Las palabras de Yunho fueron cortadas por el golpe limpio que su padre le dió.
Jeong quería reírse, su padre aun no entendía que nada de lo que hagan hará que cambie de idea sobre esa familia, odiaba a todos y si para ser libre tenía que asesinar a uno por uno, él lo haría.
—No importa cuanto lo intentes, nunca cambiaré de idea sobre esta familia— Inseok gruñó con ira, para después respirar profundo y calmarse lo necesario.
No se molestó en saber porque su padre hizo eso, simplemente lo dejó y tomó un pañuelo para limpiar la sangre de su labio.
Después de eso Inseok cambio por completo el tema y se enfoco en temas de negocios, y francamente Yunho prefería un poco más ese tema, era menos tedioso que escuchar el mismo sermón de siempre donde él sería el líder de los Jeong y seguiría buscando mantener con vida ese despreciable infierno.
—Algunos de tus primos ya fueron a Japón— Yunho frunció ligeramente el ceño.
—Has pensado que eso es asqueroso— Inseok rodó los ojos, sabía la postura de su hijo sobre ese tema, pero estaba casi seguro de que se haría la idea muy pronto.
—Da igual lo que pienses Jeong— Murmuró mientras se levantabas siendo completamente ignorado por su hijo— Es hora de entrenes...— Yunho frunció el ceño totalmente desconcertado había creído que no tendría entrenamiento ese día, su padre le quito la intención de hablar primero— Odias a esta familia, a tu familia, pero sin nosotros no serás nada.
Por primera vez en mucho tiempo Yunho sintió un escalofrío lleno de temor ante la voz de su padre, todas sus alertas se encendieron sabía que debía huir cuanto antes, sin embargo, su cuerpo no estaba reaccionando, estaba estático ante la presencia dominante de su padre.
Maldijo una y otra vez porque sabía que esa "sumision" era porque él jamás hizo el entrenamiento adecuado, puesto que todos le tenían miedo por el simple hecho de ser un Jeong e hijo de Inseok, todos hacían lo que él decía, todos obedecian, pero su padre tenía más dominio en ese momento, era el Alfa de la familia.
—Ahora lo entiendes ¿No?— La áspera voz de Inseok resonó en sus oidos— Ese estúpido entrenamiento que no sirve para nada— Podía sentir como se burlaba de él— ¿Aun crees que no sirve de nada?
Tenia un mal presentimiento.
Los ojos de Yunho se abrieron hasta más no poder cuando un punzante dolor se extendió por sus costillas, solo así su cuerpo reaccionando levantándose de una forma violenta qué de no ser por la profunda herida en su costado derecho habría atacado como Inseok hubiera esperado, pero en su lugar sus piernas flaquear haciéndolo caer pateticamente frente a su padre.
—Quieres morir ¿no es aasí?— Yunho alzó la vista— Es lo que las deseas, morir en irte de este infierno como tú lo llamas.
Gruñó de dolor cuando su padre lo pateo cerca de su herida y haciendo que la daga qué uso se incrustara más.
Inseok no dijo más, tan solo llamo a dos de sus hombres para que levantarán a su hijo y después les dio una orden que Yunho ni siquiera escuchó.
Antes de que se lo llevarán Inseok le quito la daga solo para volver a enterrarla en su abdomen.
—Piénsalo Jeong, morirás de esta forma tan patetica o demostraras quien tiene poder— Yunho lo miró— Debes ser más fuerte de que yo, todos deben estar por debajo de ti, si mueres nadie te dará una despedida digna, serás olvidado y no sera un cambio en esta familia... pero si vives habrá una diferencia.
Yunho simplemente lo miro con rencor y no dijo nada, ¿Que debería decir? Su padre tenía razón, todos los días anhelaba morir, irse de ese maldito infierno llamado familia, nadie iba a extrañarlo de todas formas y si era posible tal vez le haría un favor al mundo de no engendrar a otro Jeong que arruinará vidas.
Por primera vez en mucho tiempo estaba sintiendo algo de paz, quizas por la perdidade sangre, finalmente se iría de aquel infierno y nunca más iba a tener que lidiar con su familia, no arruinaría alguna vida inocente, para ser sincero se sentía humano y no un simple trofeo familiar que era expuesto siempre que había oportunidad.
Su serenidad se terminó cuando el auto freno y fue sacado bruscamente recordatorio de sus dos heridas, miró el lugar y después el atardecer de aquel día, todo se sentía tranquilo.
—Es una patetica forma de morir para quien se supone será un líder— Aun estando a nada morir seguían esperando todo de él.
—Como si me importará— Hablo desganado y claramente debil— Me harían un favor si me asesinan en este momento— Sonrió mirando al par.
—Te haríamos el favor con todo gusto, pero tu padre nos ordeno qué bajo ninguna circunstancia te tocaramos— No necesito más para entenderlo.
Todo era una maldita prueba, la paz y tranquilidad que sintió en el camino no fue más que una cruel ilusión, él no moriría ahí, sus padres no iban a permitir algo tan miserable, pero al salvarlo se convertiría en una burla para su familia.
En el momento en que se quedó solo y en completa oscuridad no pudo evitar reír y gemir de dolor al mismo tiempo.
—Una prueba— Balbuceo queriendo asimilarlo todo.
Nunca iba a escapar de ese infierno, no había salida, solo morir y para hacerlo debía estar lo más lejos posible de su familia y por desgracia eso no pasaría a menos que se casara.
Estaba arruinado, destruido y sin la posibilidad de ser alguien más, su vida estaba planeada desde su nacimiento, seguramente ya estaba comprometido de algún pobre omega que no sabe ni lo más mínimo que le espera al entrar a esa familia, sentía pena por un omega qué ni siquiera sabía si ya existía, esperaba ir fuera uno fuerte porque sino entonces sabrá como es el infierno.
Quería rendirse, anhelaba hacerlo pero en cualquier momento su padre entraría impidiendo su muerte.
Así que sin otra opción reunió poca fuerza para levantarse, le tomo más de lo esperado pero finalmente su espalda estaba apoyada en la pared ayudando a sostenerse, sus primeros pasos fueron débiles y pesados, una sus manos presionaba su herida más profunda y la otra se apoyaba de la pared.
Sabía que no era una prueba convencional y que era sencilla, lo único que le añadia dificultad eran las dos heridas y que se estaba desangrando, fuera de eso pudo encontrar la salida del lugar.
Con su mirada borrosa pudo distinguir varias luces y a dos personas, cerca podía oír la sirena de una ambulancia.
El aire golpeó su rostro para hacerle saber que aun seguiría con vida muchos años mas, Yunho podía sentir como cada parte "buena" qué aun existía, moría poco a poco por el simple hecho de seguir respirando, odio aquel día de una forma inimaginable, maldijo a todo ser viviente en el mundo.
Lo último que escucho antes de caer inconsciente, fue a su madre gritar su nombre parecía preocupada.
Ni siquiera Inseok habría esperado el cambio que esa prueba ocasionó en su hijo.
Quizás Yunho siempre dijo no tener nada a lo que aferrarse, pero una parte de él siempre espero ser libre y ese día entendió que no sería así y siempre estaría atrapado con los Jeong.
[...]
—¡Cierra la maldita boca!¡¿Acaso crees que tu no arruinaste mi vida?!— En el fondo lo sabia, pero de no ser por él no lo habrian presionado mas— No tienes nada que otro omega no tenga, hay omegas más lindos, con mejor cuerpo, omegas que saben su lugar— Lo odiaba tanto por arruinar la poca libertad que había ganado— Das lástima— Acaricio su rostro, de alguna forma se estaba reflejando, recordando como fue tan patetico como para morir— Sólo eso generas en mí, deberías estar agradecido...
—¿Agradecido?¿Por humillarme?¿Por haber abusado de mi?¿Por repetirme todo los malditos días que no valgo nada?— Una vez dijo que sentiria lastima por el omega con quien se casara a menos que ruviera carácter, por desgracia Jongho era frágil—¡Déjame en paz o matame de una vez por todas!¡Prefiero morir a seguir contigo en este infierno!
Una sonrisa ciertamente siniestra apareció en su rostro, su familia no estaba, pero si moría solo él, ese pobre omega sufriria aun peor si eso era posible.
—Será un placer...—Pudo ver como entró en pánico cuando sus manos se cerraron en su cuello— ¿Esto querías, no? Pero nos veremos en el infierno, Choi, porque sé que ahí estarás— El miedo en sus ojos de alguna forma le gustaba.
No habría esperado el siguiente movimiento de un omega tan frágil como Jongho, lo último que recuerda es verlo desbordando miedo y después todo es completa oscuridad.
No estaba muerto de eso estaba seguro pero tampoco estaba vivo, de alguna forma lo sabía.
—Muere de una vez— Su ceño se frunció cuando una versión extraña de él se puso frente a él— Muere.
—¿Por qué habría de hacerlo? El pobre imbécil con el que estoy casado sufrirá— Un lobo se paro frente a él y entendió todo.
—Nosotros nos haremos cargo— Se sentia nauseabundo por esa versión patetica de él— Solo muere y serás libre— De nuevo había sentido paz.
—No creí que existieras, yo te asesine ese día.
—Pero siempre deseaste ser libre, ahora puedes serlo y yo haré lo que siempre quisiste hacer con ese infierno— Yunho lo miro— Solamente nunca vuelvas, deja de hacerle daño a las personas— Estiro su mano— Muere y solo habrá tranquilidad.
—¿Y si no quiero morir, pero ser libre?
—Entonces duerme y jamás despiertes— Yunho lo miró dudoso, había escuchado las historias de las dor versiones que existían en una sola persona pero no creyó que fuera verdad— Duerme con tranquilidad.
—Es una vida difícil— Murmuró antes de tomar su mano.
Pudo ver a esa versión suya sonreír con tranquilidad, totalmente despreocupado como si creyera que tendría todo bajo control.
La oscuridad poco a poco fue consumiendo su ser, estaba tan cansado que solo quería dormir y jamás despertar.
—Dile que lo lamento— Balbuceo, no sabía exactamente a quien se lo debería decir, lastimó a demasiadas personas y en algunos casos era irreparable el daño.
Aquella versión de Yunho desapareció porque su otra versión decidió que él jamás despertaría y cuando comenzó a hacerlo simplemente hizo lo mismo que antes lo asesino solo que se encargo de hacerlo bien para que jamás regresará.
¡Estoy viva! 🫣
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