Use Somebody
— Es una lástima que no lleves falda.
Dice mientras tomo su camiseta y la paso por encima de su cabeza.
— Es una lástima que eso te detenga – le digo.
Frunce el ceño un poco, pero se acerca de nuevo para desabrochar mi pantalón. Sostengo su rostro con mis manos para que no se aparte y lo beso con intensidad.
No hay tiempo para delicadezas, ni besitos suaves. Tenemos el tiempo encima, así que deslizo mi lengua por su labio inferior y dentro de su boca.
Un gemido involuntario sale de su garganta, pero no se aparta ni siquiera cuando jalonea mi pantalón y mi ropa interior al mismo tiempo.
— Esto será rápido, amor.
— No puedo esperar – susurro en su oído.
Mi pantalón cae al piso y él me acerca al borde del escritorio. Apenas desabrocha su pantalón y lo baja lo suficiente para que no le estorbe. Del bolsillo de su jean saca un paquetito metálico.
— ¿Venías preparado? – arqueo la ceja.
— Por supuesto, ya dije que te extrañé mucho.
— ¿Solo el sexo?
— Extrañé todo, pero el sexo es una gran motivación.
Sonríe divertido mientras se desliza en mi interior. De nuevo el calor se extiende por mi cuerpo, pero sé de qué forma quiero apagarlo.
Christian apoya sus manos en mi cadera para que no me mueva mientras embiste con fuerza y profundidad.
Yo me aferro con un brazo a su cuello, y con mi otra mano tengo que cubrir mi boca para contener los gemidos de satisfacción y placer. Lo último que necesito es que todos en el bar nos escuchen teniendo nuestro momento.
Sus brazos se mueven hasta situarse detrás de mí, para atraparme entre ellos y su cuerpo porque sus movimientos son cada vez más rápidos y fuertes.
Otro gemido se escapa de su boca, haciéndome reír, pero él rápidamente muerde mi hombro para amortiguar el sonido.
El calor se extiende por mi cuerpo y mis piernas se tensan en respuesta, mientras me empujo a mi misma más cerca de Christian para aumentar la fricción.
— Si... Ahh, si, así... – jadeo junto a su oído.
— Vamos amor, no lo detengas.
Dice y parece una orden para mi cuerpo, que se estremece completamente mientras tapo mi boca de nuevo para no gemir ruidosamente.
Él presiona sus labios pero el gruñido que sale de su garganta es tan fuerte que me estremece de nuevo. Su frente se apoya en mi hombro mientras trata de recuperar el aliento.
— Mierda – balbuceo exhausta – eso fue mejor que en mi sueño.
— ¿Cuál sueño? – pregunta aún apoyado en mi hombro.
— Un sueño maravilloso que tuve sobre un chico muy sexy de ojos grises.
Escucho su risa bajito, y yo también suelto una risita. Antes de que pueda decirle cualquier cosa, la puerta de mi oficina es golpeada y ya sé quién es.
— ¡Christian, se acabó tu tiempo! Sal ahora y me importa una mierda si aún tienes los pantalones abajo.
— Dame un minuto – le gruñe.
— Debiste dejarlo en Detroit – le digo y se ríe.
— Lo intenté, pero me siguieron. Tengo que salir al baño, vístete ahora para abrir la puerta.
Se aparta con cuidado, sosteniendo el incómodo pero útil látex, y le hace un nudo antes de lanzarlo al bote de basura.
— Eso le dará a Connie algo en qué pensar – me río.
Christian levanta su camiseta y mi pantalón para volver a vestirnos, aunque esta vez con más calma. sin decirme nada se ofrece a ayudarme con la ropa interior y el pantalón, luego lo abrocha.
Yo hago lo mismo cuando acomodo su boxer, aunque mi mano se detiene por varios segundos ahí, en el borde del elástico.
— Detente o Ethan y Luke van a derribar la puerta en cualquier momento.
— Bien – ruedo los ojos mientras termino de abrochar su pantalón.
Pasa su camisa azul pero encima de su cabeza y pasa las manos para quitarle las arrugar.
— Ahora si tengo que salir, ¿vienes conmigo?
Le hago una seña con la mano para que vaya y me deje recuperar el aliento, justo ahora podría incluso dormir una siesta en el sillón.
— Ve, ya te alcanzo.
Abre la puerta de la oficia y por fortuna, Ethan no se encuentra ahí. Aunque todas sus mochilas están amontonadas junto a la puerta.
— Déjalas, yo las acomodo.
Christian sale de mi oficina y me termino de acomodar la ropa antes de arrastrar las mochilas de los chicos hasta el sofá.
Me dejo caer un momento en la silla de mi escritorio y cierro los ojos. Estoy tan relajada que no me doy cuenta en qué momento me quedo dormida.
— Ana... Ana.
El susurro de mi nombre en voz de mi hermana es como un balde de agua fría para mí.
— Empiezo a creer que esperas hasta que estoy dormida para venir a importunarme.
— Solo quiero saber si vas a salir a ayudar a Travis, José se fue a dormir y hay muchos pedidos.
— Voy para allá.
Me levanto perezosa de la silla y sigo a Kate hasta la barra. Me apresuro a hacer lo que está en mis posibilidades y dejo el resto a cargo de mi bartender.
Christian y los demás están sobre el escenario, tocando una canción que no puedo detenerme a escuchar porque Kate viene de nuevo hacia mi.
— ¿Te enteraste?
— ¿De qué?
— De lo de la gira. ¿Christian te lo dijo?
— Hum, no, no tuvimos mucho tiempo de charlar – mi hermana arquea su ceja – ¿que es eso de la gira?
— Les ofrecieron un contrato para irse de gira con otras bandas de Detroit y de Tennessee. Elliot está muy emocionado.
— ¿Se van?
— No lo dijo, pero supongo que sí. Es lo que han esperado desde hace tiempo.
Mierda. Eso no lo vi venir. Realmente creí que podría pasar más tiempo con Christian antes de tener que pensar en su partida. Supongo que ahora es un tema inevitable.
Levanto mi vista hacia el chico de ojos grises que canta, pero esta vez no sonríe. Su vista está fija en algún punto en la pared, mientras recita la letra de la canción de manera automática.
Canción en Multimedia:
Kings Of Leon – Use Somebody
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro