Silence Is Easy
Estoy parada en la acera, afuera del Joe's. Estoy sufriendo una crisis existencial, otra vez. Estos últimos meses hemos tenido buenos ingresos, y terminé de pagar el préstamo para la universidad de Kate. Ahora tengo que pagar la graduación y ayudarla con su posgrado, si es que desea seguir estudiando.
Mi estabilidad mental depende de cuántos ingresos puede generar la nueva banda. Hace dos meses no tengo una de planta, y espero que el señor Simmons no se equivoque con los de hoy. La única ventaja de tener un bar en la zona universitaria es que estudiantes vienen seguido y son fáciles de complacer. Les encanta la música en vivo y los covers, así que tengo todo a mi favor.
— Otra vez estás pálida – dice José tomándome de los hombros – respira hondo y abre la puerta, que tengo que hacer el inventario para esta noche.
— ¿Aún no terminas? – lo regaño – dijiste que estaba listo ayer...
— No, dije "casi listo" – se burla el idiota – Katie dijo que me iba a ayudar.
Abro la puerta del bar y enciendo las luces, es un lugar pequeño pero muy acogedor. El sueño de mi vida es tener un restaurant de lujo, pero con el préstamo que obtuve sólo me alcanzó para comprar Joe's. Así que mientras llego a eso, tengo el bar, a José mi amigo de la universidad como bartender y a Kate como mesera.
Mi hermana dejó su trabajo de medio tiempo como niñera para poder ayudarme en el bar. De paso trajo a su amiga Mía y ambas me ayudan. Por la mañana estudian y por las noches trabajan aquí, y las admiro por eso.
— Otra vez tienes cara de estrés – me dice Katherine llegando junto a mi – Y luego te pones gruñona.
— ¡Ni se lo digas! – se burla José – lleva como 10 minutos viendo la pared.
— Imbécil – frunzo el ceño – ¿Terminaste el inventario?
— Ya te dije que Katie lo iba a hacer – la señala.
— ¡Flojo! No puedo – le saca la lengua – Voy a abrir la puerta de atrás, ya llegaron los chicos de la banda.
— Ahh si, ve a abrirles y ayúdalos a instalarse – Le digo mientras tomo unas facturas.
José sigue acomodando vasos y mi hermana reaparece seguida de 4 chicos. Les indica el área del bar reservada para los músicos y platica amistosamente con ellos. Voy al pequeño cuartito que funciona como mi oficina y anoto los egresos en el diario de contabilidad.
— ¿Terminaste? – me sonríe mi hermana desde la puerta.
— ¿Qué quieres? – le digo molesta.
— Vaya, ¡qué humor! ¿Jack no te ha llamado? – dice en voz baja.
— No te importa, ve a trabajar – digo sin mirarla.
— Ana, ¡vamos! Anímate un poco...
— Tengo pendientes qué hacer – respiro hondo y la miro.
— José terminó el inventario y quiere que lo revises para poder comprar lo que falta – me dice y se va molesta.
Salgo de mi oficina y en tres pasos ya estoy junto a la barra. José revisa el listado de las botellas y me lo pasa. Selecciono algunas y le digo que llame al proveedor para que las traigan hoy. Señalo otras tantas y las marco con una raya, que significa que tienen que surtirse esta semana.
— Hola – escucho una voz a mi izquierda.
— ¿Si? – le digo al chico castaño que me mira – ¿Qué necesitas?
— Tu nombre – sonríe.
— ¿Para qué? – le digo en tono molesto. Me irrita que me hablen cuando estoy estresada.
— Voy a casarme contigo, y para eso necesito saber por lo menos tu nombre.
Pongo una mano sobre mi boca para esconder mi risa. ¿Es ésta una jodida broma? Este idiota me ha hecho reír. Veo de reojo a José haciéndole señas para que se aleje. El chico castaño de ojos azul oscuro aún sonríe. Mi hermana aparece de pronto con cara de susto y lo jala del brazo hasta sus amigos. Es uno de los chicos de la banda.
Los observo ahora con detenimiento. Tengo que admitir que los cuatro son muy guapos. Un chico de cabello y ojos castaño claro toma lo que creo es un bajo. Kate se para junto a mi y luego señala.
— Ethan – señala al chico que yo estaba mirando poco antes – el del micrófono se llama Luke.
Un chico delgado y piel pálida está al frente. Cabello negro y ojos muy azules, acomoda el micrófono y se cuelga la guitarra eléctrica.
— El que acaba de subir se llama Ness – un chico de cabello rubio se sienta en la batería. Golpea un poco a modo de ensayo. Sonríe ampliamente y puedo ver a Kate mirarlo con la boca abierta.
— ¿Ness? ¿como el monstruo del lago Ness? – arqueo una ceja.
— Bueno, así le dicen. Y por supuesto que ya conociste a Christian.
El chico castaño de hace un momento se coloca otra guitarra y acomoda un micrófono. Es alto, delgado y su cabello corto resalta con las luces del escenario. Sé que tiene ojos azules pero de un tono algo oscuro dándole un aspecto grisáceo que resalta con esa camiseta azul que lleva.
Me mira fijamente y sonríe. No sé si es su mirada o lo que me dijo hace rato, pero me pongo nerviosa, así que me giro y camino detrás de la barra para volver a mis pendientes. Ellos empiezan a tocar una canción que me gusta mucho.
(...) Everybody says
that they're looking for a shelter,
Got a lot to give,
but I don't know how to help her... (...)
Canción en Multimedia:
Starsailor – Silence Is Easy
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