Perfect Color
Después de cerrar el bar, nos sentamos todos junto a la barra a beber unas cervezas, Kate, Mía y yo tequila. No me pasa desapercibido que mi hermana está junto a mi y Elliot en el extremo más alejado.
— ¿Me ayudas?
Le digo y señalo hacia la caja registradora con la cabeza. Ella deja su vaso sobre la barra para seguirme, porque necesito preguntarle.
— Sé que no quieres hablar de eso pero, ¿estás bien? Entiendo que sea difícil para ti estar aquí.
— No seas tonta, claro que quiero estar y ser parte de tu momento especial. Honestamente, creí que cuando Jack se propusiera me dejarías a cargo de la planeación, así que tengo muchas ideas.
— Dios – susurro poniendo los ojos en blanco – No lo menciones delante de Christian, aún está enojado contigo por lo de Jackson.
— ¿Y por qué? Fui yo la que se quedó con él, no tú – una sonrisa coqueta aparece en su rostro.
— ¿Y cuál es el plan?
— Bueno, puesto que ésta es tu última noche de soltería, Mía y yo vamos a hacer una pijamada en tu departamento.
— ¿Acaso tenemos 6 años? – me río – ¿Una pijamada?
— ¡Oye! No lo digas, te conseguí un estriper jodidamente sexy y chillaste cuando te tocó.
— ¡Es que no quería que me tocara! – grito demasiado alto para pasar desapercibida.
— Entonces no te quejes, haremos cosas de chicas y mañana podrás encontrarte con tu novio en la oficialía.
— ¿Mañana? Pensé que iríamos juntos.
— No, él se va ahora con José y los chicos. Ya tienen todo listo para mañana.
— Oh – balbuceo – ¿y Christian ya lo sabe?
Kate aprieta sus labios para no responder a mi pregunta. Quiero insistir en este asunto, pero los susurros y luego el grito de Christian nos hacen voltear.
— ¡Mierda, no! Yo me voy con Ana.
— Hermano, entiende, es la tradición – José intenta convencerlo.
— A la mierda la tradición – dice y se levanta de su silla.
— ¿Tienes miedo de que se arrepienta? – grita Luke.
Christian camina hacia nosotras y toma mi brazo para llevarme hasta la oficina. Kate quiere decirle algo, pero su ceño fruncido la hace desistir.
— ¿Qué pasa?
— ¿Estás de acuerdo con ésto?
— Solo será una noche, no es para tanto. Además, mañana nos veremos a primera hora.
— El problema es que voy a irme por un montón de tiempo y quiero pasar cada minuto que pueda contigo. No quiero ir con ellos.
— Entonces quédate aquí – señalo el sofá – Kate y Mía estarán conmigo en el departamento y será incómodo para ti.
Él parece pensarlo un momento, su vista se fija en el sofá pero rápidamente niega con la cabeza.
— Bien – rueda los ojos – me voy con José, pero mañana iré a buscarte.
— Si, si, claro.
Palmeo su hombro mientras lo empujo de vuelta al bar con sus amigos, pero Kate me mira y le hace una seña a Mía.
— Es hora de irnos, José y ellos se van a quedar un rato más.
— Bien – digo no muy convencida – estoy lista.
Le doy un último beso a mi novio y camino detrás de mi hermana hasta la puerta. Ella y Mía llevan pequeñas mochilas con lo que supongo es su cambio de ropa.
En mi departamento, ellas se ponen cómodas y buscan una película en la televisión. Sugerí que pidiéramos una pizza, pero ellas quisieron cocinar algo que parece ser omelette de queso.
— ¿Qué quieres hacer? – pregunta Mía después de un rato.
— Escuchar música, eso me relaja.
— Pues ponla antes de ir a dormir, no podemos estar ojerosas en tu boda.
Busco entre los discos hasta que encuentro los de mi banda favorita. Pongo el primero y me quedo de pie frente al mueble escuchando los acordes de sus guitarras, y no puedo evitar pensar en el chico que vive conmigo.
Cuando me doy cuenta, Kate y Mía están dormidas en el sofá, por lo que las ayudo a caminar hasta mi cama y les dejo descansar. Así puedo volver a la sala a seguir escuchando música.
No he visto la hora en el reloj, pero ya estoy escuchando el segundo disco de mi banda y la canción que es jodidamente positiva y alegre, como alguien que conozco.
(...) Yellow nice to meet you
Do you know that you just
blue my mind?
It was the perfect conversation,
I think that I red about one time
And I told a white lie when I told you, I've never been green with envy you
You are the perfect color... (...)
— Christian – susurro mientras una sonrisa crece en mis labios.
Presiono el botón para repetir la canción y me dejó caer en el sofá, con los ojos cerrados para apreciar las notas de la canción que tanto me gusta.
Un golpe seco me hace abrir los ojos y lo primero que percibo es el par de ojos grises que me miran atentamente. Rayos, otra vez estoy teniendo un sueño erótico.
Tomo su rostro suave con mis manos para besarlo, pero la presión de su cuerpo sobre el mío me deja sin aire. ¡Esto no es un sueño!
— ¡Christian! ¿Qué haces aquí? – chillo sorprendida.
— Hola amor – el tonto sonríe – dije que vendría temprano.
— ¿Estás loco? – me enderezo un poco en el sofá para ver el reloj de la cocina — ¡son las 4:30 de la mañana!
— Lo sé, justo a tiempo.
Dice y arquea la ceja. Tengo que dejarme caer de nuevo en el sofá para que no me vea rodar los ojos. ¡Lo sabía! ¡Este chico es imposible!
— Ni siquiera quiero saber cómo hiciste para llegar aquí desde la casa de José – lo regaño – pero ya que estás aquí, ven. Quiero dormir.
Y no lo digo dos veces. Él se acomoda rápidamente junto a mi en el sofá y lo abrazo con fuerza. No solo para que no se caiga, sino porque lo extrañé. Mierda, no quiero que se vaya.
Así, con la calidez de su cuerpo junto al mío es que me quedo dormida. En un par de horas tendremos que prepararnos para ir a nuestra pequeña ceremonia civil.
Canción en Multimedia:
Safetysuit – Perfect Color
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