Love In This Club
Después de comer, mi hermana y su novio se ofrecen a lavar los platos mientras los demás vamos a la sala a ver la televisión.
— ¡Deja de cambiar los canales hombre! – regaña Ethan.
— Es que todo es aburrido – se queja Luke – quiero ver algo que no sea de zombies.
Ambos se jalonean el control remoto hasta que sale volando por la sala. Luego Christian los mira con el ceño fruncido y José se ríe sobándose la panza.
— Hey tontos, ¿que les parece si salimos? – pregunta Elliot desde la cocina.
— ¡Si! – gritan Ethan, Luke y José.
Aprieto los labios para no sonreír de felicidad, si los chicos se van podré regresar a dormir otro rato o escuchar música, incluso ver alguna de mis series favoritas.
Los chicos se acercan a la barra de la cocina a planear la salida. Como siempre, José es el primero en estar de acuerdo y estoy segura que Kate irá a dónde Elliot vaya.
Permanezco en el sofá sin hacer ruido o movimientos que puedan alertarlos de mi presencia y Dios no quiera, hacerme participe de sus planes.
Pero sé que he fallado cuando Christian voltea a verme y arquea la ceja. Mierda.
— Tu vienes conmigo, amor – se acerca.
— No quiero, muchas gracias – vuelvo mi vista a la pantalla.
— Por supuesto que irás, señorita apática – se burla Kate – ahora ven conmigo a elegir tu ropa.
— ¡Ya estoy vestida!
— Así no tonta, ven a cambiarte o dejaré que Christian lo haga – me amenaza.
Me levanto rápido del sofá y camino hasta mi habitación, donde mi hermana curiosea entre mi ropa. Lo único que le permito elegir para mí es una blusa negra ceñida sin mangas.
Tomo mi chaqueta del closet, pero Kate me jala del cabello antes de que pueda salir de mi habitación.
— Ahora el cabello.
Ruedo los ojos mientras ella suelta mi trenza y desenreda mi cabello. Lo acomoda en una media coleta, pone los pasadores y me abraza antes de soltarme.
Los chicos nos esperan en la sala, así que salimos para encontrarnos con ellos y bajar a tomar un taxi. Ni siquiera pregunto a dónde vamos, por la forma en que Christian sostiene mi mano sé que no tengo escapatoria.
Mi expresión es de sorpresa cuando el Taxi para frente a DISCO, un club nocturno. Esta es la idea de José, ¡podría apostar mi bar a eso! El lado positivo es que no estamos demasiado lejos de casa y es temprano así que encontraremos alguna mesa disponible.
Entramos juntos al club guiados por Kate. José y Luke se apresuran a ordenar las bebidas, mientras nos acomodamos en las sillas libres frente a la barra.
Hemos tomado ya varias cervezas y poco a poco los chicos se alejan para bailar. Primero mi hermana y Elliot, luego José se va tras una chica, otra viene por Ethan y trae a una amiga para Luke.
— ¿Quieres bailar? – pregunta una chica morena frente a mi.
Christian está a mi lado como la jodida sombra que es, niega con la cabeza hacia la chica que lo mira sonriente.
— ¡Oh! lo siento, ¿es tu novio? – se dirige a mi.
— No, es mi primo, pero es muy tímido – le susurro – seguro se muere por bailar.
La chica sonríe y le guiño un ojo para alentarla a que se lleve al castaño. Ella se acerca a hablarle al oído y él frunce el ceño hacia mí, pero la chica lo toma de la mano y se lo lleva.
Tan pronto como se ha alejado de la barra, le pido al bartender una botella de tequila. Le entrego un billete para que se apresura a traerme mi pedido mientras todos bailan.
Después de un rato, Luke se sienta junto a mi con una cerveza en la mano.
— No los entiendo – me mira serio.
— ¿Qué?
— Parecen novios todo el jodido tiempo y ahora él está allá con una morena.
— No somos novios y no me gusta bailar, no entiendo por qué tendría que estar aquí cuidándome.
— ¿En serio? ¿No te importa en absoluto lo que pasa ahí?
Luke señala hacia la pista, donde muchas parejas se mueven al compás de la música hiphop pegadiza. Puedo ver a Elliot y Kate riendo, José tratando de impresionar a una castaña y a Ethan charlando con alguien del otro lado de la pista.
Pero lo que llama mi atención es la morena colgada del cuello de Christian. Ella juguetea con su cabello, le sonríe y pestañea de la misma forma coqueta en que Leila lo hizo.
— Mierda – susurro y Luke se ríe.
— ¿Entonces estás bien con eso? Porque quisiera invitarte un trago, solo tú y yo.
Lo escucho decir, pero mi vista y mi atención siguen puestas en la parejita frente a mi. La morena baja sus manos por los hombros de mi intruso y se aferra a sus bíceps.
— ¿Ana?
— Agh, ¡chica idiota! – gruño.
Luke me dice algo pero yo ya camino furiosa hacia la pista, cegada por los celos y sintiéndome idiota por lanzarlo a los brazos de ella. ¡Esa víbora!
Me detengo junto a ellos, pero la música está tan fuerte que tengo que acercarme y gritar para hacerme escuchar.
— Mentí – le bufo a ella – Es mi novio... Largo.
Ella voltea a verme con la boca abierta, así que frunzo el ceño para que vea que no estoy jugando. Más le vale alejarse ahora.
Y como si pudiera leer mi mente, ella se suelta de él y se tambalea hacia atrás. No la pierdo de vista hasta que se aleja entre las personas y sale de la pista de baile.
— Así que soy tu novio – volteo a ver a Christian y él sonríe.
— Cállate – le gruño sonrojada pero no me aparto.
¡He hecho una escena de celos! Y lo peor es que yo la ocasioné... Qué idiota me siento ahora.
Sigue sonriendo y me atrae hacia él, para bailar, así que torpemente apoyo mis manos en sus hombros.
Él estira mis brazos hasta su cuello acercándome más. No sé si es el calor, el cansancio o las dos cervezas y tres tequilas que tomé, pero apoyo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos.
Una canción bastante agradable suena y dejo que él guíe nuestros movimientos. Ladea su cabeza sobre la mía y repite bajito la letra de la canción que bailamos.
Canción en Multimedia:
Usher – Love In This Club
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