Hallelujah
Apenas tengo oportunidad de descansar un poco y voy a mi oficina. Me siento en mi silla y saco mi teléfono para marcar su número pero me manda a buzón, así que le dejo un mensaje.
— Jack, cariño, soy yo. No he tenido noticias tuyas, así que espero que estés bien. ¿Cómo va la gira? Me imagino que siguen presionados pero llámame cuando tengas oportunidad... te extraño.
Termino la llamada sintiéndome algo triste. Hace dos meses que mi novio Jack se fué y hace unas tres semanas que no recibo ni un mensaje de él. Sé que me llamará pronto y esta angustia que siento va a disiparse tan pronto como escuche su voz.
Regreso de nuevo a la barra junto a José, quien para variar platica animadamente con dos chicas jóvenes. Seguramente de primer año de la universidad.
— Corrupción de menores... – le susurro al oído con tono de burla.
Se endereza para verme y frunce el ceño. ¡Te atrapé idiota! Recojo un par de vasos más y los lavo. ¿Me molesta que mi mejor amigo sea mujeriego? No. Siempre y cuando mantenga sus manos lejos de mi hermana.
Otra noche exitosa llega a su fin y estoy deshecha. Afortunadamente para todos, mañana es lunes y es nuestro día de descanso. Cuando los clientes empieza a retirarse, aprovechamos para recoger un poco antes de salir. José y yo cerramos las puertas y nos despedimos, apenas volteo y Christian ya está a mi lado.
— No te olvides de mí – sonríe.
— ¿Como olvidarte?... pareces mi sombra – le digo seria.
— No eres muy amigable, ¿cierto? – arquea la ceja.
— Nop – le digo sin mirarlo.
Caminamos rápido las 6 cuadras hasta mi departamento y cuando llegamos él va directo a la ducha. Yo estoy tan cansada que sólo me pongo mi pijama y me quedo dormida sobre las cobijas.
Otra vez ese delicioso aroma... comida. Me levanto rápido y veo el reloj, pasan de las 10 de la mañana. Tomo ropa limpia de mi cajón y me meto directo a la ducha, ignorando el ruido en la cocina.
— Buenos días dormilona – dice Christian cuando me paro junto a la barra.
— Buenos días – le digo pero estoy viendo el desayuno – ¿qué estas haciendo?
— Omelette de queso y fruta con yogurt – yo ruedo mis ojos y él se ríe.
— ¿Fruta? Eso es para que distraigas a tu estómago hasta que llegue la comida de verdad – me burlo.
— No amor, vas a comer fruta, tu omelette y jugo de naranja... – pone el vaso frente a mi – Creo que el café te pone gruñona.
— ¡Claro que no! No te metas con mi café – me acerco a la encimera y enciendo la cafetera – ¡bendito café!
Ojos grises sonrie y niega con la cabeza. Se sienta en un banco frente a la barra y trae catsup para su Omelette. Yo lo miro como si fuera un bicho raro y frunzo el ceño.
— ¿En serio aprendiste tú solo a cocinar? – le digo para cortar el silencio incómodo.
—Es una larga historia, ¿de verdad quieres saberla? – me mira con los ojos entrecerrados.
— ¿Tienes algo más importante qué hacer?
— Bueno – suspira – Mi papá es abogado y mi mamá pediatra en un hospital de Detroit. Como ya dije, ellos todo el tiempo estaban ausentes por trabajo, mi papá en el juzgado y su despacho, mamá en su turno de 12 horas. Estuvimos a cargo de una niñera, una señora mayor que nos cuidaba, nos ayudaba con la tarea y nos preparaba la comida. Cuando estábamos aburridos, mi hermano y yo le ayudabamos a cocinar así que aprendimos.
— ¿Y cuando aprendiste a tocar la guitarra? – le digo acabando mi omelette.
— Mi mamá tiene un principio básico: Un deporte, un idioma y un instrumento. Aprendí francés, entrené kickboxing y aprendí a tocar el piano.
— ¿El piano? Vaya, eso es...
— ¿Impresionante?
— Poco práctico – me burlo.
— En fin, después del piano seguí con la guitarra, la batería y la harmónica.
— Y cantas.
— Si – sonríe – la música es mi actividad favorita.
— ¿Y estudiaste música o algo relacionado?
— No, entré a la escuela de leyes pero realmente no era lo mio – se encoje de hombros.
— ¿Y dejaste la escuela por la música?
— Si... bueno, tenía otros planes pero formamos la banda como un pasatiempo y cuando empezaron a contratarnos lo tomamos como una oportunidad.
— Humm, eso no me lo esperaba – le digo y se ríe.
— Bueno, basta de interrogarme y ahora háblame de tu familia – se gira para verme.
— Nop – me levanto del banco – es hora de dormir otro rato.
Llevo mi plato hasta la cocina y le sonrío antes de salir corriendo a mi habitación. Estoy un poquito asombrada, esta es la conversación más larga que he mantenido con alguien en... ¿semanas?
Comí tan rico que ahora lo que quiero es abrazar mi almohada y dormir otro poco. Espero que él encuentre algo que hacer para que me deje dormir.
Apenas me acomodo en la cama y cierro los ojos, cuando escucho la maldita guitarra...
(...) ...But baby I've been here before,
I've seen this room
and I've walked this floor,
You know,
I used to live alone before I knew ya,
And I've seen your flag
on the marble arc,
And love is not a victory march,
It's a cold and it's a broken Hallelujah... (...)
Canción en Multimedia:
Jeff Buckley – Hallelujah
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro