Demons
- Ya levántate - dice abriendo la puerta - ni creas que vas a dormir más por haberte desvelado.
Frunzo el ceño y me levanto de la cama para seguirlo. Puedo sentir que sigue molesto porque evita mirarme.
- ¿A dónde fuiste?
- A otro bar.
- ¿Con quién? - ahora si me mira.
- Con nadie, estuve sola, solo me tomé unas cervezas.
- No te creo - mi mira con los ojos entrecerrados - ¿por qué te fuiste?
- Lo jodí, ¿bien? Lo entiendo, todos estaban molestos - desvío mi mirada.
- Pero nos preocupaste, no desaparezcas así - se acerca a mí - creí que algo te había pasado.
- Esa es una de las ventajas de ser adulta, puedo cuidarme sola - digo seria.
- ¿Pero qué hay de mí? ¿No merezco saber por lo menos que estás bien?
- Tu estancia en mi casa es temporal, no te debo nada.
- ¡Bien! ¡Pero igual no me voy! - gruñe y camina a la cocina.
- ¡Bien! - le respondo y camino hacia el baño.
Tomo la perilla pero no la giro. Lo he jodido bastante las últimas horas y no quiero más cargos de conciencia. Vuelvo sobre mis pasos hasta la cocina.
- Lo siento.
- ¿Por qué? - gruñe molesto.
- Por decir todo eso, tienes razón, debí tener consideración por ti y no preocuparte. Ni a mí hermana o a él idiota de José.
- Te perdono - me mira serio - pero no vuelvas a hacerlo o voy a...
- ¿A qué? - lo interrumpo.
- ¡A darte unas buenas nalgadas para que entiendas!
- ¡Ya quisieras! ¡No eres mi papá!
- ¡Entonces no volveré a cocinar para tí!
- ¡Bien! ¡Voy a notificarte todos mis movimientos! - me burlo - ¡Ahora mismo me dirijo al baño a tomar una ducha!
Vuelvo a tomar mi toalla y mi ropa limpia para entrar al baño. Agua caliente cae sobre mi cuerpo relajándome, ¡oh rayos! Ahora tengo sueño.
- ¿Ana? - escucho su voz cerca de la cortina.
- ¡¿Christian?! ¡¿Qué haces aquí?!
- ¿Quieres que talle tu espalda? - se ríe.
- ¡No! ¡Largo de aquí! - tomo el jabón y se lo lanzo para que salga.
Escucho su risa mientras cierra la puerta. Chico idiota que me hace reír. Después de desayunar voy a mi habitación a dormir otro poco.
Cuando despierto voy a la cocina para preparar un sándwich de queso y hago uno para Christian. El ambiente se aligera de nuevo entre nosotros.
Salimos hacia el bar, donde José, mi hermana y los demás ya nos esperan.
- Atención - les habla Christian - acerquense por favor, Ana tiene algo qué decir.
Me empuja del hombro para que camine al centro del bar y volteo a verlo con el ceño fruncido.
- ¿No vas a olvidarlo? Ya sabes, ¿sin humillarme?
- Nop.
- Te odio - le susurro haciendo que él se ría.
Todos me miran en silencio y a la expectativa.
- Lo siento - balbuceo - no quería preocuparlos anoche y sé que debí avisarles que estaba bien.
- ¿Y? - pregunta José.
- Es todo, vuelvan a trabajar.
José niega con la cabeza divertido, Kate me da un abrazo rápido y Luke palmea mi hombro.
- ¡Eh! ¡Manos atrás! - le gruñe Christian.
Poco a poco las personas empiezan a llegar y se acomodan, primero en las mesas y luego en la barra. Miro con atención a la chica castaña de ojos grandes que observa nerviosa el escenario.
- Sobre eso - dice Christian parado detrás de mí - aún estoy molesto.
- Qué raro eres - le susurro - ¿no te gusta la atención de las chicas? ¿Eres gay o algo así?
- ¿Qué? No soy gay, lo sabes. Puedo demostrarlo.
Me río pero antes de que reaccione me gira hacia él y me besa. Sostiene mi cabeza para que no me aleje mientras pasa su brazo por mi cintura. Me toma algunos segundos (varios en realidad) reaccionar y lo empujo cuando José tose para llamar nuestra atención.
- Ya me voy, tengo que prepararme - me dice cuando me suelta para ir al escenario.
- Agh, ¡idiota! - gruño bajito.
José se ríe más fuerte y algunas personas en la barra nos miran confundidas. La chica castaña sigue tan nerviosa mirando hacia el escenario que no notó nada.
- Qué divertido es verte toda roja.
- Se me quita si te pateo en las pelotas - me burlo.
- Bien - levanta las manos - no es hora de platicar, no me distraigas, tengo que trabajar.
José se aleja hasta el otro extremo de la barra para atender a los chicos que están sentados.
Veo a Christian y a sus amigos acomodar los instrumentos mientras las chicas se amontonan frente al escenario listas para verlos. Elliot, a quien me niego a seguir llamando "Ness", le lanza un beso a mi hermana.
Mi vista sigue sobre el escenario mientras ellos hablan, Ethan asiente y se vuelven a los micrófonos. El chico de ojos grises canta una de mis canciones favoritas:
(...) When you feel my heat
Look into my eyes
It's where my demons hide
It's where my demons hide
Don't get too close
It's dark inside
It's where my demons hide
It's where my demons hide... (...)
Después de un rato y con los ánimos de todos a tope, me subo sobre un banco detrás de la barra para apreciar completamente el bar. Joe's está a reventar y me encanta.
- Ya no hay tequila y lo necesito el martes para la noche de chicas - me grita José.
- Lo sé, creo que deberíamos pedir el doble esta vez y más cerveza.
- Pronto necesitaremos más espacio y más personal - me grita mientras se mueve al otro lado de la barra.
Esa idea no me gusta tanto, he hecho muy buen equipo con José, Kate y Mía, aunque supongo que debería reconsiderarlo pronto.
Le hago una seña a José y camino los tres pasos hasta la puerta de mi oficina. Compruebo en mi diario que los ingresos de la última semana me permiten duplicar fácilmente el pedido de bebidas.
De nuevo, todo marcha bien.
Canción en Multimedia:
Imagine Dragons - Demons
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