Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Best Day Of My Life

Después de algunas cervezas, seguimos en el bar celebrando el éxito de nuestro primer Karaoke Night.

— ¿Y qué haremos mañana? – pregunta Luke.

— ¿Beber otra vez? – dice Ness con las cejas arqueadas.

— Si, pero en otro lugar, como lo hacíamos antes.

— ¿En la casa de tu primo? – dice ahora Ethan.

Los escucho hablar mientras limpio la barra y recojo las botellas que acabamos de vaciar. Me alejo de la barra pero veo a José y Kate pararse junto a ellos para meterse en sus planes. Mi amigo me mira con una gran sonrisa y baja de nuevo la cabeza.

Hablan bajito, ríen fuerte y por fin se despiden para retirarse. Me sorprende la rapidez con la que se alejan los otros chicos, hasta que José camina hacia mí con una sonrisa estúpida.

— Nos vemos mañana jefesita – camina hacia atrás alejándose de mi – en tu casa...

— ¿Qué? – volteo rápido a verlo – ¿Qué dijiste, idiota?

— No te enojes, ¿si? Solo que queremos reunirnos y tú departamento es una buena opción – dice Christian.

Volteo a verlo furiosa, mientras escucho las pasos rápidos de José por la salida del local. ¡Cobarde!

— ¿Por qué no pueden hacerlo en otro lugar? Yo no quiero...

— Solo será un día, por favor no te enojes – me mira con ojos tristes.

— ¡Bien! Pero tú vas a ayudarme a limpiar y todo eso.

El intruso espera hasta que llegamos al departamento para volver a hablarme.

— ¿Has tenido visitas antes, no? – se ríe.

— Solo Kate y José. Y no tengo que hacer nada, José trae la cerveza y Kate viene al día siguiente a traernos comida o a revisar que no morimos ahogados en alcohol.

— Espera un momento. ¿José se queda a dormir aquí? – pregunta con la ceja arqueada.

— Si – encojo mis hombros – vive del otro lado de la ciudad y no quiero que maneje en su moto borracho.

Frunce el ceño y hace de nuevo ese gesto con la boca que indica que no está de acuerdo. Camina hasta la lavandería por algo de ropa y entra a la ducha.

Voy a la cocina por una taza de café y observo mi pequeño departamento. Nunca necesité más muebles ya que solo yo estoy aquí, y de vez en cuando José. Pero tener aquí a los amigos de Christian es diferente y me preocupa solo un poco que se sientan incomodos.

Con esa idea en mente toda la noche, me levanto de la cama decidida a solucionar el pequeño inconveniente. Volteo a mi lado, donde Christian duerme plácidamente entre mis cobijas. ¿Otra vez no puse seguro a la puerta?

Salgo de la habitación y se levanta detrás de mí para preparar el desayuno mientras me ducho. Tengo que admitir que es mi parte favorita del día, me siento mimada.

— Tengo que salir – le digo cuando recojo mi plato y lo llevo al fregadero.

— ¿A donde vas? Yo voy contigo – deja su taza en la encimera.

— Tengo algo que hacer, no es necesario que vayas – digo mientras me pongo los tenis.

— No importa, quiero ir – ruedo los ojos por su insistencia.

— ¡Bien!

Jodida sombra. Quisiera decir que no pero no tengo tiempo de discutir con él. Bajo por las escaleras y escucho sus pasos detrás de mí hasta que me alcanza en la calle.

— ¿A donde vamos?

— Al almacén – señalo el lado contrario de la calle.

— No estarás planeando echarme de nuevo, ¿cierto? – arquea la ceja.

— Lo estoy pensando – le sonrío – pero hoy no, necesito otro sofá.

Me mira confundido y asiente lentamente. No entiendo ni siquiera por qué me molesto por estos chicos.

Cuando llegamos al gran almacén, busco al vendedor de la ocasión anterior y elegimos los muebles. Christian solo observa en silencio y hace muecas mientras elijo dos sillones más para complementar el de tres plazas que tengo en casa.

Espero que sea suficiente, así que entrego mi tarjeta de crédito para emergencias y pago la comisión extra. De regreso al departamento, espero impaciente a los chicos del almacén.

— Cálmate – dice desde la sala – me estás mareando.

Voy a sentarme con él, pero antes de que lo haga el timbre suena. ¡Si! Abro la puerta para dejarlos entrar con los sillones y Christian me ayuda a acomodarlos en la sala.

Cuando los repartidores salen, observo a José en la puerta con los ojos muy abiertos. Si, si, lo sé idiota, se ve diferente. Christian se acerca para ayudarle a llevar las bolsas con cervezas al refrigerador.

Poco después llegan Luke y Ethan, se sientan en la sala con cervezas en mano y charlan mientras abro la puerta para mi hermana y Ness... Mierda, creo que estos dos van en serio.

Voy de nuevo a la cocina, sacando platos para servir las frituras que trajeron Luke y Ethan, pero volteo a la encimera cuando siento una mirada.

— ¿Te ayudo? – pregunta Luke con una sonrisa.

— Estoy bien.

— Disculpa por la molestia, creo que debimos preguntarte primero.

— Esta bien – niego despacio con la cabeza mientras veo sus ojos azules.

— ¿Solo son Kate y tú? – da la vuelta a la encimera.

— Si... – lo observo atenta – solo ella y yo... Y José.

— Se nota que son muy unidos.

Giro hacia la encimera para seguir sirviendo fritura. Luke está tan cerca que su codo roza con el mío.

— ¿Y ustedes? ¿Se conocen hace mucho? – digo para cambiar el tema.

— Desde la universidad, nos hicimos amigos a pesar de estudiar diferentes carreras – voltea a ver a sus amigos en la sala.

— ¿Tienen la misma edad? – pregunto con curiosidad. Quiero saber qué tan grande es Ness para Kate.

— Si, 26 años... Bueno, Ethan tiene 25. ¿Y tú?

— ¿Yo? – balbuceo – 24 y Kate tiene 21.

— Eres muy joven para tener tu propio bar – sonríe divertido.

— ¿Todo bien? – grita Christian desde la sala, viéndonos a ambos.

— Si – le sonrie Luke.

— ¿Te ayudo con algo, amor? – me dice pero está mirando a Luke.

— No. ¡Dios! – ruedo los ojos – ¿siempre ha sido así? Tan... Irritante... frustrante... Odioso.

Luke se ríe muy fuerte y niega con la cabeza y yo lo miro como si estuviera loco, ahora entiendo por qué son amigos.

— Algo. Siempre ha sido el más responsable, el que nos cuida, como si fuera nuestro papá – se ríe.

— ¿Y eso te divierte por? – arqueo una ceja.

— Jamás lo había visto así – lo señala – está celoso, ni con Savannah lo era.

¿Savannah? Volteo a ver a Christian, quien aún nos mira desde el sofá. Está serio y con el ceño fruncido mientras Ness golpea su brazo para que voltee.

De pronto todo miran en la misma dirección que Christian y Luke sonríe. Sus ojos azules brillan con diversión pero yo me pongo algo nerviosa. Mierda, odio ser el centro de atención.

— ¿Entonces? – Grita mi hermana – ¿Pizza o comida china?

— ¡Pizza! – gritan todos los chicos.

— Bien – dice mi Kate y toma su teléfono.

Luke saca las cervezas del refrigerador y las lleva a sus amigos mientras yo llevo los platos y la salsa. Ahora caigo en cuenta que además del comedor, me hace falta una mesita en la sala para poner los platos.

Después de cenar la pizza y seguir bebiendo, veo a mi hermana recargarse en el hombro de Ness y cerrar los ojos. Él le susurra algo y se levantan ambos del sillón.

— Nos vamos, es tarde – dice él.

— ¿Seguro? – dice mi intruso.

— Si, el departamento de Katie está cerca del bar, me quedaré con ella y los veo mañana.

Volteo a ver a mi hermana tratando de asegurarme que está bien, aunque no parece haber bebido mucho.

— Con cuidado – les digo a ambos antes de que salgan.

— Yo también me voy a dormir – les digo a los cuatro que quedan – quédense todo lo que gusten. José sabe dónde están las cobijas y almohadas.

Luke y Ethan miran a José, quien asiente hacia mi. Christian también se levanta y pasa su brazo por mi cintura.

— Descansen – les dice mientras me empuja hacia el pasillo.

— ¿A donde vas? – le gruño.

— A dormir, también tengo sueño amor.

Entramos a la habitación y cierra la puerta con pasador. Volteo hacia él para hablarle.

— Deberías quedarte con ellos.

— Ya están grandecitos, pueden cuidarse solos.

Christian se quita la camiseta con un movimiento rápido y lo observo con las mejillas rojas. Ha estado en mi departamento un par de semanas pero apenas ahora veo su torso desnudo.

Mis ojos escanean rápidamente de arriba a abajo, deteniéndome en sus abdominales perfectamente marcados. Cuando mi vista sigue subiendo hasta sus ojos, él sonríe divertido.

— Vete, tengo que cambiarme – digo cuando reacciono – ¡largo!

— Cámbiate aquí, no voy a mirar – se gira para darme la espalda mientras desabrocha su pantalón.

— Idiota – susurro pero sé que me oyó.

Me pongo rápido la pijama y me tapo con la cobija hasta el cuello. Veo que Christian se queda en boxers y se acuesta a mi lado.

— Pensé que no me dejarías dormir aquí contigo.

— No iba a dejarte – lo miro – ¿Habrías estado de acuerdo?

— No, igual estaría aquí – sonríe – No te preocupes por ellos, ya saben que dormimos juntos.

— Cállate – me sonrojo nuevamente – y duérmete ya o te vas a la sala con ellos.

Canción en Multimedia:
American Authors – Best Day Of My Life

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro