Word Up
Abro el bar para que la señora Connie y su hija entren. Les digo que estaré en mi oficina y les doy espacio para que hagan la limpieza a su ritmo, si esto resulta como espero, les daré las llaves para que vengan por su cuenta.
Reviso las notas de venta, las facturas de los últimos pedidos, actualizo el diario de ingresos y egresos. Me mantengo ocupada por varias horas, hasta que Connie me dice que terminaron.
Me apresuro a cerrar de nuevo sintiéndome ansiosa por saber qué hizo Matt en mi departamento. Paso corriendo por un lado de Connie y su hija para entrar al edificio.
Cuando llego a mi piso, el aroma delicioso a comida me distrae. Camino por el pasillo hacia mi puerta y cuando abro el olor se hace intenso.
Matt me observa desde la cocina, se agacha para abrir la puerta del horno y una humeante charola es puesta sobre la encimera.
— ¿Que haces? — me acerco a él.
— La comida, llegas justo a tiempo — me guiña un ojo.
Toma con cuidado el papel aluminio que lo cubre y lo sube con cuidado de no quemarse con el vapor. Delicioso olor a pollo, pimientos y papas me obligan a acercarme más.
Matt me mira y sonríe, trae dos platos y los sirve para dejarlos en la encimera. Me siento en el banco y espero a que él haga lo mismo antes de empezar a comer.
— Está delicioso — digo después de un bocado.
— Lo sé — sonríe arrogante.
— ¿Qué intentas? — lo miro con los ojos entrecerrados.
— Nada, ¿de qué hablas?
— ¿Algún motivo en especial por el que hayas preparado una comida tan rica?
— Ninguno amor, solo quería cocinar algo para ti — sonríe.
Lo observo no muy convencida, no me fío de sus palabras bonitas. Termino de comer y me llevo los platos para lavarlos.
— Tengo que volver al bar, Sean ya está ahí pero quiero revisar lo del reservado para la despedida de soltera.
— Bien, voy contigo.
No le contesto pero lo siento seguir mis pasos. Salimos del edificio y camina a mi lado como todos los días.
— ¿Qué te parece? — dice Sean cuando entro.
— Bien, ¿está delimitada el área? — él asiente.
— Aquella sección es el reservado y el resto para las demás chicas — me mira y sonríe — la chica llamó para confirmar que trae un Stripper.
— Mierda — ruedo los ojos — ¿Por qué sonríes imbécil?
— ¿No te lo imaginas? Todas esas chicas necesitando amor y yo ahí dispuesto a dárselos — sonríe con emoción.
— ¿Como premio de consolación? idiota, después de ver al stripper no van a querer verte a ti — me burlo.
— ¡Oye! Aunque no lo creas, soy objeto de deseo para muchas mujeres — levanta los brazos para mostrar sus músculos.
— Claro, de todas las que quieren tragos gratis — me mira con el ceño fruncido.
Camino hasta mi oficina mientras Matt y Sean van detrás de la barra. Miro la hora en mi móvil, las chicas del festejo deberían estar llegando ya.
Regreso a la barra y me encuentro de frente a Erik, Mark y Wilson. Sean está detrás de la barra y Matt en el extremo junto a sus amigos.
— ¿Qué hacen aquí? Es una noche de solo chicas, no pueden estar aquí — me quejo.
— Sean dijo que habría chicas alocadas — se ríe Erik.
— Según recuerdo tienes novia, tú — señalo a Wilson — ¿mi hermana sabe que estás aquí?
— Le dije que la veía aquí, por favor no nos corras, solo queremos curiosear un ratito — hace puchero.
— ¡Bien! Pero vayan mientras a la oficina, no quiero que espanten a las clientas... Y sean discretos por favor.
Los veo perderse en el pasillo hacia la oficina. Sean sigue detrás de la barra y mi hermana llega después de unos minutos directo a tomar pedidos.
El área reservada es la más concurrida, 20 chicas ruidosas gritan y brindan haciendo que los demás volteen a verlas.
Un chico alto, moreno y musculoso entra al bar y se dirige a la barra. Ruedo los ojos cuando se acerca y distingo su falso uniforme de policía.
— Hola — sonríe — me contrataron para... — lo interrumpo.
— Si, lo sé, ¿qué necesitas? — Sean se para a mi lado.
— Tengo algunas canciones, ¿puedes ponerlas para mí? — me entrega una USB.
— Si, lo haré, no te preocupes — Phoebe aparece detrás de él.
Le doy la USB a Sean para que la instale y mi hermana amablemente lo acompaña hasta las chicas. Escucho sus gritos de emoción y la música suena.
Canción de multimedia.
Los gritos y la música hacen salir a los chicos de mi oficina y se paran junto a mí detrás de la barra. El moreno baila sobre una silla y luego camina entre las chicas al ritmo de la música.
Los gritos aumentan cuando se desprende del uniforme y lo lanza al piso.
— ¡Phoebe! ¡Ven aquí! — le grita Wilson a mi hermana, que permanece inmóvil junto a una mesa.
— Ni parpadea hermano — se burla Mark señalando a mi hermana.
— ¡Phoebe! Mierda, ¡Phoebe! — Levanta la voz — Sam, ve por ella.
— Claro que no, yo no quiero acercarme — Matt se para detrás de mí y pasa sus brazos por mi cintura.
Wilson se escabulle entre las mesas hasta Phoebe, toma su mano y la arrastra de vuelta hacia la barra. Todas las chicas en el bar siguen atentas a los movimientos del moreno.
Incluso yo, aunque dejo de ver cuando Matt tapa mis ojos con su mano.
— ¿Qué haces? — pongo mi mano sobre la suya.
— No quiero que veas eso — dice serio.
— ¿Por qué no? Como responsable del bar debo estar atenta a todo — me río.
— Si claro, no te preocupes, Sean está al pendiente también.
— Esto no es necesario, de verdad — intento quitar su mano.
Me suelta pero toma mi brazo para girarme hacia él. Estoy de espaldas al festejo, con un Matt sonriente frente a mí.
— Recuérdame por favor esa parte sobre que no eras celoso — me burlo.
— No lo soy, pero no es correcto para ti como la dueña del bar, que se te salgan los ojos con el fulano ese.
— Estás loco, nadie está pendiente de lo que hago... Todos están viendo para allá — apunto con mi mano hacia atrás.
Canción en Multimedia:
Korn - Word Up
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