Who I Am
Todo parece ser un éxito. Tan pronto como abrimos las puertas del bar, muchos chicos y chicas abarrotaron mi pequeño bar. No hace falta decir que el grupo rápidamente tenía sus groupies y que en cada descanso se acercaban a platicar con ellos para conocerlos.
Recuerdo cuando la banda de Nick tocaba aquí, cada noche el bar estaba a tope de universitarios buscando diversión. Muy pronto un cazatalentos vino y les ofreció grabar un disco y una gira de promoción. Así que se fueron.
Ayudo a Sean en el bar, mientras Phoebe y Beth atienden las mesas, trabajando sin descanso sirviendo y llevando tragos hasta las 3:00 AM. Nada mal para un viernes en la noche.
—Por fin se fueron. —Dice Beth sentándose en una silla del bar.
—Casi tuvimos que correrlos, estaban muy emocionados. —Se queja mi hermana.
—Muchachos, ¿un trago? —Sean les dice y ellos se acercan dejando atrás los instrumentos. —¡La casa invita!
—¡Oye! —Gruño sin pensar. Rayos. —Está bien, un trago para festejar una buena noche.
Mark, Erik, Willis y Matt se recargan en la barra, Sean entregándoles una cerveza a cada uno y se sientan en la barra junto a Beth y Phoebe.
—Excelente primera noche. — Dice Erik.
—Ya se hicieron más famosos, chicos. —Sonríe Beth.
—Sobre todo con las chicas. —Sean mueve sus cejas arriba y abajo en un gesto malicioso.
—¿Sus novias no vinieron? —Pregunta Phoebe siempre curiosa, ignorando el comentario de mi amigo.
—Sólo Erik tiene novia, nosotros somos materia dispuesta. — Willis guiña un ojo a mi hermana.
—Oh bien, es bueno saberlo. — Dice ella con una sonrisa y un ligero rubor en las mejillas.
—¿Y tú? —Insiste Willis con ella, hasta que se da cuenta de su error. —Digo, ¿ustedes? ¿Sus novios no se enojan porque trabajan aquí?
—Mi novio viene siempre que puede, aunque también trabaja hasta tarde. —Bethany hace u puchero con la boca.
—La pequeña Phoebs siempre anda en busca del amor. — Golpeo el brazo de Sean para que cierre a jodida boca y deje de ofrecer a mi hermanita.
Me alejo de ellos porque no tengo ningún interés en su conversación y recojo las notas de las ventas de la noche para llevarlas a mi oficina. Dejo la puerta abierta por la costumbre, pero me arrepiento rápidamente cuando escucho una voz.
—Hola. —Levanto la mirada hacia el chico rubio en la puerta.
—Hola de nuevo, ¿Se te ofrece algo?
—Si, de hecho quiero pedirte un favor.
Lucho contra la expresión de disgusto y trato de sonreír cuando la figura de mi hermana aparece detrás de él.
—Dime. —Phoebe se acerca más a nosotros.
—Quiero preguntarte si puedo quedarme a dormir aquí en el bar. Acabamos de llegar a Chicago y planeábamos instalarnos todos en la casa de un primo de Mark, pero creo que somos muchos.
Carajo.
—No creo que tenga aquí un lugar que te sirva. —Digo con sinceridad. —No tengo ni siquiera un sillón en dónde puedas dormir o un lugar cómodo.
—¡Oh! ¡Pero en tu casa sí! —Mi hermana chilla con entusiasmo. —Sam, tu casa tiene una habitación extra y no es muy lejos de aquí.
Ambos sonríen como si fuera la mejor jodida idea del mundo mientras intento extrangular a Phoebs con la mirada.
—No Phoebe, no creo que sea lo indicado. —Luego dirijo mi mirada al chico. —Seguramente podríamos darte un espacio aquí mañana, que pueda conseguir un sofá cama o algo así.
—Anda Sam, no seas así... —Phoebe hace puchero, luciendo como el jodido gato con botas. —Pobrecito Matt, no quiere incomodar a sus amigos.
—Phoebe... —Frunzo el ceño hacia ella. —¡Está bien! Un par de días en lo que buscamos un espacio para tí. Algo cómodo para que puedas descansar.
Gruño fastidiada con la idea de compartir me espacio personal con el estúpido chico que apenas conozco.
—Gracias. —Él le sonríe a mi hermana.
—¿Por qué le agradeces a ella? Te vas a quedar en mi casa, no en la de ella. —Digo molesta.
Phoebe se aleja con una gran sonrisa, seguida de Matt mientras termino de guardar las notas y tomo las llaves. Salgo de mi oficina y le pidoo a Sean que se encargue de cerrar porque no estoy de humor para quedarme más tiempo. Cuando camino hacia la salida, Matt se despide de sus amigos, toma una mochila y una guitarra acústica. Me alcanza cuando cruzo la salida.
—¿Dónde está tu auto?
—No tengo auto. —Le gruño al chico metiche.
—¿Y donde vives? —Camina a mi lado, balanceando la guitarra con cada paso.
—A unas 6 cuadras de aquí. —Señalo al frente de la calle, hacia mi edificio.
—¿Acostumbras regresar a tu casa sola?
Dios mío, dame paciencia...
—Si, ¿Por qué? —Mi tono de voz un poco cortante.
—¿Tu novio no se preocupa? No deberías andar sola, algo podría pasarte. —Ahora estoy confundida. Quiero reírme y luego golpearlo por metiche.
—Mi novio no está aquí y no es asunto tuyo.
Afortunadamente llegamos a mi edificio y subimos a mi departamento en completo silencio. Pongo la llave en la cerradura y girando, haciéndole una seña para que entre pero se queda inmóvil en la pequeña sala. Camino a mi habitación por una almohada y una cobija para dejarlas sobre el sofá.
—Ten esto, acomódate en el sillón. Ahí está la cocina y aquella puerta es el baño. ¿Necesitas algo más?
—¿Cuál es tu habitación? —Me sonríe.
—¿Para qué quieres saber? —Pregunto molesta otra vez.
—Por si se ofrece algo, ya sabes. —Encoge los hombros.
—Si, claro... —Digo con fastidio mientras me alejo. ¿Por qué dejé que Phoebe me convenciera?
Apago los focos y voy a mi habitación. No me preocupa que el rubio sea un ladrón, no tengo nada de valor que pudiera llevarse. Por si las dudas, cierro mi puerta con seguro y miro el bate de béisbol que está junto a mi cama. Solo por seguridad.
Apenas puedo abrir los ojos cuando soy consciente del ruido en la sala del departamento que me despierta. Miro el despertador del buró y apenas son las 8 de la mañana. Seguramente dejé la tele encendida. Me envuelvo en la cobija para ir a la sala y me sorprende lo que veo.
Matt está sentado en el sillón con su guitarra, tocando suavemente y luego se gira para verme.
—¿Se puede saber qué mierdas haces? —Gruño.
—Buenos días, amor. —Me sonríe el idiota.
—¿Estás loco? ¡Apenas he dormido 5 horas! ¡Deja la jodida guitarra antes de que la lance por la ventana!
—Vaya, no sabía que te pondrías de mal humor por no dormir bien.
—Idiota. —Susurro y giro sobre mis talones para ir a la cocina. Me preparo un café muy cargado. —¿Por qué estás despierto?
—No duermo mucho, soy muy inquieto. —Me muestra una gran sonrisa y guiña un ojo.
—¿Quieres café? —Digo ignorando su comentario, mi voz nada amable.
—Si, gracias amor. —Camina detrás de mi a la cocina.
—No me digas amor, es molesto. —Aclaro cuando se sienta junto a mi en la barra de la cocina.
—Como digas, amor. —Me sonríe de nuevo, valiéndole cacahuates mis palabras. Agh.
—Tomaré un baño. Ahorita vengo a hacer el desayuno.
Le digo y voy a mi habitación por ropa limpia para una deliciosa ducha caliente. Salgo de mi habitación y entro al baño, pero tan pronto como cierro la puerta escucho otra vez la maldita guitarra y Matt canta una canción que me resulta conocida.
(...) I want someone to love me
For who I am
I want someone to need me
Is that so bad?
I wanna break all the madness
But it's all I have
I want someone to love me
For who I am (...)
Canción en Multimedia:
Nick Jonas – Who I Am
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro