What's My Age Again?
— ¡Pedazo de idiota! — Camino hacia él gritándole — ¡ven aquí para que te diga lo que puedes hacer con tus jodidas barras de granola!
El bar aún permanece cerrado por lo que mi voz se escucha perfectamente entre el ruido de los instrumentos.
Le lanzo la caja de cartón pero la esquiva mientras sus amigos de la banda se ríen.
— Wow wow fiera, tranquila, no puedes lastimarlo hasta que terminen de tocar — Sean me sostiene de la cintura para alejarme del escenario.
— Amor, ¿por qué tan agresiva? — dice sonriendo.
— Idiota, ven y pregúntame aquí — señalo el piso frente a mí.
— Sam, ¡Sam! Tranquila — me regaña mi hermana — llévala a su oficina a que se calme.
Sean me arrastra hasta mi oficina donde según él tengo que respirar hondo hasta calmarme, ¿quiere jugar? ¡Juguemos!
Tomo mis cosas del escritorio y salgo de prisa a través del bar sin mirar a nadie.
— ¿A dónde vas? — me grita Phoebe pero no respondo.
Camino entre las personas que ya empiezan a reunirse afuera de Joe's listos para entrar en 5 minutos más. Antes de cruzar la primera esquina me giro para ver a Matt salir de entre la pequeña multitud.
Frunzo el ceño, ¿qué intentas rubio? Sin pensarlo más acelero mi paso por las siguientes tres cuadras, pero mi falta de condición me pesa en la cuarta. Debí correr pero no quise causarme un infarto.
Subo las escaleras de mi edificio a paso lento pero seguro hasta que llego a mi puerta. Busco la llave de la lavandería y me encierro ahí cuando escucho abrirse la puerta de la entrada.
— ¡Sam! Sal de ahí.
— ¿Ahora si te acercas, no? — me burlo.
— ¿Ahí tienes mi guitarra, cierto?
— La tenía — intento apoyarme en los cajones del closet para alcanzarla.
— ¿Por qué dices que la tenías?
— Porque pronto pasará a ser nada — me subo en el tercer cajón y me sostengo de la puerta.
— Mierda — lo escucho decir — Abre la puerta o voy a tirarla.
— Hazlo y te largas de mi casa, ¡vándalo!
— Entonces dime qué quieres a cambio.
Me detengo a escucharlo. Debí traer una silla antes de encerrarme porque ahora no la alcanzo y eso ha calmado mi ira un poco.
— Bien, negociamos — desciendo del closet.
— Cocinaré para ti todos los días — dice aún detrás de la puerta.
— Eso ya lo haces, quiero otra cosa.
Matt ríe divertido antes de hablar.
— ¿A qué otra cosa te refieres amor?
— Mal pensado — ruedo los ojos — ¿para qué eres bueno?
Matt vuelve a reír ahora más fuerte.
— Abre la puerta amor — insiste.
— No hasta que hayamos negociado — ¡mierda! No sé me ocurre nada — Te irás de mi departamento.
— No, estoy seguro que puedo conseguir una guitarra nueva.
— ¡Bien! Rayos... Vas a ayudarme en el bar, irás a abrir en la mañana para que Connie haga la limpieza.
— Cuatro días.
— 10 días — me recargo en la puerta.
— Cinco días y es mi última oferta.
— Pero yo decido cuales días.
— Trato — dice riendo — abre la puerta.
Tan pronto como lo hago, él entra y observa a todos lados. Señalo la parte de arriba del closet, que no alcancé, para que tome la estúpida guitarra.
— Quiero mis galletas de vuelta — ordeno.
— No amor, ya se acabaron las negociaciones — se sube al segundo cajón.
— Entonces voy a comprar más y no podrás deshacerte de ellas — reclamo.
— ¡Ya se acabó la negociación!
— ¡Te odio! — gruño saliendo de la lavandería.
¡Agh! ¡Rubio idiota! Estoy segura que parecemos dos jodidos niños peleando por juguetes y galletas.
Salgo de nuevo del departamento para regresar al bar, donde seguramente ya abrieron Phoebe y Sean. Matt corre para alcanzarme y entramos juntos al bar.
— ¿Ya se reconciliaron? — me pregunta Sean.
— Eso no te importa — le gruño.
— ¡Ay fiera! Niégalo todo lo que quieras, pero él te gusta — sonríe con burla.
— No opines, por favor — digo fastidiada.
— Bueno ya, solo digo que es divertido verlos juntos.
Lo miro con los ojos entrecerrados antes de alejarme del mostrador. Con Travis y Frank aquí, puedo tomar más descansos en mi pequeña oficina.
Los chicos han estado tocando un largo rato, así que no me sorprendo cuando Erik aparece en mi puerta.
— Hey — me saluda.
— Hey, ¿qué pasa?
— Quiero hablarte de algo, mejor dicho, avisarte que vamos a ausentarnos unos días.
Le hago una seña para que se siente y termine de explicarme.
— De vez en cuando participamos con una asociación local para recaudar fondos a través de la venta de un disco. Acaban de llamarme para pedirnos el apoyo y grabar una canción para ellos, así que acepté, pero les dije que ya teníamos un contrato aquí que vamos a respetar. Dicho eso, usaremos nuestros días libres para ir y regresaremos el viernes a tiempo.
— ¿Entonces solo serán unos días?
— Si, nos vamos el lunes en la mañana y regresamos el viernes — dice serio.
— No tengo ningún inconveniente con eso, gracias por avisar.
— Bien, entonces el domingo dejaremos aquí resguardados los instrumentos para cargar solo con lo necesario.
Asiento hacia él, que hace una expresión divertida.
— Ahora, no sé si Willis y Matt quieran irse — se ríe.
— ¡Por favor! — me río también — si necesitas ayuda los amordazo y los subo al autobús.
Erik ríe mientras se levanta y sale de nuevo de mi oficina para seguir tocando. Yo hago lo mismo para asegurarme que Travis y Frank no tengan dudas o necesiten ayuda.
Doy una mirada rápida por la barra y luego las mesas. Como de costumbre, la chica Leah está aquí con sus amigas frente al escenario, babeando seguramente.
Mi hermana se asegura de darle miraditas a Wilson cada cierto tiempo, aunque no sé realmente quién vigila a quién.
Después del día tan agotador que tuvimos, me apresuro a llegar a casa para dormir, después de cerrar el bar... Con mi sombra/arcoíris andante a un lado.
Canción en Multimedia:
Blink 182 - What's My Age Again?
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