Soul Sister
— Estos son los chicos de la banda de rock del bar — los señalo — Erik, Mark, Wilson y Matt.
Todos tienen los ceños fruncidos, ni siquiera se estrechan las manos y yo sonrío nerviosa. El hermano menor de Sean es mucho más pesado que él, pero es un buen chico.
— Mucha testosterona por aquí, ¿no? — dice de pronto.
— ¡Hijo! No seas grosero con los invitados y ofréceles una bebida — ordena Stella — Sam, cariño, ¿quieres venir conmigo a la cocina?
Niego levemente con la cabeza, pero Phoebe me mira sobre el hombro de Stella y me hace una seña para que me acerque.
Cuando entro a la cocina, Phoebe empuja a Sean para que salga y nos deje solas. Mi hermana se recarga en la encimera, así que hago lo mismo.
— ¿Entonces, niñas? ¡Hablen! — Se ríe — ¿todos esos chicos guapos y ustedes solas? Eso no me lo creo.
— ¡Quién crees que somos, mamá! — Phoebs se hace la ofendida — Si, sí, bueno, ya que estamos en confianza, ahí están nuestros novios.
Frunzo el ceño hacia la bocona de mi hermana, pero ella solo sonríe.
— ¿En serio? ¿Cuál es el tuyo nena? — Stella se asoma con discreción por la puerta.
— ¡Adivina!
— Ay hija, seguramente el del cabello rojo todo parado, no te gustan los chicos normales — dice con un regaño.
Yo me río muy fuerte ganándome una mirada seria de mi hermana, pero la mamá de Sean se gira hacia mí y arquea la ceja.
— ¿Puedes adivinar cuál es el de Sam? — le dice.
— Si — Ella se asoma de nuevo por la puerta — el rubio.
Yo la miro con los ojos entrecerrados, Phoebe abre los ojos con sorpresa y Stella sonríe.
— ¿Cómo lo supiste? — pregunta mi hermana.
— A Samy le gustan rubios — dice ella sirviendo frituras — eso y que él y Brian están a punto de los golpes.
Phoebe y yo corremos hacia la puerta para asomarnos. Sean sostiene a su hermano de los hombros para alejarlo de Matt, que sigue sentado en el sillón de brazos cruzados.
— No es mi novio, Stella — me alejo de la puerta.
— ¡Ay cariño! Siento mucho lo de Nick, pero esa no es razón para que estés triste.
¿Nick? ¿Quién mierdas se acuerda de él ahora? Ni siquiera he extrañado a ese bastardo infiel.
— Señoritas — una voz ronca habla desde la puerta del patio.
— ¡Hank! — Phoebe se lanza a sus brazos.
El hermano mayor de Sean entra por la puerta con dos bolsas en las manos y Phoebs le ayuda a ponerlas sobre la encimera.
— Sam — me dice con su hermosa voz.
— Hank — le contesto mientras nos damos un abrazo rápido.
Hank sonríe y me guiña un ojo antes de salir de la cocina. Lo sé porque lo sigo con la mirada y una sonrisa boba.
— Rubios — me dice Stella y guiña un ojo.
Sale de la cocina con un tazón enorme de frituras y lo pone en la mesa de la sala. Me sonrojo de vergüenza de que ella aún lo recuerde después de 7 años.
En mi defensa, Hank es un hombre muy apuesto y yo era una muy impresionable chica de 17 años. Pero solo eso, él me considera como la hermana que nunca tuvo y yo los considero a ellos como mis hermanos.
Los chicos están sentados en la sala bebiendo cervezas. Phoebe y yo ayudamos a servir los platos con el guiso de carne y pasta, luego Sean y Brian los llevan hasta el gran comedor para 12 personas.
— Es hora de comer — dice Stella y se sienta en la cabecera.
Sean y Brian se sientan de cada lado de ella, Hank se sienta en el otro extremo de la mesa y nosotros en las sillas de en medio. Matt me señala un asiento libre entre Erik y él.
Apenas terminamos de comer cuando Sean se levanta y va a la cocina para regresar con un pastel enorme lleno de velas y ponerlo frente a su madre.
Brian apaga las luces para que cantemos Feliz cumpleaños y Stella pida su deseo. Me levanto para traer el cuchillo y los platos pequeños para el pastel que ella corta con mucha habilidad.
Después del agradable rato, nos despedimos de ellos para volver al trabajo.
— Mis niñas — nos abraza — vengan a visitarme pronto, no puedo chismear con estos chicos.
Phoebe se ríe y asiente, caminando hacia Wilson y los demás. Stella vuelve a abrazarme mientras acaricia mi cabello.
— Samy, me agrada el chico — susurra en mi oído — quiero que vengas a contarme cuando ya sean novios.
Ruedo los ojos cuando me separo de ella pero me palmea el rostro y niega con una sonrisa.
— Adiós cielito — Brian me abraza con voz entrecortada.
— Dramático — le respondo el abrazo — ¡Y deja de verme el pecho!
— Perdón — sonríe divertido.
— Bebé travieso — le pellizco las mejillas.
— No soy un bebé cielito — manotea para que lo suelte — tengo casi 20 años.
— Casi — me río.
Le doy otro abrazo rápido a Hank y me alejo con Sean que viene con nosotros de vuelta al bar, así que caminamos un poco antes de tomar dos taxis.
Bajamos afuera de mi edificio para que los chicos suban a descansar mientras llega su hora de presentarse. Sean, Phoebe y yo llegamos al bar, donde Beth, Travis y el chico nuevo nos esperan.
Voy con Sean y Travis a la barra para asegurarme que todo está bien coordinado para ellos, luego con Beth, Phoebe y Frank para que se ajusten la distribución de las mesas.
Matt y sus amigos pasan hacia mi oficina en silencio, pero la mirada del rubio me inquieta. Antes de que el bar abra sus puertas, ellos regresan al escenario a instalar los instrumentos y ensayar un poco.
Esa es mi señal para tomar un descanso, así que camino los tres pasos desde el extremo de la barra hasta mi oficina y cierro la puerta.
Me siento en la silla y abro el cajón de abajo donde guardo la caja de las galletas pero no las encuentro. Remuevo entre las revistas hasta que tomo el cartón para levantarlo.
¿Barrasde granola? ¡¿Es una jodida broma?! ¡¿Granola?! Jodido Matt, ¡ésta me la paga!
Canción en Multimedia:
Train - Soul Sister
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