Me subo sobre un banco detrás de la barra para apreciar completamente el bar. Joe's está a reventar y me encanta.

— Ya no hay tequila y lo necesito el martes para la noche de chicas — dice Sean.

— Lo sé, creo que deberíamos pedir el doble esta vez y más cerveza.

— Pronto necesitaremos más espacio y más personal — me grita desde el otro lado de la barra.

Esa idea no me gusta tanto, he hecho muy buen equipo con Sean, Phoebe y Beth, aunque debería considerarlo pronto.

Le hago una seña a Sean y camino los tres pasos hasta la puerta de mi oficina. Los ingresos de la última semana me permiten duplicar fácilmente el pedido de bebidas.

— Hola — levanto la vista a la puerta.

— Hey, hola — me enderezo en mi silla — pasa.

— Me alegra verte — dice Mark.

Y sé que se refiere al asunto de mi desaparición.

— Estoy de vuelta — le sonrío — ¿cómo va todo?

— Bien, ya sabes, tranquilo — se deja caer en la silla frente a mí.

— ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

No quiero ser grosera, pero no veo razón para que él esté aquí.

— No, solo quería saludarte. Y decirte que entiendo tus razones para haber hecho lo que hiciste, yo también tengo una hermana menor y no me la imagino saliendo con alguien como Willis.

— ¡Vaya! — Me río fuerte — me haces sentir más tranquila.

— Olvídalo — niega con la cabeza — no sonó como yo esperaba.

— Bien, de todas formas aprecio tu intención — digo aún riendo.

— Pero es buen chico, algo loco pero bueno — se encoje de hombros — Mañana iremos a desayunar juntos y sería bueno que vinieras.

— No soy buena levantándome temprano, no creo que pueda ir — digo algo nerviosa.

— Anda, di que sí, iré por ti si es necesario — hace puchero.

— Bien, lo intentaré.

Mark sonríe de nuevo y se levanta de la silla para salir de mi oficina. Termino de hacer las anotaciones en mi diario y salgo de nuevo a la barra con Sean.

Casi es hora de cerrar y el bar sigue lleno. Tengo que esperar hasta que los chicos dejen de tocar para avisarles que es hora de cerrar y salgan del lugar.

Minutos más tarde, todos se despiden y salen del local. Sean me ayuda a poner los candados y se aleja con Erik y Mark. Matt camina junto a mí hacia el departamento.

— ¿Hablaste con Phoebe? — me pregunta.

— No — digo sin verlo.

— ¿No deberías hablar con ella? Para arreglar las cosas — insiste.

— No — digo de nuevo.

— ¿Sigues enojada?

— No — volteo a verlo fruncir el ceño.

— ¿No quieres hablar conmigo?

— No.

— ¿Por qué?

— Porque no quiero, no tengo nada qué decirte. Pasamos todo el jodido día juntos y no hay nada que no sepas.

— ¿Ya estás cansada de mi? Pensé que nos estábamos llevando bien — hace un puchero.

— No te cansas de ser tan... ¿Sonriente y positivo? — digo cuando subimos las escaleras de mi edificio.

— Deja ver — pone su mano en su barbilla — No, no me canso, así de bueno soy.

— Vaya — ruedo los ojos — eres un jodido arcoíris andante.

Matt se ríe y yo le sonrío cuando entramos al departamento. Aprovecho que va a tomar una ducha para ponerme la pijama y tomar un vaso de agua.

— ¿Ahora no vas a poner seguro a tu puerta? — dice sonriendo.

— ¿Para qué? De todas formas entras — me acuesto en la cama — Por cierto, ¿cómo lo haces?

— ¿Meterme? — Arquea una ceja — tienes una copia de la llave escondida en la alacena, debajo de una lata.

— Mierda — digo bajito — ¿Dejarás de entrar si te quito la llave?

— No — se acomoda bajo las cobijas junto a mí.

Me levanto temprano, incluso antes que Matt que aún sigue envuelto en mis cobijas. Tomo ropa limpia de mi closet y me doy un baño con agua muy caliente.

— ¿Te caíste de la cama? — dice cuando entro al cuarto.

— No — él sigue acostado — ¿no piensas levantarte?

— Si, pero tengo frío — estira su brazo intentando alcanzarme — ven a darme calor.

— No, estás loco — me río — anda, levántate ya o llegaremos tarde.

— ¿Sabes del desayuno con los chicos?

— Si, Mark me invitó — digo secando mi cabello.

— Se supone que yo te diría lo del desayuno — frunce el ceño.

— Pero no lo hiciste, levántate ya y cámbiate.

— No quiero ir — se acuesta de nuevo.

— ¿Por qué? Son tus amigos — le jalo la cobija — No me digas que estás celoso.

— Claro que no, yo no soy celoso — hace una mueca de disgusto con la boca.

— Entonces deja de hacer berrinche y alístate, o te quedas aquí solo.

— Te vas a quedar conmigo — se endereza en la cama — encontraremos algo qué hacer.

Me río y salgo corriendo de la habitación. Escucho los pasos de Matt y antes de que me alcance abro la puerta del departamento.

Lo espero al pie de las escaleras mientras checo la correspondencia en mi buzón. Unos minutos más y él baja las escaleras tratando de acomodar su cabello.

— ¿A dónde vamos? — le pregunto porque Mark no me dijo donde sería.

— A longsome — se detiene y revisa su teléfono — Longman & Eagle.

— Sean idiota — susurro para mí — necesitamos un taxi, eso está lejos de aquí.

— ¿Lo conoces?

— Si, es el restaurante favorito de Sean.

Tomamos un taxi en la siguiente cuadra y le indico el lugar. Aún es temprano y el tráfico parece bastante tolerable para un domingo en la mañana.

— Aquí es — digo cuando bajamos.

— Pues entremos, ya deben estar aquí.

Cruzamos la calle pero me detengo junto a la ventana del local. Sean, Phoebe, Wilson, Erik y Mark ya se encuentran ocupando una gran mesa. De pronto siento mi estómago revolverse.

— Necesito un café, ahorita te alcanzo — le digo dando media vuelta hacia la cafetería de junto.

— Aquí también venden café, ¿A dónde vas? — camina detrás de mí.

— Si pero no es como el que me gusta, lo compraré acá, adelántate — le digo para que se vaya.

— No, ven aquí. ¿Por qué estás pálida?

— Porque necesito café.

Estiro mi mano para tomar la manija de la puerta de cristal, pero antes de tomarla Matt se adelanta y se agacha para sujetar mis piernas. Me levanta sobre su hombro y se gira mientras pataleo desesperada.

— Matt, ¡¿qué haces?! ¡Bájame! — le grito haciendo que todos en la calle nos miren.

— No — dice tranquilo — creo que intentas huir y no te dejaré.

— ¡Bájame idiota! ¡Todos nos miran! — intento apoyarme en su espalda para enderezarme.

— Deja de gritar, por eso nos miran — me da una nalgada.

Empuja la puerta con su brazo libre y nos lleva dentrodel restaurante. Dejo de gritar cuando entramos pero sigue caminando. Me bajajunto a la mesa en la que sus amigos y los míos nos observan divertidos.

Canción en Multimedia:

Cobra Starship - Fool Like Me