Sigo furiosa, tanto que no tengo ni hambre. Espero paciente a que sea la hora de ir al bar, entonces abro la puerta.

El departamento está en silencio, tal vez al final si se fue. Sonrío con satisfacción, está equivocado si piensa que voy a disculparme con él o con alguien más.

Apenas llego a la sala y me doy cuenta que me observa desde la cocina. Levanta la vista hacia mí y me extiende un plato con un sándwich.

Hago una mueca de disgusto y tomo mis llaves para salir del departamento. Bajo corriendo las escaleras y sonrío al ver que no me sigue, así que camino más tranquila hasta el bar.

Voy antes de tiempo así que me toca abrir. Quito los candados y abro la puerta pero siento unos brazos sosteniéndome fuerte y empujándome para que entre.

— ¿Qué mierdas haces? ¡Suéltame! — le grito.

— ¿Creíste que corriendo ibas a escaparte amor? — sonríe.

— Déjame, ¡estoy enojada contigo! — forcejeo para que me suelte.

— Pues no te voy a soltar hasta que te calmes — dice tranquilo.

— ¡Que me dejes en paz! ¡No puedes hacer esto! — me muevo más tratando de soltarme.

Intento de nuevo con todas mis fuerzas pero no me suelta, incluso cuando lo pateo. Espero un poco a que se calme y lo intento de nuevo, pero no cede. Seguimos así algunos minutos más.

— Suéltame, ya me aburrí — le digo seria.

— ¿Sigues enojada? — dice en mi oído.

— Si, todavía quiero patearte — me remuevo.

— Entonces no te suelto — se ríe.

— ¡Ya basta! Es tarde, tengo que terminar de abrir, seguramente Sean y Phoebe están afuera — digo fastidiada.

— Bien, dame un beso.

— Estás loco, ¿por qué tendría que besarte?

— Porque no te vas a disculpar, así que quiero un beso.

— No puedo — muevo mis brazos para intentar girar.

— Listo — dice cuando afloja su agarre para que voltee hacia él.

Intento de nuevo soltarme pero vuelve a apretarme fuerte con sus brazos. Ruedo los ojos fastidiada. Me acerco rápido y le doy un beso de piquito.

— Así no — me regaña.

Me sujeta con un brazo y con el otro me acerca a él para besarme. Primero muy lento, luego me muerde un poco y aumenta la intensidad cuando le correspondo.

— Ves que no era tan difícil — se burla.

Jadeo un poco recuperando el aliento y camino hacia la barra. Matt regresa para abrir de nuevo la puerta para que Sean pueda entrar.

— ¿Interrumpo? — dice mi amigo divertido.

— Si — dice Matt.

— No — le grito yo.

— ¿Ya se calmó? — le pregunta al rubio.

Matt le guiña un ojo y sonríe mientras Sean camina hacia el bar, donde estoy yo.

— Te están domando, fiera — se burla.

— No me provoques estúpido, porque luego corres — me burlo también.

Sean se ríe fuerte pero camina detrás del bar para acomodar unas botellas. Voy a mi oficina para revisar el diario de contabilidad y hacer las compras del último inventario.

Me acerco rápido a la barra cuando veo que es la hora de abrir, observo a Phoebe acomodar algunas mesas y Bethany empieza a tomar pedidos.

Los chicos de la banda suben al escenario y se acomodan. Matt me señala y sonríe antes de empezar a tocar. Y como siempre que él canta, me quedo parada observándolo.

(...) Don't stop doin' what you're doin'
Every time you move to the beat
It gets harder for me
And you know it, know it, know it

Don't stop 'cause you know that I like it
Every time you walk in the room
You got all eyes on you
And you know it, know it, know it (...)

¿Esto es un juego para él? Sonrío como idiota, lo sé. Tal vez sea todo el tiempo que paso escuchándolo cantar, por eso me gusta su voz.

Todos aplauden mientras los chicos tocan otra canción. Ayudo a Sean con los tarros porque esta noche estamos más ocupados que de costumbre.

Veo de nuevo a la chica de la otra vez frente al escenario, observando a Matt con ojos brillantes y enamorados. Ruedo mis ojos. Pero tal vez pueda ayudarla a conquistarlo.

— ¿Qué está tomando la chica esa? — la señalo.

— ¿Quien? Leah?

— Si — me mira sorprendido.

— Una piña colada — asiento hacia él.

— Prepararme una.

— ¿Para qué? ¿Qué vas a hacer Samantha?

— Tú has lo que te pido y rápido — sonrío.

Cuando me entrega la bebida me mira con el ceño fruncido y me observa en silencio mientras yo me acerco a la chica.

— Esto es de Matt — lo señalo.

Ella asiente antes de volver a mirarlo con corazones en los ojos. Tonta. Pero si esta es la forma de alejarlo de mi, bienvenida sea.

— No hagas eso fiera — me regaña — no juegues con sus sentimientos, sabes que Matt no se interesa en ella.

— Solo le doy un empujoncito, quizás ella sea el amor de su vida y él no lo sabe — encojo mis hombros.

— Lo haces por ti, te conozco, ¿ni siquiera te importa lo que él quiera?

— ¿No es obvio? — Hago una mueca de fastidio.

— Mi amplia experiencia en mujeres me ha enseñado que son del tipo de "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde"...

— ¿Piensas que voy a arrepentirme? Porque no lo haré, de verdad, tuve suficiente con la mierda de Nick.

Sean se queda en silencio mientras sigue sirviendo tarros de cerveza. Me mira pero no dice nada. Sé que piensa que estoy actuando mal, pero necesito hacer esto para recuperar mi vida y mi espacio.

Cuando la banda hace una pausa, veo a la chica Leah acercarse a Matt y hablarle. Prácticamente se cuelga de su cuello con la excusa de hablarle al oído por el ruido.

Y con esa imagen, me voy de vuelta a mi oficina. Lo único que quiero hacer es tomarme un descanso para leer mi revista y descansar mientras llega la hora de cerrar.

Canción en Multimedia:

5 Seconds Of Summer - Don't Stop