— Matt, ¡el almuerzo!

Le grito desde la cocina. El rubio aparece poco después, tallándose los ojos con el dorso de su mano.

— ¡¿Hiciste el desayuno amor?! — dice sorprendido.

— No tonto, que vengas a hacer el desayuno — me río — tengo hambre.

— Que mala eres amor, me siento usado.

— No te quejaste anoche — sorbo café de mi taza — además, ¿quieres morir envenenado?

— No — dice finalmente y se acerca al refrigerador.

¿De qué se queja? Cada vez que él cocina yo lavo los platos... Después del desayuno nos sentamos en el sofá a ver una película de comedia. Apoyo la cabeza en su pecho para estar cómoda pero acabo besándolo.

— Abrázame más, tengo frío.

— Ven aquí — pone sus manos en mi trasero.

— ¿Y eso? — digo con la ceja arqueada.

— Te agarro para que no te caigas del sofá — dice como si fuera obvio.

— Ajá, claro... — el sonido de la puerta me interrumpe.

— ¡Hermana! ¡Abre! ¡Soy yo!

— ¿Qué quieres Phoebe? — también le grito.

— Abre la puerta tonta, trajimos pizza.

— Pizza — sonrío y le doy otro beso a mi novio antes de levantarme.

Cuando abro, mi hermana, Wilson, Sean, Mark y Erik también están aquí. Intento sonreír pero no me sale.

— Yeiii — digo con voz forzada.

— También estamos felices de verte Sam — dice Mark con su usual tono sarcástico.

— ¡Hey! Pasen — invita mi novio.

Wilson lleva dos cajas de pizza hasta la mesa y Phoebe va a la cocina por platos. ¿Matt sabía de esto? Volteo a verlo pero él solo hace una mueca.

— ¿Y qué estaban haciendo? — pregunta Sean mordiendo una rebanada.

El rubio y yo nos miramos en silencio y luego reímos bajito, lo suficiente como para delatarnos.

— ¿En serio bro? ¿De verdad quieres saber? — Se queja Mark — Mírales las caras, ¿no es obvio?

— ¡Basta todos! No quiero imaginarme a mi hermana... Así — Phoebe se sacude como si tuviera escalofríos.

— Cállense, nadie les dijo que vinieran sin avisar — los regaño.

— Bueno ya, todos cállense y coman — ordena Erik — apenas tenemos tiempo para reposar la comida antes de ir a ensayar al bar.

Y dicho eso, todos guardamos silencio. Realmente no sé si está banda tiene un líder designado, pero si lo tiene apuesto todo a que es Erik.

Recojo los platos desechables y los llevo hasta la cocina con la ayuda de Mark. Tengo que admitir que me agrada mucho la personalidad sarcástica de este chico.

— Tengo que ir al bar, ¿se quedan? — Pregunto pero me ignoran — Bien, me voy.

— Voy contigo — se levanta Matt de su silla pero todos siguen viendo la televisión.

Caminamos las seis calles hasta el bar, quito los candados y voy detrás de la barra para recoger las notas de venta. Matt se sienta en la barra con su teléfono móvil, teclea algo así que termino de hacer mis pendientes.

Qué rápido cambian las cosas, me he dado cuenta que dejé de maldecir... Bueno, lo hago menos que antes. Y la otra cosa es que no me molesta que el rubio me siga a todos lados. ¡Mi jodida sombra! Ahora no puedo dejar de mirarlo y sonreír como idiota.

Me acerco a él y antes de que pueda reaccionar tomo su rostro con mis manos para acercarlo y besarlo. Suelta el móvil sobre la barra para pasar sus brazos por mi cintura.

— ¿Qué intentas amor? — arquea la ceja con expresión divertida.

— Nada amor, ¿no puedo besarte?

Sonríe cuando vuelvo a besarlo, pasando mis manos por su cabello corto para alborotarlo. Se levanta de la silla sin apartarse de mí y me hace caminar de espaldas hasta mi oficina.

— Amo este sofá, la mejor compra de mi vida — digo y él se ríe.

— Qué exagerada amor — rueda los ojos — pero si es bastante cómodo...

De nuevo una voz nos interrumpe. Como no distingo quién es o qué dice, me levanto rápido para vestirme y Matt hace lo mismo. Salgo de prisa para encontrarme de frente a todos los tontos que dejé en mi departamento.

— Aquí estás fiera — me señala Sean — ¿qué hacías?

— De verdad hermano, ¡deja de preguntar! — Dice Mark con fastidio — vamos a ensayar ahora.

Sean se queda serio pero Phoebe se ríe de él. Wilson se acerca a Erik para decirle algo y todos suben al escenario a buscar sus instrumentos, incluso Matt. Y como es viernes, voy con Sean a revisar el stock de botellas.

— Sam, ¿puedo hablar contigo? — me llama Erik.

— Si, ¿que pasa? — digo confundida.

— Eso pasa — señala hacia el escenario.

Wilson está sentado en la batería y Mark a su lado con la guitarra mientras hablan. Del otro lado, sentado en el piso, mi novio abraza su guitarra. Me paro junto a Erik y lo miro.

— No entiendo.

— Míralo, ¿crees que así puede tocar esta noche? — Volteo de nuevo a verlo — No sé cómo decirlo, así que solo lo diré... ¡Parece idiota!

— ¿Y eso es mi culpa? — me río.

— Si, lo dejaste así — se ríe — no estoy en contra de su relación, pero si eso afecta a la banda tengo que entrometerme.

— Pero... — me interrumpe.

— No más sexo los días que tenemos que tocar.

— ¿Hablas de todo el día? — Gruño — nada después de abrir el bar.

— Después del medio día — intentamos negociar — nada después de las 3 de la tarde y hasta las 3 de la mañana.

— Pero solo viernes, sábado y domingo.

— Bien, y un día a la semana lo pasará con nosotros. No podemos descuidar nuestra amistad.

— De acuerdo, el jueves.

— No — dice de nuevo Erik — el jueves no porque es tu día de descanso y querrá pasarlo contigo.

— El miércoles — vuelvo a proponer.

— No, porque es noche de Karaoke y de todas formas venimos al bar.

— El martes, y es mi última oferta. De todas formas ustedes no tendrían por qué venir a la noche de chicas.

— Acepto, los martes a partir de las 9 de la mañana y hasta las 3 de la mañana del miércoles.

— No, dijiste que un día, así que hasta las 12 y te aseguras que regrese al departamento a salvo.

— Hecho — estrecha mi mano.

Erik regresa al escenario con sus amigos para ensayar. No sé si reírme o enojarme por esta situación tan extraña, así que voy a mi oficina a actualizar el diario de contabilidad.

Salgo para asegurarme que Frank y Travis estén aquí ayudando después de abrir el bar. Yo también ayudo con las mesas y no soy consciente de la hora hasta que escucho la voz de Mark en el micrófono.

Los chicos le dedican la primera canción a mi hermana, una que le gusta mucho.

(...) Talk to me, baby
I'm going blind from this
sweet—sweet craving Whoa—oh
Let's lose our minds and go
fucking crazy Ah ya ya ya ya
I keep on hoping we'll eat
cake by the ocean... (...)

Canción en Multimedia:

DNCE - Cake By The Ocean

- - - - - - - - - - - - - - - - -

Gracias por leer!

Espero que disfruten leyendo esta historia, que adoro con toda mi alma.

Estoy escribiendo los capítulos finales, de verdad espero terminarla justo como lo planee hace muchos años.