22 | Vivir y disfrutar 💘
El almuerzo con Jungkook fue muy agradable. La verdad es que eso me ayudó mucho a ponerme al día con las cosas que le ha estado sucediendo a Jungkook todo este tiempo que no nos hemos visto; sin embargo, todavía no logro saber el por qué se había alejado de mí.
Ahora me encontraba con Jungkook caminando todavía por el muelle conversando sobre nuestras clases de universidad. A unos cuantos metros de distancia de nosotros se encontraba una feria que fue inaugurada por la temporada de otoño, ahí habían muchos puestos con juegos en donde podías ganar algunos premios; en otras partes del lugar también habían puestos que vendían todo tipo de plantas, al igual que decoraciones para exteriores e interiores de hogar, prendas de vestir hechas a mano por pequeños emprendimientos, entre otras cosas; a Jungkook esto le llamó la atención, ya que según él, ahí también se encontraba una de sus tiendas favoritas que vendía todo tipo de cosas que se relacionan a las películas de Marvel.
—Debemos de ir ahí —dice Jungkook con desespero y emoción.
— ¿Sabes algo? No tienes dinero para comprar eso que quieres —mis manos viajan a su rostro en donde aprieto levemente sus mejillas. Debía de hacerle entender aquello, ya han sido muchas deudas que él tiene—. Deja de comprar por comprar, y mucho menos si no tienes el dinero.
—Pero...
—No, Jungkook. No. —Repito con una sonrisa de lado. Jungkook con sus mejillas apretadas me daba mucha ternura.
— ¿Aunque sea para dar un vistazo? —inquiere con una voz aguda.
Tuerzo mis ojos a la misma vez que me cruzo de brazos. Sabía que Jungkook no se iba a dar por rendido hasta que le dijera que sí; pero la verdad es que no tengo ánimos de ver objetos aburridos que homenajean a toda una gran producción de películas.
—Lo siento —en ojo mis hombros—. Si quieres ir tú, hazlo; yo prefiero regresar a la universidad para mis últimas clases.
—Vamos, Nain. No seas tan aburrida —Jungkook reprocha como un niño pequeño mientras se cuelga de mi brazo izquierdo—. Por favor.
—No quiero. Ve tú.
— ¿Por qué?
— ¡Porque no le veo sentido al gran fanatismo a las películas de Marvel! —espetó ya harta. Sonrió exhausta por la insistencia de Jungkook—. Tú pareces ser un gran fan de esas películas y yo no. Por eso no quiero ir.
—Mi nuevo objetivo es hacer que te gusten "esas películas" —forma comillas con sus dedos antes de entrelazar su brazo con el mío—. Ahora vayamos a una cafetería que hay por aquí si no quieres ir a la feria.
Hago mi cabeza hacia atrás para tronarme el cuello antes de seguirle el paso apresurado a Jungkook. Seguimos caminando hacia el norte hasta que encontramos la cafetería que Jungkook mencionó, ambos entramos y vi que la estructura de este lugar estaba organizada por habitaciones privadas de un tamaño adecuado para cierto aforo de personas —estaba más que segura que el aforo máximo variaba entre cinco a ocho personas por habitación—. Bastante bonito, a decir verdad.
Una chica que vestía un delantal rojo con blanco se acercó a nosotros mientras limpiaba sus manos en su prenda de vestir. Nos guió hasta la única habitación que había libre, esta quedaba cerca de los baños por lo que ya me estaba mentalizando para escuchar todo tipo de sonidos provenientes de este lugar. Luego, la misma señorita, nos entregó un pequeño control en donde su único botón era rojo, aquella chica nos explicó que eso servía para llamarlas al momento de querer pedir nuestra comida.
Finalmente, la chica se va del cuarto luego de entregarnos las cartas de su menú y me deja sola con Jungkook.
El silencio entre los dos se prolongó por bastante tiempo. Al inicio creía que era algo común y normal, ya que estábamos al pendiente y decidiendo qué era lo que íbamos a comer; sin embargo, el hecho de que Jungkook no haya hecho ningún comentario con respecto a equis cosa, me alteraba un poco. Simplemente sentía algo extraño si Jungkook no habla como siempre lo hace.
— ¿Hay algo en la carta que me recomiendes? —digo, regresando a mirarlo sobre el menú.
—No lo sé —golpea la punta de su lengua con su mejilla antes de levantar sus cejas—, no sé cuáles son tus gustos.
Entonces ahí estaba el problema. A Jungkook no le había gustado lo que le había dicho.
Pero tengo una personalidad muy orgullosa como para pedirle perdón por una tontería como esa.
—Tienes razón —Bufo con una sonrisa de por medio—, no sé en qué estaba pensando cuando te lo pregunté.
Jungkook asiente levemente. Creo que tampoco me está prestando mucha atención.
—Okey.
Después de un par de minutos, Jungkook apretó el botón rojo del control e inmediatamente la misma chica que nos ubicó en esta habitación llegó tan rápido como pudo. Jungkook se encargó de pedir lo suyo mientras que yo pedí lo mío, luego, aquella chica se fue sin antes decirnos que muy pronto volvería con nuestros pedidos.
Jungkook saca su celular y se distrae en él todo el tiempo en el que nos quedamos otra vez en silencio. Él era tan ruidoso como para que ahora solo se quedara en silencio como si nada.
—Está bien, me vas a escuchar —digo, arrebatándole a Jungkook su celular y dejarlo sobre mi regazo—. ¿Qué te pasa?
—Dirás, ¿qué te pasa a ti? Dame mi celular —extiende su mano y la pone en medio de la mesa.
— ¿Estás molesto porque no quise acompañarte a esa feria y ver tus figuras de acción?
—Nain, ya no importa. —Dice con voz calmada. Quería que también gritara como yo estaba a punto de hacerlo—. ¿Podemos estar tranquilos en este lugar?
— ¡No, quiero que me digas qué ocurre! —Jungkook cubre sus ojos con sus manos por unos segundos—. Dime si no quieres que inicie una pelea aquí.
De repente, Jungkook suelta una risa que me deja desconcertada. ¿Y ahora qué le hacia gracia?
— ¿Podrías calmarte? —responde entre risas—. No estoy molesto ni enojado contigo. Cálmate.
—Ahora me estás llamando loca —me cruzo de brazos, seria.
Para este punto de la conversación, ya sabía que Jungkook realmente me decía la verdad; pero me gustaría hacerlo sufrir un poco y ver si de verdad me toma en serio si es que ahora yo digo un par de disparates que a la mayoría de hombres no les gusta pasar con una chica.
—Claro que no...
—Entonces soy una mentirosa —bufo mirando hacia otro lado—. ¿Sabes qué? Si vas a tratarme de esta manera, mejor no seamos amigos.
— ¿Qué? —dice, todavía con su sonrisa en el rostro. Me levanto de mi asiento y ahí fue cuando el rostro de Jungkook cambió por completo—. Kim Nain, ¿estás hablando en serio?
No le respondo nada a Jungkook y continúo en mi papel de ser una persona con problemas de bipolaridad. Me voy hacia la puerta corrediza de la habitación con las intenciones de abrirla, pero en eso Jungkook se levanta de su asiento y agarra fuerte de mi mano.
—Debes de estar bromeando —replica serio.
Alzo mi mirada hacia sus ojos y lo miro neutra.
—No lo sé, tú dime —abulto un poco mis labios y chasqueo mi lengua—, ¿lo hago, Jeon?
Jungkook entrecierra sus ojos para analizarme, pero yo ya no pude más y finalmente decidí reírme en su cara antes de sentarme otra vez enfrente de él. Jungkook todavía no puede creerse la pequeña broma que le hice y él también regresa a su sitio con una sonrisa de lado y cabeza agachada.
—Todavía no puedo creer que hayas hecho eso —sonríe de lado antes de anclar su mirada con la mía—. Me diste un susto.
—Jungkookie bonito sí me quiere como su amiga. —Mis manos aprietan las mejillas de Jungkook y veo cómo estas se van colorando por el pellizcón, o tal vez porque se está sonrojando él mismo.
Minutos más tarde, nuestra orden llega y empezamos a compartir entre los dos lo que habíamos pedido mientras los temas de conversación salían de forma natural. Jungkook a veces hacía una que otra broma para mí con la comida o con algún comentario que está relacionado al tema del cual hablamos.
De pronto, el tema se tornó algo serio cuando Jungkook mencionó el tema de mis padres.
Desde hace más de un mes, la situación en mi casa a veces parece ir mejorando y otras veces parece empeorar. No sé cómo es que pasó, o por qué pasó, pero mis padres han estado un poco más irritantes cuando se cruzan por la casa; papá no soporta ver a mi madre sin hacer algo porque luego le recrimina que ella no hace nada, y mi madre no puede tolerar que una cosa que le pertenezca a mi padre esté fuera de su lugar porque luego ella le recrimina que no mantiene la casa en orden. Esto provocó que ambos alargaran su hora de llegada a la casa y contrataran a una nueva niñera para Jaemin.
No pensé que llegaría un momento en donde yo me sintiera sola y con Jaemin a mi cargo.
Pero a pesar de toda la curiosidad que tenga de saber el por qué ellos ya no pueden ni hasta verse, no puedo preguntar absolutamente nada porque ambos todavía siguen creyendo que soy una niña. Hace un año cumplí la mayoría de edad y estoy casi segura de que mi madurez también puede ayudarlos a ambos.
Así que, mientras que no sepa de qué se trata todo este embrollo de mis padres, no me queda más que mentirle a Jungkook y decirle que mis padres están muy bien. Él se lo cree y luego cambia al tema de sus padres.
Jungkook comienza a contarme de cómo su papá lo ha llegado a presionar cuando él era más joven para que estudiara leyes envés de música; pero por suerte, Jungkook, mediante una extensa exposición, logró convencer a su padre de que no iba a ser mala idea que estudiase música. También me habló de su madre y de cómo ella terminó con una insolación en la piel luego de su viaje a Hawái con su padre, pero también me contó que allá probó suerte al jugar en el "Bingo" y ganar un monto de mil dólares. Lo triste de esa historia fue que su madre no le compró a Jungkook absolutamente nada por su cumpleaños.
Las horas pasaron y llegó el momento de irnos del restaurante. Entre los dos pusimos algo de dinero para pagar la comida y seguimos caminando por el muelle. Por un momento giré a mis espaldas al ver la feria a la que quería ir Jungkook llena de muchas luces de colores, tal vez no sea mala idea echar un vistazo a lo que tienen ahí.
—Oye —llamo su atención—, tengo un rato más antes de volver a casa, ¿quieres ir a la feria conmigo?
Jungkook al principio se extraña por lo que le he dicho, pero finalmente sonríe y me toma de la mano para entrar de una vez por todas al evento.
Las luces de colores estaban por todas partes: en los juegos mecánicos, en los puestos de venta y de juego donde podías ganar un premio. Todo este lugar era un vómito de colores, pero creo que valía la pena estar aquí si podía ver los ojos de Jungkook brillar como nunca por la emoción que estaba experimentando en este momento.
Jungkook en ningún momento se soltó de mí y me llevó con él al puesto en donde estaban vendiendo figuras de acción semi realistas de los personajes de todas las películas de Marvel; entre ellas, por supuesto, Iron Man. Fui de gran ayuda para Jungkook en el momento donde él ya estaba preguntando por el precio del muñeco y a la misma vez estaba sacando su billetera, en serio que Jeon tiene un severo problema en despilfarrar su dinero sin control alguno. Lo mejor que pude hacer por él fue llevármelo a otra parte que esté muy lejos de ese puesto de muñecos de Marvel.
—Entonces, ¿adónde quieres ir ahora? —le digo mientras vamos paseando con más calma entre los demás puestos de la feria.
—Yo la verdad solo quería venir a ver las figuras de acción. —Jungkook suelta una sonrisa nasal y regresa a mirarme—. ¿Quieres que hagamos algo?
Miro a mi alrededor para ver si es que hay algo que me atraiga de este lugar. No tenía planeado liderar esta parte de nuestra salida porque pensaba que, a Jungkook, además de ver sus figuras de acción de Marvel, le habría llamado la atención otra cosa. Y finalmente, luego de dar un par de vueltas por el lugar, yendo de un puesto a otro, encuentro algo que puede ser divertido para los dos y en done ambos saldríamos ganando; o solo uno de nosotros.
Llevo a Jungkook a un puesto de tiroteo para saber quién podría ganar en este juego. He visto que Jungkook tiene esas vibras de ser igual o más competitivo que yo cuando se trata de ganar algo a cambio de mi esfuerzo.
—El primero que gane escogerá un premio para sí mismo, y el otro deberá darle otro premio al ganador —propongo aquella pequeña apuesta con Jungkook antes de sacar el dinero para pagar nuestra participación—. ¿Trato hecho, Jeon?
—Voy diciendo que quiero ese peluche de Iron-man —responde él, también sacando su dinero para jugar.
El juego comienza y básicamente se trata de apuntar al centro de unos carteles con círculos blancos y negros para hacer que estos caigan antes de que la dificultad se eleve y estos mismos carteles empiecen a moverse. Las balas de la pistola eran de esponja gruesa; estas, a pesar de verse inofensivas, si alguien le tira a una a alguien, podría provocarle un moretón casi igual a los que una persona se hace cuando se golpea con algo muy fuerte; aquel dato lo saqué de mi padre cuando de pequeña intenté atacar a Taehyung con uno de esos dardos. Ahora quería hacerlo con Jungkook, pero realmente necesito ganarle para demostrarle que soy mejor que él.
Luego de unos minutos, logré derribar mi primer cartel mientras Jungkook todavía no podía derribar ni uno solo. Sin embargo, los carteles comenzaron a moverse en un patrón de primero subir y luego bajar; luego se iban de derecha a izquierda.
Con las luces muy coloridas en mi rostro, se me hizo difícil poder seguir el centro de los carteles y apuntar bien. Miré de soslayo a Jungkook, y él ya había derribado a dos de sus carteles, solo le faltaban dos más para que me ganara, ¿en qué momento fue que me tomó la delantera?
Tumbo un segundo cartel a la misma vez que Jungkook tumba su tercer cartel. Uno más y me ganaba. Entonces, la paciencia desaparece de mí y empiezo a disparar como si no hubiera un mañana; ninguna de mis balas puede tumbar mis dos últimos carteles y eso me frustraba tanto, más estaba malgastando mis balas, pero no podía controlarme cuando veía que Jungkook estaba igual que yo, pero con solo un cartel al cual derrumbar. Maldito bastardo, haré que se arrepienta de este momento.
—Mejor ya ríndete, Nain, ya te gané —dice con toda seguridad.
—Eso ya lo veremos, idiota.
—Ya deja de insultarme cuando no he hecho nada —replica sonriendo. Quiero partirle la cara.
—¡Sí estás haciendo algo que merezca insultarte!
Y es entonces que, ni bien terminé de hablar, Jungkook tumbó su último cartel y se proclamó como el ganador de este juego. El trabajador de aquel puesto esperó a que yo terminara —con ayuda de Jungkook— para finalmente darnos nuestros premios; Jungkook se pidió un peluche del oso de Line como premio porque pensaba a ciencia cierta que yo le daría el peluche de Iron-man. Fue ahí cuando la oportunidad de vengarme apareció, Jungkook sí que era un idiota si pensaba que le regalaría aquel peluche que tanto quiere.
Vi entre todas las opciones que había para escoger hasta que finalmente di con un gorro de conejo en donde sus orejas se podían manipular por unos botones que tiene. Ese iba a ser perfecto para mí venganza.
—Quiero aquel gorro de conejo —le señalo al trabajador. Jungkook regresa a mirarme alarmado y niega rápidamente.
—No, pero yo te dije que...
—Shh... —puse mi dedo índice sobre los labios de Jungkook para que se mantuviera callado. Sonreí de lado mientras me iba acercando más a él—. Nunca dije que el ganador podría escoger su segundo premio.
—Pero yo...
—Este es el premio que escogí para ti y tendrás que aceptarlo. —Finalmente tengo el gorro entre mis manos y no demoro mucho para quitarlo de aquella bolsa de plástico. Rápidamente se lo puse a Jungkook y no pude evitar reírme, se veía muy gracioso con eso puesto y toda su ropa negra—. Lo tendrás puesto hasta que regresemos a casa.
—Me veo patético con esto puesto. —Dice antes de curvear un poco sus labios hacia abajo.
Sonrío satisfecha de haber logrado mi cometido.
—Ese era el punto, Jeon.
—Eres una pequeña muy vengativa —Jungkook se acerca y comienza a hacerme cosquillas en mis costillas.
Pero segundos más tarde se detiene al notar que yo no tenía cosquillas en el cuerpo; y, en realidad, yo también sé dónde tengo exactamente cosquillas. Nunca mis padres, u otra persona, me han tocado de esa manera para hacerme eso.
—La mayoría de las personas tienen cosquillas en esa parte del cuerpo —replica Jungkook mientras sujeta las tiras de su gorro para comenzar a jugar con las orejas de este—. Eres diferente.
—Soy igual que todas las personas de aquí —lo corrijo—, pero tengo algunas características que me hacen diferente a otros e idénticas a otras. ¿Comprendes?
—Yo me considero un espécimen único.
—Y vaya que lo eres —dije en un bufido. Jungkook volvió a tomarme la mano y seguimos caminando por la feria—. ¿Y ahora dónde nos vamos?
—Solo quiero pasear. Dejemos que nuestro estómago digiera toda la comida de hoy.
Así que ese fue nuestro plan: ir de un lado a otro sin un rumbo exacto. Aprovechamos el momento para seguir hablando sobre los temas que nos interesaba saber del otro; Jungkook tomó la iniciativa de contarme sobre su idea de dejar las terapias con su psicóloga en cualquier momento; al principio me pareció descabellado, yo digo que todavía le falta un poco de madurez y sabiduría para vivir con el error que cometió con Tzuyu, sin embargo, también sé que su psicóloga sólo está ahí para él para recomendarle qué hacer y esperar a que Jungkook las haga por su propia cuenta. Entonces, si Jungkook está pensando dejar sus terapias, es porque ya se siente un poco más seguro de sí mismo, a pesar de que todavía no ha hecho nada para ponerle fin a su problema.
Luego, Jungkook se atrevió a tocar el tema de cómo es que yo he podido vivir bien luego de la muerte de mi tío. Según él, dice que yo me veo bastante tranquila como para que a alguien se le pasara por la cabeza que yo también he tenido mis momentos de ansiedad en donde no he sabido qué hacer y me he sentido peor que un roedor enjaulado.
Para empezar, a mí me costó mucho entender que la persona en quien más confiaba cuando estaba un poco más joven se había quitado la vida en un momento de desesperación al no sentirse comprendido por nadie de su familia. Y bueno, algunos acostumbran a echarle la culpa a otras personas por la muerte de su familiar; en mi caso, yo no había hecho eso debido a que sabía que todos nosotros habíamos tenido la culpa de que mi tío tomara esa dolorosa y trágica decisión, ni yo podía salvarme porque de igual manera me puse a pensar que yo pude haber hecho algo al respecto para evitarlo si tan solo le hubiese prestado más atención a las señales de auxilio que mi tío, en su momento, me había mostrado; sin embargo, yo era muy ingenua para entenderlo y solo lo dejé pasar. Ahora me arrepiento, pero sé que mis lamentos y mis súplicas no harían que mi tío volviera a la vida.
Y eso se lo expliqué a Jungkook una vez más.
—No pude hacer nada con él —le explico—, pero siempre trato de intentar salvar a las demás personas que rodean. En su momento me tocó salvar a Taehyung con su baja autoestima, y en otro momento intenté salvarte a ti cuando veía que habías agarrado el hábito de fumar.
Jungkook sonríe de lado antes de bajar su mirada.
—Ni me lo recuerdes. —Bufa avergonzado—. ¿Y por qué tienes esa costumbre de sobre pensar las cosas? ¿De dónde salió esa lógica tuya de que todos tenemos un lugar?
—Primero, yo no sobre pienso las cosas. Simplemente pienso en más opciones de soluciones ante un problema —encojo mis hombros.
—Nain, a eso no es lo que me refiero cuando te digo eso —replica Jungkook—. Yo me refiero a cuando ves que algo malo está pasando y luego comienzas a sobre pensarlo hasta sacar una conclusión pesimista. Un ejemplo a lo que te digo fue cuando vimos a tus padres regresar de esa fiesta aquella vez.
—Bueno... —Jungkook había tenido razón en eso, y no puedo creer que recién me esté dando cuenta de eso—. Puede que sobre piense un poco las cosas, pero a veces hay que sacar todo tipo de conclusiones para estar preparado a lo que de venga. Y con respecto a mi lógica de vida, desde que mi tío falleció, no pude evitar pensar...
—Y dices que no sobre piensas las cosas —murmura sarcástico.
—Déjame hablar. —Empujo a Jungkook con mi cadera antes de retomar el hilo de nuestra conversación—. Bueno, desde que murió mi tío, nunca pude dejar de pensar que probablemente él quería llegar a ser alguien muy grande en la vida. Probablemente tenía metas y sueños que quería cumplir; pero al verse tan ignorado por sus propios hermanos y familiares, supongo que se sintió perdido y no supo cómo regresar a su camino de vida. Entonces ahí comencé a interesarme mucho en hacer que otras personas sientan que tengan un lugar en el mundo y en su vida al cual deben de llegar y quedarse en este para ser felices.
—¿Pero eso no te suena algo infeliz? —Contraataca Jungkook—. Literalmente, si alguien llega a hacer eso, se está privando de experimentar nuevas cosas en su vida solo por seguir con una vida monótona. ¿Y qué pasará luego con la vida de esa persona luego de que haya cumplido con todas sus metas?
—Estará satisfecha. —Contesto con simpleza. Sinceramente, no me gustaba cuando Jungkook se ponía de ese modo conmigo.
—¿Y luego qué más?
—Estará bien con la vida que tendrá, Jungkook —replico ya un poco irritada—. ¿Cuáles son tus metas y sueños?
—Mis metas son básicamente convertirme en un gran productor de música de esta generación a la misma vez que pueda irme formando en el ámbito artístico como cantante. —Iba a hablar otra vez, pero Jungkook se adelantó y cubrió mi boca con su mano—. Mi sueño es poder vivir una vida estable, ya sea en compañía de alguien o en solitario, eso no me importa en realidad. Pero aparte de ello, quiero aprender a hacer nuevas cosas; quizá como viajar por el mundo, aprender algún idioma que con el paso de los años me olvidaré, quizá estudiar un poco de lo que es fotografía y cinematografía, intentar sobrevivir en un bosque como un primitivo, entre otras cosas más.
—Pero ¿cómo se te ocurre hacer eso? —Pregunto muy confundida. Lo que estaba diciendo Jungkook era descabellado—. ¿Cómo es que eso que quieres hacer te ayudará a llegar a tu meta principal?
—Yo sé que no está afiliada a mis metas —Jungkook se torna un poco más serio. Se acerca a mí y acuna mi rostro entre sus manos mientras baja un poco su mirada para anclarla con la mía—; pero Nain, debes de entender que la vida es corta. Hay que aprovechar a hacer todo tipo de estupideces mientras vamos cumpliendo nuestras metas, no hay que quedarnos estancados en un mismo lugar.
Ambos nos quedamos en silencio por unos minutos, lo único que llega a mis oídos es la música de la feria retumbando por los parlantes que están cerca de nosotros.
No dejo de mirar a Jungkook y mi gesto de fastidio cambia con el paso de los segundos para ahora plasmar en mi cara una expresión de preocupación y temor. Puede que Jungkook tenga razón en lo que dice, pero yo tengo terror a intentar cosas nuevas por el simple hecho de que luego pueda olvidarme de mis prioridades como futura arquitecta y dueña de mi propia empresa constructora.
—Todavía lo veo muy arriesgado. —Confieso, mirando hacia otra parte.
—Tampoco te estoy pidiendo que te lances de un acantilado para ver si puedes volar —responde Jungkook con ironía—; pero no estaría nada mal que pudieras experimentar lo que se siente dar un paseo en un parapente.
—Ni muerta me subo a una de esas cosas.
—Está bien —dice—. Vayamos de a pocos, yo te enseñaré lo maravilloso que es salirse de tu vida planeada. Hoy hemos iniciado bien con escapar de clases y venir a entretenernos un poco en el muelle.
—Eres una muy mala influencia, Jeon —sonrío risueña. Jungkook también lo hace y luego mueve las orejas de su gorro para hacerme reír por completo—. Y también eres un bobo.
—Pensé que era un idiota —Jungkook ladea su cabeza mientras baja las orejas de conejo. Pero luego alza una a la misma vez que su rostro cambia de gesto, estaba confundido—. ¿Uh? ¿Escuchas eso?
No entiendo a qué es lo que se refiere Jungkook con lo que me ha dicho, solo puedo escuchar la música de la feria y ya.
—¡¡Es Avril Lavigne en el momento más indicado!! —Jungkook me toma con posesión entre sus brazos antes de moverme de un lado a otro, creo que lo que quería logar con esto es que yo bailará con él—. ¡¡Rock n roll es una de las mejores canciones que puede acompañarnos ahora!!
Tristemente no podía acompañar a Jungkook en su momento de entusiasmo por escuchar aquella canción en este momento, porque no me sabía la letra de la canción y nunca en mi vida la había escuchado hasta el momento.
Jungkook se dio cuenta de eso y su gesto otra vez cambió.
—¿No te la sabes?
—¿Se consideraría un pecado si te digo que no?
—Nain, estás tan perdida —Jungkook cambia la fuerza de su agarre y ahora se encuentra abrazándome con cariño—. Por suerte yo estoy contigo y haré todo lo que esté a mi alcance para que puedas recordar esta etapa de tu vida como la mejor.
—Qué honrado sonaste —bromeo.
—Soy un alma caritativa.
Finalmente puedo decir que Jungkook, como amigo, no es tan malo como lo creía. Hay momentos en los que me diré que probablemente esto sea una muy mala idea, pero sé que luego él podrá hacerme cambiar de opinión por la manera tan única en la que es.
¿Qué puedo decir? Jungkook es un espécimen único.
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Hola, ojalá les haya gustado este capítulo, comenten si fue así :') Valoren todo el tiempo que me tardé para subir un nuevo capítulo ✨
Lectores fantasmas, por favor, al menos háganme saber con un voto que les está gustando esta historia
Y bueno, ahora sí dejo de dar pena
Jungkook va a ser todo un torbellino en la vida de Nain💕
Aquí les dejo una foto de la linda Nain
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