21 | Escape 💘
Una semana después de la fiesta de cumpleaños de Jungkook, él volvió a portarse un poco raro, casi como pensativo. Al principio creía que sólo se trataba de la edad, quería asimilar que ya tenía 20 años y que ya estaba en la segunda base. Sin embargo, esa idea la descarté luego de que pasaran algunos días y Jungkook no se haya animado a visitarme como lo solía hacer antes, creo que hasta ni se asomaba a la ventana de su habitación para mirar hacia el exterior.
La única vez que pude lograrlo ver fue llegando a casa después de la universidad, mientras que estaba a nada de subir las escaleras del porch de mi casa, Jungkook abrió la puerta de su casa y se metió sin darse cuenta que yo estaba detrás de él esperando a que volteara.
Remuevo la cuchara de té una vez más alrededor de la bolsa de té que está dentro de mi taza y dejo soltar un suave suspiro. Mi cara de aburrimiento es muy notable, no quiero creer que ya me he acostumbrado a la personalidad tan explosiva de Jungkook dentro de mi casa que ahora siento que lo estoy extrañando. Y bueno, es verdad, lo extraño, pero no es normal la magnitud de qué tanto lo estoy extrañando.
—Si no dejas de mover esa cuchara durante los próximos cinco segundos, te juro, Kim Nain, que me sacarás de quicio —dice mi mamá bajando el periódico que ocultaba su rostro. Deja a un lado aquel papel y se va hasta el lavador para limpiar su taza—. Ya deberías de irte, tus clases están a nada de iniciar. ¿O es que ya te arrepentiste de ser arquitecta?
—Jamás —chasqueo mi lengua antes de sacar la cuchara de la taza—. Solo he estado un poco distraída.
—Últimamente lo estás —responde mi madre—. Puedes contarme si quieres.
—Creo que estoy extrañando a Jungkook —confieso luego de pensármelo muy bien. Mamá era la única persona que me puede ayudar con algún consejo—. Si te habrás dado cuenta, él ya no ha venido acá a la casa luego de su fiesta de cumpleaños. —Mamá asiente a la vez que vuelve a tomar asiento en su lugar—. Y eso es todo.
Mi mamá parece pensar muy bien en su respuesta muy severamente, ya que junta sus manos sobre la isla de la mesa y curvea un poco sus labios hacia abajo. Sus cejas también se frunce antes de encoge sus hombros y mostrar un gesto un poco más relajado.
—Si él no te busca, intenta hacerlo tú si es que quieres verlo —dice con mucha simpleza—. Pero ahora no es momento de pensar en Jungkook, debes irte a la universidad.
Ella se va de la cocina para dejarme sola y terminar mi desayuno. Me apresuro en tomar mi té antes de que se me siga haciendo tarde para la universidad.
Mi padre baja del segundo piso y entra a la cocina para buscar las llaves de su auto. Ambos nos saludamos con una sonrisa antes de que tome el último trago que me queda de mi bebida.
— ¿Podrías llevarme a la universidad? —le pregunto a papá luego de dejar mi taza dentro del lavador.
—Está bien, pero salimos ahora. Tengo una operación temprano —contesta con apuro.
Salgo de la cocina para subir las escaleras y entrar a mi taller. De ahí saqué mi mochila y mi porta planos, los arquitectos no se andaban con rodeos e inmediatamente en la primera semana de regreso a clase nos dejaron hacer un plano de una casa en un terreno de 130 metros cuadrados.
Antes de salir, le dejo un puño de semillas de girasol a Juanjo para que no muera de hambre en todo el día. La última vez que lo llevé al veterinario para que le examinaran un pequeño tumor que le salió en ojo izquierdo, me dijeron que estaba muy bajo de peso. Y bueno, yo tenía la mayor parte de culpabilidad por no haberlo cuidado bien.
— ¡¡Nain, ya vámonos!! —grita mi papá desde el tercer piso.
— ¡Vooy! —respondo. Cierro la puerta de mi taller y en el pasillo me encuentro a mi mamá con Jaemin en brazos—. Adiós mamá, chau Jaemin.
—Que te vaya bien hoy —dice mi madre.
A pasos apresurados voy bajando las escaleras hasta llegar al primer piso y alcanzar a mi papá que ya se estaba subiendo a su auto. Cierro la puerta de mi casa y corro hasta la puerta del copiloto. Mi papá me recibe con una mala mirada y suspira cansado.
—Vas a hacer que llegue tarde a mi trabajo —me dice molesto.
Frunzo el ceño por lo que me dice. Últimamente mi papá ha andado de un mal humor que ya no puede tolerar ni un solo error que mi mamá o yo hagamos en la casa.
—Pero si de todas maneras ibas a llegar tarde. Yo no he hecho tanta diferencia —le digo con calma y respeto.
Mi papá vuelve a mirarme fulminante. Sabía que muy pronto iba a comenzar a gritar y yo comenzaría a lamentarme por haber abierto la boca.
—Háblame bien. Agradece que te estoy llevando a la universidad, ¿o quieres ir a pie? —replica.
Vuelco mis ojos hacia la ventana de la puerta y prefiero evitar continuar con esta discusión. Por dentro estaba pidiendo calma para no empezar mal mi día, a veces cuando estoy de mal humor las cosas no suelen ir a como lo planeaba. Para hoy no quería nada de eso.
Como mi universidad queda cerca de mi casa, el viaje fue medianamente corto y rápido. También que mi papá haya conducido como un demente había ayudado bastante. Él me deja en el estacionamiento que queda cerca de mi facultad para que yo me bajara, nos despedimos de una manera gélida y finalmente salgo del auto. Papá arranca el carro con mucha rapidez que en un abrir cerrar de ojos ya no estaba cerca de mi panorama.
Voy trotando para llegar un poco más rápido a mi facultad. Pasé por la facultad de comunicación en donde vi a Taehyung entrando apresurado a su edificio, luego pasé por un pequeño parque antes de ir por la facultad de ingeniería civil. A unos cuantos metros, pude ver a Sunoh con Sehyeon caminando muy juntos, esto es raro si contamos el hecho de que estos dos son peor que Tom y Jerry.
Llego hasta donde están ellos y ambos parecen tardar en darse cuenta que estoy a su lado, puesto que siguen caminando en silencio hasta que mi voz los asusta.
—Es un milagro no verlos discutiendo —les digo con una sonrisa.
—Es muy temprano para discutir —responde Sehyeon antes de quitarse sus lentes de sol marrones—. ¿Qué cuentas? —me pregunta.
—Estoy bien, no me quejo —le digo. Sehyeon asiente y continúa caminando al mismo paso de Sunoh—. ¿Y cómo están ustedes dos?
—Yo ando de maravilla —tercia Sunoh con una sonrisa de lado. Veo que le dedica una mirada lasciva a Sehyeon antes de emitir un leve sonido de risa—. El viernes fui a una fiesta, estuvo genial.
—Es nuevo oírte decir eso sobre una fiesta —respondo, arqueando una ceja—. Según tú, no ha habido fiesta más "genial" que la fiesta de ingresados que uno de los chicos de cuarto ciclo nos hicieron.
—Teníamos 16, 17 años en ese momento —dice riéndose—; ahora todo cambió. Además, conocí a una chica que llamó mi atención.
—Oh, bueno, eso cambia mucho las cosas.
Sunoh y yo nos reímos al unísono por un par de segundos. Luego me centro en el rostro de Sehyeon, quien se había vuelto a poner sus lentes de sol mientras que iba caminando de brazos cruzados. Inmediatamente noto algo nuevo en ella que no me había dado cuenta con anterioridad, le doy un vistazo y caigo en cuenta que Sehyeon traía un nuevo concepto de ropa.
En estos dos años de universidad que llevo junto a Sehyeon, siempre la he visto vistiendo jeans palazos con alguna camisa holgada, o sino también la he visto con ropa deportiva que fácilmente podía confundirse con sus pijamas. Las únicas veces en las que le he visto con faldas o con pantalones ajustados, son cuando nos dejan exposiciones en clases y debemos de vestir adecuadamente; o también cuando vamos a fiestas. Sin embargo, ninguna de esas dos anteriores opciones justificaban el atuendo tan bonito que ahora ella lleva.
Sehyeon vestía una falda jean con algunos hilos sueltos en la parte de abajo, su blusa de rayas blancas y negras se amoldaba muy bien a su tronco. También ese saco negro que cargaba le daba ese toque serio y representativo de ella, no por nada su closet está repleto de esta prenda en distintos estilos. Y para finalizar todo su conjunto; Sehyeon acostumbra a vestir zapatillas converse, pero ahora tenía unas sandalias de tacón bajo que le aumentaba dos centímetros a su estatura normal.
—Oye, me gusta tu outfit —musito cerca de la oreja de Sehyeon. Ella muestra una ligera sonrisa antes de entrar al edificio de la facultad.
Sunoh va detrás de ella y yo detrás de él. Lamentablemente, en las vacaciones, Sunoh no llegó a tomar el mismo horario que nosotras y Namjoon, por lo que tuvo que separarse de nosotras e irse a sus clases de historia de la arquitectura III.
Sehyeon y yo subimos hasta el tercer piso del edificio para recoger algunos materiales que Sehyeon había dejado antes de vacaciones. Entramos al taller de diseño y vimos a varios chicos con sus mandiles puestos mientras que construían sus maquetas, daba miedo cómo es que la carrera y hasta los propios arquitectos te sobreexigían en demasía en las primeras y últimas semanas del ciclo.
Ambas nos acercamos a la mesa en donde Sehyeon había dejado algunas de sus escuadras, las guardó en su estuche y finalmente pudimos irnos a nuestra clase de Tecnología I.
Entramos al salón y nos dirigimos a los pupitres que se encontraban en medio de todo el salón de clases. Vimos a Namjoon hablando con unos chicos en la esquina izquierda del lugar. Sehyeon fue la primera en escoger su asiento y luego animarme a sentarme detrás de ella envés de estar a su lado derecho.
—Ojalá el profesor no venga —murmura Sehyeon antes de sacar su cuaderno de apuntes. Gira sobre su propia silla y apoya uno de sus brazos en mi mesa—. ¿Qué tal ha estado tu fin de semana?
—Tranquilo —digo—, nada nuevo la verdad. Pero sí un poco aburrido.
Formo un leve puchero, el cual Sehyeon aprovecha para jalar un poco mi labio inferior antes de reírse de su travesura.
—Me hubieras dicho para ir a tu casa, yo también he estado aburrida en la mía —comenta.
—También me he puesto a pensar...
—Tú cuándo no haces eso —me interrumpe con cierto deje burlón. Suspira una vez más antes de hablarme—. ¿Y esta vez en qué pensaste?
—Hace tiempo que Jungkook no ha ido a mi casa y me parece muy extraño.
Sehyeon nota el tono en cómo dije lo de Jungkook, casi pensativa y preocupada. Ella tuerce sus ojos y se ríe levemente antes de jugar con mis uñas.
— ¿Por qué te preocupas por eso? —pregunta calmada, casi como si estuviese anestesiada—. Antes no querías saber nada de él... Que eso fue hace como tres meses, ¿qué cambió?
Tardo mucho en responderle a Sehyeon esa pequeña incógnita que me planteó, ya que empiezo a ponerme a pensar en la respuesta. Es verdad que hace tres meses, casi cuatro, conocí a Jungkook por un terrible accidente causado por mi padre y desde ahí nuestra relación siempre iba mal —con decir que nuestras tontas discusiones afectaron a otras personas es mucho—; sin embargo, ahora todo ha cambiado desde que Jungkook y yo pactamos nuestra tregua, ya no existían discusiones y en su lugar se encontraban esas pequeñas e insignificantes conversaciones entre ambos. ¿Cómo se le podría llamar a eso? Supongo que ya no existe una razón exacta por la cual esté cerca de Jungkook y todo esto está sucediendo porque sí.
Esperen, ¿acabo de decir "porque sí"?
¿Desde cuando yo hago algo que no lo tengo planeado? Esto es una tremenda locura.
Supondré que Jungkook es un gran aporte en mi vida y que esa pequeña casualidad de la maqueta siempre estuvo destinada a suceder. Nada pasa porque sí, nada en mi vida pasa porque sí.
— ¿Nain? —Sehyeon chasquea sus dedos enfrente de mí para llamar mi atención—. ¿Todo bien?
— ¿Tú planificas tus cosas o dejas que todo dependa de lo que te depare tu futuro? —le pregunto. Sehyeon arquea su ceja sin saber muy bien el por qué de mi pregunta.
Ella se toma su propio tiempo para pensar antes de que me diga su respuesta.
—Un poco de ambas, la verdad —encoge sus hombros y curvea sus labios—. Tengo metas que cumplir, pero a veces también me dejo llevar por lo que sea que sucederá en el futuro.
— ¿Pero cómo sabes si estás haciendo lo correcto? —inquiero, sonando un poco paranoica—. ¿Cómo sabes que eso que estás haciendo te llevará a algo bueno, a tu lugar?
— ¿De qué mierda estás hablando? —replica Sehyeon entre risas—. No hay ningún lugar, Nain, sólo es parte de vivir: tu manejas tu vida y también aceptas lo que viene después. Y si es que llegan a haber errores, bueno... De ellos se aprenden, ¿verdad?
Ya no pude volver a contestarle a Sehyeon todo lo que me ha dicho puesto que nuestro maestro finalmente se apareció en el salón luego de un largo rato. Mis demás compañeros comenzaron a sentarse en sus pupitres mientras que el maestro empezó a dar la introducción de este nuevo curso para nosotros.
En este ciclo, finalmente podré utilizar la laptop que papá me compró desde el año pasado ya que el curso básicamente se trataba de aprender de nuevos programas que nos ayudarán en la proyección de diseños arquitectónicos, entre otras cosas.
El maestro pidió que todos sacaran sus lapiceros y sus cuadernos de apuntes porque iba a comenzar a dictar la clase, dándonos los nombres de los programas que utilizaríamos en el ciclo y cuál eran sus funciones.
***
Sehyeon y yo salimos del salón de clases de historia y nos dirigimos a la salida del edificio para ir directo a la cafetería. Era más de mediodía y a ambas se nos había antojado un gran rollo de Gimbap junto a una porción de Japchae; por suerte, en la cafetería se tenía a una de las mejores cocineras institucionales que he podido conocer, íbamos tanto a ese lugar que hasta Sehyeon ya es muy amiga cercana de la señora.
Cuando llegamos y compramos lo que se nos antojó, nos sentamos en una mesa para charlar y disfrutar de lo que sería nuestra única merienda antes de volver a clases.
—Esto está muy bueno —dice Sehyeon, todavía degustando del trozo de Gimbap—. ¡Señora Baek, está muy bueno, muchas gracias! —Sehyeon realiza una especie de aegyo a la señora antes de volver a esa cara de “todo me apesta en la vida”.
—Esa bipolaridad, por Dios —río mientras que intento no atragantarme con los fideos.
Después de un rato, Sunoh se une a nosotras y se sienta al lado de Sehyeon. Así como en la mañana, ambos no se hablan y mucho menos buscan una excusa tonta para discutir.
No lo sé, pero prefiero más cuando ambos están a nada de quitarse los ojos.
—Ya díganme que sucede entre ambos —los señalo con los palillo de madera antes de meter otro trozo de Gimbap a mi boca.
—No pasa nada —Responde Sehyeon, gélida—. Más bien, ¿qué sucede contigo con respecto a Jungkook?
Miro a Sehyeon fulminante sobre mis pestañas a la misma vez que dejo clavado mis palillo en la porción de fideo. Luego miro a Sunoh y noto que este ya empezó a tener interés en nuestro tema y querrá saber el por qué estamos mencionando a Jungkook en estos momentos.
Cierro mis ojos por unos segundos mientras voy exhalando para mantener la calma.
—Creo que extraño de su compañía —contesto nerviosa. Mi hombros se hunden y siento que me voy volviendo muy pequeña.
Rápidamente, una idea cruza por mi cabeza cuando pienso en ir a buscar a Jungkook justo ahora. Sé que no es el momento indicado, ya que probablemente él esté todavía en clases —o tal vez se haya regresado a su casa para almorzar—; no obstante, había algo que me motivaba en ir a buscarlo. O tal vez soy yo queriendo imitar a Sehyeon con el tema de solo vivir y no planear muy bien las cosas, entonces, si Jungkook fue solo un "error" en mi vida, ¿por qué yo no puedo cometer uno?
Porque luego viene el sentimiento de culpabilidad y esa autoevaluación con respecto a mis acciones y las consecuencias que han traído.
Pero no, aún había tiempo de sentirme muy mal; ahora simplemente quiero hacerlo.
—Oigan, creo que iré al baño —me levanto de mi asiento y me voy alejando lentamente de ellos dos—. Creo que algo me cayó mal y necesito... Ya saben.
—Vas a ir a buscarlo, ¿no es así? —pregunta Sehyeon, ladeando un poco su cabeza—. No creas que me vas a engañar fácilmente, no nací ayer.
Dejo caer mis hombros y frunzo mis labios al no poder crear una buena mentira que me pueda cubrir.
—Sin embargo, te cubriré —añade con una sonrisa de lado.
— ¿En serio? —pregunto feliz. Sehyeon asiente a la misma vez que muerde el Gimbap.
—Por supuesto, ahora ve a por tu Romeo —dice mientras hace el ademán de irme.
—No es mi Romeo —replico.
Sehyeon muestra una sonrisa falsa y vuelve a señalarme el camino por donde debería de irme. Por suerte, la universidad contaba con su propia línea de taxis que estaban disponible en cada momento, me subo a uno de ellos y le doy al conductor el nombre de la universidad.
Miro la hora en mi celular y calculo cuánto tiempo me quedaba para que iniciaran mis clases de la tarde. Aproximo que se trata alrededor de una hora y media y me parece una cantidad de tiempo favorable, no creo que pueda demorar tanto hablando con Jungkook.
La congestión de tráfico hizo que nos estanquemos a una cuantas calles de por fin llegar a la universidad. El taxista se veía un poco frustrado al igual que yo, pero como si se tratara de un milagro, los autos de la derecha empezaron a moverse y con suerte el taxista pudo meterse entre ellos. Después de unos cuantos minutos, y unas cuantas maniobras que el conductor hizo, finalmente llegué a la puerta de la universidad, pagué la tarifa del taxi y salí a toda prisa.
En la puerta de entrada pude encontrarme a Tzuyu saliendo de la universidad mientras leía unos papeles que tenía en sus manos. Ella alza su mirada y me recibe con una gran sonrisa antes de acercarse a mí.
— ¡Nain! Es un gusto tenerte aquí —dice muy feliz—. ¿Pasa algo? ¿Se trata de Taehyung?
—No, todo está bien con mi primo —le respondo—. De hecho, vine aquí para hablar con Jungkook. ¿Sabes dónde queda su facultad?
Tzuyu al principio frunce su ceño pero aún manteniendo esa sonrisa amistosa. Sacude su cabeza luego de unos segundos y asiente frenéticamente antes de hacerme entrar a la universidad.
—Sigues este camino de acá y luego llegarás a una fuente y a un estacionamiento. Luego, giras a la izquierda y te encontrarás con un parque enorme y a lo lejos un edificio, ahí queda la facultad de Jungkook —dice, indicándome detalladamente hacia dónde debía de ir. No tardo en agradecerle e irme por donde me dijo.
Mientras iba caminando, aprovecho para ver las estructuras de los edificios de cada facultad. Entre ellas me encontré la galería de la universidad, en donde sus estudiante podían tomar un receso, era algo así como un centro recreativo; la fachada era totalmente blanca y con enormes ventanales que te mostraban las grandes escaleras, algunos pequeños muebles cuadrados y unas mesas redondas de color blanco relucían de manera única en aquel piso de cemento liso. También pude ver ese detalle en las escaleras de grabar una frase en las gradas, no obstante, no pude llegar a leer con detenimiento lo que decía ya que lo veía un poco borroso.
Llegué a la fuente de agua que Tzuyu me dijo y giré a la izquierda para llegar al parque que también me había indicado. Sin embargo, no creo que sea tan necesario llegar hasta allá cuando veo a Jungkook cargando el estuche de su instrumento en su mano derecha mientras que en la otra va mirando su celular. Ya es una costumbre de él estar con sus auriculares negros y no ver a las personas que están a su alrededor; es por ello que llamo su atención colocándome enfrente de él esperando a que el choque no sea tan fuerte.
Jungkook finalmente choca de pecho conmigo y salva su celular de ser roto por los alambres de sus auriculares. Estaba a nada de gritarme cuando cae en cuenta que yo estaba enfrente de él y no otra persona.
—Hey, ¿qué haces aquí? —pregunta con una sonrisa de lado. Se toma su tiempo para guardar su celular en su bolsillo y prestarme atención.
—Bueno, quise venir a verte. Aprovechando que tengo tiempo de hacerlo —Vuelco mis ojos hacia otra parte antes de ponerme al lado derecho de Jungkook—. Y también vine porque quería hablar contigo sobre algo que he notado en esta semana.
Jungkook me mira atento mientras va adaptándose al ritmo en el que voy camando, lento y pausado.
—He notado que ya no has ido a visitarme —anclo mi mirada con la suya y tiemblo por los nervios que ahora siento—, y quería saber si todo estaba bien.
— ¿Acaso me extrañaste en toda esta semana, Nainy? —contesta burlón a la misma vez que pasa su brazos derecho alrededor de mis hombros.
—Por Dios, ¿yo? Jamás —miento. Jungkook vuelve a reírse antes de acariciar el lóbulo de mi oreja—. Y bueno, ¿por qué te desapareciste?
Jungkook sigue manteniendo esa sonrisa en su rostro mientras pasamos por la galería. Parece como si quisiera evitar a toda costa responder a mi tan sencilla pregunta, peñizco su abdomen duro y él vuelve a reírse.
— ¿Y qué tal te ha ido en tus clases? —cambia rotundamente de tema solo para parecer amable.
—Oye —otra vez peñizco su abdomen, solo que esta vez ejerciendo un poco más de fuerza. Él vuelve a quejarse y me suelta del medio abrazo en el que estábamos—, no trates de...
— ¡Jeon Jungkook!
Dos chicos más grandes que Jungkook se aproximan a nosotros muy malhumorados. Ambos vestían ropas de cuero y de un solo color como es el negro. Jungkook parece conocerlos, ya que se ve asustado y con ganas de querer salir corriendo de este lugar.
— ¿Qué está pasando? —le susurro a Jungkook mientras que mi cuerpo tarda en responder.
—Son... —inicia hablando Jungkook, pero accidentalmente se le sale un gallo—. Son dos chicos a los que le debo dinero.
Regreso a mirar frustrada a Jungkook por lo que me acaba de decir. ¿Hay alguien en esta ciudad que no tenga alguna deuda con Jungkook?
—Ya sabes a lo que venimos Jeon —dice uno de los dos chicos, que extrañamente lleva un parche en su ojo derecho—. Nuestro dinero.
—No les daré nada —contraataca Jungkook con enojo. Toma de mi muñeca y me protege del posible daño que pueda sufrir con estos dos tipos—. Además, ustedes me estafaron.
— ¿Te estafamos? —ríe con sorna el segundo chico de cabello rubio con rosado.
—Nos debes este dinero desde inicios de este año, imbecil —vuelve a hablar el chico del parche.
Mientras que estos dos chicos se iban acercando, Jungkook y yo íbamos retrocediendo hasta que encuentro un escape a este momento tan tenso en el que me he metido. Supongo que es un castigo divino de la naturaleza hacia mí por venir hasta acá.
Jungkook sigue enfrentando a estos dos tipos mediante palabras hasta que yo le hago una seña hacia el lugar en donde deberíamos de correr. Él por suerte me entiende, y gracias a una distracción increíble que les dijo a estos dos chicos, pudimos comenzar a correr y rodear el lugar en donde estos tipos podían interceptarnos.
Logramos llegar a la salida de la universidad con éxito. Sin embargo, al pensar que ya los podíamos tener lejos, giro mi cabeza hacia atrás y veo que ellos están viniendo a por nosotros otra vez. Tomo la muñeca de Jungkook y volvemos a correr por las calles del distrito de Mapo, llegamos hasta un callejón todo mugroso que estaba cerca de un mercado; a un lado de la basura veo unos palos gruesos de madera que nos podría servir para defendernos.
Me detengo en medio del camino para tomarlos, pero Jungkook forcejea conmigo para seguir huyendo de ellos dos.
— ¡Espera, mierda! —grito.
Jungkook se queda detrás de mí a la misma vez que me ve levantando el palo cuando vemos que uno de los dos chicos, el del parche, se va acercando más a mí. Y cuando ya lo tengo en la mira, golpeo su abdomen con el palo y hago que él termine cayéndose en un charco que contenía agua sucia.
Su otro acompañante se detiene abruptamente y me mira sorprendido antes de ayudar a su amigo.
— ¡Ya dejen en paz a Jungkook! —les grito enfurecida—. ¡Ya les dijo que no les va a pagar!
— ¡Solo nos debe 20,000 wones! —Replica el chico de cabello rubio.
El sentimiento de vergüenza se apodera de mi organismo cuando escucho la cantidad de dinero que Jungkook les debe y no quiere pagar.
— ¿Es enserio? —le digo a Jungkook entre dientes. Él solo se limita a sonreír con vergüenza antes de encoge sus hombros—. Está bien, yo les daré ese bendito dinero, pero luego se largan.
Saqué mi cartera de mi mochila y de ahí extraí dos billetes de 10,000 wones. Los dos chicos se fueron lejos y yo me quedé solo con Jungkook en este callejón.
—Esto de tener deudas con otras personas te encanta ¿verdad? —le digo cuando él frunce su ceño estando a nada de replicarme—. ¿Por qué les debías dinero?
—Es una historia larga —responde dando unas bocanadas de aire. Hace un ademán con su dedo índice para añadir—: Pero no tiene nada que ver con drogas, o cualquier otro tipo de sustancia ilícita.
—No, el señorito es demasiado correcto para eso —digo sarcástica. Doy media vuelta y me dirijo a la salida del callejón para tomar un taxi de regreso a mi universidad.
Jungkook camina detrás mío y me toma sorpresivamemte del codo. Hace que me tropiece un poco con los cordones de mis zapatillas y esté a nada de caer en la pista.
— ¿Tienes hambre? —inquiere.
—Sí, pero debo volver a mi universidad antes de que me pierda la siguiente clase —contesto sin dejar de mirar la pantalla de mi teléfono—. Nos vemos...
Jungkook me interrumpe cuando me va jalando hacia otra parte de la calle. No tengo idea hacia dónde nos estaríamos dirigiendo, no obstante, mis dudas se van cuando llegamos a una parada de autobuses.
— ¿Alguna vez has hecho algo fuera de lo ordinario? —Jungkook arquea una de sus cejas luego de preguntarme aquello.
La verdad es que yo soy una persona bastante perfeccionista, no me gusta hacer algo a menos que lo tenga planeado con anticipación. Por ejemplo el venir aquí, no lo planeé y casi soy herida por dos tipos peligroso, es muy malo esto de hacer cosas sin tenerlas planeadas antes. Caso siempre suelo ser muy rígida con las cosas que hago.
Jungkook sigue esperando una respuesta y niego antes de haberme acordado de algo que se asemeja a lo que me está preguntando.
—En la secundaria, una vez no estudié para un examen por celebrar el cumpleaños de mi mamá.
Jungkook suelta un grave gemido antes de torcer sus ojos y ladear su cabeza.
—Eres tan aburrida —reprocha. Niego con la cabeza evitando ofenderme por ese comentario—. Me refiero a algo en el que hayas sentido bastante adrenalina. Algo como lo que pasó ahora.
Vuelvo a negar enfrente la mirada de Jungkook. Él se jala sus cabellos por unos segundos antes de reírse sin sentido.
—Está bien, entonces de daré a escoger entre estas dos opciones —Jungkook se aleja un poco de mí antes de darme una sonrisa juguetona—; tú decides si subirte al siguiente autobús, o ir conmigo a comer en un restaurante que está cerca del muelle.
—Entonces sí traes dinero para eso, pero no para pagarle a Dahyun y a esos dos tipos —hablo, Jungkook vuelve a torcer sus ojos antes de fingir que yo no había dicho lo que he dicho.
Pienso muy bien en ambas opciones: una tiene que ver con mis estudios, que es lo más importante para mí; mientras que la otra tiene que ver con Jungkook y el tiempo en el que podemos pasar juntos.
—Viene conmigo y escapas por un momento de tu vida aburrida, o simplemente puedes volver a tus clases —dice Jungkook, tentándome cada vez más.
El autobús llega y mi presión aumenta.
Al final decido sacar mi teléfono y enviarle un mensaje a Sehyeon.
Mafiosa Sehyeon
Iré un poco más tarde. Luego me pasas tus apuntes :*
13:26 p.m.
Uyyy, tan interesante está la conversación? 👀🔥
13:26 p.m.
Ignoro por completo el siguiente mensaje que me envió Sehyeon y voy caminando al lado de Jungkook para ya irnos de este lugar. Él sonríe como nunca antes de volver a abrazarme por los hombros.
—Entonces dime, ¿qué tanto me extrañaste en esta semana? —Jungkook reposa su cabeza en la mía mientras su mano derecha acaricia todo mi brazo.
—Mejor cállate —digo, tratando de ocultar mi sonrisa.
Es divertido cuando Jungkook y yo demostramos interés por el otro mediante burlas, pero no creo que nuestra relación esté lista para sentimentalismo un poco más profundos.
****
Mhm... ¿Cómo ven esas intenciones de Jungkook el querer hacer que Nain salga de su zona de confort? 🤔
El siguiente capítulo será lo más soft posible (no soy mucho de hacer ese tipo de contenido ya que no soy muy romántica :D, pero haré el intento)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro