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11 | Funesto día 💘

Pasada toda la emoción del nuevo noviazgo de Taehyung y Tzuyu, Nain me acompañó a estar afuera cuando le mentí que me sentía mareado y que necesitaba tomar aire. Ambos estábamos sentados al filo de unas tumbonas mirando cómo es que el agua de la piscina se movía con la pequeña brisa que se podía sentir.

Nain casi se va de mi lado cuando estaba a punto de encender un cigarro. Lo necesitaba con urgencias justo ahora, pero más estaba desesperado por estar en compañía de alguien. Es por ello que evité encender uno hasta ahora, Nain siguió conmigo haciéndome conversación de lo que ocurrió con su primo y Tzuyu una y otra vez, no paraba ni aunque se lo pidiese.

Luego hubo un momento en dónde ambos nos quedamos en silencio mientras escuchábamos la música de fondo. La fiesta seguía como si recién hubiese iniciado, algunos de los amigos de Nain comenzaron a buscarla por todos lados hasta que la encontraron conmigo y se calmaron. Me daba tanta gracia que ellos confiaran en mí como para dejarla conmigo, en estos momentos no sé si considerarme una persona normal que solo se equivoca. Tengo muchos defectos que hacen que saque mi peor versión.

Tenía planeado en hundirme en mis pensamientos toda la noche mientras descansaba en mi cama; pero ahora estoy en una fiesta en donde está la persona a quien lastimé mucho, está su nuevo novio y están mis amigos que no me quieren ver ni en pintura. Y aunque justo ahora siga sumido en mis pensamientos, no lo estuve planeando de este modo, me estaba torturando de la manera más cruel que puede haber en este mundo.

— ¿Ya te sientes mejor? —Preguntó Nain luego de colocar un poco de música en su celular.

—Creo que sí. No lo sé muy bien... Estoy pensando en muchas cosas ahora mismo que me están dejando muy mareado. —Le respondí mientras escuchaba la canción que ella había puesto—. ¿Cómo se llama esa canción?

Miss You, es de Louis Tomlinson. Es una de mis favoritas —Dice con una sonrisa. Yo hago lo mismo, pero no con el mismo ánimo y sigo escuchando la letra de la canción—. ¿Y si te regresas a tu casa? Creo que te noto un poco pálido. Debe ser por el frío o algo así. También te ves cansado.

—Debería de regresar a mi casa antes que mis padres, pero ahora solo quiero ahogarme en esa piscina.

— ¿Por qué siempre tienes pensamientos suicidas? —ella frunció su ceño y preguntó preocupada—. Últimamente te he escuchado decir que solo quieres morir. Deberías de ir a terapia o algo así, me pones nerviosa cuando hablas de esa manera.

—Solo hemos hablado tres veces. Una esa noche, la otra fue allá adentro y la otra que esta. No han sido muchas veces. —contradije. Nain miró hacia otro lado cuando torció sus ojos—. Y creo que sí voy a tomar terapia. Como ves, mi estado de ánimo ha sido del asco en las últimas semanas, bueno, desde hace tres semanas más o menos; la cosa es que yo también me preocupo por mi bienestar, por ahora trato de calmarme con los cigarros hasta que sepa con exactitud lo que haré con mi vida más adelante. —le digo. Nain tensó sus labios y bajó su mirada—. Pero si un día llego a morirme...

Nain inmediatamente tapó mi boca con su mano izquierda y me miró por unos cuantos segundos. Si solo me concentraba en sus ojos, podía afirmar que ella me estaba suplicando que no dijera que lo tenía pensado decir. Como si su estabilidad emocional dependieran de esas palabras.

Era extraño la manera en cómo ella actuaba cuando hablaba de fumar, de la muerte, y ese tipo de cosas; presentía que había un trasfondo sobre esto en su vida que no quiere volver a repetir.

Eso me parecía interesante.

Y quería saber más.

—Ni se te ocurra decirlo —me amenazó entre dientes. Luego quitó su mano de mi boca y se la limpió en mi pantalón—. Me dejaste un poco de tu saliva, que asco.

—No te pedí que pusieras tu mano en mi boca. Tú te lo buscaste. —intenté sonar gracioso, pero mi voz era neutral que hasta a mí me daba cólera escucharme—. Como sea, ¿puedo preguntarte algo?

—Ya lo estás haciendo. —Respondió.

—No te gusta que yo me burle de ti, pero tú sí puedes hacerlo. Antes de que te diga mi pregunta, quiero hacer un tratado de paz entre nosotros —le extendí mi mano. Ella la miró con altiveza y levantando sus cejas—, ninguno de los dos va a volver a molestar al otro. Así podemos llegar a ser unos vecinos que viven en armonía. ¿Te parece?

—Ambos vamos a romper ese tratado ni bien tengamos la oportunidad de hacerlo. Prefiero ahorrármelo y no jurar en vano. —contestó cambiando de canción cuando sonó una que ninguno de las dos la conocía—. Ahora que dejamos de lado el tratado de paz, ¿cuál era eso que querías preguntarme?

—Cierto. Sabes que a veces suelo sonar muy entrometido, pero ahora voy a sonar un poco más. —Nain bufó. Yo entrelacé mis manos, pensé un momento si mi pregunta iba a ser prudente y carraspeé—. No te gusta que yo hable de la muerte, detestas que fume frente a ti; y cuando lo hago puedo ver que pones una cara de miedo, enojo y tristeza. ¿Por qué haces eso?

Todo humor alegre que Nain tenía en ese momento desapareció ni bien le dije mi pregunta. Ella empezó a mirar a cualquier lado, sus movimientos se volvieron un poco torpes y rígidos, tampoco dejaba de tocarse el cabello y el lóbulo de su oreja. Por cada cosa que ella estaba haciendo, me parecía más interesante saber su respuesta; pero ahora mismo me estaba cuestionando si había sido imprudente con mis palabras, o tal vez no era el momento indicado para hablar con ella sobre esto.

¿Lo había arruinado por completo?

—Perdón por ser imprudente, creo que estuvo mal lo que hice. Lo siento mucho. —reiteré. Nain volvió a mirarme, ella tenía un pequeño puchero en sus labios, había fruncido su ceño y sus ojos estaban a punto de soltar unas lágrimas—. Definitivamente fui muy imprudente. Lo siento mucho —me levanté de la tumbona y me incliné frente a ella como muestra de arrepentimiento.

—Está bien, no es... importante. —tomó una bocanada de aire. Estuvo pensativa por unos cuantos minutos hasta que se levantó de la tumbona—. Solo son cosas que no a todas las personas les guste escuchar. A ti ciertos temas te pueden incomodar, como por ejemplo cuando escuchas la palabra abuso —bajé mi cabeza por vergüenza. Podía entenderla un poco, lo mínimo, pero quería saber por qué—, a mí no me gusta escuchar ese tipo de temas.

—Entiendo. —le respondí. Luego vi que Nain ya estaba yéndose del lugar, fui detrás de ella y caminé a su paso—. ¿Ya te irás? —Ella asintió entrando nuevamente al lugar de la fiesta—. Podemos ir juntos si quieres, he venido en mi auto.

—Si no hay otra opción... Acepto. —buscó sus cosas antes de buscar a Taehyung y despedirse de él. Luego se despidió de sus amigos y ambos nos fuimos del hotel. Llegando afuera el frío nos abrazó, Nain castañeó sus dientes antes de hablar—. Joder, hace mucho frío. ¿Dónde demonios está tu auto?

No pude evitar reírme por la manera tan graciosa —a mí parecer— en la que estaba hablando. La guíe hasta la esquina de la cuadra y le mostré el auto rojo que estaba estacionado al otro lado de la calle.

Nain esperó a que yo le quitara el bloqueo de las puertas del auto para subirse. Luego ella me preguntó si podía conectar su música a la radio del auto, yo no era de escuchar música mientras conducía porque se me hacía algo distractorio el querer cambiar de canción si la que estaba escuchando no me gustaba; pero algunas veces llegaba a hacerlo solo cuando estaba acompañado de alguien más. Esa persona se encargaría de cambiar las canciones y así ayudarme a conducir mejor.

Nain puso la misma música que habíamos estado escuchando desde que estuvimos sentados cerca de la piscina. Luego ella se distrajo viendo las calles de la ciudad por la ventana mientras que iba tarareando la letra de las canciones. Algunas veces yo me unía a ella cuando me conocía la canción y la letra, otras veces prefería solo escuchar la canción junto a Nain y darle una mirada para saber lo que estaba haciendo.

— ¿Y cómo está tu ratita? —pregunto cuando ya las canciones se me están haciendo un poco aburridas.

—Viviendo. —Respondió con desinterés—. ¿Acaso quieres volver a robártela?

—Me atrapaste. —digo, sarcástico. Nain suelta una pequeña risa antes de tomar su celular y cambiar de canción—. ¿Cómo es que tú hámster llegó a ti? ¿Te lo regalaron? ¿Lo compraste? ¿Lo adoptaste?

—Hace unos cuantos años tenía un tío que tenía a una pareja de hámster. Hizo que se aparearan y salieron diez crías, cuando iba a visitarlo vio que siempre jugaba con todos ellos, pero al que más le había agarrado cariño era a Dumpling. Un día mi tío se le dio la gran idea de regalármelo cuando ya había crecido un poco más y ya era independiente de su madre —me contó. Yo asentí atento a su historia, la verdad es que estaba muy interesado en saber más sobre esa cosita pequeña—. Dumpling es lo último que tengo de mi tío antes de que se fuera.

— ¿Se mudó? —inquiero ingenuo.

—Sí, desde hace más de tres años que no lo veo. Lo extraño mucho —regresé a mirarla por mera curiosidad y noté que había formado una sonrisa nostálgica—. Pero estoy segura que algún día voy volver a verlo.

Yo ya no supe qué responder, Nain tampoco hizo otro tema de conversación. El silencio entre nosotros volvió y solo dejamos que la radio se hiciera cargo de hacer un poco de bulla entre nosotros.

Algunas veces odiaba que las conversaciones no fluyeran como quería, siempre buscaba entablar una charla con la persona que me estaba acompañando y no parar hasta que uno de los dos tenga que irse. No me gustaba mucho el silencio. Pero ahora que estoy con Nain, en mi auto, me podía dar igual que no hubiese algún tipo de conversación entre nosotros; creo que podía tolerar este silencio y sentirme cómodo conmigo mismo, además que tampoco podía forzar a Nain hablar de algo si es que ella no tiene ganas de hacerlo.

Estaba mejor así.

Una vez de haber llegado a nuestro vecindario, dejé a Nain en la puerta de su casa. Ella me agradeció por el viaje y luego se entró a su casa. Por otro lado estaba yo tratando de estacionar bien el auto, luego salí y abrí la puerta de mi casa con las llaves.

Todo estaba muy oscuro, miré la hora de mi celular y me di cuenta que eran las onco con cuarenta y tres de la noche. Mis padres aún no habían llegado, no había rastros de ellos por ninguna parte. Eso fue lo mejor que me pudo pasar y con tranquilidad caminé hasta mi habitación, entré y me eché en mi cama para relajar mi cuerpo, sentí como si me estuviese quitando un gran peso de encima y ahora mi espalda está más liviana de lo normal.

No tenía pensando dormirme temprano esta noche, pero mis ojos ya se estaban cerrando de a pocos mientras que mi respiración fue disminuyendo hasta que se volvió una más tranquila. Mis músculos se fueron relajando hasta que, sin querer, mi boca se abrió un poco.

Poco a poco fui agarrando el sueño. Balbuceé una que otras cosas sin importancia, hasta que dije ese nombre.

—Tzuyu... —me di cuenta de lo que había dicho y desperté más rápido que inmediato—. Dios, debo de ir a terapia definitivamente.

Fui hasta donde había guardado mi laptop e inicié una ardua investigación sobre algún centro de salud que esté cerca de mi casa. No iba a dormirme hasta encontrar uno y comenzar a cambiar esta parte de mí.

***

Al pasar de los días, Taehyung fue mejorando su estado de ánimo, ya no estaba quedándose en mi casa debido a que dice que ya no era necesario que él siguiera refugiándose conmigo; ahora tenía a Tzuyu y estaba más que feliz que las cosas con ella se estuviesen retomando de a pocos. Me daba tanta ilusión cada vez que Tae me llamaba para contarme de las cosas que había hecho con Tzuyu ese día, u otras veces solo me mandaba un mensaje para agradecerme por todo.

Obviamente que yo estaba más que satisfecha que ahora todo el drama de Taehyung y Tzuyu había acabado, ellos ahora estaban apoyándose mutuamente. Si ellos eran felices juntos y se estaban dando su tiempo para retomar las cosas, yo había recibido la mejor recompensa de toda mi vida.

La mañana de hoy estaba muy agradable como para irme caminando a la universidad. Mi padre entendió eso de mí y se fue de la casa antes que yo; mi madre ya había retomado su trabajo que había dejado de lado por un tiempo y ahora ella también tenía que irse a la constructora en dónde estaba trabajando. Jaemin se quedaba con Jina todo el día hasta que yo regresara de la universidad, es por ello que estaba obligada a regresar temprano.

Salí de mi casa cuando Jina ya había llegado y comencé a caminar por el camino de siempre. Crucé el parque principal de donde yo vivo, también crucé unas cuantas calles hasta que llegué a la avenida de mi universidad. A unos cuantos metros pude ver al vigilante de siempre, me acerqué más a él mientras buscaba mi credencial de estudiante, me dejó pasar y continúe caminando hasta mi facultad —la cual estaba lejos de la entrada.

Mientras iba caminando pude acordarme de Jungkook. No es que ambos ya fuésemos amigos, pero luego de que me dejó en mi casa, ya no pude hablar con él después de esa noche. No sabía con exactitud si es que ya se había decidido a tomar terapias o algo por el estilo.

—Nain —escuché a Wonju hablar detrás de mí. Él iba corriendo hasta donde estaba para alcanzarme—. ¿Acabas de llegar? —Asiento—. Ven, vayamos juntos hasta el salón. ¿Y cómo estuvo tu fin de semana después de la fiesta? Esa noche vi que te habías ido temprano, no llegaste a despedirte de mí porque estaba en el baño.

—Oh, perdón. —Digo—. La verdad es que ya me estaba siendo un poco cansada. Como ya sabes, yo estuve la mayoría de mi tarde en ese hotel para acomodar cada cosa que parecía que estaba fuera de su lugar, mi cuerpo pedía que lo dejara descansar. Y bueno, un chico que conozco se ofreció a llevarme a mi casa.

—Está bien, te entiendo —dijo mientras abrigaba sus manos en los bolsillo de su chaqueta—. Algunos chicos que estaban en la fiesta dijeron que había sido muy divertido y que esperaban a que muy pronto se hiciera otra.

—Me alegra mucho escuchar eso. Aunque la verdad ese no era mi objetivo principal, sí sabes a lo que me refiero —Wonju asintió mientras hacía hacia atrás su porta planos—, yo me enfocaba más a que Tzuyu y Taehyung pudieran pasar un buen momento juntos mientras que los demás invitados habían sido cómplices de la fiesta para ellos.

—Si una vez más decides hacer una fiesta, avísame para invitar a más de mis amigos de la escuela. Ese día subí una que otra historia a Instagram y todos los chicos que estudiaron conmigo en la secundaria comenzaron a escribirme.

—Genial. —le respondí.

Wonju continuó hablándome más sobre lo que había sucedido en la fiesta luego que yo me había ido con Jungkook mientras que caminábamos hasta la facultad de arquitectura. Llegando al salón, él se fue a su asiento mientras que yo me iba al medio de los escritos. Me senté en medio de Namjoon y Sehyeon, ellos estaban al pendiente de unas separatas que contenían miles de ejercicios de cálculo y geometría.

Los dos se veían muy estresados. Namjoon comenzó a preguntarle algunas cosas a Sehyeon mientras que ella le respondía de mala manera porque quería concentrarse en lo que estaba haciendo. Luego de que vieron que ellos eran los únicos que estaban estresados entre nosotros, volvieron a verme sorprendidos. Yo los miré con inocencia sin saber con exactitud qué era lo que estaba mal en mí ahora.

— ¿Qué pasa? —inquiero mirándolos a los dos.

—Solo es increíble que no estés preocupada por la tarea que dejó el profesor para hoy. —Dice Sehyeon, me mostró el apunte que había hecho la semana pasada en su cuaderno—. ¿O es que sí hiciste la tarea?

No sabía que había tarea.

Hice memoria de todo lo que pasó el viernes pasado para saber si así podía acordarme de la méndiga tarea.

Y sí, recordé que el maestro había dejado la tarea. Fue cuando yo estaba regresando del baño.

—Namjoon, dame tu tarea. —le quité la separata de sus manos. Él al principio se quejó, pero luego se mantuvo callado cuando lo apunté con mi dedo—. Recuerda todas las veces en las que yo te había pasado mi tarea cuando tú no la hacías. Ahora es tu turno de hacer lo mismo conmigo.

— ¿Cómo que antes le dabas tus tareas a él? —terció Sehyeon ofendida—. ¿Es de esa manera en cómo me traicionabas?

—También te he ayudado con los trabajos de investigación. Eso es más pesado. —le digo, luego miré a Namjoon e hice un pequeño puchero de súplica—. ¿Entonces me vas a ayudar?

—Pero sabes que no soy bueno con los cálculos y menos en geometría. —replicó.

Saqué la separata de mi portafolio y también aproveché en sacar un lápiz. Comencé leyendo los problemas y luego ver el desarrollo que había hecho Namjoon, él decía que no era bueno en cálculo y había hecho todo el procedimiento correctamente.

— ¡Tu tarea está bien! ¡Mentiroso! —espeté. Namjoon se quedó con la boca abierta y luego dejó que me copiara de su tarea—. En serio, ¿cómo pude olvidarme de esto? Mierda, mierda, mierda.

—Quizás haya sido por la fiesta y... —Dijo Sehyeon antes de que la interrumpiera.

—Ya sé, no soy tan idiota como para no saber lo que me pasó. Solo es una bendita expresión que algunas personas utilizan —le digo mientras copio con rapidez cada número—. Mi mano ya está doliendo y apenas voy por el ejercicio tres.

—Buenos días clase. —Dijo el profesor mientras se ordenaba en su escritorio.

—No jodas —bostecé bajo. Namjoon me quitó su separata para que el maestro no nos viera—. Aún no termino.

—Pero ya llegó el profesor. —replicó asustado—. Tú eres buena en eso, puedes hacerlo rápido. Entiendes mejor que nosotros dos.

Namjoon tenía razón, era bastante buena con los cálculos, pero el problema es que yo no puedo trabajar bajo presión porque sufro una especie de colapso mental que hace que todo lo que sé se vaya de mi cabeza y me quede en blanco. Los exponentes con "x" se me hacen como jeroglíficos que no logro entender, sustituir la "y" con la "d" para luego sumar sus valores es otra cosa. No lograba entender nada justo ahora.

— ¿A quién demonios se le ocurrió poner número y letras en un problema? —mascullé molesta.

—A los grandes matemáticos que eran todos unos genios. —Dice Sehyeon para provocarme un poco más—. Ahora entiendes lo que yo siento cuando tú me explicas un ejercicio. Ve haciendo los problemas de geometría, están un poco más fáciles que los de cálculo.

Le hice caso a Sehyeon y resolví los ejercicios de geometría, pero el maestro comenzó a llamar a cada uno de nosotros para que salgamos a la pizarra y hagamos el ejercicio que él nos diera. Cuando me llamó, me tocó hacer un ejercicio de cálculo diferencial, este era bastante largo y no podía acordarme de las fórmulas.

Estaba haciendo el ridículo enfrente de todos.

El maestro notó que yo no había hecho la tarea y solo me mandó a sentar. Sehyeon y Namjoon no me dijeron nada, porque sabían que estaba molesta conmigo misma.

—Luego iremos a por un helado. —aseguró Namjoon, guiñó su ojo y sonrió.

***

Tenía algo planeado para cuando cenara con mis padres. Solo faltaba que llegase mi papá para decirles que he decidido tomar terapia. Mi mamá estaba sirviendo la comida mientras que yo estaba metido en mi habitación ensayando una vez más lo que les diría a ellos para que me entendieran, incluso imprimí algunos datos sobre centros psiquiátricos y también fui a estos para recibir un folleto de cómo era su forma de tratar a sus pacientes.

Escuché que la puerta principal de la casa seabrió, luego se escuchó la voz de mi papá saludando a mi mamá. Era la hora dehablar con ellos, salí de mi habitación a la misma vez que mi mamá ya me estaballamando para que me acercara a cenar con ellos. Saludé a mi papá y me senté enla silla de siempre.

— ¿Cómo vas en la universidad? —me preguntó mi papá luego de que mi madre le sirviera una copa de vino—. ¿Tienes algún trabajo, examen?

—Nada de eso, por ahora estoy bien. Aunque mis profesores de composición musical y de los talleres nos han dicho que en el siguiente ciclo ya íbamos a practicar en las cabinas de grabación para nuestros trabajos. —Respondo mientras pongo a un lado todos los papeles que les iba a mostrar. Mi papá les dio un vistazo pero le restó importancia—. De hecho, si no es mucha molestia, quisiera convertir el ático en mi estudio de grabación. Quisiera comprar un micrófono y piezas de muros de aislamiento de sonido.

—Creo que suena bien. —Dice mi mamá luego de sentarse en su silla—. Podemos mover unas cosas del ático y pasarlas al sótano, o al almacén de afuera.

—Encárgate de buscar una página, o una tienda de acá que venda lo que quieres, yo luego lo pagaré. —concluyó mi papá.

—Gracias. —bajé un poco mi cabeza para agradecerles—. También quería hablarles sobre otra cosa. Yo desde hace unos días he estado investigando sobre unos centros psiquiátricos para tomar algunas terapias. Desde que ocurrió lo que le hice a Tzuyu... me he estado sintiendo un poco desganado, algunas veces he llorado y otras veces he... —pasé saliva al no poder sentirme capaz de lo que estaba a punto de decir—. Yo, quiero decir... Yo he estado fumando para relajarme un poco. Y también he estado tomando cuando ustedes no estaban.

Pensé que mi papá se iba a enojar conmigo, que le echaría la culpa a mi mamá por darme ese ejemplo de fumar siendo joven. También pensé que mi mamá se enojaría conmigo por haber causado un pleito con mi papá, y que además de ello, tomara cuando ellos no estaban en casa. Pensé que ambos me dirían lo decepcionados que estaban de mí por haber hecho este tipo de cosas, creí que me calificarían como un imprudente e irresponsable, que me dirían que no me reconocían en lo absoluto. Estaba preparándome mentalmente, durante días, para ser aborrecido por mis padres una vez más.

Pero nada de eso ocurrió. Mis padres se quedaron en silencio, se dieron una mirada de complicidad antes de volver a mirarme a mí. Mi papá comenzó a leer todos los papeles que les había dado junto a mi mamá.

—Entonces quieres tomar terapia porque te sientes culpable por lo que le hiciste a Tzuyu, y porque quieres quitarte ese hábito de beber y fumar. —resumió mi mamá con sus propias palabras. Asentí si poder mirarlos a la cara—. ¿Encontraste mis cigarros? —volví a asentir—. ¿Desde cuándo empezaste a fumar?

—Desde que ustedes me castigaron. Tuve algunas pesadillas en ese momento, no lograba dormir bien y lo único que pensé en ese momento era encontrar alguna distracción que me ayudase. —confesé. Otra vez esperé el regaño de mis padres, pero ellos continuaron en silencio—. Quiero pedirles perdón por si ahora se sienten decepcionados de mí, pero estoy dispuesto a cambiar. Sé cuáles han sido mis errores y quiero encontrar una solución sana para mí y para los que me rodean, ya no quiero lastimar a alguien más.

— ¿Puedes salir un momento de la casa? Necesito hablar con tu madre sobre esto.

Ni siquiera había tocado mi comida, no tuve oportunidad de comer absolutamente nada de lo que estaba servido en la mesa. Pero aún así, me levanté de la silla y me fui del comedor a la puerta principal.

Salí de mi casa y miré la casa de Nain. Me preguntaba si ella ya había llegado de la universidad, quizás estar un rato con ella me ayudaría a despejar mi mente. Crucé la calle y fui hasta puerta de la casa de Nain, suspiré y luego me animé a tocar esperando a que ella en realidad estuviese ahí.

Pasaron unos cuantos minutos, toqué como tres veces la puerta. Parecía que ella no estaba, ni sus padres. Toqué una última vez antes de rendirme por completo y ella abrió la puerta. Vestía un suéter de lana, unos jeans vaqueros y andaba descalza.

También me fijé que en su mano derecha tenía a su ratita. Este estaba siendo apretado entre su mano y su pecho, pero creo que no le importaba mucho porque no hacía ningún esfuerzo para salirse de la mano de Nain.

— ¿Jungkook? —inquiere ella ladeando su cabeza hacia un lado.

—Justin Seagull —repliqué.

— ¿Qué?

— ¿Puedo pasar? —Nain, aún confundida por mi broma, me dejó pasar a su casa—. Pensé que no estabas en tu casa, o que no había nadie en tu casa. Toqué cómo cuatro veces la puerta, ¿dónde estabas?

—Le estaba dando de comer a Dumpling y también estaba escuchando música con mis audífonos. También estaba relajándome, tuve un pésimo día en la universidad —contestó manteniendo la puerta de la calle abierta—. ¿Por qué vienes a visitarme? No somos amigos aunque ya no peleemos.

—Tú eres mi amiga de ahora en adelante. —Respondí sin darle mucho rodeo a mis palabras—. Además que ya les dije a mis padres sobre las terapias que tomaré y ahora ellos están hablando de eso. Ellos me pidieron que me saliera de la casa, no sé porqué pero al menos tuve una razón para visitarte.

— ¿Y yo qué ayuda tengo para ti? —cuestionó mientras se sentaba en el piso de madera de su casa—. Pensé que yo te molestaba y que te parecía irritante.

—Eso es lo que piensas tú de mí. —contradije. Nain encogió sus hombros y asintió—. Lo ves. En fin, tú no me ayudas de nada, pero eres la única persona que conozco y que vive cerca, pero muy cerca, de mi casa. Y también porque eres la única persona con la que no estoy distanciado.

—Pero yo no te quiero acá en mi casa. Vete —Nain levantó su mirada y frunció su nariz—. ¿Vienes a robarte otra vez a Dumpling?

El pequeño hámster que estaba en el corral improvisado con las piernas de Nain, dejó de corretear cuando escuchó su nombre y luego miró hacia todos los lados antes de limpiarse su cuerpo.

—Si no me quisieras aquí, no me hubieses dejado pasar. ¿Lógica, verdad? —me burlé. Me senté enfrente de ella y junté la punta de nuestros zapatos—. Como sea, solo quería hablar con alguien antes de volver a enfrentarme con mis papás.

Nain asintió con su cabeza, pero ya no me preguntó nada más. Luego desconectó sus audífonos de su celular que estaba guardado en el bolsillo de su pantalón. Colocó la misma que canción que la de esa noche y luego dio una bocanada de asombro.

— ¡Lo había olvidado! —se levantó del piso, entregándome a Dumpling ara que yo lo cuidara—. Esa noche me quedé con tu chaqueta. Déjame que vaya por ella y regreso rápido, cuida a Dumpling y no dejes que se aleje tanto de ti. —me ordenó.

Nain desapareció cuando subió con rapidez hasta el segundo piso. Mientra tanto yo estaba jugando con Dumpling, él se trepaba a mis piernas para salirse de mi corral y seguir correteando por cualquier lado de la casa; pero como su dueña me había pedido encarecidamente que lo vigilara, evité que se fuera más allá de lo debido.

También continué escuchando las canciones que se estaban reproduciendo por sí solas. Mis manos estaban jugando con Dumpling mientras que mi mente estaba tratando de traducir la letra de las canciones que en su mayoría eran en inglés, y yo con ese idioma no soy bastante bueno. Entiendo, pero muy poquito.

—Solo así, y estoy sobrio —comenzó a traducir el siguiente verso de la canción luego del primer coro—. Me pregunto “¿ha terminado?” tal vez estaba mintiendo cuando te dije que todo está bien, todo está jodidamente bien. Y todos estos... ¿Qué significaba thoughts?

En ese mismo momento sentí que mis manos dejaron de tocar a Dumpling. Me alarmé de inmediato y noté que él ya no estaba conmigo, lo busqué debajo de los muebles que estaban cerca, luego salí de la casa de Nain al darme cuenta que la puerta estaba abierta.

Los pasos de Nain volvieron a escucharse cerca de mí, ella ya estaba bajando las escaleras con mi chaqueta y yo seguía sin encontrar a su hámster. Estaba más que seguro que ella me iba a matar si no lo encontraba justo ahora.

—Aquí tienes... ¿Qué pasa? —ella misma se interrumpió cuando me vio nervioso y mirando de un lugar a otro.

—Yo... —no podía ni hablar por el miedo que estaba teniendo en ese momento—. Perdóname Nain, me distraje un momento y tu hámster se escapó.

Nain dejó caer mi chaqueta cuando me escuchó y salió a la calle para buscar a su pequeña mascota. Ambos estábamos más que seguros que la probabilidad de que lo encontraramos era mínima, pero aún así estábamos ahí buscándolo por todas partes.

Nain se encargó de buscarlo fuera de la casa mientras que yo estaba revisando por todos los rincones de su casa. Me agaché para mirar si estaba debajo de la mesa de su comedor, hasta me fui a la cocina de Nain para ver si no se había metido detrás de su refrigerador o detrás del tacho de basura.

— ¡¡Dumpling!! —el grito asustadizo y desgarrador de Nain me alarmó y fui afuera para saber dónde estaba su hámster, y saber si lo había encontrado con vida—. ¡¡D-Dumpling!!

Me encontré con Nain llorando en la esquina izquierda de su porch. Estaba cerca de la ventana de la sala, miré hacia donde estaba mirando a ella y vi que su hamster estaba sangrando mucho. Nain alumbró el cuerpo de su hámster y notó que este se había lanzado desde el porch y calló entre unas ramas de árbol que estaban punteagudas. Su hámster se había herido con eso y ahora estaba agonizando.

— ¡¡Rápido!! ¡¡Trae algo con qué pueda agarrarlo!! —me ordenó, pero yo todavía seguía en shock—. ¡¡No te quedes ahí parado, haz lo que te digo maldita sea!!

Fui a por mi chaqueta que aún estaba en el piso y se la entregué a Nain. Ella al principio me miró molesta pero luego ya tomó a Dumpling con esta. Lo sacó de esas ramas y luego lo llevó adentro de la casa para revisarlo mejor, lo dejó reposando en el sofá mientras que ella iba a por su celular. Según ella iba a llamar a su padre.

Yo me quedé al lado del pequeño roedor lamentándome a cada segundo que no pude cuidarlo como Nain me lo pidió y que gracias a eso ahora estaba pasando esto. Realmente me sentía como una escoria justo ahora, lastimé a Nain con lo que más le importaba en esta vida.

Y de paso lastimé a ese animalito que me ayudó cuando estaba triste.

—Prometo cantarte miles de canciones si resistes un poco más. Vendré a tocarte la guitarra mientras tú juegas —le dije mientras acariciaba su patita, esta estaba volviéndose pálida con el paso del tiempo—. Por favor, resiste un poco más. Tú mamá está haciendo todo lo posible para que estés bien, eres lo que más le importa en esa vida. Ella te quiere mucho. Por favor no la hagas llorar por mi irresponsabilidad.

Luego de unos cuantos minutos, Nain volvió a bajar las escaleras. Ella estaba con su teléfono en su oreja, quizás ya estaba llamando a su padre. Luego se acercó hacia donde estaba Dumpling, vi que sus ojos comenzaron a soltar más lágrimas de las que ya estaba botando, se arrodilló a mí lado para mirar a su pequeño hámster que se estaba muriendo. Ella también jugó con su patita mientras esperaba a que su papá contestara su llamada.

De repente, Dumpling comenzó a moverse de una manera muy tosca, su pecho se inflaba de una manera exagerada para luego botar todo el aire. Parecía como si se estuviese asfixiando, o como si estuviese convulsionando. Nain lanzó hacia un lado su celular y sus manos temblaron al no saber qué hacer para que su hámster dejara de sufrir.

—Dumpling, por favor... —tomó una de sus patitas y las acarició como antes. Su hámster iba cerrando los ojos hasta que no los abrió más y estiró sus cuatro patas—. Te quiero mucho, lo sabes; y sabes que te voy a extrañar también. —le dijo al cuerpo sin vida de su hámster. Su dedo índice pasó a darle pequeñas caricias en su cabeza, miré el rostro de Nain y sus mejillas estaban rojizas al igual que su nariz. Había matado a su mejor amigo—. Fuiste un buen compañero, aunque nunca pude terminar de construirte esa mansión que te prometí. ¿Eras feliz cuando mordías la madera de mis maquetas? Voy a extrañar todas tus travesuras.

Nain dejó el cuerpo de Dumpling y se echó a llorar a su lado. Me sentía tan ajeno a la situación, yo solo tuve a Dumpling por unas cuantas semanas y me encariñé de él; pero Nain había estado más tiempo con él y podía entender —lo mínimo— su dolor. Además que era el regalo de su tío que vivía lejos de ella.

—Yo... Lo siento mucho, Nain. No fue mi intención que esto sucediera. —le dije cuando ya no podía soportar más su llanto. Me hacía sentir tan culpable—. Si hay algo que yo pueda hacer...

—Dumpling ya está muerto —tajo sin mirarme—, no hay nada qué hacer ahora. Solo vete, déjame sola.

No quería irme de su lado.

Iba a estar solo otra vez.

—Vete de mi casa, Jungkook, por favor.

Bueno, yo también tenía un hámster que se llamaba Gus. Él se murió de una manera similar que Dumpling, y no saben cómo me dolió su muerte.

Pero ahora todo está bien, después de él nunca más tuve hámster porque entendí que esos animalitos viven poco y en vano va a ser encariñarse de ellos si luego fallecen. Al igual que cualquier otro animal :')

Quiero que las mascotas sean eternas 🥺

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