Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06 | Varicela 💘

Al día siguiente de haber recuperado a mi hámster, me encontré a mis padres hablando sobre un tema en voz baja. Era de mañana y por lo general a estas horas mi padre ya estaba en su trabajo. Sin embargo, esta vez seguía aquí.

Me acerqué más a ellos para saber de lo que estaban hablando. Ahí escuché sobre los análisis de Jaemin, quién en las últimas semanas seguía igual de enfermo y con malestares, mi padre le dijo a mi mamá que lo que tenía era varicela y que se podía controlar por el hecho que seguía siendo pequeño.

—¿Y qué haremos con Nain? —inquiere mi mamá mientras se llevaba una uña a la boca.

En ese momento aparecí en la cocina, porque ya se me hacía bastante raro que hablaran de mí cuando él tema principal era Jaemin. Mis padres se asustaron cuando me vieron, se miraron entre ellos y luego comenzaron a alejarse de mí.

—Buenos días, ¿pasa algo? —fingí que no había escuchado nada de lo que estaban hablando anteriormente. Sin embargo, ellos seguían con sus caras de preocupación—. ¿Pasa algo? ¿Tengo algo en el rostro?

—¿Irás a la universidad? —preguntó mi mamá. Asentí sentándome en mi sitio para tomar de mi desayuno—. ¿No prefieres quedarte en casa? ¿Descansar un poco?

—¿Por qué? No estoy enferma, me siento bien.

—Lo que pasa es que... Jaemin tiene varicela. Estos últimos malestares que ha tenido fueron a causa de eso y probablemente en estos días comiencen a salirle sus ronchas. —me explicó mi papá como si fuera una niña pequeña—. Y el problema aquí es que tú nunca te contagiaste de esto cuando eras niña, y ahora teniendo a Jaemin enfermo pues... Es más probable que ahora lo agarres.

—Entiendo, pero por qué se preocupan más de lo debido. No me va a pasar nada —respondí segura de que eso no sucedería.

—La varicela en personas más grandes es un poco más riesgosa que en los niños. Puede afectar tu capacidad de respirar, te puede dar una neumonia; es por ello que prefiero que te quedes en casa a que salgas ya teniendo el virus en tu cuerpo. Solo es por precaución —volvió a responder mi papá acariciando mi cabello—, quédate en casa por unos días.

Miré a mi madre por unos segundos y ella tenía la misma cara que mi papá. Al final tuve que aceptar las recomendaciones de ellos, volví a concentrarme en mi desayuno esperando que eso de la varicela no fuera tan grave en mí; porque si había una cosa que odiaba y no podía tolerar eran las mentiras que mi papá me decía para asustarme con ciertos temas de salud. Han sido innumerables en las que me he tragado un cuento falso solo por jugarme una de sus bromas de doctor.

Cuando terminé mi desayuno, fui de nuevo a mi habitación para encerrarme y quitarme la ropa que ya me había puesto antes de bajar pensando que iría a la universidad. Volví a colocarme mi pijama y otra vez me metí en mi cama para aprovechar dormir un poco más, la noche anterior me había desvelado a escondidas solo para terminar una serie que Wonju me había recomendado en Netflix, y la verdad es que sí estaba un poco interesante, pero muy larga.

Tomé mi celular para avisarle a Namjoon, Sunoh, Sehyeon y a Wonju que no iría a la universidad. Fácil pude decirle a solamente uno de ellos, pero los cuatro no son de contestar mis mensajes al instante o aunque sea leerlos. Así que lo mejor es mandarle a cada uno el porqué de mi ausencia en este día, o quizás en toda la semana.

Mafiosa Sehyeon

No iré a la universidad :')
06:45 a.m

Jaemin tiene varicela y lo más probable es que yo también lo tenga.
06:45 a.m

Ayyy, pobre :(
06:47 a.m

Jaemin, no tú :D
06:47 a.m

Tonta. Por eso mi primo te dejó
06:47 a.m

:)))))))))
06:47 a.m

Sé que me deseabas como tu prima política :)
06:48 a.m

¿?
06:48 a.m

Por eso te da varicela :)
06:48 a.m

Como sea, me pasas lo que hacen hoy ¿okis?
06:48 a.m

Esperé varios minutos la respuesta de Sehyeon, pero vi que no contestaba desde que me puso su último mensaje. Sabía que se había resentido conmigo en forma de broma y que luego se le pasaría, pero aunque sea necesitaba una respuesta suya de que me pasaría las clases de hoy.

Sehyeon
06:51 a.m

Sehyeon
06:51 a.m

Sehyeon
06:52 a.m

Sehyeon
06:52 a.m

Sehyeon
06:52 a.m

¡¡¡¡Sehyeooooooon!!!!
06:52 a.m

¡Oyeeeeeeee!
06:52 a.m

Pásame las clases de hoy
06:52 a.m

No =)
06:53 a.m

Y antes de que pueda decirle algo más, vi que ya se había desconectado. Lo último que me quedaba era que cuando Namjoon notara mi mensaje, él y su alma bondadosa me mande un mensaje con lo que le estaba pidiendo a la rabiosa de mi grupo.

Dejé mi celular a un lado antes de que papá se asomara a mi habitación y me diera la indicación que ante cualquier malestar que sienta, podía llamarlo y él vendría a la casa a verme. Yo asentí pensando que nada me sucedería hoy y que solo era un pánico entre ellos dos al saber que a mí nunca me ha dado esa enfermedad; y por algo será, quizás porque tengo un organismo muy fuerte.

Mi papá se fue pocos minutos después, mi mamá se acercó a mí antes de irse con Jaemin para revisarme la temperatura y a pedirme que me quitara el polo con el que estaba para revisar mi piel. Luego de ver que no tenía absolutamente nada fuera de lo normal, se fue a la habitación de Jaemin para darle un baño con té de manzanilla.

Habían pasado tan solo minutos desde que me pidieron que reposara en mi cama y yo ya me estaba aburriendo. No me gustaba mucho esto de estar enferma, porque para mí significaba estar descansando todo un día sin hacer nada de nada; los descansos los podía aceptar siempre y cuando fueran de una hora o hasta tres, pero ya quedarse en cama a dormir sin aprovechar del día me parecía una completa estupidez que no toleraba.

¿Cómo esperaban los demás que llegara a ser una gran arquitecta si debo de estar en reposo?

Estos no eran cosas que estaban previstas para el día de hoy. Esto iba a ser un retroceso enorme para mi carrera profesional y para mi futuro.

Buscaba la perfección para mi vida y eso implica de mucho esfuerzo, no estar descansando como si realmente estuviese enferma.

Suena muy obsesivo, pero ese lugar al que tanto quiero alcanzar me lo pide de esa manera. Nada es fácil en esta vida y es por eso que siempre hay que sacrificar algunas cosas para llegar a ese deseo que cada ser humano tiene dentro suyo.

Como sea, distraje todos mis pensamientos negativos en otra cosa como lo era dibujar en mi sketchbook. Tomé mis lápices acuarelables, algunos pinceles y ordené mi escritorio para poner todo eso mientras que iba a poner un poco de papel higiénico por si necesitaba limpiar mis pinceles. Comencé por dibujar mi boceto, no tenía nada en la mente por lo que dejé que mis instintos de artista intermedia me guiaran. Al final dibujé a un hombre sentado en un parque solitario y oscuro y a su lado había un perro labrador mirando hacia la izquierda, comencé a hacerle los detalles finales al dibujo antes de empezar a pintar con mis lápices de acuarela.

Tiempo después agarré mis pinceles y con estos fui mojando las partes en donde había pintado, combiné los colores que se formaron ahí. Para las sombras del cuerpo del hombre y del animal a su lado hice el intento de la técnica del claroscuros, algo que no me salió del todo muy bien pero que también estaba como para romper la hoja. Estaba pasable.

Mientras iba pintando, el zumbido de mi celular sonó sobre mi cama. Miré las notificaciones de la pantalla principal y me di cuenta que eran mensajes de Wonju diciéndome que no me preocupara y que trataría de enviarme la clase de hoy ni bien terminara cada hora.

A veces pensaba que Wonju era bastante amable conmigo. Aunque era un poco tierno y amigable algunas veces, otras veces no podía dejar de pensar que quizás me esté aprovechando de él cínicamente. Pero él siempre lo ha tomado de buenos forma, por lo que en ciertas ocasiones no llega a afectarme tanto.

Debo de estar delirando ahora mismo.

Los minutos pasaron hasta que se hicieron horas y yo seguía enfocada con mi dibujo para terminarlo de una vez. Sabía que el paradero de este dibujo después de que lo terminara era en mi portafolio pero aún así tenía esa necesidad de acabarlo justo ahora, era otra de mis obsesiones que con el paso del tiempo aprendí a vivir con ellas.

Tiempo después, cuando mi mamá me subió una pastilla de paracetamol con un poco de té de anís, terminé mi dibujo. Mi madre me obligó a tomarme la pastilla aun así no tuviese un síntoma de la enfermedad, ella quería asegurarse que estuviese bien para que luego encargarse el resto de su tiempo a Jaemin.

—Ahora descansa un poco —me ordenó.

—Pero no tengo mucho sueño. —Respondí inocente. Mi mamá antes de irse de mi habitación volvió a mirarme como si me estuviese regañando—. Está bien, trataré de dormir —sucumbí a su orden y me alejé de mi escritorio.

—Antes de dormir, ordena todo lo que está sobre la mesa. Podrás estar enferma pero yo no te arreglaré tus cosas —concluyó nuestra charla antes de que se fuera con esa orden.

Tomé todos mis pinceles y me encargué de limpiarlos muy bien. Mi sketchbook fue directo a uno de los estantes que tenía en mi habitación, el estuche con los lápices de acuarela también se fueron a mi estante, y mi dibujo se quedó ahí secándose en mi escritorio. Luego vería un lugar bonito donde colgarlo, o simplemente se lo regalaría a Taehyung engañandolo con un significado profundo que claramente no estuve pensando en ese momento que creé la pintura.

Me acerqué a mi cama para acostarme en ella y taparme con mis mantas. Cerré mis ojos por varios minutos hasta que el sueño comenzó a aparecer. Mi cuerpo se fue relajando y después de ello ya no sé que más pasó.

**

Después de salir de bañarme —por órdenes de mi madre—, bajé hasta el segundo puso para ver qué es lo que podía comer. Desde que me mandaron a mi habitación debido a la supuesta enfermedad, no comí nada en todo el día y ya comenzaba a tener hambre. Y con mucha razón, porque ahora con las seis con catorce de la tarde, ni siquiera había almorzado.

Si mi madre no quería alimentar por estar al pendiente de Jaemin y su varicela, yo iría a comprarme algo de ramen para no morir de hambre más tiempo.

A escondidas de mi mamá salí de la casa y fui hasta el mini market del otro día para comprarme lo que tenía en mente. Pasé por el parque y ahí habían muchas personas jugando con sus mascotas y con sus hijos, recordaba algunos momentos de mi infancia cuando mamá y papá estaban más tiempo conmigo cuando era pequeña. Ahora siguen conmigo pero no de la manera de antes, aun así tenía esa esperanza que cuando Jaemin creciera iba a tener la misma infancia, o hasta una mejor, que yo. Solo era cuestión de tiempo.

Llegando a la tienda me encuentro con la dueña del lugar atendiendo a otra persona que estaba vistiendo de negro. Lo que daba risa era que esta persona, o mejor dicho este hombre, tenía unas piernas más flacas que las mías y fácilmente podía compararlar con las patas de un pollo.

Tomé un pote de ramen sabor clásico y se lo entregué a la señora para que me lo fuera cobrando. Luego fui a la nevera del lugar para sacar una lata de fanta y volver a dárselo a la señora. Sin mirar a la persona de mi costado, lo saludé por cortesía; pero al oír su voz solamente quería correr de ese lugar.

El nanobio mutante y secuestrador de hámster, Jeon Jungkook, estaba a mi lado.

La verdad es que aún no puedo superar lo que me había dicho la noche pasada sobre que se había encariñado con mí hámster, con mí mascota. Podía admitir que Dumpling era un animalito que fácilmente todos pueden querer, porque hasta mis amigos lo quiere más que a mí, pero ya que Jeon me confesara tal cosa era algo que no me podía creer. Y que lo haya cuidado bien también fue otra cosa que me sorprendió.

—Nunca se me pasó por la cabeza que me saludarías por la calle —Ladeó su cabeza, me miró de soslayo cuando mostraba una sonrisa que no tenía nada de amabilidad—. ¿Ya dejaremos esta pelea entre nosotros?

—Si con esto quieres decirme que ya dejarás de molestarme, entonces sí, ya no pelearemos e intentaré llevarme bien contigo. Por el bien del vecindario —Dije, tomé la bolsa en donde estaba lo que había comprado y me marché del lugar dejando atrás a Jungkook.

—Oye, espera —Sin embargo, su voz iba detrás de mí. No me detuve y seguí caminando por mi propia cuenta hasta que me alcanzó—. Nunca dije que iba a dejar el tema del dinero a un lado, aún quiero que me lo devuelvas.

—¿Sabes algo? Te tengo una primicia, tú y yo seguiremos discutiendo de este tema por más tiempo y la paz nunca llegará —Sonreí sarcástica. Él soltó un bufido mostrando su desacuerdo—. Muchas personas al no obtener lo que quieren se rinden, tú pareces uno de esos; pero sigues aquí conmigo insistiéndome con un tema que realmente no debe de importar. ¿Por qué lo haces?

—Porque tengo la razón.

—Por supuesto que no la tienes. —repliqué cansada de él—. Te apuesto lo que sea que si le pregunto a uno de tus amigos sobre esto y de lo que opinan van a estar de mi lado, porque saben que aquí tú eres el único terco que está buscando a un tercero para echarle la culpa de su deuda. ¿O me equivoco?

—Te equivocas —Respondió. Volví a mirarlo para saber con exactitud si estaba hablando en serio—. Pero como sé que mis amigos dirán lo contrario solo por verme perder en una apuesta...

—Espera, no estaba hablando...

—Vayamos directo a mi castigo —terminó de hablar antes de que yo lo hiciera. Sonrió de lado esperando a que yo dijera algo—. Vamos, dame mi castigo antes de que yo te dé algunas opciones.

—¿Realmente quieres esto? —pregunté confundida y algo sorprendida. Él asintió y yo abrí mis ojos a la misma vez que levantaba mis cejas—. ¿Y qué tipo de castigos tienes para ti?

—Por ejemplo que me ayudes a volver a juntar a tu primo con Tzuyu —Sonrió, inocente.

—¿Y por qué ese sería un castigo para ti? —Pregunté al no encontrarle lógica a ese supuesto "castigo".

—Porque si me ayudas, dejaré de hablar sobre el tema del dinero. Ya no te molestaré más con ese tema —habló convincente. Y si lo veía de esa manera pues tenía mucha razón, pero aún no entendía eso de “volver a juntar”—. Imagínate este futuro: tú sin verme nunca más solo por ayudarme a que tu primo sea novio de mi ex novia y ellos vivan felices. ¿No suena bonito?

—¿Acaso dijiste ex novia? —repetí esa frase que me había alarmado un poco.

—¿Aceptas o no? —masculló entre dientes al notar que ya estábamos cerca de llegar a nuestras casas.

—No tengo de otra —estreché su mano sellando nuestro pacto—. ¿Y qué debo de hacer?

—Te hablaré mañana y te lo contaré todo. Es un poquito larga de entender esta historia —se excusó soltando de a pocos mi mano. Sin embargo, entrelazó su dedo meñique con el mío—. Si logramos que ellos vuelvan a estar juntos, juro que te rezaré todas las noches.

—Con que desaparezcas de mi vida es suficiente —me solté de él y dejé que se fuera a su casa.

Tomé las llaves de mi casa que había guardado en mi bolsillo. Abrí la puerta y me encontré a mi mamá bajando rápido las escaleras, quizás pensó que quién había llegado realmente era mi papá, en todo el día no se había aparecido por la casa.

Ella notó la razón por la que había salido y comenzó a disculparse conmigo por no haberme atendido. Yo no podía reclamarle nada porque sabía que Jaemin era mucho más importante que yo, él necesitaba a mi mamá más que yo. Le hice entender eso a mi madre y la tranquilicé diciéndole que luego de cenar volvería a la cama.

Me dejó unas cuantas pastillas en la mesa pidiéndole que las tomara si presentaba algún malestar y nuevamente se subió al segundo piso para seguir cuidando de Jaemin.

Por mi parte preparé todo lo que me indicaba el pote de ramen para que me quedase delicioso. Herví un poco de agua y luego lo puse en el envase de cartón de los fideos, después siguieron aquellos polvos que acompañan a los fideos y finalmente lo dejé reposando por unos minutos hasta que eso se haga una sopa. Por mientras ordené y limpié un poco lo que había manchado, también me tomé las pastillas que mi mamá me había dado tan solo por precaución de seguir sana hasta mañana.

Pasados los minutos, me senté en el comedor con mi ramen y comencé a comérmelo de a pocos. También tomaba de mi fanta hasta que con tan solo cinco bocados ya me sentía bastante llena y ya no quería seguir comiendo.

Deseché lo que me sobraba del ramen, limpié nuevamente lo que había ensuciado y luego me subí a mi habitación para dormir un poco más. De repente tenía tanto sueño que ni siquiera me molesté en cambiarme de ropa.

**

—¡¡Papááááá!! —grité mientras lloraba de dolor—. ¡¡Me dueleeeee!!

Rápidamente mi papá apareció en mi habitación asustado por mi gritos. Vio que yo me estaba revolviendo en mi cama mientras sudaba y tenía la respiración acelerada, sin contar el hecho que estaba llorando porque no soportaba el dolor que sentía en mi abdomen y en mi espalda, jamás había presentando un dolor tan fuerte como este en estas partes de mi cuerpo.

Me voy a morir. Hasta aquí llegué.

Mi madre también se acercó a mí muy preocupada por mi estado de salud, ella tenía en brazos a Jaemin porque quizás ya no importaba que ambos estuviésemos cerca si ya nos habíamos contagiado de la misma mierda. Por otra parte, siguiendo con las atenciones de mi padre, él se encargó de destaparme por completo y tomarme de la muñeca para revisar mi pulsación; no se debía de saber mucho como para saber que estaba con taquicardia.

—¿Dónde te duele? —me preguntó mi papá cuando puso su palma en mi frente—. Estás con fiebre. ¿Puedes sentarte?

—Me duele mucho la espalda, no quiero sentarme. También me duele aquí —señalé mientras seguía sollozando por el dolor que sentía. Mi papá comenzó a apretar varias partes de mi abdomen hasta que encontró ese punto de donde provenía todo mi dolor—. Ahí me duele.

—¿En la madrugada has sentido ganas de vomitar, náuseas? —negué—. ¿Recién comenzó a dolerte o ya los tenías desde antes?

—Ayer en la noche solo sentí cansancio repentino. Me eché a dormir ni bien terminé de comer y amanecí con el dolor en mi estómago —puchereé cuando mi papá volvió a tocarme en ese lugar—. ¡Ya deja de hacerlo que me duele!

—Quítate la ropa, tu mamá te va a revisar la piel. Ahora vengo —salió de mi habitación y se fue al primer piso, quizás iba a traerme unas pastillas que de vez en cuando le dan en donde trabaja.

Mi mamá hizo un ademán para indicarme que le hiciera caso a mi padre. Como pude traté de sentarme en la cama y quitarme mi blusa, literalmente cada parte de mi cuerpo me dolía y me ardía como el maldito infierno, no era capaz de poder soportarlo. Cuando por fin pude quitarme la bendita prenda, la puse a la altura de mi busto y dejé que mi mamá me revisara hasta que inspiró asustada.

—¡¡Seowon!! —gritó mi mamá.

Fueron varias veces en las que hizo eso que hasta comenzó a preocuparme a mí también. Mi papá volvió a aparecer en la habitación con algunos medicamentos en manos, mi mamá le señaló lo que tenía en la espalda y cuando ambos me tocaron sentí ganas de querer rascarme la espalda.

—¡¡No te toques!! —espetó mamá, golpeándome la mano que había llevado para rascarme—. Esas cosas te van a dejar marca.

—No lo hagas, hijita. Levántate y vete a poner algo más suelto, no puedes estar con esa ropa —ordenó mi papá siendo un poco más relajado que mi mamá.

Mi papá me ayudó a levantarme de la cama y me ayudó a caminar hasta mi armario cuando notó que no tenía fuerzas suficientes como para estar en equilibrio. Tomé un vestido de algodón que mayormente lo usaba en la casa y luego me fui a mi baño para cambiarme.

Di media vuelta para mirar lo que tenía en la espalda y era como varias ampollas que me habían salido de repente, me dio mucho asco mirar esas cosas en mi cuerpo; pero esas ganas de querer rascarme aún seguían. Quería arrancarme esas manchitas.

Antes de que hiciera lo que no debía de hacer, me puse mi vestido y salí del baño. Mi papá otra vez me guió a la cama cuando mi mamá se dio cuenta que también tenía de estas ampollas en mis pantorrilla y algunas partes de mis pies.

Mi mamá exagera a mucho.

—Ahora tómate esta Plidan para que te calme el dolor en el abdomen. Probablemente estés con un problema en la vesícula, además de ya presentar los síntomas de la varicela. También vas a tomarte una paracetamol para el malestar —me indicó mientras mi mamá se iba al cuarto del Jaemin para encargarse de él—. Si el dolor continúa en donde me estás diciendo, llámame y ahí veré que puedo hacer ¿sí? —Asentí—. Ahora te traeré un poco de agua, espérame un rato.

Mi papá volvió a salir de mi habitación, aproveché ese momento para tomar mi celular y hacerles saber a todos mis amigos que hoy tampoco iría a la universidad ni por el resto de la semana tal vez.

Pasaron minutos hasta que mi mamá se acercó a mí para hacerme compañía luego de haber dejado a Jaemin durmiendo en su cuna. Ella acarició mi cabello para calmarme —creo que ella es la más nerviosa en estos momentos—, hizo que apoyará mi cabeza en su hombro y me quedé por un rato con ella hasta que papá volvió a aparecer con el vaso con agua.

Tomé la pastilla y después bebí dos tragos de agua. Mis padres se fueron de mi cama y me dejaron reposando en esta. Ambos salieron de mi habitación sin antes recordarme las indicaciones de antes.

Traté de dormir un poco para descansar y esperar que de esa forma el dolor se fuera, pero me era tan difícil cuando mi espalda dolía en demasía con cada postura en la que pensaba que podría estar cómoda y sin dolor. Esto era horrible, quería que me arrancaran la columna vertebral.

Pasaron muchas horas, en ese lapso de tiempo solo pude descansar una hora y estar despierta soportando el dolor por media hora y luego volver a dormir una hora más. Esa era la secuencia que mi cuerpo repetía constantemente haciendo que yo sintiera una impotencia por no poder dormir a gusto.

De repente, mi celular zumbó en la mesa de noche que tenía al lado de mi cama. Era una notificación de Instagram de un usuario que no tenía agregado.

«lilipendo.jeon_1997 quiere enviarte un mensaje».

Primero que nada, no quiero que te burles de mi usuario :)
12:02 p.m

Segundo, soy Jungkook
12:03 p.m

Tercero, no creas que te acoso ni que me sé tu horario de la universidad, pero no te vi en la mañana saliendo de tu casa. Quería hablar contigo sobre nuestro plan para juntar de nuevo a Tzuyu y a tu primo, en serio me estoy desesperando :'c
12:03 p.m

¿Aló?
12:21 p.m

RESPONDEEEEEE!!!
13:07 p.m

¡¡¡¡Por favoooor!!!!
13:07 p.m

De verdad soy Jungkook, mira
13:07 p.m

Foto
13:08 p.m

Ya estás leyendo mis mensajes. Ahora, ¿respondes? :) Te acabo de regalar una foto mía y ya no sé cómo eliminarla :)))))
13:08 p.m

Me dio tanta curiosidad ver la foto que había enviado y le di click al adjunto de la foto para mirarlo. Era él con un gorra negra mientras hacía la boca de pato y el símbolo de paz, también había cerrado un ojo.

Añadió una descripción a su foto que decía lo siguiente:

«Jeon Jungkook, un chico que trata de verse cool aunque por dentro quiera matar a su vecina, Kim Nain, porque no quiere responderle los mensajes. ¿Ya me respondes?».

No podía admitirle que me dio risa todas las cosas que hizo para comunicarse conmigo. Había olvidado que me involucré en esto para ya no verlo más, pensé que ya había pasado mucho tiempo desde que él estuvo insistiendome por lo que cuando iba a responderle sus mensajes, entra una video llamada de él a mi celular.

Ya sin mucho que esperar respondí a su llamada apagando la cámara de mi celular. No iba a dejar que él me observara en mi fase más asquerosa de toda esta enfermedad.

—¿Hablo con un lilipiendo? —bromeé. Él se quedó en silencio por unos segundos hasta que me respondió.

—No dio risa tu chiste. —Carraspeó, mirando a la cámara con el ceño fruncido—. ¿Por qué no puedo verte?

—Porque no tienes el privilegio de hacerlo. Eres un nanobio que no soporto, y por ende no tienes derecho a mirar mi bello rostro —intenté hablar de corrido sin que la picazón en mi garganta me afectara—, son cosas que ya deberías de saber simple mortal.

—¿Qué es un nanobio? ¿Por qué siempre me llamas así? —inquiere, confundido.

—¿En serio lo preguntas? ¿Y cómo es que terminaste la escuela? —Dije para mostrar un poco del narcisismo que tenía al saber que sabía más de biología que él. Jungkook encogió sus hombros mientras seguía mirando hacia el frente—. Es un microbio que se descubrió en 1998, busca en Google para más información.

—Como sea —chistó—, ¿y por qué no fuiste a la universidad hoy?

—¿Por qué te importa?

—Ayer tampoco fuiste, y eso lo sé porque ya han pasado varias semanas desde que nos conocemos y sinceramente jamás hemos coincidido con la llegada a nuestras casas a la misma hora todos los jueves —me explico mientras tensaba sus labios—. Y hoy es viernes, así que... Supongo que hoy también tenías clases.

—Todo un Sherlock Holmes —suspiré mientras me movía en mi cama—. La verdad es que estoy enferma, por eso no he ido a clases.

—¿Qué es lo que tienes?

—Varicela —Jungkook soltó una estruendosa risa que juré haberla escuchado afuera de mi ventana. Fruncí mi ceño y como pude me senté en la cama—, ¿estás por mi casa?

—Vivo en frente de tu casa por si lo olvidaste —Respondió aún entre risas—. Con que varicela, por eso este nanobio no puede ver tu cara ¿verdad? Asómate a tu ventana.

—Te vas a reír —repliqué.

—Claro que no, jamás lo haría. —miré la ventana por unos segundos y luego el rostro de Jungkook, tal parece que él estaba esperándome en medio de la calle para verme—. Vamos, quiero verte.

—Si te ríes, olvídate que te ayudaré —lo amenacé.

—Tú igual sales perdiendo en todo esto. —respondió con burla.

Salí de mi cama con todas las fuerzas del mundo mientras que en mi interior le pedía a satanás que un auto arrollara a Jungkook ahora mismo. Me miré unos segundos en el espejo para mira qué tan mal estaba y me di cuenta que las ampollas ya habían aparecido en mi rostro.

Maldecí desde mis adentros y luego maldecí a Jungkook por hacerme esto.

—Me haré anciano esperándote aquí —se quejó a través de la llamada.

Suspiré por última vez y me asomé por la ventana para que Jungkook me viera. Él al notar cómo estaba formó una sonrisa ancha mientras que sus mejillas se fueron llenando de aire que estaba acumulando al resistirse de no reírse.

Yo por mi parte le saqué el dedo medio y luego regresé a mi cama no sin antes cerrar la ventana.

—¿Contento?

—La varicela le sienta bien a tu color de piel —comentó soltando una risilla—. Es solo una broma. No te enojes —la llamada estuvo en silencio por algunos segundos más hasta que Jungkook volvió a hablar—. Ahora me doy cuenta que no hemos hablado nada del tema principal, en otro momento lo haremos, creo que ahora debes de descansar.

—Sipi —afirmé.

—Está bien entonces, hablamos cuando te sientas mejor. Descansa varicela —agitó su mano frente a su cámara ocultando así su sonrisa.

—Muérete, Jeon.

—Oh, te aseguro que algún día pasará... Pero al menos no será de varicela.

Y antes de que yo pudiera decirle algo más, él se atrevió a colgar la llamada. Tuve ganas de gritar, porque a pesar de que Jungkook ya no esté siendo el chico molesto de antes que solo tenía cabeza para el dinero, ahora era un chico molesto por las burlas que me estaba haciendo.

Juro que algún día me voy a vengar, y lo veré rogando para que pare.

Pero eso sería algún día, ahora tengo mucho sueño.

***

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro