12 de agosto de 1970

Elizabeth Carter

Era un lindo día de agosto, me encontraba junto a mi hermana pequeña Emily, aunque bueno solo nos llevábamos un año de diferencia, ella era lo más importante que tenía.

Ahora nos encontrábamos las dos leyendo en el jardín mientras disfrutábamos de la tarde.

—Lizzie —levanté la mirada de mi libro para verla con una sonrisa.

—¿Qué ocurre Emily? —ella se acercó a mí y me abrazó.

—Solo quería darte un abrazo y decirte que eres la mejor hermana del mundo —susurró ella.

—Tú sí que eres la mejor del mundo, recuerda que pase lo que pase siempre estaré para ti —ella asintió con una sonrisa—. Ahora vamos a jugar un rato en el jardín o podemos seguir leyendo.

—¿Podemos seguir leyendo? —asentí con una sonrisa mientras las dos volvíamos la vista a nuestros correspondientes libros para seguir con nuestra lectura.

La verdad es que las dos amábamos leer, y mientras Emily era un poco más cerrada y solitaria, a mí me gustaba hacer amigos, aunque debía reconocer que a veces también me gustaba estar sola leyendo. 

Emily y yo teníamos varias cosas en común, éramos tan igual, pero a la vez tan diferentes, pero eso no significaba que ella fuera una loca de la lectura y la soledad. Amaba mucho verla feliz, como hermana mayor siempre buscaría la manera para ver a mi hermana a salvo y feliz.

El año que viene debería llegarme la carta de Hogwarts y estaba demasiado nerviosa por ello, a veces pensaba que tal vez no fuera digna de que me llegara la carta o tal vez yo sería un caso especial en mi familia. No me molestaba mucho porque siempre podría ir a un colegio Muggle, lo que estaba haciendo hasta ahora. Nuestros padres creyeron que sería buena idea que mi hermana y yo fuéramos a un colegio muggle y de esa forma podríamos conocer más cosas nuevas.

En mi familia no creíamos en la supremacía de la sangre, y aunque fuéramos una familia importante en el mundo mágico, por parte de mi padre, ya que él era sangre pura. Los Carter eran muy relevantes, incluso estuvieron en los Sagrados 28, pero los quitaron del libro cuando mi padre se casó con mi madre, que era mestiza y cuando vieron que ellos no opinaban que los sangre pura fueran superiores. A mi padre no le importó que lo quitaran, él amaba con locura a mi madre y los dos eran muy felices juntos.

Los Carter, como dije, no creían en la supremacía de la sangre, ellos creían que cada mago, sin importar si fuera mestizo, puro o hijo de Muggles, eran únicos. Y no se equivocaban, estaba segura de que había grandes magos que fueron o son hijos de Muggles, incluso mestizos trabajando en el Ministerio en un rango alto.

Mi padre era Auror en el Ministerio de Londres y bueno, nuestra madre fue hace tiempo profesora, pero luego acabó siendo Medimaga. Papá era muy bueno en su trabajo incluso pudieron ascenderlo como Ministro, pero él no quiso por la simple razón de que prefería ser Auror, ya que ser Ministro tenía mucho más trabajo y prefería llegar lo más temprano a casa para pasarlo con nosotras.

Éramos una familia bastante feliz, mis padres nos amaban por igual y siempre hicieron todo lo posible para que tuviéramos una buena vida. Vivíamos tranquilos, mis padres no solían pelear y se amaban demasiado, lo que hizo que yo cuando fuera más mayor quisiera un amor parecido al de ellos.

Nuestra familia paterna vivía en América e íbamos los días importantes y en las vacaciones a verlos, aunque ellos también venían de vez en cuando a Londres. Cabía mencionar que éramos bastantes de parte de la familia de nuestro padre, al igual que de parte de la familia de nuestra madre. Aunque a ellos no los veíamos mucho porque estaban en Italia. 

Pero amaba cuando llegaba verano e íbamos a América y después a Italia para pasar tiempo con cada parte, por Navidades todos nos reuníamos en Londres, ya que nuestra casa era lo bastante grande como para que pudieran venir todos.

Tenía mi propia habitación con el baño incluido al igual que Emily. Nuestras habitaciones estaban al lado, así que no era difícil ir cada una a la habitación de la otra. Aunque a veces debía admitir que solíamos dormir juntas. A mí no me gustaba para nada la oscuridad, me aterraba la idea de ir por el pasillo a oscuras. 

Era terrorífico y más porque no era un pasillo corto, sino que más bien era largo y no lograbas ver muy bien el final de él, por lo que pensaba que alguien se aparecería por ahí para matarme. Así que agradecía demasiado de que tuviera un baño en mi habitación, porque de lo contrario estaba segura de que me hubiera aguantado toda la noche para no tener que cruzar el pasillo. También sin importar en que época del año estuviéramos, siempre dormía tapada hasta el cuello con una manta y siempre, pero siempre me gustaban llevar los pantalones de pijama que fueran largos. No sabía la razón exacta del porqué, pero a mí me gustaba.

Me gustaban bastante los libros románticos, era lindo ver como el chico por ejemplo se enamoraba primero de la chica. Supongo que esos libros son los que más amaba, ver como el chico se enamoraba de la chica con sus defectos y virtudes era algo realmente bonito, aunque no pasaba muchas veces. Yo quería un amor sincero y hermoso como en el de los libros.

Papá nos contó que él se había enamorado primero de mamá y en lo primero que se fijó en ella fue en sus ojos marrones, que aunque fueran corrientes a él lo enamoró. Decía que mamá era la mujer más hermosa que había conocido. Era amable, divertida, protectora, valiente... Papá se enamoró de ella en Hogwarts, los dos cursaron el mismo año. Papá era un orgulloso Gryffindor y mamá era una hermosa Ravenclaw. Papá fue jugador de Quidditch de su equipo y bueno, mamá era la chica inteligente que se refugiaba en la biblioteca con un buen libro.

Papá se esforzó mucho en que a mamá le cayera bien, porque según ella le solía decir que era un idiota jugador de Quidditch mujeriego, que solamente quería jugar con ella. Mi padre era todo lo contrario, era inteligente y la amaba demasiado, a veces le encantaba molestar a mamá en ver quién era mejor estudiante. Los dos fueron Prefectos y en su último año mamá le dio una oportunidad y fueron Premios Anuales, se casaron nada más salir de Hogwarts y bueno primero vine yo al mundo y luego mi hermosa hermana.

Mamá vio que papá, aunque fuera un jugador de Quidditch no era todo lo que pensaba, era atento, cariñoso, valiente, según ella era un verdadero Gryffindor. Mi padre era buscador en el equipo, incluso tenía una placa con su nombre en el estante de los Trofeos, era sin duda un buenísimo jugador, había ganado numerosos partidos.

Estaba demasiado orgullosa de la familia que me había tocado, éramos unidos y sabía que siempre podría contar con ellos. Además, estaba muy segura que pasara lo que pasara siempre tendría a Emily y ella me tendría a mí. 

Porque siempre estaría para ella, para apoyarla en cualquier tontería que se le ocurriera, siempre estaría para protegerla y evitar que cayera. 

Ella era demasiado importante para mí y siempre sería así.

NOTA DE LA AUTORA

Aquí os traigo el primer capítulo de esta bilogía con @givi_black  ❤

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