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✿ CAPÍTULO ÚNICO ✿

Jungkook tomó el vaso de whisky y lo vació de un sorbo, era su culpa estar en ese estado pero no se le ocurría que más hacer.

Sabía que se estaba torturando a sí mismo por quedarse ahí haciendo como si nada pasara, emborrachándose mientras deseaba perder la conciencia. Quizá era masoquista pero al menos necesitaba admirarlo a distancia, lo extrañaba tanto que dolía.

Cada dos minutos miraba hacia la pista de baile donde el estaba y luego apartaba los ojos rápidamente para que no se diera cuenta de su presencia.

Jungkook era un verdadero idiota.

Otro vaso de whisky entró por su garganta quemando al pasar. Cerró los ojos haciendo una mueca aunque de todas formas no dolía tanto como su corazón.

Alzó mirada nuevamente y lo busco entre la multitud. El seguía ahí contorneando su cuerpo al ritmo de la música, Jungkook quedó embobado al ver sus movimientos tan elegantes. Lo había visto bailar un montón de veces y jamás le había dicho lo bien que lo hacía.

Por eso era una idiota.

Ahora que se habían alejado lo necesitaba cerca, ahora que todo había terminado los deseos de decirle que lo amaba afloraban, ahora que ya no era suyo quería reclamarlo.

Jamás pensó en darle la razón a un viejo refrán pero era verdad... Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde y Jungkook lo estaba aprendiendo de la peor manera.

Porque el mismo lo rechazó mil veces, abogando que tan solo eran amigos. Si tuviese una máquina del tiempo lo primero que haría sería viajar al pasado para darse una buena bofetada que lo hiciese entrar en razón. Se arrepentía de haber dado todo por sentado porque el se había aburrido de su actitud y lo había perdido.

Siguió observando cómo bailaba en la pista, con el sudor corriendo por su frente y su camisa desabrochada que dejaba ver un poco de su pecho. Jungkook sentía que aquella vista era perfecta.

Porque Jimin era hermoso.

Jungkook sentía unas ganas inmensas de ir hasta allá, tomarlo por la cintura para besarlo como si no existiera un mañana. Enserio quería hacerlo pero se lo prohibía a sí mismo, no podía ser tan injusto con Jimin.

Ya que cuando el se le declaro, Jungkook lo rechazo.

Más encima ni siquiera fue solo una vez, Jimin le había confesado sus sentimientos en varias oportunidades ganándose solo un par de carcajadas de su parte. Que idiota había sido al dejarse llevar por los comentarios de sus amigos quienes consideraban a Jimin como un cero a la izquierda, un ñoño que no estaba a la altura del gran Jeon Jungkook... Y fue su error darles la razón.

Jimin y Jungkook habían sido mejores amigos durante toda su vida, eran vecinos y sus familias se llevaban de maravilla. Durante su niñez eran inseparables y cuando la adolescencia llego ese lazo no hizo más que acrecentarse. Ambos se apoyaban sin importar las circunstancias, estaban dispuestos a hacer cualquier cosa por la felicidad del otro.

Pero todo cambio cuando tuvieron que entrar en la universidad.

Ambos tenían puestas sus expectativas en una de las mejores universidades de Seúl la cual resultaba ser la más costosa también, pero ninguno se preocupo ya que sus familias eran de una situación económica privilegiada... Eso hasta que los padres de Jimin fueron estafados perdiéndolo todo.

De todas formas Jimin no estaba dispuesto a dejar ir su sueño ni mucho menos alejarse de Jungkook, así que dio varios exámenes hasta que consiguió una beca para estudiar allí.

Jungkook estaba feliz de saber que no se separarían, no podía imaginar su vida sin Jimin y sus berrinches de niños pequeño.

El tiempo pasó, ambos entraron a la universidad y fue ahí que las cosas cambiaron. El lugar era muy prestigioso, rayando severamente en lo clasista por lo que Jimin fue excluido casi de inmediato cuando los demás se enteraron de su situación de becado.

¿Y qué hizo Jungkook?, nada.

Había dejado que sus nuevos amigos discriminaran a Jimin y pronto el comenzó a hacer lo mismo. Muy atrás había quedado el tiempo en que ellos eran como uña y mugre, a pesar de que Jimin lo buscase Jungkook no estaba dispuesto a ser visto a su lado.

Ah, pero cuando Jungkook se escabullía en la habitación de Jimin las cosas eran distintas.

Las caricias y besos eran normales entre ellos desde que ambos habían cumplido 16 años. Tenían una relación tan fraternal que no se preocupaban de darle una connotación de "romántico" a aquello que hacían cuando nadie estaba viendo.

Jungkook pensó que a Jimin le bastaba con eso y que él era feliz con su amistad secreta. Pero fue un día en que Jungkook pasó la mano por la cintura de Jimin para acurrucarse y este se alejó abruptamente que se dio cuenta de que su pequeño mundo perfecto en donde escondía a su mejor amigo de los demás ya no le serviría.

– Me gustas de verdad, Jungkook.

Eso le había dicho Jimin esa noche y lo único que él hizo fue irse de la habitación dejándolo solo.

Así de idiota.

Pero Jimin no se dio por vencido, a esa confesión le siguieron varias más. Jungkook no sabía cómo reaccionar, para el Jimin no era más que su amigo en quien se apoyaba cada vez que necesitaba pero nada más, como si de un juguete viejo se tratase.

A Jungkook le gustaba disponer de Jimin cuando se le diera la gana, siempre escabulléndose a la habitación del más bajo para ganarse aquellas caricias escondidas a las que ambos estaban acostumbrados. Es difícil de explicar lo que Jungkook sentía por Jimin pero el primero decia que apenas lo veía como amigo y jamás podría estar con el.

El día que perdió por completo a Jimin fue cuando este se le confesó frente a su grupo de amigos.

– No me da vergüenza decir que me gustas frente a quien sea –le había dicho– pero a ti sí.

Sus amigos comenzaron a reírse apenas escucharon a Jimin hablar haciendo sentir a Jungkook totalmente humillado. Así que cuando le tocó responder dijo:

– ¿Crees que alguien como tú podría gustarme a mi? –y lo señaló de pies a cabeza– mírate, no eras suficiente para nadie.

Jungkook vio a Jimin quebrarse más no se retractó.

Cuando la noche cayó Jungkook como siempre fue a buscarlo a su habitación, esta vez para pedir disculpas y que no hubiese problemas entre ellos.

Jimin abrió la puerta y de inmediato Jungkook notó sus ojos rojos más ojeras marcadas a causa del llanto. Sintió como su pecho se estrujaba al darse cuenta de que el había provocado eso, había hecho que aquel rostro angelical se marcara con lágrimas.

– Lo siento... Lo siento mucho, Jimin –susurro.

Jungkook lo tomo por la cintura y depósito un beso en sus labios para demostrar lo arrepentido que estaba, luego lo abrazo para atraerlo hacia si disfrutando de la cercanía.

Pero Jimin no se inmutó, no se movió y no correspondió a sus acciones.

Jungkook alzó la vista encontrándose con la mirada fría de Jimin, este último levantó su brazo izquierdo y lo alejó de un ligero empujón.

– Vete, Jungkook.

La puerta se cerró en su nariz dando a entender que las cosas nunca volverían a ser iguales.

Pasó un mes en donde Jungkook iba cada noche a la habitación de Jimin para solucionar todo pero nunca lo encontraba, se sentía muy asustado por haber perdido a la única persona que siempre estaba para el. Luego de un par de semanas más desistió.

Jimin había desaparecido de la faz de la tierra y resurgió dos meses después  de las cenizas como él ave fénix... Con un novio de por medio.

La primera vez que Jungkook los vio fue en la cafetería, apenas se dio cuenta de la presencia de Jimin quiso correr hasta el para preguntarle donde había estado todo ese tiempo pero cuando comenzó a acercarse un chico de pelo negro también lo hizo, la diferencia es que este fue directo a tomar la cara de Jimin y depositar un tierno beso en sus labios.

Jungkook quedó perplejo.

Desde que conocía a Jimin jamás lo había visto besar a a alguien más, solo sabía de los besos que ellos compartían cuando Jungkook lo buscaba, así que apenas vio todo en vivo y en directo no podía creerlo.

Estaba acostumbrado a que Jimin fuese solamente suyo, que sus risas fueran a causa de él y sus sonrisas dedicadas a él. Tan solo ver a Jimin cerca del otro chico hacia que se sintiese enfermo, así no debían ser las cosas según Jungkook.

Jimin exhibía su relación frente a toda la universidad sin pudor alguno, eso hacia que el malestar de Jungkook aumentará considerablemente llegando al punto de que este último al verlo solo en el baño lo acorralo contra la pared para pedir explicaciones.

– ¿Qué haces con el? –pregunta gruñendo y Jimin se suelta de su agarre.

– Es mi novio –escupe las palabras– ahora déjame en paz.

– Jimin... –susurro– tú no... Tú me quieres, ¿no?

– ¿Y de qué sirve quererte, Jungkook?

Luego se fue.

A Jungkook le quemaba el pecho cada vez que veía como Jimin le sonreía al idiota de su novio. Era como si ellos viviesen en una maldita burbuja llena de amor mientras que el era el testigo de su melosa historia. Muchas veces se preguntó a sí mismo si se sentía celoso de que aquel chico recibiese toda la atención de Jimin pero de inmediato lo negaba. Jungkook no estaba celoso.

Solo odiaba ver a Jimin con alguien más.

Cuatro meses habían pasado desde eso y ahora se encontraba en la barra de aquel club, mirando de reojo a su ex mejor amigo mientras el se emborrachaba ya que odiaba como su maldito novio lo tomaba de la cintura para bailar.

En resumen Jungkook era un idiota.

Y gracias a aquella idiotez más el o alcohol acumulado en su sangre decidió ir en busca de Jimin apenas vio que su novio se perdió entre su multitud.

Su ex mejor amigo seguía moviéndose al ritmo de la música y Jungkook se aprovechó de esto. Se acercó por detrás para sentir la espalda de Jimin, por un segundo pensó que este se alejaría de inmediato pero se acuno en su pecho moviendo las caderas. Jungkook se sentía en el cielo, había extrañado tanto la cercanía de Jimin que enserio parecía un sueño.

Fue ahí que se dio cuenta lo mucho que amaba a Jimin, lo mucho que ese chico era capaz de meterse bajo su pies y lo mucho que le gustaba sentir su piel junto a la suya.

Quería estar con Jimin, ser el a quien besaba frente a todo el mundo, tomar su mano para caminar, tan solo sentirse que le pertenecía al más bajo.

Bailaron una canción entera de forma lenta, disfrutando los vaivenes que ambos daban. Jungkook no aguanto y busco con sus dedos la mano de Jimin para tomarla. Ahí su ex mejor amigo miro hacia abajo quedándose quieto.

– Tu no eres Yoongi –le escucho decir.

Jimin se dio vuelta para toparse con la cara de Jungkook quien ya estaba bastante borracho como para no arrepentirse de sus acciones.

– Eres increíble, Jungkook –suelta el más bajo dispuesto a irse pero el castaño no lo deja.

– No me odies –le pide con un hilo de voz– no soporto estar sin ti.

– Jamás estuviste conmigo, tan solo era tu juguete para cuando estabas aburrido... Ahora que alguien me quiere haces esto –ve como una lágrima se desliza por el rostro de Jimin– tú no quieres que yo sea feliz.

El menor salió corriendo del local y Jungkook sin pensarlo dos veces lo siguió. La música resonaba como un eco en la calle vacía a esas horas de la madrugada, miró hacia todos lados en busca del chico.

Jimin había dejado caer su cuerpo contra la pared del callejón, tenía sus rodillas flexionadas y su cara escondida entre ellas. Jungkook sentía un vacío en su estómago al verlo tan frágil por su culpa.

Jungkook era un idiota que siempre hacía sufrir a Jimin.

Se acercó al chico, Jimin levantó su rostro y lo miro enojado.

– ¿Sabes que es lo peor de esto? –le pregunta y Jungkook niega con la cabeza– que te sigo queriendo con todo mi corazón.

Jungkook sabía que Jimin se merecía lo mejor del mundo, que debía ser feliz y que si lo era al lado de su nuevo novio el no era nadie para alejarlo de el. Por primera vez iba a pensar en el chico y no en si mismo.

– Te dejaré en paz –susurro Jungkook– quiero que seas feliz porque... Porque te amo.

Dispuesto a irse a su casa para dormir al menos un día entero empezó a caminar, se sentía un tanto orgulloso de él mismo, por fin hacia lo correcto con Jimin. Mientras metía sus manos en los bolsillos del pantalón negro que llevaba logró escuchar un grito de su ex mejor mejor amigo.

– ¡Una oportunidad, Jeon! –Jungkook se giró sobre sí mismo para mirarlo– ¡si me haces sufrir juro que te golpearé!

Jungkook sonrió.

Se esforzaría el resto de su vida para que Jimin fuese el chico más feliz a su lado.

– ♡ –

Nota: Hoy he estado durmiendo todo el día, ayer salí y me quede despierta hasta las 9 de la mañana. Con mis amigos somos bastante idiotas jddkls :') Así que como no he escrito nada subí este OneShot que tenía en borradores de la serie de canciones de The 1975 (pueden leer el otro que hice, lo tengo en una lista de lectura). Besos, disfruten

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